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Las siete contribuciones de Bergoglio al caso Alfie Evans.

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Vicente Montesinos

 

 

 

 

 

Los detalles que siguen sabiéndose sobre el asesinato de Alfie Evans, sinceramente, a mí me aportan poco ya. Luché con mis humildes fuerzas, mis pocas armas y mi esencial limitación para detener esa barbarie, ejecutada por el Reino de Isabel; con la bendición apostólica de Su Santidad. Como yo muchos (bien es verdad que al principio, casi diría yo, hasta casi el final, muy pocos); y sobre todo,  Alfie y sus padres, que lucharon más que nadie.

Ahora vamos sabiendo que además de ser asesinado pudo ser directamente ejecutado por fármacos que acabaran con esa «pesadilla» para médicos, jueces, entidades, organismos internacionales y pastores, que veían como, contra todos sus planes, Alfie vivía y vivía. Luchaba y luchaba. Se revelaba, con la ayuda de Dios contra ese macabro plan; mostrando por medio de este niño el Señor su Gloria, y que de Él nadie se burla.

Pero para todos estos asesinos y sus cómplices el final estaba escrito desde un principio; ya que como no nos cansamos de denunciar, su plan era matarlo a toda costa, y así lo han hecho. Con las «desconexiones» buscaron una muerte que no llegaba, y que muy probablemente, como vamos sabiendo, aceleraron a toda costa, de forma burda, grosera y cruel.

Pero hoy, y a medida que se conocen datos cada vez más escalofriantes (que insisto, aportan más a la crueldad y crimen de sus autores, pero poco a su intención, que fue la misma desde el principio), quiero centrarme, pasados ya unos días, en el papel jugado por Bergoglio en toda esta barbaridad.

Porque como siempre, hemos tenido que aguantar en las última fechas desfachateces del tipo «el Papa ha hecho todo lo que ha podido«,  y llamadas al orden por no «destacar» su aportación a golpe de Tweet en los últimos días; que en este foro nos hemos negado a tragar.

Así es que, aviso: voy a explicar lo que para mí ha sido la aportación de Francisco al caso Alfie Evans. Lo digo porque si la papolatría de alguno no le permite asumirlo, le aconsejo que no siga leyendo.

  • En primer lugar: en ningún momento procedió a desautorizar la sentencia condenatoria de muerte a Alfie; en la cual se citó, como justificación, un texto del propio Francisco que condena el «encarnizamiento terapéutico», como mal mayor que la eutanasia. El juez se basó en las palabras de Su Santidad, y en ningún momento se alzó la voz de Bergoglio para decir: ¡Oiga, de mis palabras no se aproveche para matar a este niño, porque son erróneas, equivocadas, mal interpretadas…! O cualquier cosa que hubiera bastado para romper dicha coartada.
  • Monseñor Paglia, Presidente nada más y nada menos que de la Academia Pontificia para la Vida (cruel contradicción),  salió al paso a las críticas a la sentencia de muerte, echando un capote a jueces y médicos, para calificar los cuidados a Alfie como «encarnizamiento terapéutico». En ningún momento Bergoglio lo desautorizo, y a día de hoy, el tal Paglia sigue cómodamente en su puesto. Ya me dirán, en manos de quién deja la Iglesia de hoy la defensa de la vida; con la anuencia de Su Santidad.
  • Tercer despropósito: Los Obispos ingleses, contra el magisterio, las sagradas escrituras, la tradición y la sana doctrina, se posicionan alegremente  a favor del sistema sanitario eutanásico inglés, mientras Alfie sobrevive a la «horca» y lucha contra ella. Ese fue el apoyo que recibió el niño y su familia de esta vergüenza de pastores. ¿Los desautorizó el Papa? No. ¿Les pidió que callaran? No. ¿Los llamó al orden? No. ¿Los cesó de sus puestos? No. Más apoyo de Su Santidad a Alfie y a la vida.
  • Cuarta contribución del Papa: Thomas Evans, desesperado, cree que la salvación está en Francisco. Acude a él y le solicita expresamente el asilo para Alfie en el Vaticano. Francisco no se lo concede. De esta forma consiente claramente su muerte, que para entonces estaba ya decidida, apoyada y legitimada.
  • Quinta contribución: acuciado ya por la presión mediática, y cuando al final de la batalla, los medios generalistas empiezan a hacerse eco de esta ejecución (porque no tienen más remedio, y no mucho después que los medios católicos, dicho sea de paso) pide de forma absolutamente farisaica al Hospital Bambino Gesù que «haga lo posible e imposible por Alfie«. A sabiendas, claro está, de que sin la concesión de la ciudadanía, el hospital nada podía hacer, máxime cuando su petición de traslado ya había sido rechazada por la judicatura inglesa.
  • Sexta contribución: El malévolo Paglia pide en el tiempo de descuento que haya «diálogo hospital-familia». El Papa una vez más otorga con su silencio carta de naturaleza a las acciones de Paglia, sabiendo claramente la inferioridad de condiciones en que se haya la familia. Inferioridad que pudimos ver en las desesperadas llamadas al silencio de Thomas Evans en respuesta al vil chantaje del hospital; y todo ello para que, con menos presión, pudieran asesinar a Alfie a placer.
  • Séptima contribución y definitiva de Bergoglio: un par de tuits, y a dormir, mientras, al tiempo, se producen audiencias masivas y Angelus en la plaza de San Pedro, donde guarda silencio sobre el particular.

Las siete contribuciones de Bergoglio al caso Evans. Así de claro. Así de triste. Así de vergonzoso.

Ahora, los talibanes papólatras a ladrar. Ya lo espero. Pero ninguno me podrá desmentir ninguno de estos puntos; ni aportar acciones más leales, efectivas o sinceras del Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, ante la ejecución a sangre fría de un hijo predilecto de Dios, cuya muerte, evidentemente, clama al cielo.

Dios tenga piedad de las almas que tanto han hecho para asesinar a Alfie, o que pudiendo haber hecho algo para evitarlo, no lo hicieron. Fueran las almas del Papa o del tendero de la esquina.

Y porque hasta el cielo no paramos, que Dios os bendiga.

 

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Comentarios
17 comentarios en “Las siete contribuciones de Bergoglio al caso Alfie Evans.
  1. Como mio Cid,Hitler y su eugenesia ganando batallad después de muerto.
    De verdad fue el perdedor de la segunda guerra mundial?
    Brillantísimo,Vicente.
    Aprendí de Gustave Thibon a comprender que el ensañamiento terapeutico es tambien inmoral.Pero en el presente caso no se daba nada de eso,sino todo lo contrario:Un vil empecinamiento por matar a Alfie.

  2. Tengo un nieto de la edad de Alfie y, créanme, estoy afectado por una gran tristeza desde que salió a la luz este caso tan lamentable.
    Que alguien con la máxima responsabilidad en la Iglesia de Cristo actúe así, me entristece como persona y me avergüenza como católico.
    Que se vaya por el bien suyo y, sobre todo por el bien de los demás. Es el mejor servicio que puede prestarle a la Iglesia.

  3. No nos engañemos, la cultura de la muerte, con la bendición de la ambigua misericorditis, pretende ir matando a los discapacitados graves a base de retirarles los aportes vitales de la respiración, alimentación e hidratación. A Paglia, sostenido por Francisco, se le ve demasiado el plumero. Si no lo destituye es porque está de acuerdo. Alfie ha sido un ensayo, pero ya hay otros en lista de espera.
    DOPO LA MORTE
    Parola d’ordine: confondere le idee sul caso Alfie
    EDITORIALI02-05-2018
    Alfie non è stato ancora sepolto, ma la gara per confondere la memoria di quanto è successo è già in pieno svolgimento. Dietro la narrazione dei «poveri genitori strumentalizzati» c’è il disegno di allargare la sorte di Alfie a tutti i disabili gravi.
    Stato di polizia
    Alfie non è stato ancora sepolto, ma la gara per confondere la memoria di quanto è successo è già in pieno svolgimento.
    A dare la linea ci aveva già pensato il giudice Hayden nell’ultima udienza da lui presieduta ad Alfie già staccato dall’apparecchio che garantiva la ventilazione: comprensibile la difficoltà dei genitori ad accettare la tragica condizione di Alfie, purtroppo ci sono alcuni che hanno approfittato per strumentalizzare. E ovviamente, eroici i medici dell’Alder Hey che hanno sopportato tutto questo pur prodigandosi in tutte le maniere per Alfie e la famiglia.

    Peccato che in quelle ore stesse andando in scena tutta un’altra storia, come abbiamo abbondantemente documentato giorno per giorno, ora per ora. Non importa, la teoria dei “poveri genitori strumentalizzati” ha avuto successo e dopo la morte di Alfie è diventata un ritornello. Lo ripetono i grandi giornali – il The Guardian ha dedicato pure una mini-inchiesta alla scoperta degli strumentalizzatori -; lo sostiene anche il cardinale Vincent Nichols, primate cattolico della Chiesa inglese; lo sostengono esimi medici che non fanno che tessere le lodi di questo ospedale modello che sarebbe l’Alder Hey.
    Secondo questa teoria, va da sé che i genitori facciano fatica ad accettare quello che comunque è ineluttabile. Si può forse discutere se staccargli i sostegni vitali un giorno prima o un giorno dopo – dipende da come vengono preparati i genitori – ma non c’è discussione sul fatto che Alfie doveva morire; lasciarlo in vita sarebbe stata una crudeltà inutile. Anzi, dovremmo prendere a modello il sistema sanitario britannico che è così preciso nei protocolli e così attento nel seguire ogni situazione del genere.
    È possibile che tra qualche giorno, a forza di ripetere queste spiegazioni, molte persone alla fine si adatteranno, forse penseranno di aver sognato a proposito delle violenze subite da Alfie e del tormento inflitto ai genitori. Allora è bene ricordare sempre la semplice realtà: per quanto addolorati, Thomas e Kate, non hanno mai messo in discussione la gravità della malattia di Alfie (peraltro mai definita) né si sono mai nascosti il fatto che la sua aspettativa di vita sarebbe stata piuttosto limitata. Ma volevano che la durata della vita di Alfie fosse decisa dal Signore e non dai protocolli dell’Alder Hey.

    La lunga battaglia legale è su questo che si è sviluppata, e sulla possibilità dei genitori di portare Alfie in un’altra struttura sanitaria disposta a rispettare la sacralità della vita. Nessun accanimento terapeutico, nessuna sofferenza inflitta ad Alfie, solo il rispetto dovuto ad ogni persona, sana o malata che sia.

    Il problema vero è tutto qui, nello scontro tra due antropologie, come è stato detto. Credere che la vita vada rispettata dal concepimento fino alla morte naturale e una concezione della vita legata alla sua efficienza o capacità di fare, sono due modi diametralmente opposti di accostarsi alla persona e certamente causano due modi molto diversi di curare un malato. Appare perfino ovvio che se si crede che sotto un determinato standard la vita non abbia più alcun valore, non sia degna, ciò genera anche decisioni cliniche conseguenti: chi continuerebbe a spendere denaro per qualcosa che non vale nulla?
    Certe espressioni di comprensione del dolore dei genitori – vedi giudici e medici dell’Alder Hey – sono in realtà il falso pietismo di chi è convinto che quei genitori sono dei poveretti, così attaccati a una vita che non vale nulla. E quindi cercano soltanto di trovare il percorso migliore per far loro digerire che gli ammazzeranno il figlio, ovviamente secondo un protocollo sanitario approvato da un Comitato etico che rende tutto così giusto.
    Eppure abbiamo ben visto in cosa consiste questo protocollo, abbiamo rivissuto ieri con l’articolo della nostra Benedetta Frigerio quei cinque giorni di violenze contro Alfie e i suoi genitori. Non dimentichiamolo, perché chi oggi vuole oscurare quanto è realmente accaduto sta preparando lo stesso trattamento per tutti quanti sono in condizioni analoghe a quelle di Alfie. Non c’era nessun accanimento terapeutico, a meno che non sia considerato tale dare la possibilità di respirare, nutrirsi e idratarsi a chi è disabile grave.

    Vale a dire che se era giusto che Alfie morisse in quel modo, allora lo stesso vale per quelle decine di migliaia di disabili gravi che solo in Italia sono tenuti in vita da supporti vitali. È qui che vogliono arrivare, è qui che punta anche la nostra legge sulle Dat (Dichiarazioni anticipate di trattamento).
    La vicenda di Alfie è stata strumentalizzata? No, semplicemente c’è un popolo che ha compreso la posta in gioco, e ci sono associazioni e professionisti parte di questo popolo che si sono messi a disposizione per aiutare la famiglia Evans; o hanno fatto una battaglia culturale per far conoscere la vicenda e far comprendere l’importanza di salvare quel bambino dalle grinfie di chi lo voleva morto subito. Ma il Potere non perdona chi ha tentato di mettersi di traverso, e allora ecco che ora, ucciso Alfie, cominciano a colpire chi lo ha difeso.

    1. Jorge Mario Bergoglio es el Jefe de un Estado; que si hubiera querido conceder la nacionalidad a Alfie Evans, lo hubiera hecho, ya que eso es lo que le pidió Thomas Evans

  4. Es impresionante el paralelo que hay entre la Pasión y Muerte del Señor, el inocente víctima Jesús crucificado y la vida y muerte del niño víctima inocente Alfie, Mártir.

    – Juicio parodia ante el Sanedrín = Juicio parodia ante el Juez pro-marica
    – Juicio parodia ante Pilato = Juicio parodia ante los medios del NOM, que se lavan las manos como el romano.

    – El beso del traidor Judas.
    – Los tweets-besos de ya saben quien

    – Negación de Pedro, silencio del resto, sintieron miedo.
    – Negación de los padres de la verdad sobre su hijo Alfie que habían sostenido siempre, al acceder, bajo chantaje, a un comunicado como «arrepentidos» que miente sobre el hospital-cárcel y se llaman a sí mismos a silencio.

    – Tortura hasta la muerte en Cruz
    – Tortura -física y moral- hasta la muerte con cóctel eutanásico.

    No tengo dudas, Alfie mártir está en el Cielo junto al Señor crucificado.

    Quien no entiende a Jesús crucificado: TODA VÍCTIMA INOCENTE SIEMPRE TIENE RAZÓN, no entiende el drama-pasión y muerte de Alfie Evans. Y viceversa.

    Vuelven con más fuerza que nunca, los sacrificios humanos, que el Señor vino a mostrar en si mismo y denunciar, condenar, advertir, con su muerte voluntariamente aceptada, para que creemos en Él y a Él, y tengamos vida perdurable.

  5. Se avergüenza de los obispos ingleses, pero los obispos eutanásicos ingleses se saben y sienten apoyados por el de Roma. Yo, puesto a avergonzarme, me avergüenzo especialmente del de Roma, pues, si el de Roma tuviera vergüenza, habría corregido su texto de muerte invocado en sentencia y los ingleses también la tendrían, salvo algún impresentable que siempre ha habido y habrá. https://www.lifesitenews.com/news/open-letter-uk-bishops-handling-of-alfie-evans-case-was-an-abject-failure

  6. Este artículo únicamente se merece una calificación: cum laude. Ojalá se mereciera un suspenso, ojalá fuera una mentira, ojalá fuera un cuento, una película de terror que, cuando se acaba, podemos ya respirar tranquilos.

  7. Los papólatras se conforman con uno o dos twits lacrimógenos, de contenido, por cierto, no especialmente claro; los que pedimos que Francisco esté a la altura del papado no nos dejamos engañar porque los hechos cantan y cantan muerte, desgraciadamente. Alfie Evans nos ha mostrado el auténtico rostro de la cultura de la muerte y de su hija predilecta, la eutanasia, esa que se impone arrebatando incluso la patria potestad de los padres. Alfie Evans nos ha mostrado igualmente el auténtico rostro de muerte de la misericorditis francisquita, con su doblez, hipocresía y engaño.

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