El presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, monseñor Georg Bätzing, ha expresado su firme oposición al proyecto de ley que pretende modificar la regulación del aborto en Alemania, el cual será debatido el próximo 10 de febrero de 2025 en la Comisión de Asuntos Jurídicos del Bundestag.
Según el obispo, la iniciativa supone un intento de introducir cambios fundamentales en una materia compleja y altamente sensible en los últimos días antes de las elecciones, sin el debate social necesario.
Bätzing ha criticado que el proyecto fue presentado después de la ruptura de la coalición de gobierno, lo que considera una maniobra apresurada para abordar un tema de gran calado sin la reflexión suficiente. En su opinión, una decisión de esta magnitud no debe tomarse sin un amplio debate público y un análisis detallado de los argumentos en juego. Además, ha manifestado que el contenido de la iniciativa es profundamente problemático, ya que supone un retroceso en la protección de la vida del no nacido.
El líder del episcopado alemán ha reconocido que la situación de las mujeres con embarazos no deseados es difícil y compleja, y ha subrayado la necesidad de proporcionarles apoyo, asesoramiento y asistencia activa. No obstante, ha advertido que la decisión de continuar o interrumpir un embarazo no debe estar determinada por presiones externas, dificultades económicas o problemas sociales.
Riesgo de un cambio en la legislación sobre la vida humana
Uno de los puntos más críticos que el obispo ha señalado es que el proyecto no menciona expresamente los derechos fundamentales del niño por nacer. Además, cuestiona el derecho a la vida del feto y su dignidad humana, basando su regulación en la idea de un derecho a la vida escalonado, que solo adquiriría plena validez en fases avanzadas del embarazo.
El prelado ha recordado que el Tribunal Constitucional Federal alemán ha afirmado reiteradamente que la vida humana existe desde la anidación del embrión y debe ser protegida en todas sus etapas de desarrollo. En este sentido, ha alertado de que la aprobación de la reforma introduciría un concepto jerárquico del derecho a la vida en la legislación alemana, lo que podría generar graves implicaciones en otros ámbitos jurídicos.
Reducción de la protección legal del feto
El obispo Bätzing ha destacado que la reforma debilita de manera significativa la protección del no nacido en comparación con la legislación vigente. Entre los cambios más relevantes, ha mencionado: la eliminación casi total de la regulación del aborto en el Código Penal; el mantenimiento de la obligatoriedad de asesoramiento previo, pero sin el objetivo de alentar la continuidad del embarazo; la eliminación del periodo de espera de tres días entre la consulta y la realización del aborto y la conversión de las infracciones legales de los médicos en simples faltas administrativas, en lugar de delitos.
Bätzing ha subrayado que la legislación actual ya se basa en la decisión final de la mujer y en el principio de «ayuda en lugar de castigo», por lo que considera un engaño presentar la reforma como una medida necesaria para «descriminalizar» el aborto.
El presidente de la Conferencia Episcopal Alemana ha sido tajante en su rechazo al proyecto de ley, insistiendo en que la regulación del aborto debe permanecer en el Código Penal para mantener la conciencia del alto rango constitucional de la protección de la vida del no nacido.
«La Iglesia católica rechaza firmemente esta reforma legal por todas las razones mencionadas», concluyó el obispo Bätzing
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Tiene que justificar su enorme sueldo, como Francisco, pero la credibilidad de ambos sobre este asunto, y cualquier asunto moral, es menos que nada.
A mí no me des la murga para hacer tu discurso rojo, díselo a tu perro
«…el Tribunal Constitucional Federal alemán ha afirmado reiteradamente que la vida humana existe desde la anidación del embrión y debe ser protegida en todas sus etapas de desarrollo…»
Es un error. Esta podría ser la definición de «embarazo», porque lo que se anida es un embrión vivo, aproximadamente a la semana de comenzar su existencia.
Se demuestra porque en la fecundación «in vitro» se transfieren embriones vivos de al menos 5 días de vida.