Los medios nos trajeron hace unos días, la noticia de que en la Universidad de Harvard se pretendía verificar públicamente una misa negra en la que se emplearía una hostia consagrada, es decir que se pretendía profanar el Santísimo Cuerpo de Jesús en dicho maligno ritual. Las acciones, oraciones, procesiones, horas santas y adoraciones al Santísimo Sacramento que se verificaron los días precedentes de tan execrable intento, evitaron que el anunciado ritual diabólico tuviera lugar donde se había anunciado para ese día y hora. La denominada misa negra podría definirse como el acto supremo de culto satánico, una simulación sacrílega de la Misa católica. La misa negra es oficiada por un celebrante y dos ayudantes. Usan cirios negros, un cáliz lleno de vino o licor, una campanilla, espada, un aspersorio o falo, un crucifijo invertido y, algunas veces, usan hostias consagradas robadas de las iglesias católicas… La manera más fácil de conseguirlas es asistiendo a una misa y recibiendo la comunión en la mano (Líbranos del Maligno, P. Ángel Peña, OAR). El incremento del satanismo, posesiones diabólicas y misas negras, se ha ido dando juntamente con la extensión en los últimos decenios, de la recepción de la Santísima Eucaristía en la mano y de pie. La comunión en la mano fue introducida desde Holanda a merced de un pseudo ecumenismo. Tristemente, algunos movimientos como el neocatecumenado y el pentecostalismo o carismatismo la propician en el seno de la Iglesia, por lo que cabe subrayar una vez más, que esta forma de recibir el Cuerpo de Cristo en la mano y no en la boca, es unapráctica nacida en el calvinismo, como recuerda Mons. Athanasius Schneider, obispo en Kazaquistán. El calvinismo la propició con objeto de demostrar que la santa comunión es una simple superstición. Aunque también hay que recordar que, antes de la introducción de esta forma de recibir la comunión, los judíos solían acercarse a las balustradas, para recibir la hostia consagrada, y sin consumirla escupirla y profanarla. La utilización sacrílega de la hostia consagrada es la médula de lasmisas negras: Recientemente, tuve la oportunidad de hablar con una mujer que estuvo involucrada en adoración satánica. Tuvo un cargo muy alto en una célula satánica y permaneció activa por dos años y medio. Ella me aseguró que el poder de la Iglesia es reconocido y conocido por los satánicos y que la liturgia de la misa satánica es paralela a la misa como la celebramos hoy en día en la Iglesia católica. Me contó que los adoradores satánicos pueden conocer la diferencia entre una hostia consagrada y una sin consagrar y que, en una misa negra, ellos únicamente profanan una hostia consagrada por un sacerdote católico… Cuando ella ve a la gente recibir la sagrada Eucaristía en sus manos, se estremece, porque esto le recuerda cómo los adoradores de Satán obtenían las hostias consagradas de las iglesias. Esta mujer fue capaz de desprenderse del poder de los satánicos gracias a la Eucaristía diaria (Manual de sanación, DeGrandis Robert). Hay personas que parece que viven en un limbo, ya que se extrañan de que existan sectas diabólicas que tienen permanente contacto con el diablo y que verifican funciones religiosas en las que invocan la presencia y la actividad de Satanás. Alguien me dijo: Es que yo pensaba de que todo lo que se refiere a Satanás es simplemente un argumento para mover a los cristianos a huir del pecado. Bastaría con que esta persona leyera con atención el Nuevo Testamento teniendo como fondo la figura de Satanás para descubrir su identificación con Jesús, y el descubrimiento de los males que el diablo provoca en la humanidad. Porque Jesús destaca la presencia trágica del demonio al que llama ser malo, espíritu contrario al hombre, diablo, etc. Es príncipe de este mundo, según Jesús y siembra el mal en el campo de Jesús. Sus obras son: la posesión diabólica, la enfermedad y la muerte. Satán lucha continuamente con el hombre, atacándole de codicia, de cólera, de soberbia, de maledicencia, con los que desea arrastrar al hombre a la perdición. Son ideas expresadas por Jesús. Precisamente la acción salvífica de Jesús se dirige en el fondo contra el diablo. El Reino de Dios que Jesús anuncia y ofrece, supone la destrucción del inquebrantable poder satánico como nos revela San Lucas. Jesús ha conferido a todo bautizado la posibilidad de huir y liberarse de las garras de Satanás. Hasta se atrevió a tentar al mismo Redentor Jesús, y fracasado, no ha perdido nada de su odio contra los habitantes de la tierra. Su actual obsesión y su misión es, ya sea con promesas, ya sea con amenazas inducir de nuevo a la apostasía a todos los que han venido a la fe, para acabar así, y aniquilarles, según el testimonio del Apóstol San Pedro, en su Primera Carta, capítulo V. Si no se ha tomado en serio la existencia y la actividad del diablo, es por supina ignorancia del Nuevo Testamento, ya que apenas hay página en la que no aparezca alguna acción diabólica o aparezca alguna condenación de Jesús a la acción del demonio. Lo que frecuentemente sucede es que una persona no da importancia de la existencia del diablo, porque ella misma se encuentra poseída por Satanás. Como el muy piadoso David que tras cometer adulterio y un asesinato se queda tranquilo y sin culpa, hasta que el profeta Natán le recordó su estado de condenación. Estaba tan poseído de Satanás que consiguió el diablo, que David siguiera danzando sus impúdicos salmos a Dios, mientras en su corazón dominada totalmente su enemigo el demonio, por eso, tras su pecado de negación de Cristo nos escribió Pedro el Apóstol: hermanos no dudéis que el demonio nuestro enemigo, como un león rugiente, anda dando vueltas a vuestro alrededor buscando el momento oportuno para devorarles. Otros artículos relacionados al tema: El diablo no tiene rodillas Puedo ser Lucifer «Una tormenta del diablo» El diablo y las ideologías El «Credo del Diablo» El anti-Evangelio «El cumpleaños del demonio» María y el enemigo de las almas Satanás ataca a los consagrados
Presencia activa de Satanás
| 20 mayo, 2014
Coincido del todo con luis . enriquez (anterior comentarista). Parece ser que la causa de que no se tome la comunión debidamente se debe a un grado de desinformación grande, lo que aprovechan los malos. Es dificil de corregir este tipo de fallos; y sobre todo lento. Y es que desgraciadamente seguimos confiando poco o ignorando la importancia del magisterio de la Iglesia. Seguiremos pidiendo al Señor que nos guíe y acompañe.
Gracias a los autores de estas webs, que nos informan y nos permiten contribuir con nuestro humilde comentario. Que Dios os bendiga.
Tengo entendido que durante los primeros siglos del cristiano, también se comulgaba recibiendo la hostia consagrada, o pan consagrado, en la mano; y puede que se comulgara también bajo las dos especies.
Me parece cierto que la comunión en la boca y de rodillas es en principio más piadosa, pero también así se puede mantener la hostia consagrada en la boca, volverse al sitio, y seguidamente sacarla de la boca, que es el Cuerpo de Cristo, y guardarla. Desde luego, lo que me parece impresentable es lo que he visto hacer a no pocos en algunas iglesias: recibir el Cuerpo de Cristo, se entiende que en la mano, y darse media vuelta, dar la espalda al sacerdote que le dio la comunión, y volverse tan tranquilo a su sitio, me figuro que llevando la hostia consagrada a la boca, pero ¿y si no?
Lo mínimo que se debería exigir es si se comulga en la mano que el comulgante se lleve la sagrada forma a la boca sin volver la espalda, delante de los ojos del sacerdote. Es lo mínimo. Y es lo que yo hago.