¿Te sorprende que los obispos aplaudan la profanación del Valle? ¿Que callen ante las barbaridades de Sánchez? No debería. El enemigo lleva mitra desde hace décadas.
En 1974, un obispo separatista se convierte en héroe. Antonio Añoveros, obispo de Bilbao, lanza una pastoral nacionalista mientras ETA siembra cadáveres. Pide “libertad” para el País Vasco. Dice que “la unidad política no se identifica con la uniformidad”. Que “el pueblo vasco tiene derecho a conservar su identidad”. Que el Estado debe aceptar el “pluralismo”.
¿Reacción del Gobierno? Arresto domiciliario. Expulsión inminente. ¿Y la Iglesia? Roma amenaza con la excomunión. Los obispos se revuelven. No por Cristo. No por la fe. Por un obispo que juega con el nacionalismo.
Franco, que había salvado a la Iglesia del exterminio rojo, se ve acorralado. Cede. Añoveros se queda. La Iglesia canta victoria. Ese día quedó claro. El enemigo no era el marxismo. No era el separatismo. Era quien defendía la unidad, el orden, la fe. Era Franco.
Desde entonces, el patrón se repite. Valientes con los suyos. Sumisos con los enemigos de Dios. Chulos con los católicos fieles. Nenazas con el poder blasfemo.
Hoy los obispos no alzan la voz por los niños abortados. Ni por los cristianos perseguidos. Ni por España. Pero se arrodillan ante Sánchez. Ante Bildu. Ante todo lo que destruye.
El caso Añoveros fue el principio. El Valle de los Caídos, el final. Mismo teatro. Mismos actores. Misma traición.
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Un obispo verdaderamente cristiano. Una rara avis en la Iglesia española del franquismo. Una voz profética dentro del vergonzoso desierto nacionalcatólico.
Hombre Marcos te hemos echado de menos, en el contexto de este antiguo apodo. Veo que tu estupidez y estulticia se mantiene intacta, con que Añoveros era un verdadero cristiano, venga ya, Añoveros era un nacionalista vasco, separatista, simpatizante de ETA, de la caterva de los que refugiaban a los terroristas en sus templos. Prelados responsables junto a los terroristas de la sangre inocente derramada en España y en Vascongadas. Es decir, hablando en román paladino, unos asesinos por acción o por omisión.. GORETSI JAINKOA
Hoy toca provocar con ese apodo de marcos el pisa charcos, así de cretino es este infame troll
No interesa.
Gracias EVA MARÍA,me gusta que responda así : «NO INTERESA» porque no interesa ese personajillo que no da la cara
Un individuo felón,
que vende al mejor amigo;
una cizaña entre el trigo;
un gorgojo en el arcón…
Una plaga que envenena;
un ciclón que todo arrasa;
un ladrón de huerto y casa;
una maca en fruta buena…
Un gallo en una romanza;
un borborigmo estridente;
un sapo en límpida fuente;
un traspiés en bella danza…
Una boñiga en las losas;
un vómito en un mantel;
una mosca en un pastel;
un pulgón sobre las rosas…
Una rata en la bodega;
una chinche entre la lana;
un piojo que al niño allana.
un Judas que a Cristo entrega…
👏👏👏👏👏
Yo no le oí decir ni pío mientras fue obispo auxiliar de Cádiz-Ceuta y mira que lo vi veces. El obispo verdaderamente cristiano tendría que haber dicho que él no era el adecuado para semejante diócesis de maquetos.
El réprobo de Tarancón iba por ahí presumiendo del decreto de excomunión que tenia contra el Caudillo en el bolsillo. Era el lacayo de Pablo VI y los dos se descojonaban de la decrepitud del anciano general. Se lo pasaban muy bien haciendo planes para traicionar al régimen de Franco con una puñalada por la espalda. Reuniones secretas con la oposición, con los que un día los persiguieron y asesinaron, pero era tal la locura que el modernismo había provocado en la iglesia y en sus mentes enfermas, que lo justificaban aduciendo la reconciliación de los españoles, cuando esto hacia lustros que ya se había conseguido. Los curas en las parroquias empezaron a hablar de política, de democracia, de amnistía, de apoyo a los terroristas, hubo manifestaciones de hasta de frailes. Lo que mas sintió al final de su vida Franco fue la traición de la iglesia. Los mismos canallas de hoy. Malditos sean.
Gracias, Sr Gurpegui por este valiente artículo. Ha dicho la verdad y ellos se lo pueden hacer pagar caro.
Quienes quieran conocer este asunto pueden consultar el libro de Ricardo de la Cierva que lleva por título: Auge y caída del comunismo y la teología de la liberación. En él se dedican varios capítulos a la trampa comunista de nombrar obispos auxiliares que llegasen a ser mayoría en la Conferencia Episcopal, estos no tenían que pasar por la terna propuesta por el Estado para que la Iglesia los nombrase, establecida por el concordato de 1953 y dentro de este capítulo se relata el tristísimo caso Añoveros, donde además de al susodicho se retrata a la perfección al nuncio Dadaglio y a «San» Pablo VI.
Efectivamente. Enhorabuena al Sr. Gurpegui. En pocas líneas, de forma clara y concisa, expone el comportamiento de parte de la Iglesia española (y Universal) con el estadista que la había salvado del exterminio.
Recomiendo también un libro demoledor hacia el personaje (personajillo, pastoral e intelectualmente hablando) que se llamaba Tarancón. «Mi réplica la cardenal Tarancón», de Blas Piñar. 1998. Efectúa un recorrido por la Iglesia Española de aquellos años finales de los 60 y primeros de los 70. Responde al libro escrito por aquel lamentable cardenal titulado «Confesiones».
La cosa empezó antes.
El ataque fue encabezado por el mandilón mayor del reino, Montini, quién en 1967 nombró al masonazo Dadagio Luigi (núm. 37 de la lista Pecorelli de masones vaticanos) nuncio en España, quien rápidamente empezó a promover a elementos como Tarancón.
Efectivamente. En 1967, con el nombramiento de aquel tipo llamado Luigi Dadaglio, se inició desde el Vaticano el acoso al régimen de Franco.
¿¿¿ QUE HAY ROJOS CON MITRA Y BÁCULO ???
SIN DUDA ALGUNA.
CARO LO ESTÁ PAGANDO LA CATOLICIDAD TODA Y EN TODO EL MUNDO.