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De que cada vez somos menos; y de los católicos rígidos, los pepinillos en vinagre, demás amantes de la sana doctrina y otras gentes de mal vivir…

Pero... ¿para que va a ir la gente a la Iglesia? Si el sitio de Pablo Iglesias, James Martin, Osoro o el Padre Ángel es estar a la derecha de Bergoglio... ¿A quién le importa ya estar a la derecha del Padre?
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Vicente Montesinos

 

 

 

 

 

 

Recientemente hemos conocido los datos del último anuario de la Santa Sede, en los cuales se refleja un crecimiento del número de católicos en el mundo, dato que se nos quiere vender como un éxito de la actual pastoral.

Los datos de crecimiento son, claro, en numero absolutos, pero a efectos prácticos, lo realmente relevante es que hay una gran disminución del porcentaje de católicos respecto al crecimiento  de la población mundial. Ello, evidentemente, significa, que vamos para atrás.

Y no es de extrañar. La jerarquía actual, encabezada por Francisco, lo que nos viene predicando constantemente es:

 

  • Que no hace falta conversión al catolicismo
  • Que no hemos de hacer apostolado, al que ellos llaman «proselitismo»
  • Que los ateos también van al cielo
  • Que lo importante es la conversión ecológica y demás variantes
  • Etc…

 

Y claro. La gente piensa: ¿para que voy a convertirme y complicarme la vida, si resulta que ya tengo el cielo asegurado?

En un mensaje constante de armen lío; quién soy yo; tu has nacido así; Dios te quiere así; etc…; la Iglesia ha abandonado su función evangelizadora y salvífica para prometer a todo el planeta lo que no puede prometer. Para prometer a todos y todas (y todes) la salvación eterna; en un claro fraude que lleva hacia el abismo a millones de almas.

Y entre tanto, crece el sincretismo, el espiritualismo oriental, las sectas protestantes, la judeo-masonería; y todo tipo de ideologías contrarias a la única y verdadera fe. Con la patente de corso expedida por Bergoglio y sus amigos, para que cada cual viva como quiera, pero eso sí; cuidando a la pachamama, ahorrando agua, y construyendo un planeta sostenible.

Todo aquello de «nadie va al Padre si no por mí«…; «si no créeis no podréis salvaros«, y no digamos ya el «extra ecclesiam nulla salus«, son cosas de los católicos rígidos, los pepinillos en vinagre, demás amantes de la sana doctrina y otras gentes de mal vivir, a los que Francisco, a esos sí, detesta con fuerza, y «misericordea» sin compasión.

Al parecer son los únicos sin salvación en esta Iglesia del saldo y la liquidación.

Hemos «abierto las puertas» y nos «hemos puesto en salida» para atraer a todo el mundo.

Y hemos conseguido conducir a los católicos al averno, y no atraer a nadie. Y que la salida sea de todos… Pero hacia afuera…

Al fin y al cabo los que aman a Francisco son los que jamás pisarán una Iglesia y todos los enemigos de la misma.

Pero… ¿para que van a ir? Si el sitio de Pablo Iglesias, James Martin, Osoro o el Padre Ángel es estar a la derecha de Bergoglio… ¿A quién le importa ya estar a la derecha del Padre?

 

En el nombre de Cristo, se despide este pecador, que confía incesantemente, eso sí, en la Misericordia de Dios para con él. ¡Santos o nada! Y porque hasta el cielo no paramos, ¡que Dios les bendiga, y la Santísima Virgen de Fátima nos auxilie!

 

 

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2 comentarios en “De que cada vez somos menos; y de los católicos rígidos, los pepinillos en vinagre, demás amantes de la sana doctrina y otras gentes de mal vivir…

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