La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) ha expresado su respaldo a la Orden Ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump, titulada «Mantener a los hombres fuera de los deportes femeninos», cuyo objetivo es garantizar la igualdad de oportunidades en la competición deportiva para mujeres y niñas.
En un comunicado conjunto, el obispo Robert Barron, presidente del Comité de Laicos, Matrimonio, Vida Familiar y Juventud de la USCCB, y el obispo David M. O’Connell, CM, presidente del Comité de Educación Católica, valoraron positivamente la medida, subrayando que esta protección está alineada con la enseñanza de la Iglesia sobre la igualdad entre hombres y mujeres.
“Damos la bienvenida a la Orden Ejecutiva del Presidente que protege las oportunidades para que las mujeres y las niñas compitan en deportes de manera segura y justa”, afirmaron los prelados en su declaración. “En consonancia con la clara enseñanza de la Iglesia Católica sobre la igualdad de hombres y mujeres, reafirmamos que, en la educación y en los deportes como en otras partes, las políticas deben defender la dignidad humana. Esto incluye la igualdad de trato entre mujeres y hombres y la afirmación de la bondad del cuerpo de una persona, que es genética y biológicamente femenino o masculino”.
La medida busca fortalecer la viabilidad del Título IX de las Enmiendas de Educación de 1972, que garantiza la equidad en el acceso a oportunidades educativas y deportivas para mujeres y niñas. Desde la Conferencia Episcopal estadounidense sostienen que la diferenciación biológica en el ámbito del atletismo es esencial para mantener la justicia en la competición y asegurar que las mujeres puedan competir en igualdad de condiciones.
En su mensaje, los obispos también citaron el Catecismo de la Iglesia Católica, recordando que “El hombre y la mujer han sido creados, es decir, queridos por Dios: por una parte, en perfecta igualdad como personas humanas; por otra, en sus respectivos seres como hombre y mujer. ‘Ser hombre’ o ‘ser mujer’ es una realidad que es buena y querida por Dios”.
Asimismo, destacaron el valor formativo del deporte en el desarrollo personal y comunitario. “El atletismo no solo proporciona valiosas oportunidades educativas, fomentando la disciplina, el trabajo en equipo y el crecimiento personal, sino que también sirve como una celebración del cuerpo humano como un don de Dios”, agregaron.
A la vez que defendieron la importancia de preservar la identidad biológica en la competencia deportiva, los obispos recalcaron su postura en contra de cualquier tipo de discriminación. “La Iglesia se opone firmemente a toda discriminación injusta, incluso contra quienes experimentan discordancia de género, quienes son igualmente amados por Dios. Los estudiantes que experimentan disforia de género son portadores de la máxima dignidad humana y, por lo tanto, deben ser tratados con amabilidad y respeto”, afirmaron.
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Simple reconocimiento de lo obvio…Sentido común, hoy tan poco común!
Hasta por ahí nomás, porque al final infisionaron el veneno de la heterodoxia:
“La Iglesia se opone firmemente a toda discriminación injusta, incluso contra quienes experimentan discordancia de género, quienes son igualmente amados por Dios. Los estudiantes que experimentan disforia de género son portadores de la máxima dignidad humana y, por lo tanto, deben ser tratados con amabilidad y respeto”.
Y eso es una media verdad, lo que también es una media mentira. ¿Qué es tratar con amabilidad y respeto? Lo que hay que buscar es el bien de ellos. Y ese bien puede adoptar formas severas:
Todo el que va más adelante y no permanece en la enseñanza de Cristo, no tiene a Dios; el que permanece en la doctrina, ése tiene al Padre, y también al Hijo. Si viene alguno a vosotros, y no trae esta doctrina, no le recibáis en casa, ni le saludéis. Porque quien le saluda participa en sus malas obras.
2 Juan 9:11
La Escritura es clara, si el que «viene» se dice «hermano» (distinto es el caso si fuera un pagano) pero «no permanece en la doctrina», lo mejor para esa persona es no recibirla en la Iglesia. San Pablo todavía lo expone más claramente en el capitulo V de 1 Corintios.
En la parte final de ese capítulo V (aunque todo él habla sobre el mismo tema) podemos leer:
Os escribí en la carta que no tuvieseis trato con los fornicarios. No digo con los fornicarios de este mundo en general, o con los avaros, ladrones o idólatras, pues entonces tendríais que salir del mundo. Mas lo que ahora os escribo es que no tengáis trato con ninguno que, llamándose hermano, sea fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con ese tal ni siquiera toméis bocado. Pues ¿qué tengo yo que juzgar a los de afuera? ¿No es a los de adentro a quienes habéis de juzgar? A los que son de afuera los juzgará Dios: “Quitad al malvado de en medio de vosotros”.
1 Corintios 5:9-13
Distinto es el caso por supuesto que el viene en busca de ayuda para la conversión, porque en ese caso, sabe que obra mal y no defiende con pertinacia como bueno lo abominable.
Rubén, quizá los obispos se referían a gente que manifiesta lso mismos errores que tú: incluir a quien padece disforia de género con los fornicarios, adúlteros o sodomitas. Ellos no han hablado de justificar actos impuros, han hablado de las personas con inclinaciones problemáticas.
Lo de las formas severas es lo que a algunos les encanta, venga a cuento o no. Y luego lloran cuando les tratan de la misma manera.
…quizá los obispos se referían…
Pues como no sabes a lo que se referían los obispos, todo tu comentario se cimenta en el aire, en lo que tú supones que pudieran haber querido decir. No existe la disforia de género, lo que existe es la tentación. Si te hubieras tomado la molestia de leer la epistola a los romanos, lo sabrías. Y en toda situación, hay que buscar el bien, no solo de los pecadores sino de aquellos que contemplan el pecado realizado públicamente (escándalo). Y este bien se perfecciona SEPARANDO de la Iglesia, a aquellos que diciéndose católicos, públicamente digan y obren contrariamente a la doctrina y moral católicas. ¿Por qué? Porque lo dice la Palabra de Dios. Lo siento por ti que encuentras tropiezo en ella, que te duelen las enseñanzas de San Juan, San Pablo y la del mismo Cristo: «todo Reino dividido contra si mismo perece». Por eso la Iglesia no puede albergar a quienes sostienen lo contrario que ella.
Rubén, no es aconsejable ser ignorante y lucirlo, como te ocurre. No hace falta tener muchos estudios de Psicología, para saber que hay personas con un problema para aceptar el cuerpo que tienen y su forma de verse. Eso es un problema. Como el que toma odio a la comida porque se ve siempre gordo (anorexia). La forma de tratar ese problema puede ser diferente.
Totalmente distinto es que esa disforia lleve a cometer actos impuros, porque sea lo que se sienta. Es muy pernicioso confundir las tentaciones con los problemas psicológicos. Si te hubieras molestado en leer el Catecismo de la Iglesia Católica podrías entender lo que significa el texto de la Epístola a los Romanos.
Te entusiasma la idea de expulsar a la gente de la Iglesia, bueno, eso también es un problema psicológico. Sobre todo por tu incapacidad de entender de lo que se habla
Ángeles, así es.
Los de EEUU y los normales de todo el mundo. Se entiende lonque son los que no la apoyan, incluso aunque vayan de blanco ¿no?
Gracias a infovaticana por respetar la libertad de pensamiento y de expresión, y no ser como los censores de Infocatolica.
¿ Apoyaran también el Odio Racista de Trump contra los migrantes , sus escándalos sexuales y sus juicios pendientes ?
Mauro, es verdad que Trump tiene eso y más. Es un hombre muy poco ejemplar, pero no es justo criticar a los obispos por que estén de acuerdo con lo que ha hecho bien (claro, también hay que saber que a Trump estos temas no le importan, pero los estudios de mercadotecnia le dicen que el espectro de sus votantes está muy interesado en ellos)