El Caso Becciu ha revelado que las operaciones financieras de la Santa Sede han sido objeto de espionaje de alto nivel. El Vaticano ha abierto una investigación sobre el caso.
El promotor de Justicia del Estado del Vaticano, Alessandro Diddi, ha abierto oficialmente una investigación sobre el espionaje a que fue sometido el proceso relacionado con la venta por la Santa Sede de un edificio de apartamentos en Londres, un caso que llevó al banquillo, entre otros, al cardenal Becciu.
Alessandro Diddi, promotor de Justicia de la Santa Sede, ha abierto una investigación para determinar si se empleó información confidencial de manera ilícita para influir en el megajuicio por delitos financieros recién concluido con la condena a prisión del cardenal Angelo Becciu. Los acusados estaban implicados en la compraventa fraudulenta de un edificio de lujo en Londres.
«Tan pronto como descubrí a través de la prensa la existencia de un acoso electrónico en relación con la Santa Sede, abrí un expediente, porque creo que alguien siguió nuestras investigaciones desde fuera», ha explicado Diddi al periódico italiano Il Tempo.
Esta nueva investigación ha surgido a raíz del escándalo apodado como ‘dossieraggio’ (dossierazo). En 2022, L’Espresso publicó una serie de informaciones sobre los negocios de Guido Crosetto, recién nombrado ministro de Defensa por el Gobierno de Giorgia Meloni, y al presentar este una denuncia por violación de confidencialidad, la investigación descubrió que un teniente de la Guardia Financiera italiana había filtrado a la prensa información de bases de datos altamente sensibles sobre lavado de dinero y crimen organizado. Posteriormente, se ha descubierto que este teniente, Pasquale Striano realizó otras búsquedas, presuntamente sin autorización, del futbolista Ronaldo, del rapero Fedez y de una ‘novia’ de Berlusconi.
Según se afirma en Il Tempo, los investigadores también han podido concluir que Striano buscó información relacionada con figuras clave del juicio en el que Becciu fue finalmente condenado. En julio y octubre de 2019, el teniente de la policía financiera indagó acerca de Rafaelle Minicione, uno de los financieros italianos acusados de defraudar al Vaticano en la compraventa del edificio de Londres, que terminó en fraude.
También aparecieron otros implicados en el proceso judicial, como Luciano Capaldo, consultor de la Secretaría de Estado del Vaticano (uno de los testigos clave), Gianluigi Torzi, implicado junto a Mincione en la operación de Londres, Fabio Tirabassi, exfuncionario de la Secretaría de Estado e imputado en el caso y Cecilia Marogna, una consultora de seguridad contratada por Angelo Becciu para ayudar a negociar la liberación de una monja secuestrada y condenada por desviar fondos del rescate para comprar artículos de lujo.
Diddi ha explicado que “hay que abrir un expediente, aunque por el momento es contra sujetos desconocidos”, ya que no está claro si alguna de las informaciones extraídas fueron utilizadas para influenciar en el juicio, aunque el fiscal ha resaltado la necesidad de investigar esta posibilidad.
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