Lo que esconden las palabras de alabanza de Francisco a Wuerl; y escalofriantes datos sobre el pasado, presente y futuro de la Archidiócesis de Washington D.C

Al nombrar a Wuerl como "administrador apostólico" hasta que se elija un sucesor, el Papa Francisco está efectivamente dando a Wuerl más tiempo para eliminar las evidencias incriminatorias y seleccionar a alguien adecuado para tapar el asunto en el futuro.  Hasta se empieza a rumorear que el elegido podría ser, nada más y nada menos, que el ínclito Cardenal Tobin, de Newark.  Agárrense los machos. Y les aseguro que no son rumores infundados.
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Vicente Montesinos

 

 

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El Cardenal Wuerl junto al Cardenal McCarrick

 

 

Donal Wuerl era conocido por muchos de sus sacerdotes como el «Hombre de Hierro», refiriéndose a su estilo despiadado y frío como Arzobispo de Washington, posición de la que ahora ha sido cesado al aceptársele mucho tiempo después de lo reglamentario su renuncia, pero que continúa ejerciendo, escandalosamente, como Administrador Apostólico. Vuelvo a recordar de nuevo cómo fue expulsado Monseñor Aguer, sin casi poder recoger ni su cosas. Un pastor intachable. Y al impresentable Wuerl, Francisco le alarga el cargo, lo cesa a la fuerza, le da una calurosa despedida llena de alabanzas, y lo deja a efectos prácticos en el mismo puesto.

Los sacerdotes que lo llevan sufriendo tantos años, lo tienen claro:  «Es un robot«, dijo uno de ellos. «Todo lo que le importaba era el dinero y vivir lo más cómodamente posible y cualquier otra cosa que se le ocurriera«.

George Neumayr ha relatado cómo hace unos tres años se encontró con un chico muy peculiar que salía del garaje personal de Wuerl a las 10:30 de la noche. Se describió a sí mismo como el «chef personal» de Wuerl, pero la archidiócesis se negó a responder a las preguntas de Neumayr sobre su situación laboral.

A día de hoy, todavía no se sabe nada sobre la identidad del individuo. A Neumayr  después de mucho preguntar se le dijo que tenía el extraño hábito de estacionar, no en el estacionamiento de los empleados, sino en el garaje personal del cardenal (adjunto al apartamento del ático «Embassy Row» de Wuerl).

El  «chef personal» desapareció, al igual que el sacerdote-secretario de Wuerl (que vivía en su ático, el padre Charles Cortinovis. Toda esta historia fue profusamente relatada por el Daily Caller.

Al poco de publicarse, al parecer,  Cortinovis consiguió que Wuerl orquestara su traslado a una parroquia en Maryland, St. Ambrose. Dicho traslado significó el desplazamiento forzoso del párroco, el padre Kevin Kennedy, quien escribió a sus feligreses en diciembre de 2015 que su traslado y reemplazo apresurados por Cortinovis fue una «sorpresa» para él después de siete años y medio de servicio en ese cargo. «Está sucediendo abruptamente«, les escribió (el servicio de Cortinovis a Wuerl pareció haber durado menos de un año, un período de tiempo extrañamente corto para un sacerdote secretario de un cardenal; y Cortinovis nunca quiso dar razón de a que respondía la brevedad de su mandato).

El propio Neumayr consiguió que se le relatara por un miembro del clero como por el despacho de Wuerl había pasado un desfile de secretarios sacerdotes. «Tener que hacer un trabajo sucio para un miembro especialmente delicado de la Mafia Gay de la Iglesia, -le dijeron- , es un «trabajo horrible«.

También han resonado por tiempo las quejas de las madres de chicos de las escuelas diocesanas de Washington. «Donald Wuerl es un criminal y la arquidiócesis es una empresa criminal«, manifestó una madre enojada . «Envió a un sacerdote de la mafia gay a la escuela de nuestros hijos y la destruyó» – denunciaba.

Sin embargo, el papa Francisco, incluso cuando por fin se decidió a aceptar la retardada renuncia de Wuerl, tuvo el descaro de describir su mandato en términos radiantes y elogió la «nobleza» de su renuncia.

Tan pronto como salió esa vergonzosa declaración papal,  se produjeron declaraciones de víctimas de abusos denunciando a Francisco por su negativa «indignante» a responsabilizar a Wuerl. «Esa declaración en alabanza de Wuerl es repugnante«, dijo una de las víctimas, la cual ha manifestado a Neumayr que el fiscal general de Pensilvania, Josh Shapiro, consideraba a Wuerl como el «más sucio» de los obispos.

Con su frialdad habitual, Wuerl en Pittsburgh reintegró repetidamente a los abusadores al ministerio, y hasta elogió a uno de ellos, George Zirwas, después de que murió a manos de un prostituto gay en La Habana. «P. Zirwas «, entonó Wuerl en su funeral (al que Wuerl había invitado a 21 sacerdotes y a otro obispo), tenía tanto potencial…»

Wuerl encubrió el abuso sexual de McCarrick durante años y usó su influencia para promover a los depredadores homosexuales como el Obispo Michael Bransfield y Monseñor Walter Rossi. «Cuando los tres se juntaban, Bransfield, Wuerl y Rossi, fue como ver una escena de Mean Girls«, dijo un observador de la archidiócesis.

En Pittsburgh, Wuerl tuvo que resolver una demanda presentada por un seminarista llamado Tim Bendig, quien dijo que había sido maltratado por un sacerdote. Y así podíamos seguir relatándole incontables casos.

Al nombrar a Wuerl como «administrador apostólico» hasta que se elija un sucesor, el Papa Francisco está efectivamente dando a Wuerl más tiempo para eliminar las evidencias incriminatorias y seleccionar a alguien adecuado para tapar el asunto en el futuro.

Hasta se empieza a rumorear que el elegido podría ser, nada más y nada menos, que el ínclito Cardenal Tobin, de Newark.  Agárrense los machos. Y les aseguro que no son rumores infundados.

Y todo ello cuando algunos católicos de Newark han denunciado que un supuesto actor italiano de telenovelas vive con Tobin en la rectoría de su catedral. El nombre del actor es Francesco Castiglione. Al preguntársele al portavoz de Tobin,  Jim Goodness (curioso nombre) sobre si el actor estaba viviendo en la rectoría de Tobin, se limitó a decir:  «No voy a considerar esa pregunta«.

Traducción al román paladino: Castiglione está viviendo allí, y presumiblemente seguiría a Tobin a Washington DC en caso de obtener el visto bueno a esta presunta operación.

Una pléyade de cardenales y obipos gays en sus puestos y alabados por Francisco; entre tanto se elimina decididamente a otro pastores, por otro delito: no el de ser gays y abusadores; sino el de ser fieles a la tradición y a la sana doctrina. Así están las cosas.

 

 

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Comentarios
3 comentarios en “Lo que esconden las palabras de alabanza de Francisco a Wuerl; y escalofriantes datos sobre el pasado, presente y futuro de la Archidiócesis de Washington D.C
  1. Sus días están contados . Todos esos lobos con piel de ovejas. Dios lo sabe todo. La iglesia será purificada porque es santa. Caerá sea quien sea, aún los más grandes. Dios no miente….

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