Los obispos católicos de Estados Unidos están adaptando el documento «Dignitas Infinita», publicado en 2024 por el Vaticano, al contexto cultural del país, marcado por un fuerte énfasis en la autonomía individual.
Este esfuerzo se realiza en el marco de los trabajos de tres comités de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos: Laicos, Matrimonio, Vida Familiar y Juventud; Actividades Pro-Vida; y Educación Católica.
«Dignitas Infinita», dado a conocer el pasado 8 de abril por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, aborda la dignidad inherente de la persona humana desde una perspectiva bíblica y tradicional, fundamentada en la creación «a imagen y semejanza de Dios» y la redención en Cristo. Este documento se considera crucial para enfrentar desafíos culturales en Estados Unidos.
El obispo Robert E. Barron, presidente del comité de Laicos, Matrimonio, Vida Familiar y Juventud, subrayó que la cultura estadounidense se caracteriza por un énfasis excesivo en la autonomía individual, lo que a menudo mina la dignidad humana. Según Barron, esta «cultura de la autoinvención» refleja «una concesión a la antigua tentación de convertirse en Dios».
Aplicación práctica y recursos
Barron destacó que los tres comités involucrados en la adaptación del documento han coincidido en la importancia de incorporar sus enseñanzas en diversos recursos. Entre ellos se encuentra el sitio lovemeansmore.org, que ofrece formación sobre temas relacionados con el amor y la dignidad de la persona humana.
El obispo también hizo énfasis en las críticas del documento hacia la teoría de género, señalando que esta pretende negar las diferencias sexuales fundamentales, eliminando así la base antropológica de la familia. Según «Dignitas Infinita», la complementariedad entre hombre y mujer es fuente de una profunda reciprocidad y del milagro de la vida.
Por su parte, el obispo Thomas A. Daly, presidente del Comité de Educación Católica, subrayó la importancia de que los educadores católicos comprendan profundamente la dignidad de la persona humana. Daly enfatizó que la enseñanza de la Iglesia sobre justicia social y sexualidad debe ser presentada como parte de una visión integral de la dignidad humana y no simplemente como reglas contrarias a la cultura popular.
Daly citó la obra del arzobispo J. Michael Miller sobre la educación católica, que propone una visión del mundo arraigada en la Encarnación de Jesucristo. Según el obispo, el currículo en las escuelas católicas debe integrar todo el conocimiento en torno a Cristo, quien es el corazón de la educación católica.
Compromiso con la vida y la dignidad
El obispo Michael F. Burbidge, presidente saliente del Comité de Actividades Pro-Vida, destacó la pertinencia del documento en un contexto donde persisten debates sobre el aborto y otros temas relacionados con la dignidad de la vida humana. Burbidge recordó que el trabajo de los obispos no solo se centra en cambiar leyes, sino también en transformar corazones y mentes.
El obispo destacó programas como el Proyecto Raquel, orientado a la sanación de quienes han sufrido un aborto, y **Caminando con Madres Necesitadas**, que apoya a mujeres embarazadas y madres en situación de vulnerabilidad.
Durante el debate en la asamblea plenaria del 13 de noviembre, Barron llamó a los obispos a proclamar con audacia la enseñanza de la Iglesia, señalando que la creciente crisis de salud mental entre los jóvenes refleja una pérdida de fundamentos morales. Subrayó la importancia de no dejarse intimidar por las influencias culturales que contradicen los principios católicos.
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Es preciso recuperar la Iglesia que quiere convertir al mundo, no la Iglesia que quiere rendirse ante el mundo.
Indudablemente el aborto realizado después de 7 semanas, que es cuando el embrión se transforma en feto, es altamente dañino para la madre, pues el feto es un ser con individualidad formada (alma) y el aborto equivale a un asesinato. No debería permitirse, pero como la Iglesia de Roma juega al todo o nada, las consecuencias son funestas, por vale todo. Hasta matar un bebé de 9 meses.
No sea ignorante: que el aborto sea un asesinato no depende de ningún alma (en la que los ateos como usted no creen), sino en el código genético único e irrepetible y los 23 pares de cromosomas (distintos a los de la madre) que tiene todo ser humano, que es lo que lo convierten en un ser humano único (y no su tamaño y grado de desarrollo). Y a nivel de alma, el propio pasaje de la Anunciación (o Encarnación) y el de la Visitación, ya dejan claro cuándo se anima al nuevo ser humano (en Cristo no fue distinto, pues es igual a todos los seres humanos sal o en el pecado). Ya se puede comer con patatas su «Santo Tomás decía», que se le ha quedado obsoleto el argumento.
sal o en el pecado = salvo en el pecado.
Cristo es la esencia de todos y cada uno de nosotros. Teniendo a Cristo como lo más íntimo, nada ni nadie puede morir, puesto que no ha nacido de la carne, sino del espíritu. El embrión es carne, sin espíritu. Crece, como crece un vegetal, por división celular, pero no tiene conciencia, o alma, la cual entra según Santo Tomás (a quien tu tienes que venerar) a las siete semanas. Así que a callar, que no sabes nada.
Que no interesa, pesado. Pruebe la IA (a falta de otra) en otra web.
XXY, típica falacia de los abortistas, negar la humanidad del bebé en el seno materno: vegetal, grupo de células, feto… Lo que quieras, pero siempre y en todo caso, vida humana propia.
Falacia de los antiguos esclavistas: el esclavo, hasta su manumisión, no es humano, es mercadería propiedad de su amo, sin alma ni espíritu.
Repugnante.
Hidaspes, no sea ridiculo. Yo defiendo la vida del bebe, cuando aparece el alma a las siete semanas, que es cuando el embrión da el paso hacia la individualidad con todos los atributos del alma. Ustedes viven en la total ignorancia, hasta de su propia religion. Son manipulables en grado extremo.
XXY, usted defiende el exterminio en masa de bebés, de vida humana, negando la absoluta evidencia científica de que con la fecundación hay nueva vida.
Es un devoto de la muerte en masa de inocentes.
Mi religión, la católica, dispone lo siguiente en el Catecismo:
2270 La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción.
2271 Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirmado la malicia moral de todo aborto provocado. Esta enseñanza no ha cambiado; permanece invariable. El aborto directo, es decir, querido como un fin o como un medio, es gravemente contrario a la ley moral.
Además de defensor de monstruosidades, es un embustero redomado.
XXY, indudablemente, hay vida nueva tras la fecundación, con lo que la Iglesia defiende la vida en todo momento. No como usted, que en cada vez más casos, es partidario de dar matarile y encima vanagloriándose de lo progresista y avanzado que es eso.
San Agustín (354-430 d.C), obispo de Hipona y máximo pensador del primer milenio del cristianismo, consideraba que el embrión no tenía alma hasta el día 45 después de la concepción.
Santo Tomás de Aquino (1225-1274), otro de los teólogos más importantes del cristianismo, fue contundente al sostener -en su Suma Teológica y siguiendo a Aristóteles- que «el alma no es infundida antes de la formación del cuerpo». El alma humana viene junto con la forma humana, decía, por lo que un embrión no tiene alma sino hasta después de varias semanas de embarazo, cuando el feto comienza a adquirir la forma humana.
XXY,
Catecismo de la Iglesia:
2270 La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción.
2271 Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirmado la malicia moral de todo aborto provocado. Esta enseñanza no ha cambiado; permanece invariable. El aborto directo, es decir, querido como un fin o como un medio, es gravemente contrario a la ley moral.
Encima de amante de monstruosidades, manipulador barato del tres al cuarto.
Lo siento, pero San Agustín está por encima del Catecismo
Y usted por encima de todo: está en las nubes, de viaje astral. Disfrútelo pero no nos lo cuente.
En el canal de Youtube llamado «Macabeo» se puede encontrar una reciente entrevista del sacerdote español Francisco Vegara donde analiza muy bien ese documento pergeñado por el Tucho (ya de por sí eso nos indica que bueno no puede ser) y constata sus varias HEREJÍAS. Recomiendo escucharlo, es muy esclarecedor y aprendemos la verdad de la doctrina.
Muy recomendable el video, y a riesgo de dañarlo se puede resumir en que el único infinito es Dios, decir que algo en el hombre es infinito es hacer del hombre otro Dios. Por eso disuena lo dicho por el gran Obispo Mons. Robert Barron… esta «cultura de la autoinvención» refleja «una concesión a la antigua tentación de convertirse en Dios».
Quedemos en que el hombre ni se autoinventa ni se autodignifica, Dios lo ha creado, el hombre ha caído (luego ninguna dignidad infinita) Dios ha enviado a su hijo a redimirlo, y el hombre es libre de redimirse, si se acoge a la gracia de Dios, o de no redimirse si así le da la gana, entonces, ninguna dignidad infinita.