Ante la intención de algunos legisladores de la Cámara de Diputados de volver a debatir el proyecto de ley de eutanasia, que en el período anterior no logró ser aprobado en el Senado, el cardenal Daniel Sturla expresó su rechazo, calificándolo como un «error».
La iniciativa, impulsada por diputados de Unir para Crecer, junto a legisladores del Frente Amplio, Alejo Umpiérrez (Partido Nacional) y Gerardo Sotelo (Partido Independiente), propone que personas con enfermedades terminales, incurables e irreversibles puedan acceder a la muerte asistida bajo estrictas regulaciones médicas.
Frente a este planteo, Sturla reafirmó su postura en defensa de la vida en todas sus etapas: «Nosotros somos siempre defensores de la vida, desde la concepción hasta la muerte natural. Nos parece un error y creemos que se está jugando con un tema fundamental para los uruguayos, que es la defensa de la vida», expresó en diálogo con radio MonteCarlo.
El cardenal ejemplificó su posición con el caso de la casa Hospice San José, un espacio creado por católicos para brindar atención médica, espiritual y emocional a personas sin recursos que enfrentan una enfermedad terminal. «En ese lugar reciben el cariño y el acompañamiento necesario en sus últimos momentos», destacó.
Además, Sturla sostuvo que en lugar de promover la eutanasia, el foco debería estar en la implementación de la ley de cuidados paliativos: «Me parece un error porque ya contamos con una buena ley de cuidados paliativos. Lo que deberíamos hacer es trabajar en su reglamentación y asegurar que nadie quede sin estos cuidados».
Finalmente, el cardenal aclaró que la Iglesia también se opone al «ensañamiento terapéutico», es decir, al uso de medios extraordinarios para prolongar artificialmente la vida en casos terminales. «Lo importante es acompañar a las personas con cuidados paliativos en sus últimos momentos», concluyó.
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La gente no se muere, y no queda otra salida, porque están todos super enfermos, y los tratamientos son costosisimos. No hay máquinas de diálisis para todos, ni se les puede operar a todos del corazón. Ni de cataratas. Ni hacerles un transplante de riñón. Y, además, la gente quiere morirse. ¿Quien va a querer vivir cien años, sentado en sofá todo el santo día, viendo la TV? Ha llegado la hora del adiós. Hay que ayudarles por compasión. Eso es cristiano.
Por compasión hay que decirle a usted que necesita un trasplante de cerebro, pero como eso aún no existe, lo mejor es que vaya a un veterinario y que le pongan la inyección.
¿Usted quiere agonizar durante veinte años, viviendo como un vegetal?¿Es eso lo que quiere? Porque es lo que le va a pasar.
Si es usted el de la inyección, no se haga el tonto (no le hace falta).
Satanás opina igual.