Vicente Montesinos
La vuelta a Roma en avión de Bergoglio desde Dublín se esperaba prometedora, después del fracaso del Encuentro Mundial de las Familias, de su entrega al lobby gay, del silencio del Papa ante los abusos, el homosexualismoen la Iglesia y el aborto, y del «Informe Viganó». Y no ha decepcionado. Sus barbaridades van en aumento, en lo que parece una definitiva huida hacia adelante.
Entre sus cansinas perlas me centro en dos. La primera por lo de cemento armado en la cara que representa; y la segunda por su gravedad:
- Ni mención del asunto Viganó. Ante las preguntas que le hacen los periodistas, en uno de los escándalos más grandes de la historia de la Iglesia, Bergoglio se limita a manifestar que «Leí hoy en la mañana ese comunicado de Viganò. Digo sinceramente esto: léanlo ustedes atentamente y saquen sus conclusiones personales. No voy a decir ni una palabra sobre esto. Creo que el documento habla por sí solo. Ustedes tienen la capacidad periodísticasuficiente para sacar conclusiones, con su madurez profesional». Es decir… no voy a decir una palabra sobre esto… y… el documento habla por sí sólo… ¡Claro que habla por sí sólo! ¿Habrase visto desfachatez mayor?
- Preguntado porcomo se siente ante el hecho de que Irlanda y otros países hayan aprobado leyes que permiten el aborto; el máximo pontífice de la Iglesia Católica, callado en todas y cada una de las ocasiones en que estos plebiscitos se han sucedido, se destapa con esta afirmación: «Ustedes saben qué es lo que pienso sobre el aborto: no es un problema religioso, no estamos en contra del aborto por motivos religiosos. Es un problema humano, existe el problema antropológico sobre la ética de eliminar a un ser vivo para resolver un problema«. Punto final. Todo lo que tiene que decir el papa. Con una fortísima energía y claridad contra el aborto. Y considerándolo un tema «no religioso». Ojo al nuevo cambio de doctrina y de catecismo.
Perlas así, y como colofón y sobre los homosexuales, otra concesión a la mafia rosa-gay: no condenar a los homosexuales, dejarles espacio, y no ignorar la homosexualidad… Diálogo… Acercamiento… Y a seguir…
Francisco una vez más, y más si cabe que nunca, actúa como si la Iglesia fuese él. No voy a hablar de lo de Viganó. Y punto. Y así en el resto de temas.
Dios mío, que cansancio.
Ha perdido el juicio en su huida hacia delante, porque decir eso a los periodistas, que el informe habla por sí solo para tirar balones fuera no cuadra. El informe no se si será verdad o mentira, si exagera o no pero datos da muchos, implica a muchos y da fechas y datos muy precisos que van a traer cola y lo sabe porque esto no ha hecho más que empezar.
Es insultante decir que habla por sí solo… ¡Claro que habla por sí solo!
¡Dimisionario ya!
Carlos Núñez: «Estamos ante un cínico de proporciones astrales».
No pongo en duda lo que dices, pero es mucho más astuto e inteligente de lo que imaginas.
Señor, este hombre debe dejar la Sede de Pedro ya.
Ya es tarde, sí….
En ese caso,Vicente, habrá que aplicarle aquello de una famosa anécdota acaecida en Roma.Estando ambos en la ciudad eterna,coincidieron san Policarpo de Esmirma y el hereje Marcion.Como el primero diera muestras de ningunear al segundo, éste inquirió a aquél:Acaso no me conoces,Policarpo?.A lo que el gran Padre respondió sin despeinarse:Naturalmente que te conozco.Eres el primogénito de Belcebu ….
¡Qué grande!
Me quedo con el cardenal Burke, investigación seria.
Vamos!
Estamos ante un cínico de proporciones astrales.
Sólo le salvaría de ese juicio sufrir una enajenación tal que le haga ser un esquizo-paranoico de manual de psiquiatría.
Está muy en sus cabales…