David Amado Fernández
Hoy no hay Antífona ni canto de entrada: la celebración empieza con un silencio total. De una manera especial se nos invita a la escucha del relato de la pasión y a fijar nuestra mirada en la cruz. Así inicia el texto de Isaías: «Mirad, mi siervo…» Y san Juan, al final de su relato, insistirá en el testimonio del que vio y recordará la profecía de Zacarías: «Mirarán al que traspasaron». Se nos invita a fijarnos detenidamente en lo que el Hijo de Dios hizo por nosotros para descubrir (ver) el amor que lo movió a entregar su vida.
En ese ver más profundo se nos revelando que él es la verdad («todo el que es de la verdad escucha mi voz»); su realeza («tú lo dices: soy rey»); que nuestra existencia encuentra en él su sentido («he aquí al hombre»); y su relación con lo alto, es decir, que es el Hijo de Dios que se inmola a favor nuestro. San Juan nos va conduciendo, a través de su relato, para que descubramos la libertad con la que Jesús se encamina a la cruz, desde que es arrestado («yo soy»), hasta el momento en que entrega su espíritu («está cumplido»). Es el quien da la vida y el evangelista quiere que, a través de él, descubramos el amor de su corazón traspasado.
Señaló Chesterton: «Si miras una cosa novecientas noventa y nueve veces, estarás perfectamente a salvo; si la miras una milésima vez, te expondrás al espantoso peligro de verla por primera vez». Esta advertencia puede ayudarnos, especialmente para ese otro momento en que se nos invita a adorar la Santa Cruz: «Mirad el árbol de la cruz, donde estuvo clavada la salvación del mundo». La adoración hace que no veamos simplemente allí un instrumento de suplicio. Escribió santa Teresa Benedicta de la Cruz:
«La cruz no es el final. La cuz se alza para señalar el cielo. No es solo el signo, sino también la armadura invicta de Cristo; el báculo de pastor con el que el divino David lucha contra el malvado Goliat, con el que Cristo llama enérgicamente a la puerta del cielo y la abre. Entonces, la luz divina se derrama e ilumina a todos los que siguen al Crucificado».
La celebración de hoy une también el sufrimiento del mundo, que el siervo sufriente carga sobre sí (primera lectura), con la certeza de que él es el sumo sacerdote que «se convirtió, para todos los que le obedecen, en autor de salvación eterna» (segunda lectura). Por eso, sentimos también la necesidad de permanecer toda nuestra vida junto a la cruz. El evangelio nos lo señala al situar en el Calvario a la Virgen María y al discípulo amado. Jesús con sus palabras apunta a la realidad de la Iglesia. María es madre de los que nacen del sacrificio de su Hijo en la cruz, es Madre de la Iglesia. El beato Pierre Claverie, asesinado en Argelia en 1996, refiriéndose a que el cristiano debe estar presente en los lugares de sufrimiento y no dejar de dar algo de sí mismo en todas las circunstancias, escribió:
«¿Dónde estará la Iglesia de Jesucristo, que es el Cuerpo de Cristo, si no está sobre todo allí? Yo creo que ella muere si no permanece lo bastante cerca de la cruz de su Señor. Por paradójico que esto pueda parecer…, la fuerza, la vitalidad, la esperanza cristiana, la fecundidad de la Iglesia, provienen de allí; de ninguna otra parte».
La Sagrada Comunión se realiza con los dones pre-santificados en la celebración del Jueves Santo. Se muestra la unión entre la institución de la Eucaristía en la Última Cena y el sacrificio de Jesús en la cruz. Igualmente, cuando el sacerdote señala al «Cordero de Dios que quita el pecado del mundo», se apunta a la resurrección. Entramos en comunión con el Viviente, que ha muerto por nosotros y nos ha hecho partícipes de su vida. Nos la da para que también nosotros podamos entregarla. Como señaló santa Teresa Benedicta de la Cruz, «los que han sido bautizados en Cristo Jesús han sido bautizados en su muerte. Son sumergidos en su vida para devenir miembros de su cuerpo y padecer y morir con él, como miembros suyos». Entremos en el silencio de la contemplación para que nos inunde el amor de Dios y en él seamos transformados.
Cortesía de la revista mensual Magnificat
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