La Conferencia Episcopal de Eslovenia ha expresado su preocupación por la reciente decisión del Tribunal Constitucional del país, que otorga a las mujeres solteras y a las parejas del mismo sexo el derecho a acceder a procedimientos de inseminación con asistencia biomédica.
Los obispos consideran que esta medida representa «un paso más hacia el desmantelamiento del ideal de la familia como elemento básico de nuestra sociedad».
En su declaración, los prelados eslovenos subrayan que, aunque reconocen que no todas las familias responden al modelo tradicional compuesto por padre, madre e hijos, la decisión de permitir que los niños sean criados sin la figura de un padre y una madre «no es el camino correcto para nuestra sociedad». Para estos obispos, esta normativa refleja una tendencia que prioriza los deseos y los supuestos derechos de los adultos sobre el bienestar de los menores.
Críticas éticas a la inseminación artificial
Los obispos de Eslovenia también han puesto de manifiesto los problemas éticos asociados a los procedimientos de inseminación artificial. Según destacan en el comunicado, durante estos procesos se generan numerosos embriones, de los cuales «la gran mayoría no sobreviven ni llegan a nacer». Para la Conferencia Episcopal, esto implica una reducción de las vidas humanas a «un medio para lograr un fin», lo que consideran inaceptable desde el punto de vista moral.
Esta posición refuerza la postura tradicional de la Iglesia católica, que defiende el derecho de todo niño a ser criado en un entorno familiar compuesto por un padre y una madre, así como el respeto absoluto por la vida humana desde su concepción evitando que el hombre juegue a ser dioses.
La Conferencia Episcopal de Eslovenia insta a la sociedad a reflexionar sobre las implicaciones de esta decisión y a considerar cómo las políticas familiares pueden centrarse en el verdadero bienestar de los niños. Según afirman, la normativa refleja una visión que no coloca a los menores en el centro de las preocupaciones sociales, una situación que consideran preocupante para el futuro del país.
Con esta declaración, los obispos eslovenos reafirman su compromiso con la promoción de los valores tradicionales y la defensa de la vida en todas sus etapas, alzando la voz en temas morales que afectan a los fieles y que en muchos otros países su jerarquía eclesial no se atreve a entrar a defender.
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Son los tiempos. Cada vez hay mas varones infértiles a causa de los phalates. Y más mujeres hombrunas. La tierra se alegra porque no puede con tantos. Los hemos destrozado todo, no hay más que suciedad y polución, y contaminación. Difícil arreglo.
O insista: no interesa.
No insista: no interesa.
Un hijo no debe ser un producto tecno-científico de laboratorio, el resultado técnico de un un proceso de fabricación sometido a criterios productivistas y economicistas, así como a criterios de «calidad» eugenésica basados, con el mayor utilitarismo, en la selección de los «mejores» espermatozoides y óvulos comprados-vendidos anónimamente en el mercado de la industria reproductiva, en la selección de los «mejores» embriones y en la aséptica destrucción de los menos «perfectos». Se trata, en realidad, de una gran industria de muerte. Recurrir a estas Técnicas de Reproducción Artificial supone asumir una ética absolutamente utilitarista y la colaboración ideológica con una industria al servicio de una agenda disolutora que promueve un «empoderamiento» de la mujer basado en el descarte del varón y de la figura del padre. Todo esto, técnicamente posible y legalmente permitido, es profundamente inmoral. Una versión más de la gran tentación del principio: ·»Seréis como dioses».