¡No más artículos de Infovaticana!

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Vicente Montesinos

 

“No temo a lo que los hombres puedan hacerme por decir la verdad. Solo temo a lo que Dios me haría si mintiese” (SAN JUAN BOSCO)

 

 

 

 

 

 

Hace unos días osé publicar este artículo; que me sigue haciendo perder amigos («terrenos», claro, y que importa eso, aunque lleven alzacuellos, terreno, claro…) a marchas forzadas.

Pocos días después os contaba mi experiencia posterior, de silencios, en su mayor parte, en el siguiente artículo.

Hoy he de contaros que poco a poco los poco gallardos han ido saliendo, tímidamente, no para decirme: «Vicente, gracias por haber intentado, humildemente, expresar lo que muchos pensamos, y no nos atrevemos a decir, no porque sea contrario a la Santa Madre Iglesia, todo lo contrario, sino por amor a ella…» (que es lo que me han transmitido cientos de hermanos en la fe que viven en el más absoluto estupor y confusión), sino para decirme, como bien agradecidos y adocenados, que no les involucre a ellos, aunque sea sólo por invitarles a una lectura, o a una pequeña reflexión crítica de lo que está pasando en la Iglesia (que nunca les he pedido más) en algo que les pueda comprometer (si quiera a nivel de conciencia) y perturbar mínimamente la tranquilidad de conciencia en la que habitan, mientras nuestra Santa Madre Iglesia, amada, (a la que externamente, al menos, parecieran no amar, más allá de lo que sirve a sus intereses) se desangra.

Valga como ejemplo el último mensaje que he recibido de un amigo sacerdote (bueno, yo creí que era amigo, y ahora sé que no, no porque no piense como yo, sino por las formas; que demuestran hasta que punto no viven en paz con este cambalache eclesial), a los que envié el primigenio artículo que nos trae.

El escueto mensaje en cuestión, sin preámbulos, saludos, ni intereses, siquiera forzados, por mi estado, el de mi alma o el de mi familia; y sin despedidas, buenos deseos ni bendiciones (hasta las formas estamos perdiendo ya en  nuestra querida Madre Iglesia) dice que no le envíe nunca más artículos de Infovaticana.

Amén.

Así que, quería contarle, porque es de ley, por si ha de tomar alguna medida, al amigo Gabriel Ariza, que, por mi culpa, ha perdido un lector (por más que yo me esforzara en hacerle llegar los artículos, por si en algo, humildemente podían servir), y además, un lector consagrado (Gabriel, espero sepas disculparme; y pongo mi espacio en Infovaticana a tu disposición)

 

Así que, quería contarle, porque es de ley, por si ha de tomar alguna medida, al amigo Gabriel Ariza, que, por mi culpa, ha perdido un lector (por más que yo me esforzara en hacerle llegar los artículos, por si en algo, humildemente podían servir), y además, un lector consagrado (Gabriel, espero sepas disculparme; y pongo mi espacio en Infovaticana a tu disposición)

 

En fin. Es lo que hay. Como ya vaticiné, y como ya me avisaron, la publicación de un artículo que sólo tiene su sentido desde el más profundo amor a Nuestra Santa Madre Iglesia Católica, y desde el dolor por muchas de las cosas que en ella están pasando, y por el silencio de mis queridos padres, obispos, y cardenales en muchas de ellas; sólo iba a traerme problemas. Mundanos. Claro. Porque no para mi alma. Que sigue en paz (no se si todos podrán decir lo mismo). Y tampoco para mi juicio particular (ya que sólo está en manos de Dios, al que me someto; habiendo querido vivir como católico, y de acuerdo a las inmutables, aunque no guste, reglas, de su Santa Madre Iglesia).

Cada cual actúe según su conciencia. Yo estoy convencido desde ella de que por omisión también Nuestro Señor nos juzgará. Y… ¿quién sabe si el haber intentado, por activa y por pasiva, alzar la voz, para que llegue a cuantos más mejor, y por que no, a nuestros pastores, esta inquietud, no nos exhime de tan severo juicio?

En el Juicio Final Dios preguntará a los católicos de hoy que ignoraron la crisis…  ¿por qué no pidieron al Papa que pusiera fin a la confusión en la Iglesia?

Mons. Athanasius Schneider, Obispo auxiliar de Astana, en Kazajistán, dijo en una entrevista con Michael Matt de The Remnant Newspaper que “los verdaderos amigos del Papa” son aquellos cardenales, obispos y laicos “que expresan su preocupación pública acerca estos asuntos tan importantes, sobre el estado de confusión en la Iglesia. Realmente son ellos los amigos del Papa”.

 

“…los verdaderos amigos del Papa” son aquellos cardenales, obispos y laicos “que expresan su preocupación pública acerca estos asuntos tan importantes, sobre el estado de confusión en la Iglesia. Realmente son ellos los amigos del Papa”.

 

Mi querido amigo sacerdote se siente más amigo del Papa por querer tapar todo lo que está pasando. Y pensando que,  sólo por publicar en un medio que, desde su punto de vista, incomoda, aunque sea por amor a la Iglesia, la de siempre, ya eres enemigo de la Iglesia (Dios Uno y Trino juzgará quien fue más o menos amigo de ella). No sabe, quizá, a pesar de su fulgurante carrera, que “No hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado.” (Lucas 8, 17)

Sabiamente, Monseñor Schneider (un obispo, no yo, querido amigo sacerdote) definió las preocupaciones y los llamamientos a la claridad (que nada más nos mueve a mí y a tantos otros hermanos católicos) como “un acto de caridad hacia el Papa”. Y agregó que está convencido de que cuando el Papa enfrente su juicio ante Dios, “estará agradecido con aquellos” cardenales, obispo y laicos que le pidieron ofrecer claridad. Yo también lo estoy.

 

«…cuando el Papa enfrente su juicio ante Dios, “estará agradecido con aquellos” cardenales, obispo y laicos que le pidieron ofrecer claridad.»

 

Mons. Schneider dijo que aquellos que “adulan al Papa” y “niegan la evidencia” de que la ambigüedad en la enseñanza del Papa está causando confusión, no ayudan al Papa ni a sí mismos para cuando enfrenten su juicio final. En humildad, profunda, sometimiento a Dios y a su Iglesia, y discernimiento ante el Santísimo, de rodillas, yo también lo creo, querido amigo sacerdote.

 

«…aquellos que “adulan al Papa” y “niegan la evidencia” de que la ambigüedad en la enseñanza del Papa está causando confusión, no ayudan al Papa ni a sí mismos para cuando enfrenten su juicio final

 

Y respecto a quienes dicen al Papa que “todo está bien”, a pesar de la “situación desastrosa”, el arzobispo advirtió que en su juicio final Dios les preguntará “¿Qué hicieron cuando había confusión, por qué no levantaron su voz para defender la verdad?”. Y yo desde luego, pecador en miles de cosas, aunque creo que no a conciencia, sino por debilidad, como semanalmente me acuso a los pies de mis queridos padres sacerdotes y de Dios, no quisiera estar en la piel de quienes siguen haciéndonos sentir a los católicos de siempre como despreciables, pareciendo sólo sentirse agusto con los que vienen, vengan de donde vengan, y defendiendo lo que defiendan, a «armar lío» (sea el lío el que sea)

Mons. Schneider ve a la Iglesia como una “gran familia de Dios”, y dentro de la familia debemos de tener la oportunidad de hablar “sin miedo a ser castigados o aislados” (lo dice uno de sus superiores, amigo sacerdote, no yo, humilde siervo)

Y para los que piensan que la Iglesia Católica empieza en el Vaticano II, querido padre, hizo notar que este “espíritu de familia” fue “enfatizado en el Concilio Vaticano II” y que debería fomentarse un “clima de familia” en la Iglesia.

En fin… Lo que algunos «nadie» pensamos… lo expresan muy bien algunos sacerdotes, obispos y cardenales, querido padre, aunque estén siendo también, querido padre, como este indigno siervo, querido padre, humillados, apartados y marginados.

Bueno. Ya. Tranquilo. Este será el último artículo de Infovaticana que le envíe, querido padre. Como le prometí, ya no habrá más. Permítame remitirle sólo este último artículo, para que por mi no quede, querido padre, el que entienda, si está en su voluntad, y con un último intento, que los que hacemos esto amamos a la Iglesia hasta los tuétanos, y por eso, al menos yo, no vamos a dejar de hacerlo, aunque usted, querido padre, no quiera saber nada más de nosotros.

Quizá, al fin y al cabo, cuando nos aparten, nos excluyan o nos ninguneen, sea cuando vayamos por el buen camino, querido padre. Es el camino de Cristo. ¿Acaso mayor Gloria?

Por amor a la Santa Madre Iglesia, una, católica y apostólica, a la que consagraron su vida ustedes, querido padre; este bautizado, con derecho por tanto, como recoge nuestro derecho canónico, tradición y magisterio, a expresar con todo el respeto lo que expresa; escribe la presente; que será la última noticia escrita que de tan indigno siervo reciba… Si en algo, aunque sea una brizna, le hace pensar en esa gran porción de Iglesia confusa y sufriente que ustedes desdeñan; me doy por satisfecho. Y si no, si es agradable a Dios lo que expreso, todo ha valido la pena; pues de lo contrario, me someto a su sumarísimo juicio y le pido perdón.

 

Por amor a la Santa Madre Iglesia, una, católica y apostólica, a la que consagraron su vida ustedes, querido padre; este bautizado, con derecho por tanto, como recoge nuestro derecho canónico, tradición y magisterio, a expresar con todo el respeto lo que expresa; escribe la presente; que será la última noticia escrita que de tan indigno siervo reciba…

 

Con afecto filial me despido, querido padre. No desdeñe lo que humildemente escribo. Me atrevo a rogarle que lo medite ante el Santísimo. No le pido que usted diga lo que yo digo. Al fin y al cabo ustedes están en su carrera. Pero como me decía otro querido padre ayer mismo, nosotros, los que nos sentimos libres, podemos expresar esto. Y la verdad es que tiene razón. Yo puedo. Porque a nada aspiro, nada espero y nada busco, más allá que ir al cielo. Ojalá todos pudieran decir lo mismo.

 

Comentarios
13 comentarios en “¡No más artículos de Infovaticana!
  1. Hugo Z. Hackenbush: ¿Y si probamos un camino con más paz y menos resentimiento? Nada pierdes con probar, y puedes ganar mucho. Te incluyo en mis oraciones para que te atrevas y tomes la firme decisión que te va a permitir entrar en el camino que te conducirá a la felicidad. ¡Nada es imposible para Dios! Bendiciones.

  2. Hugo o como se llame; ya le dije que tengo un buen director espiritual. No se preocupe tanto por mi. Se lo agradezco mucho; pero prefiero que se preocupe por su alma. Dios le bendiga.

  3. Los pastores abandonan a sus ovejas. Tienen una tremenda responsabilidad delante de Dios. Me parece que últimamente no son muy consciente de ello. Me da la sensación que nos entregan al mismísimo enemigo. Nos han dejado sin apenas defensas y ahora con esa inmensa confusión. Aunque para mí, ya no hay confusión, lo veo cada vez más claro.

    Lo difícil ahora es encontrar sacerdotes fieles a Dios y a sus mandamientos.

  4. «Y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda. 34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35 “Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis; 36 estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.” 37 Entonces los justos le responderán, diciendo: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer, o sediento, y te dimos de beber? 38 “¿Y cuándo te vimos como forastero, y te recibimos, o desnudo, y te vestimos? 39 “¿Y cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?” 40 Respondiendo el Rey, les dirá: “En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí lo hicisteis.”»
    Mt 25: 31-46

    No veo donde dice en el Evangelio lo que dice usted y el obispo Schneider.
    Ya le aconsejé que busque un buen director espiritual, que seguro que le ayuda mucho a usted.
    Me voy a permitir otro consejo.
    No alimente sus depresiones con depresivos obispos. Schneider es único. Y con muy poco futuro.
    Hay miles de obispos que si usted lee lo que escriben le van a poder iluminar en su camino mucho mejor.
    Y seguro que los tiene más cerca.
    Y si le gusta que vivan lejos, por cada Schneider que encuentre hay 20 como Marx, Cupich y demás (estos además son cardenales) que seguro le ayudan a superar su angustia.
    Le sugiero comience por su propio obispo. Seguro que le atiende con mucho más amor que Schneider.

  5. Ya hubo Uno que preguntó a otros ¿ también vosotros me queréis abandonar ? Ha llegado el momento de la Verdad y ha llegado para todos. No tenemos más remedio que optar, sabiendo además que nos jugamos la salvación según sea la opción. Hay que optar entre la Verdad o la ambigüedad; entre la Verdad o la papolatría; entre la Verdad y la misericorditis, que nos ofrece la mentira de una salvación sin conversión porque ha borrado el infierno y el juicio, entre la Verdad y los recortes de todos los pasajes evangélicos que estropean la misericorditis y que son casi todos; entre la Verdad, con persecución asegurada y hasta con saña, y la poltronería aburguesada; entre la Verdad y el luterito de la misericorditis entronizado en el vaticano y canonizado con piropos que no ha recibido ningún santo; entre el Jesucristo entero y Verdadero y el desfigurado por los recortes francisquitas; entre la Iglesia Católica, la única que fundó Jesucristo, porque Dios es católico, universal, y la capillita de la misericorditis, desvinculada de la Justicia y la Verdad; entre la cultura de la Vida o la de la muerte, pues el último discurso francisquita se desliza por la pendiente de la eutanasia; entre la Verdad y la mentira; en el fondo, entre Dios y el diablo, entre la Vida y la muerte. Yo tengo muy claro cual es mi opción y espero perseverar en ella, con la gracia de Dios y todos los sacramentos de la Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica. Amén.

  6. Ante los casos de pederastia muchos clérigos callaron, porque pensaban que estaban haciendo un favor a la Iglesia, se equivocaron, porque se ha demostrado que traicionaron a la Iglesia.
    En el caso de la confusión que genera Francisco, pasa lo mismo.
    ¿Qué tienen en común las 2 situaciones? pues que esconder la verdad siempre se demuestra dañino para la Iglesia, que debe ser faro de verdad para iluminar el mundo.

  7. Excelente meditación. Quiera Dios que ilumine a quien va más directamente dirigida, para bien de su alma. Momentos muy duros estamos viviendo. Pero debemos ponernos con toda confianza en las manos de nuestro Señor Jesucristo y bajo la protección de Su Santísima Madre y Madre nuestra. Bendiciones.

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