Luis Manuel Romero: «La Iglesia no puede confundirse con una ONG, porque nuestra misión es evangelizar»

Luis Manuel Romero
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El sacerdote extremeño Luis Manuel Romero Sánchez es el Coordinador del Servicio de Pastoral Vocacional en la Conferencia Episcopal Española que dirige el presidente Luis Argüello.

Además, es también secretario técnico de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida y uno de los organizadores del Congreso de Vocaciones que organiza la CEE en Madrid este fin de semana. Sánchez Romero ha concedido una entrevista a InfoVaticana para hablar de este próximo congreso vocacional:

P-¿Qué balance hace de la edición celebrada el año pasado?

R-El Congreso de Vocaciones, que se celebra los días 7-9 de febrero, en Madrid, no es un evento puntual, sino un proceso, que desea dar continuidad al Congreso de Laicos (febrero 2020) y a los diversos acontecimientos eclesiales acaecidos en estos últimos años: el proceso sinodal y los congresos sobre el Primer Anuncio y la Educación de la Conferencia Episcopal Española. 

Precisamente, a la luz del Congreso de Laicos, se destacó la importancia de poner en valor la vocación bautismal, como principio para que se puedan desarrollar las demás vocaciones en la Iglesia. De aquí surge la idea de crear un Servicio de Pastoral Vocacional en la Conferencia Episcopal para promover la vida como vocación (laical, matrimonial, misionera, consagrada y sacerdotal), cuyo génesis sea el bautismo y el horizonte la llamada universal a la santidad. 

P-Es usted responsable de los contenidos del Congreso de Vocaciones, ¿qué aspectos destacaría de la edición de este año?

R-Los contenidos del Congreso de Vocaciones intentan destacar los objetivos que se pretenden. Es decir, se va a subrayar la importancia de la vida como vocación, de que estamos invitados a descubrir y dar a conocer que Dios nos ha llamado a cada uno de nosotros para un proyecto concreto, que sólo tiene sentido en la medida en que lo entendemos como un don para los demás. Por eso, la pregunta fundamental vocacional no es ¿quién soy yo?, sino ¿para quién soy yo? Para conseguir este primer objetivo es clave ir creando una cultura vocacional en una sociedad que no favorece el compromiso de una vida entregada para siempre, desde la fidelidad. 

El Congreso de Vocaciones desea poner de manifiesto que la vocación no se la da uno mismo, sino que tiene su origen en una llamada de Dios, a la que estamos invitados a responder generosamente. También, durante el Congreso, se va a insistir en la idea de que la Iglesia somos una Asamblea de llamados y de ahí que todas las vocaciones son necesarias, se enriquecen mutuamente, y no se pueden concebir como rivales. Y finalmente, la vocación es para la misión, para un compromiso en la Iglesia y en la sociedad, en los diversos ambientes, comenzando por la familia.

P-¿Para quién soy?” es el lema escogido este año, ¿por qué cree que le cuesta tanto a los jóvenes de hoy en día hacerse esta pregunta?

R-En la actualidad, no es fácil que los jóvenes se hagan seriamente esta pregunta porque predomina la percepción del sujeto como origen de todo sentido, es decir, una persona que se busca más a sí misma que el comprender la vida como un don para los demás. 

Además, hay muchos factores externos que invitan a relativizar los compromisos y prima el derecho a cambiar de opción según el viento que sople o el sentimiento que predomine. 

Como Iglesia tenemos el reto de que los jóvenes descubran que más allá de ellos mismos se encuentra Dios, que tiene una misión para cada uno y nos ofrece un camino de felicidad plena.

P-El Obispo de Alcalá de Henares defendía hace unos días que para recuperar la cultura vocacional hace falta una “conversión personal y una vida planteada según el radicalismo evangélico”, ¿está de acuerdo?

R-Estoy totalmente de acuerdo, porque no se puede dar una auténtica cultura vocacional si no se cultiva la interioridad, el silencio, la familiaridad con el Señor y el diálogo con su Palabra. 

No podemos olvidar que la vocación no se la da uno mismo, sino que es una respuesta desde la libertad a la llamada que el Señor nos hace. Y por eso es fundamental ofrecer ocasiones para que las personas, desde la oración, se pongan delante del Señor y se pregunten: ¿para quién soy yo?

Tanto el proceso sinodal como la pastoral vocacional nos están impulsando a tener una mayor experiencia de Cristo, a una conversión personal,  y a no concebir nuestra fe como algo teórico, como una idea o un concepto. Nadie se enamora de una teoría por importante que sea, sino de una persona viva, que es Jesucristo. 

P-Cada vez son menos los jóvenes que se lanzan a entrar en el seminario o a entregarse a Dios en la vida consagrada, ¿a qué achaca usted este descenso?

R-Ya he señalado que existen factores externos que no ayudan para que un joven se haga un planteamiento de entrega total de su vida. Necesitamos recuperar el valor de la promesa, la palabra, la fidelidad, la constancia y el amor verdadero. 

A nivel de Iglesia, pienso que en los últimos años hemos puesto en un segundo lugar la pastoral vocacional y nos hemos conformado con hacer dinámicas o actividades puntuales, sin dedicar recursos humanos a esta pastoral, que exige tiempo y dedicación, porque hay que acompañar procesos de personas que están haciendo un discernimiento. 

P-No son pocos quienes critican que la Iglesia se centre cada vez más en hablar de ecologismo, inmigración u otros temas más de corte social, ¿cree que se ha podido descuidar en algunos ambientes la predicación sobre lo que verdaderamente es esencial en la Iglesia y que esto espante a los jóvenes que buscan vivir con autenticidad?

R-El papa Francisco insiste en que una Iglesia que no está en salida no es Iglesia, porque nuestra fe nos debe llevar a encarnarnos en las realidades de este mundo y, por eso, las cuestiones sociales no pueden ser ajenas a la vida y la pastoral eclesial. Ahora bien, la Iglesia no puede confundirse con una ONG, porque nuestra misión es evangelizar, llevar la buena noticia de Jesús a todos los ambientes. 

Este Congreso de vocaciones nos invita también a que nos planteemos como Iglesia si no estamos cayendo en una pastoral de valores, más que de encuentro y escucha del Señor. Me temo que, en ocasiones, nos olvidamos que nuestra misión es anunciar a Jesucristo, que como se nos dice en este año jubilar es “la esperanza que no nos defrauda” y el único que puede dar sentido a nuestras vidas. 

P-La página web del Congreso de Vocaciones señala que el reto principal es tener como horizonte la llamada a la santidad, ¿qué cree que es necesario para avanzar en esa dirección?

R-La santidad es la meta de la vida de cada bautizado, por eso está en el horizonte de todas las vocaciones. Para avanzar en este camino nos tenemos que convertir en seguidores auténticos de Cristo, en verdaderos discípulos, de modo que nos vayamos identificando cada día más con Él. 

Por eso, es imprescindible conocer a Cristo, estar con Él, escuchar su llamada y aprender su pedagogía de amor con todos los que se le acercaban, especialmente con los marginados y excluidos de la sociedad de aquel momento.

P-¿Podría hacernos un esbozo sobre que versarán los testimonios, experiencias y talleres de este Congreso?

R-Se trata de 64 talleres, encuadrados en 4 Itinerarios: Palabra, Comunidad, Sujeto y Misión. No son conferencias, sino testimonios o experiencias vivenciales sobre las distintas vocaciones, destacando los aspectos positivos (fortalezas) y las dificultades o carencias. También hemos pedido que las 150 personas que participan en los talleres ofrezcan pistas u orientaciones sobre cómo desarrollar esa experiencia en los diversos ámbitos.

En definitiva, los talleres pretenden presentar un abanico amplio y significativo del trabajo vocacional en la Iglesia que peregrina en España, lo cual no quiere decir que reflejen toda la riqueza vocacional que pueda existir y, por eso, hasta hace unos días hemos tenido que hacer algunos cambios.

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Comentarios
3 comentarios en “Luis Manuel Romero: «La Iglesia no puede confundirse con una ONG, porque nuestra misión es evangelizar»
  1. Como quieren que hayan vocaciones,con la confusión que se ve dentro de la Iglesia? Se necesita ser muy valiente,para meterte en un seminario hoy en dia. En los que se sospecha de los candidatos que son demasiado ortodoxos y piadosos, como personas rigidas y con problemas sicológicos…Con tantos buenos sacerdotes que los han puesto en «dique seco»
    por proclamar la verdad y denunciar la deriba de la Iglesia hacia la confusión.
    En fin, no digo más porque todo esto es sabido.
    Asi qué, o toman nota y abren las ventanas,para que entre la verdadera luz de Cristo, la verdad del Evangelio o vayan liquidando seminarios e ilusiones. Dejense de sinodalidades y vayan al centro,que es Cristo.

  2. La verdadera evangelización, incluye el trabajo por la paz, por dar de comer al hambriento, vestido al desnudez, el trabajo por la justicia…. o piensa que las bienaventuranzas es un texto político?

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