Francisco ha muerto. Que descanse en paz. Lo que venga después, sólo Dios lo sabe. Pero una cosa está clara: se ha cerrado una etapa. El pontificado más desconcertante, desestructurador y desconcertado del último siglo ya pertenece al pasado.
No conviene cebarse con los muertos —aunque algunos, en vida, se cebaron bastante con los vivos—, pero tampoco dejarse atrapar por las emociones del momento. La Iglesia sigue. Y con ella, sus cardenales.
Hay quienes temen que lo que viene será peor. Que el colegio cardenalicio ha sido colonizado por perfiles aún más ideologizados, más entregados a la “agenda” que al Evangelio. Pero quizá no. Quizá, en su mayoría, no sean ni herejes ni profetas del progresismo, sino simplemente lo que la historia ha producido siempre en los momentos de crisis: supervivientes. Y eso es buena noticia.
Porque el trepa, a diferencia del fanático, huele. Percibe. Se adapta. No es leal, pero es astuto. No se inmola por una causa, pero tampoco se embarca en una que se hunde. Si hay algo que los trepas saben hacer, es detectar hacia dónde sopla el viento. Y quizá por eso, ahora que el gran taumaturgo de la sinodalidad ha expirado, se atrevan por fin a dejar de fingir. A dejar de repetir con mirada bovina las fórmulas cansadas de una primavera que nunca llegó.
¿Dónde están las vocaciones? ¿Dónde las conversiones? ¿Dónde los frutos de esta Iglesia líquida, dialogante, horizontal y “en salida”? ¿En los sínodos del PowerPoint? ¿En las liturgias sin misterio y sin Dios? ¿O en esos seminarios tomistas que tantos miraban por encima del hombro, como si fueran un anacronismo vergonzante?
La realidad, siempre tozuda, empieza a imponerse: la Iglesia crece donde se predica la fe íntegra, no donde se reparte globos. La gente se convierte cuando se encuentra con Cristo, no con una asamblea de escucha recíproca. Y si algo queda en el fondo del alma episcopal —aunque sea por puro instinto de conservación— es el deseo de no ver cómo la barca de Pedro se va a pique por seguir mapas trazados en las facultades de sociología.
Quizá por eso, y con cierto optimismo, podemos esperar que muchos cardenales estén hoy haciéndose la única pregunta que importa: ¿cómo salvar la institución?
Y si de verdad se la quieren salvar, tendrán que soltar lastre. Desprenderse de la retórica vacía, de las sonrisas sin contenido, de los discursos que no convierten a nadie, pero hacen dormir incluso al Espíritu Santo. Tendrán que volver al dogma, a la liturgia, a la tradición viva de la Iglesia. No por convicción —sería demasiado pedir—, sino por mera supervivencia.
Y eso, visto lo visto, ya sería un gran paso.
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Ahora lo mas importante es la oración de los fieles para que el Espiritu Santo triunfe frente a los egos y aspiraciones personales. Es la oportunidad de la iglesia de mantenerse unida y alejar los ruidos de cisma que cada día suenan mas.
Ahora somos todos sedevacantistas.
No sólo los que lo son desde la muerte de Pío XII, Juan XXIII o Benedicto XVI, o desde la promulgación de Pacem in terris (1962) o Dignitatis humanae (1965).
En el Abc de hoy, entre tantos elogios desmedidos, una columna discordante de Rosa Belmonte sobre el Papa del “extraño prestigio”.
“Según Isabel Celáa, embajadora ante la Santa Sede, es un Papa irrepetible” y la columnista apostilla con gracia: “Me alegro”.
Dios lo tenga en su gloria.
Y se digne reparar a su Iglesia en ruinas desde la hecatombe posconciliar.
Ya pueden celebrar, PERROS hipócrita s.
Explica San Atanasio sobre la muerte de Arrio lo siguiente: «Porque el Señor mismo había decidido entre las amenazas de los amigos de Arrio y las oraciones de la Alexander obispo. El condenó la herejía arriana, demostrando ser digno de la comunión con la Iglesia. Dios dejó claro a todo el mundo, que aunque el arrianismo podría recibir el apoyo del emperador e incluso a toda la humanidad, sin embargo, debía ser condenada por la Iglesia.»
Lo combatimos durante doce años a cara descubierta.
Dios ha emitido su juicio sobre Bergoglio con la Gran Señal de su muerte después de Semana Santa, cuando Cristo resucitó, Bergoglio muere, los suyos, por ahora, incapaces de morder, pueden morderse todo lo que quieran.
Alberto Ramón Althaus. De acuerdo con usted.
pinche argentino pútrido, no me toques sucio infecto
Dios te salve María.
Apártate luciferino!!!!
El pontificado más desconcertante de la historia porque las barbaridades de sus predecesores las seguimos ocultando, para que parezca que todo esto vino por sorpresa. Si es que sois el co ño la bernarda.
En realidad, lo de Francisco ha sido un desmadre herético y un abuso institucional de tal calibre que no pocos católicos se están dando cuenta de que eso son deposiciones de un monstruo alimentado desde hace ya muchos años… pero que no habían podido o querido ver. Lo que antes eran avisos sobre el Modernismo y el Liberalismo son ahora realidades bien dolorosas, y los papas post-CVII tienen una enorme responsabilidad al haber capitulado ante el Mal de una manera tan vergonzosa y además intentado presentárnoslo como algo inevitable o incluso deseable.
¿Capituló ante el mal S.S.Benedicto XVI redactando, por ejemplo, la Summorum Pontificum en el que recordó la plena vigencia de la Santa Misa razón por la cual la chusma le presionó a renunciar, que no abdicar, que nunca lo hizo? Le sugiero que controle sus arrebatos.
Gurpeguy, mi hijo, antes escribías algunas veces por semana y esto ya me entristecía. ¿Por que no era menos? Tus textos en su mayor parte son malos. No entiendo que puesto tienes en este site, pero por algo te dejan aletear muy libremente.
Lo que me llama poderosamente la atención es tu activismo plumero luego de la muerte del Papa. Y ojo que su deceso fue ayer temprano. De allá hasta cá, vomitas críticas sin parar. El Pontífice será enterrado en poco más de 3 días. Supongo que ya tienes planilladas tus críticas hasta el sepultamiento. ¿En qué ayuda y edifica esto? Perder un Papa siempre genera una fragilidad mayor, un momento de revisión, de mirada al futuro. Y cuando varios miramos lo que el Señor pueda pedirnos, además de la oración, apareces tú con esta bulla incómoda. El cuerpo no enfrió y hay cardenales conspirando y Gurpeguy molestando. ¿Por qué no te callas? Por qué no haces silencio, no oras? No eres un oráculo. Deje a Dios ser Dios. Necesitamos paz en la Iglesia.
BODRIGO
uFF, Vaya cantidad de tontadas. Que insustancialidades y majaderias. Es que me parto con tus chorradas. Asi que la muerte de un papa siempre general fragilidad? Sera entre vosotros los herejes y fiducios y los retrasados mentales. En la gente seria y honesta no genera la mas mínima fragilidad.
Que Bergoglio lleve tanta paz como descanso deja. Sobre todo al que le movía la silla, que le tenía frito con sus cuescos veganos.
Rodrigo, hace años que yo no escucho algunas emisoras, a determinados locutores, no leo lo que escriben ciertos periodistas… ¿Por qué, si tanto le molesta, no deja de leer al señor Gurpegui? Si lo lee es porque en el fondo, supongo, le interesa… excepto que vd. sea masoquista.
El Sr. Gurpegui no necesita que yo le defienda, ¡naturalmente!, pero me aburre de tantos comentaristas que, aunque están en su derecho de opinar, no hagan más que atacar, y/o difamar, y/o injuriar a Infovaticana o a alguno de sus colaboradores.
Yo sé lo que es, por ejemplo, Religión Digital, y no pierdo el tiempo en leerla. Como no me interesa…
Claro, la explicación puede ser que aquí las opiniones tienen eco y en otros medios pasarían desapercibidas.
En fin, ¡Feliz Pascua!
La iglesia crece donde se predica la fe íntegra. Venga ya, hombre. ¿cual fe íntegra, la de que la resurrección no es del cuerpo físico sino de las personas, la de San Anselmo se inventó la doctrina de la satisfacción, o la de que la antigua alianza nunca fue abrogada?
¿Y usted cuándo piensa convertirse a la fe católica, por cierto? Ya sabe que fuera de la Iglesia no hay salvación.
Sí, sr. Gurpegui, pero esta gentuza se agarra como garrapatas al poder. Ahí hemos visto como el gran masón de Parolin está haciendo cosas que nor corresponden, tras la muerte de quien lo nombró. El versículo de sam Juan cuando el Señor contesta a Pilatos sobre el poder,
cobra un sentido imperecedero: Parolin es lo que es porque otro lo nombró… Aquí en España los babeadores y aduladores del difunto papá, comunistas y socialistas del gobierno, llevan perdidas no se cuántas votaciones parlamentarias, siguen sin presupuestos y van a estirar todo lo que puedan los «matices» de la Constitución para seguir aferrados al poder. Son todos iguales los de esta gentuza, tanto civil como de la Curia, cuando se trata del poder, de dominar, de seguir con su tiranía sobre el pueblo, sin importarles ni reglamentos ni leyes, solo detentar, mandar…ellos, solo ellos.
Y qué decir ya más de la CEE, de Omella no me fiaba un pelo, Argüello es más falso que Bruto y de Cobo.., la verdad, me ha superado…
Los cardenales deen repetirse estos dias : «las personas SI se convierten ante el Sagrario»
No como cierto nefasto cardenal bergogliano que afirmaba lo opuesto
Y las dubias sin responder.
Exposición brillante del señor Gurpegui. El enfoque sobre el comportamiento de los cardenales me parece muy acertado. Al fin y al cabo es la condición humana.
Respecto a la memoria que permanece de Francisco hay un hecho que se repite: ante la adulación generalizada, hay que «matar al mensajero» que se atreve exponer, con datos, los errores y fallos del anterior Papa; motivados, probablemente, por su falta de aptitud pero que, sin juzgar sus intenciones, que sólo Dios conoce, llevan consigo a que los resultados de este Pontificado hayan sido lamentables para la Iglesia, tanto desde un punto de vista doctrinal como moral. Se pueden resumir en la palabra: CONFUSIÓN.
Y hay un hecho curioso. Todos los enemigos de la Iglesia Católica, izquierda comunista o liberalismo progresista, incluyendo a la masonería, alaban a Francisco.
Descanse en paz.
De confusión nada de nada, hoja de ruta marcada de principio a fin por la masonería eclesiástica, es decir, por Satanás. Y el chiflado argentino, un peón más. ¿Asusta?. Más asusta vivir como un cobarde en el engaño.
2 de enero. No existe nada curioso. Si lo alaban y elogian desmedidamente, es porque Bergoglio era uno de ellos, impuesto por ellos.
Fue un gran impostor.
«La gente se convierte cuando se encuentra con Cristo, no con una asamblea de escucha recíproca.»
Otra vez el cansino tridentino con sus estúpidos clichés y falsas dicotomías. Es aburrido y muy pesado, además de fanático. Tiene esperanza de que venga ahora un Papa muy de su gusto y ultraconservador que va a deshacer lo que hizo Francisco, que va a cerrar la Iglesia al mundo, que va a volver a una Iglesia altamente jerárquica y clerical con el Papa paseándose como un emperador con toda parafernalia medieval. Pues está muy equivocado. Sera un Francisco 2.0, profundamente ecuménico y dialogante, que encumbrará aun más a los laicos.
😴 Zzzzzzzzzzzzzzz
¡Menuda chapa! Repetida, por cierto. Se repite usted más que el ajo.
El titulo del articulo es brutal, MUERTO EL P SE ACABO LA