Estimado Don Luis:
Soy Jesús García – Conde Del Castillo feligrés de Valladolid. Tuve la oportunidad de compartir un encuentro de tono agradable con usted pero en el resultado decepcionante en su despacho de Añastro. Ni el recuerdo que usted dedicó a mis padres, que yo le agradezco, consiguió quitarme el sabor amargo de aquel encuentro.
Le escribo estas líneas a raíz de la preocupación de numerosos católicos españoles ante la toma de postura sobre el Valle De los Caídos de la Conferencia Episcopal española reunida en asamblea plenaria durante esta semana. El portavoz de la CEE, Don Francisco César García Magán, manifestaba en la rueda de prensa del viernes el respaldo total y unánime, sin ninguna voz discrepante de los obispos españoles al proceso de diálogo mantenido con el Gobierno para resignificar el Valle de los Caídos. Aunque el acuerdo entre la Iglesia y el Gobierno de España sobre el proyecto de resignificación no estaría aún cerrado, parecen claras las coordenadas básicas:
- Mantenimiento de la comunidad benedictina
- Reducción del espacio de la Basílica destinada al culto a la zona bajo la cúpula cuyo mosaico quedaría tapado con una lona.
- La nave de acceso a la Basílica quedaría reservada para el ‘espacio cultural y democrático’ que se proyecta construir. Los fieles que quisieran seguir yendo a Misa accederían por la parte trasera descendiendo a a los bancos con un ascensor.
- Se mantienen sin tocar la Cruz y resto de representaciones religiosas exteriores.
Los obispos con los que hemos conseguido hablar estos días, destacaban que el gobierno habría entrado muy fuerte a las negociaciones, exigiendo la ‘resignificación total’ por lo que el acuerdo alcanzado, a falta de concretar los detalles, se consideraría un éxito por los elementos ‘salvados’ según el criterio de los prelados. Este enfoque contrastaría con el de numerosos fieles, entre los que me encuentro, que consideran estas cesiones una humillación para los católicos y especialmente para los mártires allí enterrados.
En aquella visita a su despacho de Añastro, nos enseñó los cuadros de los 13 obispos asesinados por el bando del Frente Popular en la Guerra Civil. Nos paramos en el dedicado a Florentino Asensio, vallisoletano, martirizado en la nuestra Guerra en Barbastro. El 8 de agosto de 1936 fue asesinado por milicianos leales al gobierno del Frente Popular y armados por ellos. Le cortaron los genitales y ni así consiguieron que apostatara. Me pregunto si Don Florentino no advirtió a tiempo de que los emisarios del gobierno del Frente Popular venían fuertes con exigencias de máximos que podían incluir atentar con su vida y ante esa situación desigual no le hubiera convenido más a Don Florentino negociar un 80% de apostasía al menos para no enfadar al gobierno. Resistió, no cedió y los emisarios le resignificaron los genitales al 0 % dejándole desangrarse hasta morir sin que eso le hiciera renunciar a su fe. Hoy el Beato Asensio es un ejemplo de firmeza y fe que debería haber servido como elemento de inspiración para los obispos para resistir a las presiones de un gobierno revanchista. No se olvide, Eminencia, que el gobierno actual se considera heredero de aquel bando que mutiló a Don Florentino y asesinó a 113 de los 131 sacerdotes de esa diócesis. ¿De verdad cree que ese bando merece tener un museo en pleno Valle de Los Caídos.? ¿ Los obispos españoles, incluido usted, están de acuerdo unánimemente con la resignificación que plantea el gobierno? Si es así ¿es por obediencia al Vaticano o por algo más? Y si nos es así, ¿ Por qué no lo manifiestan?
No se me olvide, antes de pasar al siguiente asunto, que el portavoz llamó ‘nefasta’ guerra civil a lo que en la Carta Colectiva de los obispos españoles de 1937 mereció el siguiente párrafo que bien podría haber inspirado a la asamblea plenaria sobre las obligaciones de los obispos
Cumplimos con ello, junto con nuestro oficio pastoral -que importa ante todo el magisterio de la verdad- con un triple deber de religión, de patriotismo y de humanidad. De religión, porque, testigos de las grandes prevaricaciones y heroísmo que han tenido por escena nuestro país, podemos ofrecer al mundo lecciones y ejemplos que caen dentro de nuestro ministerio episcopal y que habrán de ser provechosos a todo el mundo; de patriotismo, porque el Obispo es el primer obligado a defender el buen nombre de su Patria «terra patrum», por cuanto fueron nuestros venerables predecesores los que formaron la nuestra, tan cristiana como es, «engendrando a sus hijos para Jesucristo por la predicación del Evangelio»; de humanidad, porque, ya que Dios ha permitido que fuese nuestro país el lugar de experimentación de ideas y procedimientos que aspiran a conquistar el mundo, quisiéramos que el daño se redujese al ámbito de nuestra Patria y se salvaran de la ruina las demás naciones.
Me pregunto si el portavoz hubiera preferido que los españoles que se alzaron frente al asesinato por toda la geografía española de sacerdotes, monjas y fieles no se hubieran alzado para no ser merecedoras sus acciones, 90 años después, del calificativo de `nefastas’ por un representante de la Iglesia cuya fe y permanencia ellos defendieron hasta pagarlo con su vida. Quien pronunció estas desafortunadas palabras es Francisco César García Magán, obispo auxiliar de Toledo. Puede ir a ver acciones nefastas a la mina de Camuñas, sin salir de su diócesis, donde se encontrará con hasta 300 cadáveres de católicos asesinados por los emisarios del gobierno de entonces, del Frente Popular. Me pregunto si el Padre Magán no tenía algún otro adjetivo a mano para referirse a la guerra que recogiera, aparte de los horrores de la misma, el agradecimiento al bando que se rebeló y conservó las iglesias que el otro bando quemaba y protegió la vida de los sacerdotes como él, que el de enfrente fileteaba. Eso fue así, y aún así, el capitán del bando ganador, Franco, dispuso que el monumento que iba a guardar los restos de sus soldados caídos, acogiera también los de los del bando contrario y que así españoles de uno y otro bando mantengan eternamente el abrazo. Este propósito reconciliador, mas allá del monumento en sí, el que va a ser resignificado y sustituido por la revancha ¿ Apoyan eso ustedes unánimemente?
El Beato Florentino compartió el martirio de nuestro Señor Jesucristo ocurrido el Viernes Santo de hace casi 2.000 años y los viernes santos de Valladolid eso se recuerda en el Pregón de las Siete Palabras que actualizan las siete frases que pronunció nuestro señor desde el ambón del martirio y la redención que es la Cruz. La proximidad de la fecha me ha hecho recordar el pregón que usted pronunció en 2023 en nuestra Plaza Mayor. El apoyo unánime, lo que le incluye a usted, a la resignificación del Valle De los Caídos, me ha dado nuevas luces para reflexionar, y reinterpretar quizás, sus palabras de aquel pregón de 2023.
En aquel momento usted decía:
El deterioro del valor de la palabra nace de una amenaza contra la esencia del hombre y es la consecuencia del proceso por el que el lenguaje, bajo el dominio de la metafísica moderna de la subjetividad, va cayendo de modo casi irrefrenable fuera de su elemento: ser la casa de la verdad del ser. El lenguaje se abandona a nuestro mero querer y hacer, a modo de instrumento de dominación sobre lo que es. Hoy las palabras, en redes y pantallas, dejan de ser representación de la realidad, para convertirse en instrumento de la voluntad de poder o de lo políticamente correcto.
Comparto su visión, pero, el hecho de llamar ‘resignificación’ a lo que en realidad es una profanación de un lugar sagrado para sobre su sagrado suelo, una vez desacralizado, homenajear a los profanadores de hace 90 años, no es ¿aceptar aplicar las palabras como instrumento de la voluntad de poder o de lo políticamente correcto? De un poder que como se describe en otras partes de su intervención dicta su «evangelio» por el que quiere instaurar su «pax global. O un Poder que destruye al hombre como persona y le quieren reducir a individuo desvinculado o a miembro anónimo y sin rostro de una identidad utilizada ideológicamente. En una parte de su alocución a los vallisoletanos se refiere a las ideologías progresistas, que detentan ese Poder. Y entonces, no ya utilizando eufemísticamente la palabra resignificación, sino apoyando unánimente el proyecto que un gobierno ebrio de ese Poder deshumanizante, ¿no se están convirtiendo ustedes también en instrumentos del Poder, de ese Poder? ¿No hubieran preferido hacerle frente pacíficamente al menos, beatíficamente como Don Florentino?
En esta línea, al hablar del Poder, muy presente en su discurso, usted menciona
El Poder ofrece un nuevo inicio en el impenitente deseo de edificar el paraíso en la tierra (…) Para todo ello es necesario «deconstruir» la persona, el matrimonio y la familia, la historia de los pueblos e incluso su identidad nacional.
No hay mayor símbolo de la identidad nacional que un camposanto donde reposan los cuerpos de españoles de los bandos, por ese mismo hecho de ser españoles, manteniendo eternamente el abrazo, Afectando este camposanto y con ello el hermanamiento de los españoles en la eternidad ¿no están ustedes unánimente afectando a la identidad nacional y con ello de nuevo siendo instrumento del Poder, ese tan deshumanizador?
Al comentar la primera palabra, Perdónalos porque no saben lo que hacen usted nos dice:
El Señor de la cruz nos ofrece el perdón y nos justifica. El perdón nos despierta y levanta y nos invita a la recuperación del rostro en medio de tantas identidades. (…) Que el perdón venza al odio y la indulgencia a la venganza. Inspíranos el gesto y la palabra oportuna para abrir sendas de reconciliación y de paz.
El Valle de los Caídos, en las palabras de San Juan XXIII, es un monumento levantado para la reconciliación y la paz bajo la cruz, signo de perdón de los cristianos. La resignificación, dicho sea con su lenguaje no el mío, que se proyecta no se ha planteado inspirándose con ningún propósito reconciliador, en eso estaremos de acuerdo. Entonces, ¿no creen ustedes que esta reconciliación es la victoria de la venganza frente a la indulgencia y el odio frente al perdón? Y si es así, si fuera usted al menos coherente con su propio discurso ¿no habría de ser su voz r la que rompiera la unanimidad de los obispos?
La sexta palabra es “Todo está cumplido” Jesús amó a los suyos hasta el extremo. Aceptó el martirio como casi 2000 años después el Beato Florentino. No cedieron, no negociaron. Por qué íbamos a tomar de ejemplo al Beato Florentino o a Jesús mismo, si puede haber caminos más cómodos que no lleven a la confrontación con el Poder. A ustedes no se le pedía tanto como Dios le pidió a nuestro obispo Asensio, sólo negarse al atropello. Nada más. No hubieran sido ustedes mutilados.
Aceptando este acuerdo han aceptado la inferioridad moral frente a ese Poder del que habla usted en el pregón que hoy les exige esto y mañana será la reducción de las siete palabras a una. Y con los mismos argumentos que han exhibido ustedes en esa semana, estarán contentos aceptando dos. Y eso si será el síntoma de que todo esté cumplido y el Poder tiránico haya ganado.
Si la Iglesia va a sumarse a un proyecto que humilla a los mártires, si va a poner su firma unánime a un plan gubernamental que desprecia a los fieles, y va a ser, en definitiva, colaboradora de un montaje que vuelve a dividir a los españoles y fomentar la revancha donde había reconciliación, y todo ello vuelve a la Iglesia cooperadora con el Poder, ¿quién nos defiende? ¿Cómo estar seguros de que esta misma jerarquía nos va a defender cuando lo atacado sean las parroquias? Si no se defienden con la firmeza de Don Florentino las cruces de los pueblos, cómo se va a mantener la defensa de la mas alta del mundo.
Los católicos nos sentimos abandonados como en la cuarta palabra. Pedimos ayuda a la Virgen como en la tercera y como en la primera nos dirigimos a Dios Padre en referencia a nuestros obispos con la expresión de Jesús en la primera de ellas: Perdónalos porque no saben lo que hacen.
No sé si están a tiempo de rectificar algo. Confío en que sí. Si bien hasta que eso no ocurra, no puedo confiar en ustedes ni unirme a las celebraciones que ustedes presidan en Semana santa como si nada hubiera pasado. Porque sí ha pasado. Y mucho. Muy grave y muy decepcionante.
Que el Beato Florentino les ilumine y desde el Cielo les haga encontrar el camino correcto y detengan a estos nuevos emisarios del gobierno del nuevo Frente Popular.
Jesús García – Conde Del Castillo
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Empezó hace tiempo; no es de ahora, ni sólo por el Valle de los Caídos.
Impecable, don luis no contestará, ni nadie contestará. Existe una mezcla de cobardía, complicidad y desprecio a todo lo que venga de Dios, imparable. Que triste y en qué manos estamos! Los masones, cobardes esbirros, analfabetos y vividores, frotándose las manos pues no se han visto en otra.
Es bueno que todo esto salga a la luz. Ya sin caretas y a calzón quitado, la estructura temporal de la Iglesia postconciliar corre hacia la nada. Y la española no iba a ser diferente.
En estos tiempos recios, agarrémonos los machos y perseveremos en la fe. De nada sirve reclamar o pedir luz a quienes ya no la tienen. De nada sirve pedir a quienes han perdido la fe que nos confirmen en ella
¿En qué manos están nuestras almas? ¿y las de nuestros nietos?
La Conferencia Episcopal Española teje su historia bastante triste:
– Fundada en 1966, vive un par de años pletóricos, levanta edificios destinados a Seminarios.
– Lástima, por «pastoralismos postconciliares» quedaron vacíos y vaciados.
– Espantada de miles de sacerdotes que «colgaron los hábitos».
– Obispos «aperturistas», tal vez nombrados por el «espíritu» de D. Sebastiano Baggio, masón, según Ricardo de la Cierva, y «vigilados» por el nuncio de S.S., D. Luiggi Dadaglio, masón también.
– Obispos nacionalistas-separatistas renegados de su Patria España, que no reciben «corrección fraterna», pues la Patria es como los padres, no se elige.
– Comienza el caos de la Liturgia, p. e. tomando de «Memoriale Domini» la excepción de Comunión en la mano, cuando en España a nadie se le pasaba por la cabeza; textos bíblicos en la liturgia sustituyendo «Ecce homo» por «Ahí lo tenéis».
– Y ahora traicionando con el Valle de los Caídos.
A estos Obispos de hoy no pueden cortarles lo que no tienen.
Jesús, te reconozco dos méritos. Uno, la redacción y contenido de la carta, es excelente. Otro, haber conseguido entender el discurso de Argüello con ese lenguaje modernista, ambiguo y sinodal.
El se acordara de tus padres y no dudo q ellos desde el cielo, también se estarán acordando de monseñor.
Ésto del Valle es una nimiedad, o así, después de que cerraron las parroquias y demás entes Eclesiales a cal y canto con la pandemia. Por tanto, si fueron más allá que el propio gobierno, en una postura de servilismo sólo comparable a la de los Obispos mexicanos con el gobierno mason, vendiendo a los católicos. A éstos no les quedó más que el recurso a las armas. Hasta que fueron vendidos, por los mismos Obispos en el Vaticano, que les mandó rendirse cuando estaban arrasando… Y fueron masacrados.
Tuvieron que ser algunos Obispos de EEUU los que intentaron abrir los ojos al mismo Papa. Y algo consiguieron, aunque tarde ya.
Que la ira de Dios caiga sobre sus cabezas
Antes los obispos eran libres en sus diócesis. Ahora, con este papa, la Iglesia se ha convertido en una empresa cualquiera en la que Bergoglio es el dueño, y al empleado que disienta de él, lo manda al ostracismo o a otro sitio peor. Y la Iglesia no es eso. Ni los papas tampoco lo eran.
No me gusta la Iglesia-Empresa que han creado los masones, no es la iglesia de Jesucristo. Parece más bien un negocio.