UNA CATÓLICA PERPLEJA
06 abril 2024
“Lo de católica perpleja no cuela ni de lejos. Tú eres cura, un poco obsesionado con el novus ordo”, comentaba el lector Pacomio en una de las entradas sobre la reforma litúrgica de la Semana Santa. “Frío, frío”, le respondí, porque soy una mujer, laica, soltera, nacida en los 1980s. En una cosa sí tenía razón, sin embargo: en mi obsesión con el rito de la Misa.
Bueno, en realidad, lo que ciertamente me obsesiona no es ya solamente el rito de la Misa establecido por Pablo VI en 1969, del que no discuto su validez. Soy consciente de que la Iglesia Católica Apostólica es la única Iglesia verdadera, la fundada por Cristo, que Él nunca abandonará. Pero me duele profundamente leer sobre las motivaciones y la arbitrariedad de los cambios litúrgicos y teológicos perpetrados durante las décadas centrales del siglo XX, porque la horizontalidad del rito, la desacralización y el oscurecimiento del significado de la Misa van de la mano de cambios fundamentales en el ámbito teológico y nos han acabado llevando a la ruina total en la que estamos. Decía el sacerdote James Mallon en su libro “Una renovación divina” que, cuando un organismo está sano, se desarrolla, crece; mientras que un organismo que no lo hace es porque está enfermo. No hay más que ver los templos católicos, medio vacíos, con presencia mayoritaria de ancianos, con ambientes de tibieza insoportable y muchos lamentables sacerdotes. No tengo nada en contra de los ancianos – faltaría más -, y entiendo que sean mayoría en la Iglesia como reflejo de la sociedad en que vivimos, con una pirámide poblacional invertida. Estos ancianos – ancianas, sobre todo – sostienen la Iglesia. Porque el número de jóvenes es escaso, por muchos experimentos life teen y effetá que se hagan para que los adolescentes y jóvenes no abandonen la Iglesia. Podría decirse que esto es también reflejo de la sociedad en que vivimos, envejecida. Sin embargo, una visita a cualquier templo en que actualmente se celebra la Misa por el vetus ordo no resiste esta explicación: en estos templos no cabe un alfiler, la mayoría de las personas son jóvenes, muchas de ellas familias con niños. Siguiendo con la comparación del P. Mallon, la Iglesia postconciliar, si me permiten la expresión, reflejaría la situación de un organismo enfermo, mientras que la Tradición litúrgica ininterrumpida de la Iglesia refleja la situación de un organismo sano. Está estudiado también que los fieles que asisten a la Misa tradicional viven de manera más profunda su fe y obedecen los mandamientos de Dios y de la Iglesia con mayor fidelidad que los que asisten a Misas novus ordo.
Por mi parte, ya no puedo más con hojas dominicales sobre el ahorro de agua, los migrantes y el lavatorio de los pies el Jueves Santo a doce mujeres presidiarias; por no hablar de Fiducia Suplicans y el diaconato femenino que, según Specola, hace ya tiempo que está en capilla. Tampoco puedo ya con parroquianos que comulgan con ruedas de molino y con quienes no se puede hablar de nada seriamente católico. Para mi desgracia, por muy consciente que soy de que la Santa Iglesia Católica Apostólica participa de la victoria de Cristo y que las puertas del infierno no podrán contra ella, me puede la situación actual. Que no es solamente actual, sino que viene de lejos. Dietrich von Hildebrand escribió en 1973 un tremendo lamento sobre los cambios radicales que se habían operado en la Iglesia en “La viña devastada”. Von Hildebrand fue un enorme intelectual del siglo XX y un hombre que amó a la Iglesia con todo su ser. En palabras de su esposa, Alice von Hildebrand, “era la trascendente belleza de la verdad lo que había cautivado su corazón y su mente. Una belleza que él encontraba expresada, en su forma más alta posible, en la liturgia viva de la Iglesia y, más centralmente, en el santo Sacrificio de la Misa”. Comprendamos su indignación y tristeza tras la revolución de mediados del siglo XX, que es la misma que podemos experimentar hoy, por amor a Cristo y a Su Iglesia, resumiendo algunos de sus pensamientos en dicha obra. Para von Hildebrand, desde mediados del siglo XX se había consumado la obra activa de destrucción por parte de los enemigos de la Iglesia desde dentro, introduciendo las más flagrantes herejías y blasfemias. Se introducían errores que ya habían sido condenados por la Iglesia en anteriores concilios. El autor deseaba mostrar claramente “el desastre que era que tales graves errores y mediocridad hubieran penetrado en la Iglesia”.
El consuelo que le quedaba era que, ya en los años 1970, la situación estaba siendo reconocida cada vez por un mayor número de católicos, que volvían a la ortodoxia; es decir, a la Tradición. Para von Hildebrand, la creciente oposición a la devastación de la viña del Señor era una especie de amanecer. Así lo vivo yo también, sin haber experimentado personalmente aquellos cambios traumáticos. Para mí, haber descubierto la Tradición viva de la Iglesia Católica es haber descubierto el tesoro escondido del Evangelio, la perla preciosa, por lo que vale la pena venderlo todo, a lo cual todo lo demás queda subordinado, porque es la manera de vivir para Cristo, aspirando a la santidad.
Duele ver cómo la falacia vertida por el Papa Francisco en el documento Traditiones Custodes de que la Misa tradicional atenta contra la unidad de la Iglesia ha calado en algunas mentes. Algunos de los comentarios al Perpleja sobre las reformas de la liturgia de la Semana Santa apuntaban en esa dirección. El Papa afirma en ese motu proprio que el novus ordo es la única expresión de la lex orandi de la Iglesia y hay quien se lo cree. Sin embargo, las celebraciones del Camino Neocatecumenal, el rito ambrosiano y el mozárabe, ¿no atentan contra la unidad de la Iglesia, pero la Misa de siempre, sí? Qué incongruencia y qué falacia. Algún otro comentarista apunta a una falta de fidelidad al camino de la Iglesia actual el tratar de ver los cambios operados en la Iglesia y las motivaciones de los reformadores. Monseñor Marcel Lefebvre lo resumió de manera perfecta al rememorar cómo la alta jerarquía eclesial siempre le felicitó por su manera de formar sacerdotes. De la noche a la mañana, haciendo él lo mismo, pasó de ser alabado a ser marginado y perseguido. ¿Quién había cambiado y quién se mantenía en lo que la Iglesia había hecho y dicho siempre? ¿A quién debemos fidelidad en la Iglesia? ¿A los innovadores y rupturistas, o a lo que la Iglesia creyó e hizo siempre?
Por eso yo me sitúo en la postura de “reconocer y resistir” que explica Taylor Marshall en su obra Infiltración (https://homolegens.com/libro/infiltracion/), que ya hemos citado anteriormente. Afirma Marshall que “reconocer y resistir es la única postura que se ajusta a la Escritura, la Tradición y responde a nuestra crisis contemporánea (…). Tenemos un papa válido y unos cardenales legítimos, pero hemos recibido el manto de san Atanasio y santa Catalina de Siena para invitar, respetuosa y reverentemente, a algunos padres espirituales a que vuelvan a Cristo y la pureza de la fe apostólica”.
Creo que merece un breve desarrollo este concepto de “reconocer y resistir” a los jerarcas de la Iglesia que se han alejado de lo que ésta ha enseñado siempre, puesto que la obediencia es una de las virtudes fundamentales del cristiano y esto nos puede acarrear serios problemas de conciencia. Para orar y reflexionar seriamente sobre esta cuestión me está resultando de gran ayuda el libro de Roberto de Mattei “Amor por el Papado y resistencia filial al Papa en la historia de la Iglesia”, publicado en 2019 y que consiste en una compilación de artículos de este gran historiador católico, escritos originalmente en italiano. En la presentación que realiza la editorial, podemos leer que “en este libro, Roberto de Mattei nos dirige a través de siglos de historia de la Iglesia mostrando tanto las sabias como desastrosas decisiones de papas y concilios”. Los distintos artículos muestran cómo diversos papas han errado en actos políticos, pastorales e incluso magisteriales, y la resistencia de los fieles a tales actos es un deber y causa de beneficio para otros fieles. El libro abre con un artículo absolutamente iluminador, titulado “El espíritu de Resistencia y Amor por la Iglesia”, publicado originalmente en Corrispondenza Romana el 7 de febrero de 2018, que pueden encontrar aquí en español: https://www.robertodemattei.it/es/espiritu-de-resistencia-y-amor-la-iglesia/.
De Mattei se propone esclarecer cuál debería ser la actitud correcta de los católicos en esta hora de crisis, de prueba, en que, como en otros momentos históricos, las tormentas más terribles vienen desde dentro de la Iglesia. Somos un rebaño desorientado ante prácticamente un siglo de cambios radicales y ruptura con la Tradición. Para ello cita las palabras del P. Roger Calmel, quien afirmó en los 1960s que “nuestra resistencia cristiana como sacerdotes o como laicos, resistencia dolorosísima porque nos obliga a decirle que no al propio Papa (…); resistencia respetuosa pero irreductible, está dictada por el principio de una fidelidad total a la Iglesia siempre viviente; o, dicho de otra manera, del principio de la fidelidad viviente al desarrollo de la Iglesia”.
La resistencia a los errores no es desobediencia. Es por amor a la Iglesia y es amor y fidelidad a la Iglesia y a Cristo, para transmitir intacto a las siguientes generaciones, como es nuestra obligación, el depósito de la fe que la Iglesia ha transmitido durante siglos. Porque es la Verdad.
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No se puede afirmar que la Igkesia „siempre” tuvo la expresión litúrgica que fijó Trento ; no se puede obviar el modo en que todas las Iglesias orientales celebran la Eucaristía -como dato y sin ánimo de menospreciar, jamás se arrodillan durante la liturgia-, no se de debe reducir la rica historia De la Iglesia. No se puede argumentar con un mínimo de rigor que Nuestro Señor dio en boca la comunión en la Última Cena o que mojó el pan en el cáliz , etc etc.
Yo creo que lo positivo es aprovechar y repetar al máximo toda la riqueza del Novo Ordua y denunciar precisamente sus incumplimientos o abusos, y conocer mejor la Institución de la Eucaristía.
«No se puede afirmar que la Igkesia „siempre” tuvo la expresión litúrgica que fijó Trento»
No se puede afirmar… porque parte de una premisa falsa: Trento no fijó ninguna «expresión litúrgica». Lo que hizo el Concilio de Trento fue declarar que el Misal Romano, que era el que recogía la forma de celebrar la misa en Roma desde época apostólica, estaba libre de error, permitiendo su uso a perpetuidad en toda la Iglesia Latina (también se permitieron todos los demás ritos que tuvieran más de 200 años, que siguen vigentes a día de hoy: Hispanovisigodo, Ambrosiano, Premonstratense, etc.). No se tiene que ir usted a las Iglesias orientales: en el mismo Occidente hay diferentes ritos ya aprobados en Trento (no inventados en él, como tampoco lo fue el Rito Romano).
«como dato y sin ánimo de menospreciar, jamás se arrodillan durante la liturgia»
Como dato: tampoco se sientan; ni siquiera tienen asientos en sus templos.
Además, la consagración se produce tras el iconostasio, por lo que tampoco la ven. Y, desde luego, cuando van a comulgar no se les ocurre tocar el Cuerpo de Cristo con las manos.
«No se puede argumentar con un mínimo de rigor que Nuestro Señor dio en boca la comunión en la Última Cena»
Ni falta que hace: en la Última Cena todos los presentes (los apóstoles) eran obispos (los clérigos siempre han podido tomar a Cristo con sus manos). Además, la misa ES el Sacrificio del Calvario, no la Última Cena, aunque en ésta, por primera y única vez en la historia, se anticipara dicho Sacrificio. En todas las demás misas posteriores a esa se renueva, en presente (produciéndose de nuevo, aunque esta vez de forma incruenta), un hecho ocurrido una sola vez en el pasado: el Sacrificio del Calvario.
Gracias Catholicus como siempre, por orientarnos
Gracias Catholicvs, muy interesante tu explicación
Mil Gracias, Catholicus. Excelentísimo siempre. Estaba esperandoa recuperar mi pendrive para copiar entero el hilo de comentarios suyos, y éste en negrita, tamaño superior y bien subrayado.
Por qué nunca nos explicaban las cosas de la fe, en tanto años de asignatura de religión en egb y bup. Aquel horror de libro que recuerdo de los 70, Con vosotros está. Lo busco ahora y me encuentro con que era de la Conferencia episcopal. Eran malos entonces, como son peores ahora. Cincuenta años para destruir todo. ¿No dan ganas de acogotarlos?
Muchísimas gracias.
Hay algunos que pretenden que no se trata de liturgia sino de algo más, pues si fuera cierto no se hubieran apurado en cambiarla. Pero además lex orandi lex credendi, luego como rezamos creemos, y si falta fe, ya me dirán donde está el problema. Y otra más, como dijo la santa de Ávila, que el diablo detesta el agua bendita y una de las cosas que ya no existe es la bendición del agua con exorcismo previos de las materias agua y sal. Es evidente a quien responden todos esos cambios. Podemos empezar volviendo a la bendición del agua de la forma previa al cvii. Ya empezaríamos a ver las transformaciones. Algo tan sencillo va a cambiar el mundo.
1) La Misa Tridentina , desde tiempos Apostólicos? ( se refiere a los primeros tres siglos, en que no había templos cristianos y se reunían en las casas -Ecclesia doméstica- „para la fracción del pan”. ?
2) El idioma empleado en tiempos Apostólicos era primero el griego y después de disputas se introdujo el latín como lengua „vulgar „ (la que entendía el pueblo ) ?
3) En los templos orientales sí hay sillas altas junto a los muros. Pero desde luego los fieles nunca se arrodillan durante la Eucaristía
4) en la Iglesia latina a la genuflexión se equipara la inclinación profunda (por ej. concelebrantes ) .
5) podemos seguir discutiendo sobre gestos litúrgicos pero el arrodillarse no garantiza una mayor fe ni caridad que el no hacerlo… es más, si porque yo me arrodillo o tomo la comunión en la boca -complicado para los sacerdotes dados los diversos y a veces poco higiénicos modos de recibirla-, juzgo a quienes no lo hacen así, debiera leerme lo del publicano y el fariseo en el templo
«En los templos orientales sí hay sillas altas junto a los muros. Pero desde luego los fieles nunca se arrodillan durante la Eucaristía».
Yo tengo segunda vivienda en Rumanía, donde paso los veranos, y como la iglesia católica más cercana está a más de 60 kms asisto los domingos y fiestas de guardar a la parroquia ortodoxa del barrio.
Los fieles cogen los cojines de esos bancos laterales, los colocan en las alfombras y se arrodillan durante la consagración.
Durante la procesión del Evangelio y su lectura permanecen de rodillas.
Antes de la consagración, el sacerdote saca en procesión el cáliz y la patena con el pan y el vino que serán ofrecidos y consagrados; la gente no solo se arrodilla alrededor del sacerdote, sino que se cubren la cabeza con las vestiduras sacerdotales, mientras él va tocando con el cáliz en la cabeza de los fieles.
Genuflexiones, santiguarse, inclinaciones… es un continuo.
Yo le hablo de lo que veo.
«… el arrodillarse no garantiza una mayor fe ni caridad que el no hacerlo…’
¿Pero cómo hace esa afirmación?
S. Pablo, en su carta a los Hebreos, dice que la liturgia es figura de las realidades celestiales. En Apocalipsis, los 24 ancianos que están sentados en tronos con coronas de oro, se postran ante el Cordero y adoran. A los Santos serafines se los representa con 2 de sus 6 alas tapándose el rostro ante el Santísimo. Los israelitas, durante el sacrificio del Yon Kipur, prefigura de la Misa, permanecían postrados.
Si al nombre de Cristo Jesús toda rodilla se ha de doblar en cielo, tierra e infiernos, imagínese ante el mismo Cristo.
Le aconsejo que lea la anécdota del Padre Pío sobre el fraile que se le apareció una noche en la capilla; le contó que estaba en el purgatorio porque había sido una especie de sacristán y no había mostrado ante el Santísimo toda la reverencia que se le debía.
¡Tenga cuidado!
Otro comentario que me grabaré a fuego en la memoria. (Y que tengo subrayadísimo y fortísimo en el usb)
Mil gracias, Quién como Dios
«La Misa Tridentina , desde tiempos Apostólicos?»
Sí, desde que la instituyó Cristo y los apóstoles, cada uno en el lugar al que fue, la siguieron celebrando. ¿O acaso es usted mormón y cree que desde entonces desapareció la «fe verdadera» hasta que, sin ton ni son, reapareció por arte de magia? ¿Cree que en Trento se inventaron un rito porque «les sonaba» que quince siglos antes San Pedro celebraba la misa en Roma? La misa no dejó jamás de celebrarse. Y la de Rito Romano es la forma en que se hacía en Roma sin solución de continuidad (no hubo tiempos en que no se celebrara), con lo esencial de la misma mantenido intacto.
«se refiere a los primeros tres siglos, en que no había templos cristianos y se reunían en las casas»
¿Y qué tiene que ver el sitio con el rito? Como si celebraban en las termas. ¡Menudo argumento!
«El idioma empleado en tiempos Apostólicos era primero el griego y después de disputas se introdujo el latín como lengua „vulgar „ (la que entendía el pueblo )»
El idioma empleado en tiempos apostólicos EN ROMA, no era el griego, sino el latín. Menos en la liturgia; precisamente para no emplear la lengua vulgar. Y el latín comenzó a usarse… ¡A finales del siglo IV! Vamos, que quedaban cuatro días para que ya no lo hablase nadie. Además, vuelve a incurrir en otro disparate por falta de formación: ¿quién le ha dicho que la liturgia actual deba copiar la de los primeros siglos en el idioma, aun cuando fuera como usted dice (que no lo fue)? ¿No sabe usted que una ley que no existe no obliga? Pues bien: ya llevamos, al menos, medio milenio, en que el latín es la lengua oficial de la Iglesia y de la liturgia (en el novus ordo también, aunque usted no se haya enterado porque sólo oye las traducciones del misal oficial, que es en latín).
«En los templos orientales sí hay sillas altas junto a los muros»
Sí, para que se sienten los ancianos e invitados, de los que caben 20 personas. El resto de los fieles cuentan con todo el suelo del templo, porque no hay sillas. Ya se lo han explicado bien.
«podemos seguir discutiendo sobre gestos litúrgicos pero el arrodillarse no garantiza una mayor fe»
No hacerlo no sólo no la garantiza tampoco, sino que más bien indica falta de ella y, sobre todo rebeldía y desobediencia a lo que manda la Iglesia, pues las rúbricas OBLIGAN a hacerlo (no es una sugerencia). Si usted es anarco-litúrgico, como si se hace budista: el problema es de usted, no de los demás.
«los diversos y a veces poco higiénicos modos de recibirla»
El único modo poco higiénico que conozco, prohibido durante milenios en la Iglesia, es tocar al Señor con las pezuñas, que a saber qué han tocado antes.
«debiera leerme lo del publicano y el fariseo en el templo»
Pues, hágalo, en vez de repetir de oídas lo de «gracias, Señor, por hacerme puro, y no como estos malvados publicanos infovaticanos», que le describen a usted y a quienes emplean dicho pasaje para menospreciar a quienes creen y hacen lo que deben, y no lo que les sale de las narices.
Donde dice: «los ancianos e invitados»,
debe decir: «los ancianos e inválidos» («discapacitados», en politiqués correcto).
Como veo que no se entienden mis argumentos indirectos, que invitaban a imaginar, intento un poco más visualmente: Entonces, en las casas la “fracción del pan” se celebraba con un altar consagrado junto a la pared, en el que el sacerdote y solo él proclamaba las lecturas, recitaba las oraciones y ello de espaldas a los asistentes, en lengua que no entendían ni apenas en contadas ocasiones oían, con movimientos corporales fijados en un ritual, eventualmente con incienso, y comunión no con pan que los fieles mismos aportaban sino con formas previamente preparadas etc (entiéndase solo a efectos explicativos por favor )
O bien admitimos que el rito Tridentino ha sido la evolución del sacramento y su lógica adaptación a los templos y tiempos? Con lo que no se puede sostener que la Iglesia no esté legitimada para introducir nuevas y provechosas modificaciones ? (de ahí mi uso del verbo «fijar» , ya que se pretende asumir como inamovible lo establecido en Trento, y herético lo demás
Caldeo: Terminados todos estos ritos preparatorios comienza la anáfora con una fórmula solemne de bendición sacada de S. Pablo: «La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios Padre y la comunión del Espíritu Santo sea con todos vosotros» (2 Cor 13,13). Va seguida de un diálogo común a
todas las liturgias cristianas y que se remonta al judaísmo, el diálogo del prefacio al que sólo los Caldeos añaden una última oración de súplica, de rodillas, antes de comenzar la gran acción de gracias (eucaristía)…
Maronita: Posterior a la consagración llega el momento más solemne y culmen de la Divina Liturgia maronita: la epíclesis o invocación al Espíritu Santo. En ella el celebrante, con tres movimientos de manos, simulando el vuelo del Espíritu en forma de paloma (Lc 3, 22) pide que se derrame sobre los dones presentados, convirtiendo el pan y el vino en el Cuerpo y Sangre de Jesucristo. Es de rodillas y con la fórmula en arameo…
Armenio: Por lo que se refiere a la comunión, el sacerdote moja la hostia en el vino; luego, de rodillas en la tarima del altar, parte la hostia en pequeños trozos que tienen la forma de un grano de maíz y da la comunión directamente en la boca a los fieles…
Magnífico artículo de “Una católica perpleja”.
Perfectamente argumentado y claro.
Cristiano: La “riqueza del “Novus Ordo”: La variedad y “creatividad” sin duda: payasos, baterías, comentaristas, profanaciones, comunión en la mano, tangos , boleros, cumbias, contorsionismos, y sacerdotes emocionados hablando dela “casa común” la migración y el mágico “discernimiento”.
Buenos días. Totalmente de acuerdo con su posición y perplejidad. ¿Responde usted a las siglas de N. S. F.? Un saludo y gracias.
Yo pensé lo mismo sobre las siglas
Jajaja. Ahora caigo. Si yo fuera NSF no me habría dirigido a ella como amiga en otras entregas ni la citaría… Ella tiene mucha màs clase que eso y escribe mucho mejor que yo.
Católica Perpleja, sin negar que actúa de buena fe, sus propuestas son a estas alturas de la historia inútiles. Por que coge usted el rábano por las hojas y lo centra todo en la liturgia. En efecto es lo mas importante, la Santa Misa. Pero no estamos solo ante un problema litúrgico, estamos ante la construcción monstruosa de una iglesia ajena a Cristo, inspirada por las sociedades secretas en cuya cumbre está el maligno. Ya es demasiado tarde para la resistencia por que hemos sido vencidos, y los llamados errores no lo son, es un programa con diseño inteligente para destruir la iglesia inmemorial. El proceso no tiene marcha atrás, y va cubriendo etapas, el remedio parte de la base de que tenemos que demoler todo el montaje herético, y empezar la restauración de la iglesia de Cristo desde los cimientos. Proclamar el cisma y la guerra al modernismo. Viva Cristo Rey. Carlismo Rebelde.
¡Se puede decir más alto pero no más claro!
Los últimos papas preconciliares (Gregorio XVI, el Beato Pío IX, San Pío X, Pío XI…) venían avisando de que la Iglesia estaba siendo infestada por lo que San Pío X calificó como compendio de todas las herejías (“omnium haereseon collectum”).
Gregorio XVI, especialmente en «Mirari Vos, SOBRE LOS ERRORES MODERNOS»; el Beato Pío IX, especialmente en «Quanta cura y el “Syllabus” donde, con formula que cumple todos y cada unos de los requisitos exigidos por el CVI sobre la infalibilidad papal, condena los errores modernistas enumerados en Quanta cura: «Así pues en virtud de nuestra autoridad Apostólica reprobamos, proscribimos y condenamos todas y cada una de las PERVERSAS opiniones y doctrinas singularmente mencionadas en estas Letras, y queremos y mandamos que por todos los hijos de la Iglesia católica sean absolutamente tenidas…
Continúa…
… por reprobadas, proscritas y condenadas»; al tiempo que califica a quienes las defienden, al igual que hiciera Gregorio XVI, de: «locos», «impúdicos», y «seguidores de pestilente error» cuya fuente cenagosa es el indeferintismo.
San Pío X fue el mayor perseguidor de la herejía: «Pascendi Dominici gregis, SOBRE LAS DOCTRINAS DE LOS MODERNISTAS» y el decreto del Santo Oficio (aprobado por él), ‘Lamentabili sane exitu» (como un nuevo syllabus contra el modernismo). El 01/11/1910 impuso el «Juramento antimodernista», en el Motu Proprio: “Sacrorum Antistitum”, a «todo el clero, los pastores, confesores, predicadores, superiores religiosos y profesores de filosofía y teología en seminarios».
El juramento decía:
«Yo … abrazo y recibo firmemente todas y cada una de las verdades que la Iglesia por su magisterio, que no puede errar, ha definido, afirmado y declarado…
Continúa…
… principalmente los textos de doctrina que van directamente dirigidos contra los errores de estos tiempos…
Prometo que he de sostener todos estos artículos fiel, entera y sinceramente, y que he de guardarlos inviolados, sin desviarme de ellos en la enseñanza o en ninguna otra manera de escrito o de palabra. Esto prometo, esto juro, así me ayude Dios, y estos santos Evangelios [que toco con mi mano]».
Lo que hicieron la mayoría de los padres conciliares y los papás postconciliares con el juramento, ya lo sabemos todos (se limpiaron con él salva sea la parte).
Alguno, hasta presumía de que documentos del Concilio eran un verdadero anti Syllabus.
¡Hay que meter bisturí y dejar de llamar bien al mal!
Totalmente de acuerdo con usted, Caradeplata, pero lo que necesitamos con urgencia son sacerdotes que se atreven a celebrar la misa tradicional conta viento y marea.
Es increíble ver cómo todavía algunos como «católica perpleja» a estas alturas de la película clamen contra el rito nuevo de Pablo VI.
El problema no está ahí. Está en que la Iglesia no ha querido regirse por la constitución apostólica del CVII sobre la liturgia, que introducía mínimas reformas en la misa tridentina.
La jerarquía puede aprobar los nuevos ritos que considere necesarios: misa Kika, misa amazónica, misa novos ordo,….etc.
Lo que no puede hacer -incluido- los Papas es desobedecer a un Concilio ecuménico.
El rito tridentino es cancelable, pero hay que hacerlo bien, es decir a traves de otro Concilio y con amplio consenso de obispos. Si no es así un Papa no tiene autoridad porque no está por encima del Concilio.
El problema real de la Iglesia no es litúrgico. Ese es un proble secundario.
El primer problema es de obediencia.
El pecado original, la primera Misa Negra de la historia, en el que Adan y Eva, sacerdotes del Altísimo, renuncian a su sacedorcio real para entronizar a Satanás como príncipe de este mundo y sacrificar a su descendencia real, nace de la desobediencia.
Hay desobediencia al CVII en materia de liturgia y de ahí vienen nuestros problemas.
Y de esa desobediencia vienen todas las demás.
«El rito tridentino es cancelable»
Iba usted más o menos bien… hasta que ha dicho este disparate. Lo primero, porque no existe ningún «rito tridentino», sino la Santa Misa, instituida por Nuestro Señor Jesucristo (y, por tanto, «incancelable»), tal y como se celebraba en Roma desde época apostólica, que es lo que recoge el «Missale Romanum». Y el propio Papa San Pío V, de acuerdo con lo decretado por el Concilio de Trento, permitió dicho misal a perpetuidad por el mero hecho de no contener ningún error, que era lo que se pretendió al revisar los ritos (para evitar los errores y herejías del momento, que es por lo que no se permitieron los ritos que tuvieran menos de doscientos años y sí todos los demás). Y la prueba de que no se puede abrogar es que, hasta el día de hoy, ningún Papa lo ha hecho ni intentado (igual tiene algo que ver la excomunión decretada en la Constitución Apostólica «Quo primum» para quien ose hacer algo semejante).
«la Iglesia no ha querido regirse por la constitución apostólica del CVII sobre la liturgia, que introducía mínimas reformas en la misa tridentina […] Hay desobediencia al CVII en materia de liturgia y de ahí vienen nuestros problemas»
La llamada «Misa Normativa» de 1965 (de la que poseo un «Ordinario de la Misa» conservado por una de mis abuelas), seguía exactamente lo decretado por la Constitución Apostólica «Sacrosanctum Concilium» sobre la Sagrada Liturgia, del CVII. Pero, como era poco «ecuménica» para los gustos de Pablo VI (no de «la Iglesia»), decidió que se creara un rito nuevo, ex nihilo, eliminando el 80% de las oraciones del misal, incluyendo el Ofertorio del Rito Romano (que ya no existe en el «novus ordo», pese a haber dado ese mismo nombre a las «berajás» judías con las que se sustituyó y que ahora se recitan).
La pena establecida en el punto VI de la “Quo Primum Tempore” no es de excomunión, sino de “indignación” (considerada entonces una pena, pero menor que la excomunión): “… decretar que jamás se agregue, suprima o cambie nada a este Misal Nuestro recién editado, lo estatuimos y ordenamos mediante Nuestra Constitución presente, valedera a perpetuidad, y bajo pena de Nuestra indignación”.
La pena de excomunión latæ sententiæ, punto X, era para los libreros que imprimieran, ofrecieran… el Misal sin licencia del Papa o de un Comisario Apostólico expresamente nombrado por él.
En el punto XII añade que: “si alguien se atreviere a atacar esto, sabrá que ha incurrido en la indignación de Dios omnipotente y de los bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo”.
El canon VI del Concilio de Trento, sobre el Sacrificio de la Misa, excomulga a quienes pretendan abrogarla ALEGANDO ERRORES: “Si alguno dijere, que el Cánon de la Misa contiene errores, y que por esta causa se debe abrogar; sea excomulgado”.
Lo que sí hace el canon IX es excomulgar a quien “… dijere… que la Misa debe celebrarse sólo en lengua vulgar…”
“… el Ofertorio del Rito Romano (que ya no existe en el «novus ordo», pese a haber dado ese mismo nombre a las «berajás» judías con las que se sustituyó y que ahora se recitan)”.
¡ERROR!
Es cierto que el origen remoto es la bendición del vino y del pan de la pascua judía. Por ejemplo: de las 4 copas que toman durante la cena, antes de beber la primera, dicen: «Baruj Atá Adonai Eloheinu, Melej HaOlam, Boré pri HaGafén» (Bendito eres Tú Señor, Nuestro Dios, Rey del Universo, Creador del fruto de la vid)…».
A ver si le suena el siguiente texto:
“S. Bendito seas Señor, Dios del Universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te la presentamos; él será para nosotros pan de vida.
P. Bendito sea por siempre, Señor.
EL REVERENDO DEPOSITA LA PATENA CON EL PAN SOBRE EL CORPORAL.
Continúa…
… Presentación del vino
SEGUIDAMENTE EL REVERENDO TOMA EL CALIZ Y, MANTENIÉNDOLO LEVANTADO, DICE:
S. Bendito seas Señor, Dios del Universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te la presentamos, él será para nosotros bebida de salvación.
P. Bendito sea por siempre, Señor.”.
¡ESTA COPIADO LITERALMENTE DE LA “SAGRADA LITURGUA EPISCOPAL DE 1928”!
La puede encontrar en internet. Puede leerla y luego me dice, como el otro día, que en realidad son ellos los que han copiado del Novus ordo. Encontrará pocas diferencias.
Quise decir “SAGRADA LITURGUA EPISCOPAL ANGLICANA DE 1928”!
“indignación” (considerada entonces una pena, pero menor que la excomunión) […] y bajo pena de Nuestra indignación»
Lo que siempre le digo: usted no entiende lo que lee: cuando dice «bajo pena de Nuestra indignación» no se refiere a un castigo, por más que diga esa chorrada, en una nota, la página de «Radio Cristandad» (o la fuente de la que ésta lo hubiera tomado, si no fuera ella la fuente original), sino que se trata de una Iocución preposicional que significa «con la seguridad de exponerse, en caso contrario, a…». Es decir, «so pena de…». Dicho en román paladino: «no hagas esto, so pena de que quieras que me cabree». Porque, el «Nuestra» se refiere a él mismo, el papa, y no tiene nada que ver con la fórmula que aparece al final del documento, que se refiere, nada menos, que a la ira divina:
«Si, sin embargo, alguien se permitiese una tal alteración, sepa que incurre en la indignación de Dios Todopoderoso…
…y sus bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo»
¿A qué cree que se refería San Pío V al hablar de la «indignación» de Dios y de los Santos Apóstoles? ¿A que ya no le iban a «ajuntar» por el disgusto, como los críos enfurruñados en el recreo? ¡Por favor! Usted, si no pone la guinda, no es feliz. Ese es el lenguaje que procede en este tipo de documento, y no la fórmula que corresponde al canon de un documento dogmático («Si ésto… ésto otro»: «quien haga tal cosa, sea anatema –o excomulgado–«), que además suele corresponder a una lista de obligaciones y/o prohibiciones. ¿A usted le parece poca excomunión la indignación de Dios, motivada por una prohibición a perpetuidad hecha de modo solemne en el ejercicio expreso de la máxima Autoridad Apostólica? ¿O acaso cree, como Francisco, que aún en pecado se puede estar en gracia de Dios (en este caso, que la indignación divina no aparta de la comunión y que uno sigue tan pichi)?
Es más que evidente que si hay excomunión para delitos menores, haya dejado la pena más gorda para el final. ¿O cree que es peor imprimir sin permiso el misal, y merece mayor castigo, que abrogarlo, cambiarlo o prohibirlo? Vuelve a incurrir usted en el mismo error que con el tema de los masones: no entiende lo que es la excomunión, que no se incurre en ella sólo cuando aparece de forma expresa dicha palabra, y que la indignación de Dios (que no es ninguna «pena», así que no invente, sino que significa literalmente eso: «Enojo, ira, o enfado vehemente contra una persona o contra sus actos», en este caso, de Dios mismo) es muchísimo peor que una pena temporal que puede quitarse a discreción.
«¡ESTA COPIADO LITERALMENTE DE LA “SAGRADA LITURGUA EPISCOPAL DE 1928”!»
Sí, va a ser eso: las berajás judías de la Pesaj (de anteayer mismo) están copiadas de un texto protestante del siglo XX. ¿Usted se lee? Es mas, ¿usted se cree? ¡impresionante!
«Sí, va a ser eso: las berajás judías de la Pesaj (de anteayer mismo) están copiadas de un texto protestante del siglo XX. ¿Usted se lee?»
¡A usted se le va la pinza!
Está tan ansioso por contradecir, que ni lee los comentarios.
Se lo explico como a los niños.
Secuencia:
A) Dice que en el Novus Ordo se ha sustituido el ofertorio del rito romano por berajás judías.
B) Digo que «Es cierto que el origen remoto es la bendición del vino y del pan de la pascua judía».
C) Digo que a ver si le suena un texto que adjunto, del cual (al final y con mayúsculas) afirmó que está sacado de la liturgia de la Iglesia Episcopal Anglicana de 1928.
D) Le invito a ver el texto de la liturgia anglicana de 1928 y «luego me dice, como el otro día, que en realidad son ellos los que han copiado del Novus ordo. Encontrará pocas diferencias».
¿De dónde saca usted que yo he dicho que los judíos han copiado la bendición de la copa de los anglicanos?
«bajo pena de Nuestra indignación» no se refiere a un castigo, por más que diga esa chorrada, en una nota, la página de «Radio Cristandad» (o la fuente de la que ésta lo hubiera tomado, si no fuera ella la fuente original), sino que se trata de una Iocución preposicional que significa «con la seguridad de exponerse, en caso contrario, a…». Es decir, «so pena de…». Dicho en román paladino: «no hagas esto, so pena de que quieras que me cabree»
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¡Vamos… que hasta los puede dejar sin postre!
Y dígame: si alguien modificara la Misa ahora, ¿se levantaría de la tumba San Pío V y decidiría que castigo le impone en su cabreo?
«luego me dice, como el otro día, que en realidad son ellos los que han copiado del Novus ordo»
¡Menudo liante! Lo que usted transcribió el pasado 31 de marzo, no fueron las berajás judías que han sustituido al Ofertorio, que es de lo que estamos hablando ahora, sino el Canon de la misa COPIADO por los luteranos de la Misa católica. A ver si lo entiende: al ser las bejarás más antiguas, tanto los protestantes como el «ofertorio» del novus ordo las han copiado de las mismas fuentes judías, no los católicos de los protestantes. En cambio, el canon de la misa es más antiguo que la «liturgia» luterana que usted transcribió. Usted apuesta todo a que la gente se crea lo que usted dice en cada momento (aunque sea falso), pero parece no haberse dado cuenta de que puede comprobarse fácilmente que miente.
«¡Vamos… que hasta los puede dejar sin postre!»
Su sarcasmo se le vuelve en contra: el cabreo papal jamás es ningún castigo, como usted decía.
La indignación divina del final de la Constitución Apostólica, sí. ¿O cree que alguien se puede salvar con el Altísimo indignado contra él, le dé el papa postre o no se lo dé? Mejor deje de hacer el ridículo con sus presuntos chistes, más propios de una pandilla de adolescentes inadaptados que de un adulto que escribe en una web católica.
No.El problema de la Iglesia es de Fe.
Hace muchos años,y tras un periplo veraniego por centroeuropa,Santiago Martín contó en ABC que la presidenta de Caritas de una de aquellas naciones(¿Austria?),le confesó algo así:Padre…desengáñese.No se trata de celibato,de ordenación de mujeres,de moral sexual.Se trata simple y llanamente de «odio a Jesucristo».
¿Se atrevió a contar eso al ABC Santiago Martín? Sería en la época de Benedicto XVI ¿no? Porque sobre Bergoglio no se atreve nunca a decir nada, siempre es «el entorno malvado, los alemanes, pobrecito que es taaaan bueno, etc, etc», el miedo grande a perder prebendas da mucha pena, esa es la «vocación» que tienen…
Aliseya,creo recordar que fue incluso antes de Benedicto XVI.De esto hace muchos años.Santiago acostumbraba a visitar en verano otras iglesias locales,y muchas veces compartía con sus lectores las experiencias vividas.Recuerdo cúanto le conmocionó lo que he contado,pues le hizo comprender que el problema en esos países europeos va mucho más alla de lo eclesiológico y de lo antropológico,ya que atañe al meollo de la Fe misma.Es,literalmente, «teológico»,pues cuestiona al mismo Dios Vivo,comenzado a revelarse en el Antiguo Testamento,y plenamente Revelado en Jesucristo.
«El rito tridentino es cancelable, pero hay que hacerlo bien, es decir a traves de otro Concilio y con amplio consenso de obispos. Si no es así un Papa no tiene autoridad porque no está por encima del Concilio».
¿No estará usted un poquito confundido?
Ya en Lumen Gentium, los astutos modernistas, al referirse a las relaciones entre el Colegio de Obispos y el Sumo Pontífice, con cierto tufillo pistoyano a conciliarismo, intentaron deformar los decretos al respecto del Vaticano I. Pablo VI estuvo listo y ordenó publicar una nota aclaratoria previa a la publicación de Lumen Gentium; cosa sorprendente de la que no parece haber precedentes en toda la historia de la Iglesia. Como era costumbre, no le hicieron ni puñetero caso (la publicación de la nota fue posterior), pero la nota aclaratoria la puede usted encontrar en vatican.va, adjunta a Lumen Gentium.
Continúa…
Lo que viene a decir esa nota, dicho en román paladino, es que los obispos son sucesores de los apóstoles, pero tal sucesión «… no implica la transmisión de la potestad extraordinaria de los Apóstoles a sus sucesores, ni, como es evidente, la igualdad entre la Cabeza y los miembros del Colegio» (observación 1ª de la Nota Aclaratoria).
Cristo fundó su Iglesia sobre la roca de Pedro, no sobre el Colegio de los Apóstoles. Pedro solo lo puede todo, el colegio de los obispos separado de Pedro no puede nada. Los decretos conciliares valen en tanto que los firme el Papa.
En conclusión: en este asunto no está usted muy acertado.
«Los decretos conciliares valen en tanto que los firme el Papa»
Menos los de los concilios que usted decida, naturalmente (que es sólo uno), aunque estén firmados por un Papa. El principio de no contradicción con usted no aplica, por lo que se ve. Es capaz de defender una cosa y su contraria y quedarse tan pancho. En esto se parece al papa posconciliar que menos crítica usted: Francisco «El Inimputable» (por carecer de libre albedrío, según su peculiar teoría de los irresistibles efluvios de ultratumba).
«Menos los de los concilios que usted decida, naturalmente (que es sólo uno), aunque estén firmados por un Papa. El principio de no contradicción con usted no aplica, por lo que se ve».
Le vuelvo a decir que usted se hace trampas jugando al solitario.
Los decretos de cualquier Concilio no valen nada sin la aprobación del Papa, en ninguno de los veintiún Concilios habidos ni en mil más que hubiera.
La diferencia del último, y usted la conoce bien, sin menoscabo de la autoridad papal frente al colegio de obispos que es de lo que hablamos, radica en la no obligación de los católicos de aceptar pronunciamientos del Concilio sobre doctrinas que la Iglesia no ha definido como de fe.
«Los decretos de cualquier Concilio no valen nada sin la aprobación del Papa»
No sé para qué lo repite. El que tiene problemas con dicho concilio del siglo pasado es usted, no yo. Por mi parte, acepto al 100% el concilio aprobado y rubricado por Pablo VI, en el que, como ambos hemos repetido muchas veces, se recuerda a los fieles católicos que sólo deben creer la doctrina previa (ya que el CVII no definió nada). No sé por qué le dan a usted esos ataquitos con que «el concilio dijo, el concilio dejó de decir»: como si habló de hadas y unicornios. El propio concilio ya recalcó que no tiene por qué créerselo.
Este artículo es Sedevacantismo disfrazado de purismo.
La resistencia a los errores no puede ser nunca filial,porque el padre del error y de la mentira es satán.
Lejos de nosotros comprendernos como hijos de él.
Bien. Hay una forzada tolerancia al gran hereje.
Buen «fichaje» de Infovaticana con la «CATOLICA PERPLEJA».
Muy bien «CATHOLICVS» en sus argumentaciones. Aunque no le falta razón a «TINO» en cuanto a las desobediencias al Concilio Vaticano II en temas litúrgicos y otros muchos.
Aparte ya de Von Hildebrand, resulta revelador meditar el porqué otros espíritus exquisitos, de desbordante talento, quedaron desolados con la reforma litúrgica de Pablo VI. Y no me refiero al caso conocidísimo de Agatha Christie, sino a otro famoso inglés que ahora mismo es lo más, puro culto, explícitamente nombrado y subyacente en la película con más morbo de este año («Saltburn», no se la recomiendo). Sin embargo, Evelyn Waugh se llevó a la tumba la pena y la nostalgia de la misa de siempre…
El novus ordo está lleno de defectos y abusos, pero es válido. Algo no coincide.
Que Jesucristo no abandone a su iglesia, no significa que el rito protestante tenga validez ni sus sacramentos.
Excelente artículo. Muchas gracias por escribirlo y a Infovaticana por publicarlo.
Comprendo su perplejidad y comparto su sentimiento. Personalmente me siento impotente ante tanto abuso liturgico y estoy cansada de que usen las homilias como cancha politica . Vivo en Alemania y estoy viviendo esa dolorosa experiencia cada vez que voy a misa.
En mi opinion los liberales son una secta , actúan de manera sectaria y brillan por no creer ni amar a Jesús , a Dios , la biblia , a los mandamientos, los sacramentos y a nuestra santa madre iglesia y lo dicen a voz alta no creen en el papa . Nos estan robando en nuestra cara nuestra fe , nuestra iglesia , unica, catolica , apostolica y Romana y la estan cambiando por otra usando nuestra identidad y hasta la infraestructura de nuestra iglesia. Es triste y doloroso .
Con mucho respeto al papa pero hay que decir lo que no es catolico. No nos podemos quedar callados ante esta injusticia con la iglesia de nuestro Señor Jesús tenemos derecho a decir lo que pensamos y expresar nuestra fe.
Muchisimas gracias por su artículo
La prueba del algodón de la NO necesidad de celebrar el vaticanazo segunto es ésta:En los cien años anteriores a él,las mentes más preclaras fueron deslumbradas por el Catolicismo.Newman y su movimiento de Oxford;Knox;Chesterton;Belloc,Evelyn Waugh;Tolkien;Elliot;Charles Peguy;Bernanos;León Bloy;los Maritain;Edith Stein;Jean Guiton;Etienne Gilson;Gustave Thibon;Blondel;Gabriel Marcel…;¡muchos más!».Sólo
una torpe ,triste y casposa troupe de clerígos seudoteólogos,tan grises cuanto ignorantes,legión de protagóricos sofistas…,invocaron tal necesidad.
Y así nos fue.
¡Hay que resistir!
Benedicto XVI se dio cuenta perfectamente del desastre del Novus Ordo, por eso hizo el intento de reinstaurar la Liturgia Tradicional. Como lo tenia muy claro, llego a afirmar que «la destruccion de la Liturgia es la destruccion de la Fe», tal como han demostrado los hechos.
El problema es que tenemos una jerarquía que todavia vive en los 60 y se han creido toda la verborrea del «aggiornamento», que fue pura mundanizacion de la Iglesia. Hasta que no se haya muerto esta generacion -obcecados en su error-, no sera posible una restauracion seria de la Liturgia.
Por eso Dios no envia vocaciones sacerdotales a esta neo Iglesia, y sin embargo bendice con vocaciones a los movimientos Tradicionales.
Pero Bergoglio y secuaces van a por todas contra esas incipientes vocaciones sacerdotales tradicionalistas… no, ya no va de «añoranza de la juventud perdida» de unos cuantos clérigos ancianos, esto va de imposición de la demoníaca-masónica Agenda 2030 y la institución de la (anti) Iglesia sinodal, inclusiva, gay, feminazi, ecologista, climática, pachamámica, sincretista…
Están en la labor de despreciar a Jesucristo e igualarlo a cualquier deidad pagana, eso ya lo está haciendo Bergoglio con todo su poder con el Vaticano en peso… Los curas u obispos que se oponen, son despreciados, calumniados, silenciados o excomulgados…
Y ahí sigue el anticristo haciendo su labor, ¿Creen que cuando se muera Bergoglio el que le sigue no va a ser un continuador del mal? Miren España… Parecía que no podía haber alguien peor que Zapatero… y llegó el psicópata Sánchez para demoler completamente la nación española e imponer su dictadura…
«En tiempos recientes, el Concilio Vaticano II expresó el deseo de que la debida y respetuosa reverencia respecto al culto divino se renovase de nuevo y se adaptase a las necesidades de nuestra época. Movido por este deseo, nuestro predecesor, el Sumo Pontífice Pablo VI, aprobó en 1970 para la Iglesia latina los libros litúrgicos reformados, y en parte renovados. Éstos, traducidos a las diversas lenguas del mundo, fueron acogidos de buen grado por los obispos, sacerdotes y fieles. Juan Pablo II revisó la tercera edición típica del Misal Romano. Así, los Romanos Pontífices se han ocupado de que «esta especie de edificio litúrgico (…) APARECIESE NUEVAMENTE ESPLENDOROSO POR DIGNIDAD Y ARMONÍA» (Motu Proprio SUMMORUM PONTIFICUM).
O yo no sé leer, o Benedicto CVI opinaba que el Novus Ordo se ajusta a lo dictaminado por el Concilio y resulta armonioso, digno y esplendoroso.
*Benedicto XVI.
«O yo no sé leer, o Benedicto CVI opinaba que el Novus Ordo se ajusta a lo dictaminado por el Concilio y resulta armonioso, digno y esplendoroso»
Ambas cosas son ciertas: usted no sabe leer (en ninguna parte dice nada de que «se ajuste a lo decretado» por el CVII, sino que «movido por ese deseo» Pablo VI se inventó el novus ordo, aunque no se ajustase a lo decretado); lo que no entiende o no acepta lo tergiversa; y a BXVI le podía parecer «armonioso digno y esplendoroso», lo mismo que todo lo contrario. ¿Y? No sé cómo hay que explicarle a usted que las ideas personales, gustos y deseos pontificios (de cualquier papa) son sólo eso. Y Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI están muertos. Grábeselo, porque llorar sobre la leche derramada (suponiendo que hubiera leche, o incluso que se hubiera derramado), es de lo más absurdo. A ver si aterriza usted en 2024 de una vez.
!Los suyo resulta ya esperpéntico! Es capaz de retorcer cualquier argumento con tal de desprestigiarlo. Pero como dijo Pilatos: «lo escrito, escrito está! y está claro que en su caso, como dicen los iraníes, el plato está siempre más caliente que la sopa.
Por cierto, los padres conciliares de Trento también están todos muertos, igual que San Pablo y el resto de los Apóstoles; aplicando su punto de vista no hable de ellos.
¿No es posible que intentará mediante el Motu Propio quitar apoyos a Lefebvre?
Piensese bien lo que me va a contestar, que tengo buena hemeroteca y por la boca muere el pez.
Intentara, no intentará.
Piénsese, no piensese.
El traductor de voz a texto del móvil tiene vida propia.
«Es capaz de retorcer cualquier argumento…»
Qué curioso (o no tanto) que responda con el mismo argumento que acabo de reprocharle previamente: usted es capaz de retorcer cualquier texto de los que transcribe.
«como dijo Pilatos: «lo escrito, escrito está!»
Pilatos no le conocía a usted. En cualquier caso, no sé para qué pierde el tiempo, pues, precisamente porque está escrito, sus invenciones con respecto a lo escrito saltan a la vista.
«Por cierto, los padres conciliares de Trento también están todos muertos, igual que San Pablo y el resto de los Apóstoles»
Pero ningún comentarista está obsesionado con ellos, como usted lo está con los papas posconciliares; ni los calumnia, ni tergiversa lo dicho por ellos, ni los saca a colación sin venir a cuento… Vamos, no tienen TOC.
«…quitar apoyos a Lefebvre?»
¡El que faltaba! Lefebvre ya llevaba muerto dos décadas cuando ese motu proprio. Y ahora casi cuatro. Insisto: vuelva a 2024.
Permítame decirle, sin acritud, que es una lástima que con los conocimientos que tiene, le pierdan la soberbia y el complejo de superioridad. Si mira bien mi comentario, verá que es una respuesta a la observación de “Fred” de que “Benedicto XVI se dio cuenta perfectamente del desastre del Novus Ordo”. Me he limitado a poner una cita de la que, en mi humilde opinión, parece deducirse que él creía que no sólo no era un desastre, sino que estaba en concordancia con el Concilio. ¿Qué tiene que ver mi comentario, con que usted diga: “No sé cómo hay que explicarle a usted que las ideas personales, gustos y deseos pontificios (de cualquier papa) son sólo eso”? ¿De qué estábamos opinando, sino de la opinión personal de Benedicto?
En su intención por hacer sangre, mete usted la pata hasta el corvejón.
Me dice: “usted no sabe leer (en ninguna parte dice nada de que «se ajuste a lo decretado» por el CVII, sino que «movido por ese deseo» Pablo VI se inventó el novus ordo, aunque no se ajustase a lo decretado); lo que no entiende o no acepta lo tergiversa”.
¡Es usted muy atrevido, afirmando!
Según usted: ¿Pablo VI se pasó su propio Concilio por el forro?, o, ¿mintió como un bellaco cuando afirmó que las reformas litúrgicas habían “madurado en la aplicación de los decretos del Concilio”?
Acláremelo, si tiene a bien.
«Si mira bien mi comentario, verá que es una respuesta a la observación de “Fred” de que “Benedicto XVI se dio cuenta perfectamente del desastre del Novus Ordo” […] ¿De qué estábamos opinando, sino de la opinión personal de Benedicto?»
Le respondo primero a su última pregunta: ¿de qué estábamos opinando? De la «opinión» de Benedicto XVI no, sino de lo que hizo (que no es ninguna opinión); y eso es exactamente lo que ha escrito Fred:
«Benedicto XVI se dio cuenta perfectamente del desastre del Novus Ordo, por eso HlZO el intento de reinstaurar la Liturgia Tradicional»
Que sea verdad que el novus ordo le pareciera un desastre, no es la opinión de Benedicto XVI, sino la de Fred, en todo caso. Y como obras son amores y las palabras se la lleva el viento, la «opinión» de BXVI que usted ha transcrito, es eso: una mera opinión; mientras que los hechos son los que son.
«en mi humilde opinión, parece deducirse que él creía que no sólo no…
…era un desastre, sino que estaba en concordancia con el Concilio»
Humilde o no humilde, efectivamente es su opinión. Pero, que se deduzca de lo transcrito, en absoluto. Y que se correspondiera con la realidad, menos aún.
«Según usted: ¿Pablo VI se pasó su propio Concilio por el forro?»
En lo que la liturgia se refiere, rotundamente sí. Y no fue «su» concilio, por más que sea el título de un libro.
«o, ¿mintió como un bellaco cuando afirmó que las reformas litúrgicas habían “madurado en la aplicación de los decretos del Concilio”?
Una de las acepciones de madurar es: «Llevar algo como una idea o un proyecto a su desarrollo mediante la reflexión». Y tanto reflexionaron, que al final el resultado se pareció a lo decretado como un huevo a una castaña. No hay más que leerse lo decretado y comparar. O se puede referir al estado máximo de maduración, que consiste en ponerse pocho. En todo caso, siempre le he dicho que la intención de…
…Pablo VI podría ser buenísima, y él pensar que eso era lo que querían los padres conciliares, o que era lo mejor para la iglesia, aunque el resultado fuera un desastre. Pero, que el novus ordo que conocemos fuera lo decretado por el CVII, para nada.
Qué tendencioso. Parecería que no quiere ver la realidad, aunque la tuviese como un paredón enfrente.
Y responde cualquier cosa, que éso no es refutar, sino cháchara.
Muy diferente de su refutaciones en otras materias. Pero, contra el modernismo, no entiende razones.
«Qué tendencioso. Parecería que no quiere ver la realidad…»
Sí, lo parece. Por eso se la estoy explicando. El pobre se ha quedado anclado en los años 60 del siglo pasado. Pero, no se preocupe, que no me importa la cháchara, que es fácilmente refutable. Tengo mucha paciencia.
Ja, ja, ja, ja.
¿Está seguro de que el comentario de Paciencia va por mí?
Naturalmente. ¿O es que no lee la palabra «tendencioso»?
Cuando el alma que vive en la Gracia recibe un mensaje que no es conforme a la tradición De los Santos Padres hace oídos sordos .Y entra oración con Dios Padre pra pedir por la conversión de las almas.
El problema se llama Novísimos, que han desaparecido. Antes estaban por todas partes. Luego, aquí está el problema. Piensen, señores, piensen…
Una orden religiosa echada a perder no tiene remedio posible salva su extinción. Eso pasa con la iglesia conciliar, camino acelerado a su extinción, el ultimo dique de contención era la misa tridentina. La misa novus ordo es la eutanasia para la iglesia conciliar. No tiene solución más que su extinción definitiva. Nos anima a anunciar más la verdad y la misa eterna por amor s Cristo y a los hermanos, que escapen del naufragio. Hay nuevos movimientos postconciliares primaverales, son protestantizantes, o judaizantes, o histerizantes o directamente payasadas.
El mejor antídoto contra la fe verdadera en el plano espiritual es el novus ordo, y en el plano natural la democracia liberal, ni siquiera el comunismo, aunque es hijo de ella.
Me ha gustado mucho su artículo y muy de acuerdo con Vd. dentro de mis limitados conocimientos de la Iglesia. ¡Que Dios la bendiga y la ilumine!
Me da mucha pena y me parece extraño que a esta hora aún no han publicado mi comentario, solo quiero aportar mi opinión .
Favor hagame saber si no van a publicar mi comentario.
Gracias
Que Dios nos auxilie:
Si el comentario es muy largo, hasta el punto de que casi agote el número de signos permitidos, no entrará. Pártalo en dos y deje al menos unos 90 caracteres libres.
Muchisimas gracias , ya me acaban de publicar mi comentario de ayer sabado a las 13md .
Que Dios nos auxilie, Ahí no habrá nadie salvo el robot que controla, Repita el mensaje otra vez hasta que entre, por que hasta el lunes no creo que haya nadie de guardia en Infovaticana.
Excelente comentario de CATÓLICA PERPLEJA. Después de haber » caminado » 40 años en un movimiento modernista permitido en la Iglesia y del cual me salí para regresar a la parroquia «común y corriente «, puedo afirmar con conocimiento y corazón que, lo que ha sostenido a la Iglesia es el SANTO SACRIFICIO DE LA MISA, en donde se ADORA a DIOS de rodillas y se recibe a CRISTO, PRESENTE EN CUERPO, SANGRE, ALMA Y DIVINIDAD, en la boca, con el mínimo de respeto y reverencia que podemos ofrecer a nuestro DIOS Y SEÑOR
El novus ordo, en realidad es un desordo.
Cuando vas a una misa nueva, salvo que sea de Opus Dei, no sabes lo que te vas a encontrar.
El novus ordo además no tiene ninguna belleza. Todo depende del cura. Y, la verdad, no es que los curas pasen por su mejor momento.
Lo mejor sería abolir el novus ordo y volver a la misa de siempre.