Más de uno habrá pestañeado dos veces para comprobar que no se trata de un montaje, pero el parecido físico del cardenal arzobispo de Toronto con el expresidente izquierdista de Canadá, Justin Trudeau, es notorio.
Con tan solo 53 años, el cardenal Francis “Frank” Leo se ha consolidado como una de las voces emergentes más influyentes dentro de la Iglesia católica. Nombrado cardenal por el papa Francisco en el consistorio del 7 de diciembre de 2024, el actual arzobispo de Toronto combina una sólida formación teológica, experiencia diplomática y un reconocido carisma pastoral que lo perfilan como un líder clave en el escenario eclesial contemporáneo.
Nacido el 30 de junio de 1971 en Montreal, de padres italianos, Leo fue ordenado sacerdote en 1996 y rápidamente se abrió camino en la vida eclesiástica. Luego de una década de servicio parroquial en su ciudad natal, se trasladó a Roma para ingresar al Servicio Diplomático de la Santa Sede, sirviendo en diversas nunciaturas hasta 2012. Ese mismo año, el papa Benedicto XVI lo nombró Capellán de Su Santidad.
De regreso en Canadá, se dedicó a la formación de nuevos sacerdotes y fue secretario general de la Conferencia Canadiense de Obispos Católicos (2015-2021), cargo desde el cual impulsó una visión renovadora para la Iglesia en el país. En 2022 fue designado obispo auxiliar de Montreal y un año después, arzobispo de Toronto, la segunda arquidiócesis más grande de Canadá con cerca de dos millones de católicos.
La carrera de Leo ha estado marcada por una fuerte dimensión académica. Doctor en Teología Sistemática con especialización en Mariología por la Universidad de Dayton, también ha cursado estudios avanzados en Filosofía, Derecho Canónico, Diplomacia y Dirección Espiritual. Ha enseñado en universidades de Canadá, Estados Unidos y Australia, y es presidente fundador de la Sociedad Mariológica Canadiense.
Su consagración como cardenal-sacerdote de la iglesia titular Santa María della Salute en Primavalle fue seguida por una emotiva celebración de su primera misa como purpurado el 8 de diciembre, en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción. “Veo su presencia con mucha fuerza esta semana”, dijo entonces, refiriéndose a la Virgen María. “Hay indicios aquí y allá del don que ella representa y de su cuidado maternal por mí y por la Iglesia”.
En una carta pastoral publicada en enero de 2024, el cardenal Leo destacó la inspiración de figuras que “cristalizaron para la Iglesia y el mundo una dimensión particular del Reino”, entre ellas Fulton Sheen, Chiara Lubich, Thomas Merton y Dom Helder Camara. Este gesto fue interpretado como una apertura a voces diversas dentro del catolicismo, incluyendo algunas tradicionalmente vistas como progresistas.
Actualmente, el cardenal Leo forma parte del Dicasterio para los Textos Legislativos y es miembro de varias órdenes y fraternidades religiosas, entre ellas la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén y la Fraternidad Sacerdotal de Santo Domingo.
Aunque aún joven para los estándares del Colegio Cardenalicio, su perfil multilingüe, su experiencia internacional y su reconocida espiritualidad lo convierten en una figura a observar con atención en el futuro inmediato de la Iglesia.
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Bueno yo vivo en Toronto y les voy a decir: Esta en plena campana de cerrar iglesias porque ferigreses NO HAY. Si aqui no hubiera filipinos habria que cerrarlas todas. Los suburbios de Toronto estan llenos de Musulmanes. Ha, el Seminario de Toronto ahora tiene todos sus profersores Africanos… Dios sabra porque… Pero por lo demas, si se parece a Trudeau.
No solo se parece en lo físico al niño demoníaco Trudeau, todo lo que Bergoglio nombró es malo y además inválido.