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Oda a Galicia

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Me gusta viajar. Contemplar y admirar como Dios creó el mejor mundo de todos los posibles. En la plaza del Obradoiro donde ahora estoy confluyen belleza,historia y espiritualidad como casi en ninguna parte del mundo. La hermosura y grandeza de la Catedral de Santiago te remite directamente a un sentimiento de gratitud. Esa obra maestra de la Arquitectura y de la Escultura está aquí y podemos disfrutarla por la generosidad de millares de hombres que fundieron calladamente sus vidas en un trabajo prodigioso con sabor a eternidad. Pero Galicia no se termina en Santiago. En realidad Galicia no se termina. Sus paisajes superan cualquier adjetivo calificativo. Galicia no te la acabas simplemente. Han inventado unas máquinas increíbles que convierten una hectárea de hierba verdísima en un entrecote de sabor incomparable. A la máquina la llaman vaca y las hay por todas partes, en cada pasto, en cada pradera. Aquí los seres humanos también hacen a veces cosas muy raras. En Orense,por ejemplo,tienen la población más envejecida de España y en la fachada de su Ayuntamiento cuelga un solo y enorme cartel «Aborto libre y gratuito». Digo yo que se referirán al aborto de los terneros porque mujeres jóvenes o niños no se detectan en sus adoquinadas y magníficamente conservadas calles. Por lo que me dijo una patrulla de la Policía Municipal esto del aborto lo promueven porque el Alcalde es progresista. Morirse sin haber gozado de la costa da morte o de Finisterre es cuando menos una falta de previsión.Y si puedes fumarte un puro el salón del restaurante del Retiro da Costiña después de haber degustado su gastronomía gracias a un amigo generoso pocas cosas te quedan ya por disfrutar. No se sí París bien vale una Misa,pero la Catedral de Santiago bien vale abrazo al Patrono que podría inspirarnos alguna luz sobre eso de la islamofobia y algun otro devaneo de nuestro agrio y oscurecido debate político. ¡Vayan ustedes a Galicia, créanme hay pocos lugares así en el mundo!

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