El sacrificio perpetuo a Dios

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skorkaEs chocante el discurso del rabino Abraham Skorka, ante el entonces cardenal arzobispo de Buenos Aires, hoy Obispo de Roma, Jorge Mario Bergoglio, en 2010, cuando la Universidad Católica Argentina lo nombró doctor honoris causa, siendo la primera vez en América Latina que una universidad católica otorgó este título a un rabino. Skorka, ha integrado la delegación pontificia durante la visita de Francisco a Tierra Santa en mayo próximo pasado. Quien pertenecía al pueblo escogido de Israel, estaba penetrado de su deber personal de ofrecer a Yahvé un corazón reverente, acto que suponía un sacrificio de la voluntad a favor de Dios, además según las épocas litúrgicas ofrecía sacrificio de animales o de ofrendas pare el servicio del altar. Y para que Yahvé tuviera permanentemente un acto de adoración y de sumisión, de gratitud y de solicitud, de perdón, había encomendado a Moisés la organización de lo que se llama sacrificio perpetuoHe aquí lo que has de ofrecer sobre el altar: dos corderos primales cada día, perpetuamente. Ofrecerás un cordero por la mañana y el otro entre dos luces; y con el primer cordero una décima de medida de flor de harina, amasada con un cuarto de sextario de aceite de oliva molida, y como libación un cuarto de sextario de vino (Exodo 29, 38-40). Era una lección para todos los habitantes de Israel. El Templo era el centro del culto judío, y, quienes pudieran asistir a la solemne liturgia se percataban de que las exigencias de Yahvé resultaban mínimas para tan gran Dios. Y a quienes no pudieran estar presentes desde el campo en el que trabajaban, o sobre las olas del lago en que faenaban, tendían su mirada y su devoción hacia el Templo para estar presentes en espíritu de sacrificio. Las horas estaban señaladas y siempre eran respetadas. Hacia las 9 de la mañana, hacia las 3 de la tarde. El piadoso israelita desde lejos las recordaría para unirse a la alabanza divina. El sacrificio perpetuo seguía su preparación, el sacerdote tomaba algunas brasas del altar de los holocaustos, penetraba en el lugar santo, donde se situaban el altar del incienso, los panes de la proposición y los candelabros. Colocaba cuidadosamente las brasas sobre el altar y depositaba sobre ellas el incienso, cuyas volutas y cuyo perfume se entendían a través del Templo. La minuciosidad con que Moisés transcribe el mandato de Yahvé revela la justa exigencia divina de que el Pueblo Escogido tuviera un contacto permanente con su Dios, a quien reconocería por su Creador. Al mismo tiempo que señalaba la preocupación permanente de cualquier buen judío de buscar una presencia activa de Dios aún en medio de sus preocupaciones ordinarias. Todo está descrito con el mayor detalle: los ornamentos, los utensilios sagrados, los ritos, los sacrificios, las plegarias, la elección de las víctimas irracionales. El cap. 29 del Éxodo digno de leerse con la máxima atención por la exactitud en señalar las diligencias y los detalles más insignificantes que eran importantes cuando se dirigían a Dios, finaliza con esta afirmación que explica todo el sentido de la liturgia y del sacrificio perpetuo: Habitaré entre los hijos de Israel y seré su Dios, y sabrán que Yo soy Yahvé su Dios que los sacó de la tierra de Egipto para morar entre ellos, Yo Yahvé seré su Dios. El Templo y el sacrificio perpetuo representaban la idea primigenia de la Ley antigua. Todo convergía, en el Templo, y, todo se fundaba en él, pero los judíos apostataron de la Ley mosaica. El vacío ritual sacrificial se mantuvo todavía hasta el año 70 d. C., cuando Jerusalén fue destruida, después de la cual ese mismo año, el Concilio judío de Jamnia dejó fuera los libros deuterocanónicos del Antiguo Testamento, es decir que, suprimió todos aquellos textos sagrados que hacían referencia a Cristo, de ahí que el leitmotiv del Judaísmo actual, es la no aceptación de que el tiempo del Mesías se ha verificado hace dos milenios. La misión teológica del judaísmo es la reencarnación de Herodes: perseguir a Cristo. Trescientos años más tarde en un vicioso plan de resucitar la antigua religión judía, los planes del emperador romano Juliano llamado El Apóstata se vieron frustrados por la intervención de la Providencia, con una serie de fenómenos extraordinarios que hicieron imposible su reconstrucción hasta hoy. Quedaron a sus espaldas el Templo en ruinas y el sacrificio interrumpido, pero, así y todo, ya no habría más necesidad del sacrificio, porque el Calvario y su continuación en la Misa, perfeccionaban y daban por finalizado el antiguo rito. Con su advenimiento el Mesías completó y dio cumplimiento a todas las profecías, abrogó la antigua Ley anunciando la nueva doctrina y el nuevo Testamento: el que cree en Mí se salvará, y el que no se condenará.

N.B.: ante algún comentario vía mail, que sugirió una «alteración» en el inserto del vídeo extractado, pongo a su disposición el link con el vídeo completo donde se hace además del extracto seleccionado, apología del sionismo mencionando a la Iglesia Católica como cómplice de la persecución a los judíos: Vídeo completo.

Comentarios
2 comentarios en “El sacrificio perpetuo a Dios
  1. gracias por permitir la luz a este comentario que hago sin voluntad de ofender a nadie, pero recordando las palabras del Señor: «..si alguien me niega ante los hombres, yo lo negaré ante mi Padre».

  2. Es demasiado ver a Bergoglio, actual Papa, aplaudiendo las palabras del rabino: ..estamos esperando al «mesías» y vendrá cuando Dios lo quiera..?
    Un cristiano, católico, cardenal y ahora Papa, celebrando y aplaudiendo la espera del «mesías».
    ¿Qué pensará Jesús, despues de pasar por tanto sufrimiento y Cruz, sobre la actitud del ahora «pontifice de la Iglesia..?
    Yo no lo comprendo, pero para quién no existe «un Dios católico» es lógico que «espere al mesías delos judios».

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