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Chismografía cardenalicia

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f500 Informar sobre la Iglesia es bastante más complicado de lo que parece. Y también es más sencillo. Complicado porque quien informe sobre la Iglesia como “una institución más”, no verá más que una dialéctica predeterminada sin sentido; guerras de frailes, revueltas de despachos o enfrentamientos doctrinales de puristas de gabinete frente a penalidades disciplinarias de millones de personas que les une un denominador común: pecadores. Y pecadores que ejercen. Pero también es más sencillo; quien sigue al Fundador de la Iglesia y quiera bajar al barro y dejarse manchar  de esta realidad, descubrirá que informar, esto es difundir noticias, es sobre todo ver la auténtica Noticia, frente a la chismografía de sacristía. La auténtica noticia sigue siendo un escándalo: Cristo ha resucitado y vive entre nosotros.   Por eso, escandalizarse sobre el Vatileaks,  la supuesta carta de preocupación de 13 cardenales al Papa Francisco entorno a la forma de ejecución del  Sínodo de la Familia, no deja de ser más que miopía. En primer lugar, de 13 cardenales supuestamente firmantes, vamos bajando a quizá uno…El mismo supuesto promotor, Cardenal Gerhard Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en una entrevista a Corriere della Sera no dice  si la ha firmado o no. 6 supuestos firmantes han negado ya su autoría.  El escándalo –dice el Cardenal- es que se haga pública una carta privada del Papa. Esto es un nuevo Vatileaks: los documentos privados del Papa son propiedad del Papa y nada más. Nadie puede publicarlo. No sé cómo puede haber sucedido. Lo dicho; miopía. Alguien confía cosas delicadas en alguien en quién no debiera confiar. Pero poco más. ¿Noticia de un hurto de mayordomo?   Las llamadas diferencias entre el Papa y algunos cardenales no escandalizan a quién sabe que quien marca lo nuevo en el camino de la iglesia es un gran innovador, el Espíritu Santo, en la Iglesia de quien hace nuevas todas las cosas. Y que, volviendo atrás dos mil años, en su inicio, sin Vatilleaks, pero más en vivo, todos los fieles fueron testigos de el encarnizado debate entre el Papa San Pedro y San Pablo sobre la admisión de los gentiles, los no-judíos, al bautismo y a la incorporación, por tanto a la Iglesia. No era moco de pavo el asunto del debate. Sin ese cambio,  que prefiero llamar más bien enfoque, apertura, la Iglesia no sería hoy la Iglesia universal.   Por eso, para un periodista, el desafío  de la noticia es mayúsculo: la tremenda novedad cada día de ser testigo de pecadores muriendo por su fe, o entregando cada día su vida en un servicio a los demás. Eso no sale en las portadas. Pero es primera plana si se busca la noticia  de verdad. Una novedad más cautivadora y más interrogante, dramáticamente interrogante, que los chismes de despacho y sacristía. Algunos chismógrafos me llaman ingenuo. Yo prefiero el periodismo de guerra. Miopía; de verdad.

Comentarios
0 comentarios en “Chismografía cardenalicia
  1. Un obispo declaró en el Sínodo, citando una famosa frase del Papa Beato PabloVI, que en el Sínodo del año pasado entró «el humo de Satanás» en el Aula Pablo VI, y que este año queda todavía el mal olor del mismo humo. Supongo que este obispo que participa en el mismo Sínodo tendrá unas nociones más acertadas que las suyas acerca de lo que sucede en el Sínodo. Además, según las nuevas normas impuestas por el Papa Francisco no se publican los resúmenes de lo que dicen los obispos, como se ha hecho en los Sínodos anteriores, por lo cual es muy difícil, por no decir imposible saber que´pasa en el Sínodo. Creo que los fieles tienen derecho de saber qué están diciendo sus obispos, pues desde siempre los obispos han representado a su propia grey en los concilios.

  2. Me parece Sr. Pou que no tiene usted ni idea, ni se da cuenta de la gravedad de la situacion en Roma, Los Cadenales que han firmado son 13 ni uno menos, y los mas notables del Colegio Cardenalicio que estan en total y absoluto contraste con la barbaridad doctrinal que se intenta pasar en el Sinodo. Y por favor dejemos en paz al Espiritu Santo, que la Tercera persona de la Santisima Trinidad , no va a contradecir a la Segunda, como todos los herejes y apostatas pretenden.

  3. No existió ningún debate entre San Pedro y San Pablo sobre la admisión de los gentiles, los no-judíos, al bautismo y a la incorporación, por tanto a la Iglesia. Véase Hechos 15.

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