¿Esperanza? Siempre

Por Daniel Mora Huerta Incienso
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Nos encontramos en el Año Jubilar de la Esperanza y me pregunto yo: ¿dónde duerme la esperanza? ¿dónde descansa la ilusión? ¿Cabe la esperanza en una sociedad en la que hay récord de suicidios, récord en consumo de psicotrópicos, millones de familias rotas, infidelidades en prime time, abortos constantes, jóvenes sin ilusión por la vida? Evidentemente sí. Imposible, ¿dónde? 
Fácil: en la sencillez de un niño, en el canto de los pájaros, en las rosquillas de tu abuela, en la brisa que acaricia las flores, en el incienso que se funde con el humo de las velas, en el perdón que tu hermano pequeño pide a tu madre cuando rompe el jarrón de un pelotazo, en tu sonrisa… todas estas cosas son en realidad, reflejo de Dios. La esperanza está en Dios. La esperanza es Jesucristo. La esperanza es saber que, aunque temporalmente pasen cosas malas, el Bien, la Verdad y la Belleza fagocitarán todo en la eternidad. ¿Hay muchas cosas mal en esta vida? Sí, desgraciadamente ¿La sociedad moderna ha degenerado en ansiedades, depresiones y tristeza absoluta? Sin duda ¿La vida está ya perdida, nuestro destino es irremediable y nuestro pasado irreparable? Jamás. Por la misericordia de Nuestro Dios, nos visitará el Sol que nace de lo Alto. 
En la medida en que Le mires y te centres más en Él y menos en ti, hallarás la esperanza que te transmito. 
Todos los vivos estamos llamados a la santidad. Si seguimos vivos es porque AÚN tenemos vocación a la Santidad, esto es a la Gloria y Felicidad sempiterna. ¡Así que espabila! ¿Esperanza? Sí, gracias a la Pascua de la Resurrección, clímax y consecuencia de la Cuaresma y la Pasión. Por eso en este tiempo, querido amigo, tienes que trabajar tu corazón en la esperanza. Porque todo está ganado. Porque para Dios nada hay imposible. Porque la Revolución de la Sonrisa ha llegado para quedarse, y mientras haya una persona viva (una vocación a la santidad por tanto), la esperanza es simplemente, una realidad. Si estás fuera de esta realidad, te aconsejo que acudas a las fuentes materiales y espirituales de la esperanza: los sacramentos. Prepara tu corazón para una sagrada Comunión con Nuestro Señor Jesucristo (pidiendo antes, en la Confesión, el perdón de tus pecados) y verás cómo rápidamente entras en contacto con esta locura de amor esperanzador. 
Céntrate en propagar esta esperanza a través de todos los actos que reflejan la bondad de Dios y piensa en la eternidad. ¡Dios está contigo, todos los días, hasta el fin del mundo! No lo olvides jamás.
Daniel Mora Huerta

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Comentarios
5 comentarios en “¿Esperanza? Siempre
  1. Uno de los pocos peros de Infovaticana es precisamente el no filtrar estos comentarios de mierda de los enemigos de la Iglesia. No obstante, este año hemos colaborado y seguiremos colaborando si Dios quiere.

    1. La clave del éxito de esta web consideraciones periodísticas aparte, es la libertad de expresión hasta límites inauditos en cualquiera otra web religiosa o política. La prensa política nació con la Pepa en 1812, cuando aparecieron los partidos políticos con la revolución liberal. La política como reflejo de las ideologías no existía hasta la revolución francesa. La lucha política encarnizada que vive la iglesia seria inconcebible antes del siglo XIX, por que las divergencias si las hubiere tenían un carácter teológico, doctrinal o pastoral pero nunca político, entonces no se discutía la Verdad, ahora la Verdad ha sido abolida por la iglesia modernista desde la invasión de la masonería en el seno de la iglesia. Pronto desaparecerá el régimen democrático liberal en el mundo cuando triunfe la Verdad, por que la Verdad no se discute, salvo en la iglesia que será el último reducto del mal.

  2. Es interesante porque se puede poner falsamente la esperanza en las cosas de este Mundo, si se pone la esperanza en el Mundo y en la Iglesia se puede desesperar.
    La esperanza debe ponerse en lo que enseñó Dios enseñó el Apocalipsis en los tres evangelios sinópticos, en Daniel, San Juan y en otras partes de las Sagradas Escrituras.
    En principio, si el católico ve que las cosas en el Mundo y en la Iglesia están mal debería poner su esperanza en la Segunda Venida de Cristo pronto y alegrarse porque se cumplen la revelación.
    Pero si se ama más la Iglesia y el Mundo que a Dios, entonces, se pone la esperanza en milagros para una Iglesia triunfante y un Mundo triunfante.
    Esto es lo que diferencia a un católico, dónde está su esperanza y está su amor, porque si no quiere que Cristo vuelva pronto es que no ama a Dios sobre todas las cosas y ama más la Iglesia y el Mundo, entonces, desespera ante los signos de los tiempos, no se alegra, los rechaza y rechaza a Cristo.

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