El obispo emérito de Ibiza, Vicente Juan Segura, hospitalizado “en delicado estado de salud”

No tiene ni setenta años. Es de quien menos esperaba lo de «delicado estado» de salud. Por cierto: hoy cumple noventa años el cardenal Villalba, argentino. Los purpurados nonagenarios son ya treinta. Argentina cuenta con ocho cardenales. Cuatro son eméritos (por orden alfabético): Dri, Karlic, Sandri y Villalba (en mi opinión, Sandri el mejor); otros cuatro tienen voto (demasiados, a mi juicio); son: Bokalic, Fernández, Poli y Rossi (Poli, el menos malo). Todos recibieron el capelo en este pontificado, excepto Karlic y Sandri. Argentina está sobrerrepresentada si se tienen en cuenta tres factores: número total de católicos, % de católicos sobre toda la población y % de católicos practicantes. Ocurre lo mismo con Bélgica (dos cardenales), Suiza (dos), Gran Bretaña (tres) y otros países. No tienen sentido estos «excesos» cuando ni Eslovenia ni la República Checa ni Eslovaquia tienen purpurado votante. Nunca podré entender por qué el señor arzobispo de Rabat, cuya «clientela» es exigua, es cardenal (y, por cierto, de los peores). ¿No va siendo hora de que Guinea Ecuatorial tenga un purpurado? Conclusión: la característica principal de este pontífice, a la hora de escoger cardenales, es el mero capricho. El caso más flagrante es el desprecio a Milán, Venecia, Nápoles o Palermo, mientras se disimula nombrando a italianos en Mongolia o Israel. Una burla.

No es obispo emérito de Ibiza, de ahí pasó a auxiliar de Valencia y obispo titular de Armentia.