TELEGRAMA: «No sabemos lo que nos pasa y eso es precisamente lo que nos pasa»

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Vicente Montesinos

 

 

 

 

 

Decía Ortega y Gasset:  «No sabemos lo que nos pasa y eso es precisamente lo que nos pasa».

La gran mayoría de los católicos ni siquiera son conscientes de los problemas tan graves por los que nuestra Santa Madre Iglesia está atravesando. Y eso es una realidad que constatamos quienes nos movemos en esta ardua batalla.

Y digo yo… ¿No será que ni siquiera conocemos el original, y entonces nos es imposible identificar la copia? ¿No será que desgraciadamente y realmente no conocemos nuestra propia Fe ni nuestra propia Doctrina?

Pareciera que solo vemos los gestos grandilocuentes y ampulosos de tal Obispo o tal Papa; y que solo nos llenan sloganes huecos y lenguajes de mitin.

Pero… ¿no hay forma de que seamos capaces de ver que caminamos irremediablemente hacia el protestantismo, el antropocentrismo radical y la salvaje secularización; que cada día desangran a nuestra amada Iglesia de Cristo?

La enfermedad es grave. Sí. Muy grave. Pero por supuesto, no es mortal. Como nunca lo será ninguna. Porque Cristo siempre sale vencedor. Pero eso sí; nos toca padecer como su Cuerpo Místico durante el tiempo que Dios tenga señalado.

Y porque hasta el cielo no paramos, que Dios os bendiga.

 

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Comentarios
11 comentarios en “TELEGRAMA: «No sabemos lo que nos pasa y eso es precisamente lo que nos pasa»
  1. Con todo Müller da un paso adelante, pues descalifica la ética de situación aún cuando se encontrara en la Amoris, que, a mi juicio, ya lo creo que se encuentra y de forma nada solapada sino clarísima, en el demoledor 303, la bomba según Seifert: » ¿ Etica della situazione? «Una falsa teoría ética, anche se si trovasse in Amoris Laetitia «.

  2. Echenique, lo peor de la cobardía de los clérigos, a la hora de denunciar el salvaje ataque a la Iglesia, es que el misericordeo que pueden sufrir si hablan, es bastante relativo. A la vista están los ejemplos que has puesto en tu entrada. Así que habrá que pensar que hay mucho de comodidad en los que callan, lo que es muy grave. Esperan a que sea otro el que le ponga el cascabel al gato y a que la naturaleza siga su curso.

  3. Lo verdaderamente terrible,queridos amigos,es que más bien-y por obra y gracia de la dejación,de la traición,de la vagancia,…,de los pastores desde hace más de 50 años-,a millones y millones de católicos de derecho,pero no de hecho,LES TRAE AL PAIRO LO QUE PASA…
    A esto hemos llegado en estos años demoledores.
    Y la prueba del nueve de lo que digo es ésta:Allí donde los pastores han seguido ejerciendo de tales-Polonia-a al menos ,130.000 personas SÍ LES IMPORTA LO QUE PASA,PORQUE SABEN LO QUE PASA.Dato impensable en cualquier otra nación del mundo.

  4. Weinandy, Aberásturi, Guadalix, Chaput, voces tan claras y certeras que la misericorditis ya no se atreve a acallar. ¿ Porqué ningún obispo español, absolutamente ninguno, se atreve a denunciar el maltrato por Roma a la esposa de Cristo ? ¿ Acaso no lo ven ? ¿ No es acaso maltrato ? ¿ Pues qué es ?

  5. » y no sólo no se ve ninguna voluntad en la “autoridad fundacional” de remediar las cosas, sino más bien todo lo contrario: es desde la misma “autoridad fundacional” desde donde se promueve el lío y se confirma a los liantes «.
    Esto sólo Dios lo puede arreglar y con un milagro de primera, milagro que imploro desde un sufrimiento de católico de a pie que comprueba a diario cómo se maltrata a la esposa de Cristo. Hoy día, afortunadamente, el maltrato a la mujer se denuncia enseguida. ¿ Porqué no nos atrevemos a denunciar el maltrato a la esposa de Cristo por quien o quienes mejor debían tratarla, además de rezar y reparar ?
    Traigo aquí mi comentario al último párrafo, que transcribo, del último artículo de Aberásturi en Infocatólica, la hermana leal de Infovaticana. Creo que, desgraciadamente, viene muy a cuento.

  6. Lo que nos pasa o, mejor dicho, lo que les pasa, está ya, afortunadamente, diagnosticado a la perfección por Weinandy, el mejor diagnóstico, al menos hasta el momento, de la misericorditis, el torpedo mejor lanzado contra la línea de flotación. Habrá que volver una y otra vez sobre el torpedo Weinandy, lanzado por el Espíritu Santo. No tengo ninguna duda de ello, pues Weinandy, ya en su primera carta a Francisco, pidió una señal del cielo, y la obtuvo. Dios está con la Iglesia Católica y no quiere la misericorditis en su seno. Hay que hundirla.

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