El XXXV Curso sobre el Foro Interno se inauguró el 24 de marzo en Roma, organizado por la Penitenciaría Apostólica con el objetivo de ofrecer formación a confesores y sacerdotes.
En este contexto, el cardenal Angelo De Donatis, Penitenciario Mayor, subrayó la importancia del sacramento de la reconciliación como fuente de sanación y alegría.
«Seguramente, como dice el Papa, es también el momento de redescubrir, no de renunciar al sacramento de la confesión, de redescubrir toda su belleza. La belleza de este sacramento que cura, que da alegría, que hace experimentar la profundidad del perdón. Por eso es verdaderamente un sacramento poderoso», afirmó el cardenal en una entrevista con Vatican News.
Este año, en el contexto del Jubileo, el curso adquiere una dimensión especial. «El redescubrimiento de la misericordia de Dios en la propia vida, el ser amado, el ser precioso para Él, el sentir que ‘no fuiste tú quien me amó, sino que fui yo quien te amé’, permite al corazón experimentar una compunción, una contrición profunda y así volver al sacramento, que da la esperanza de salvarse plenamente», explicó De Donatis.
El cardenal también se refirió a la importancia de la preparación tanto del penitente como del confesor. «Son dos dimensiones que ciertamente se viven mejor por separado, pero a veces es evidente que los dos caminos se cruzan también en el confesionario. Sin embargo, siempre es bueno dar una cita al penitente para que pueda profundizar en aquellas dimensiones que le son más cercanas».
En relación con la formación de los confesores, destacó la necesidad de proporcionar herramientas adecuadas para el examen de conciencia: «Hay que cuidarla sobre todo ofreciendo también algunas herramientas vinculadas a la Palabra de Dios para ayudar al examen de conciencia, para que el penitente pueda profundizar y no hacer simplemente una acusación de pecados, sabiendo leer la raíz de la que hablan esos pecados».
El Curso sobre el Foro Interno, con más de 900 sacerdotes y seminaristas inscritos, reafirma la importancia de la formación continua en el acompañamiento espiritual. «La preparación es muy importante, una pista que nunca hay que abandonar. Siempre hay motivos para reflexionar y profundizar», concluyó el cardenal De Donatis.
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Me quedo con la apreciación de que es el sacramento que nos devuelve la alegría.
Sobre lo de Bergoglio, directamente paso. Como siempre con apreciaciones sentimentales o psicológicas, y tb ha dicho otras cosas sobre este sacramento maravilloso animando a la profanación del mismo, diciendo que no se puede negar la absolución. Hecho contemplado en el catecismo, pues es preciso tener dolor de los pecados, y ademas es conveniente, para el alma del penitente, si carece de una mínima disposición de arrepentimiento.