(Francis X. Maier en First Things)-«¿Por qué nos grita?» Era una pregunta inocente, susurrada en misa en medio de una agitada homilía del papa Francisco. Mi mujer había llegado a Roma desde Estados Unidos la noche anterior, justo cuando se clausuraba el Sínodo de la Familia de 2015.
Desconocía las tensiones que había habido durante el Sínodo las tres semanas anteriores, que yo había vivido de primera mano asistiendo a varios delegados. Tampoco estaba al tanto de los duros comentarios finales del papa a la asamblea de los obispos, hombres que acababan de pasar la mayor parte de un mes fuera de sus diócesis para realizar el trabajo del sínodo. Debo añadir aquí también que mi mujer es una católica de «toda la vida», una veterana educadora católica de cuarenta años, y el tipo de mujer que siempre ama al papa. A cualquier papa.
Pues bien, la mañana siguiente, nos sentamos en la Basílica de San Pedro mientras concluía la homilía papal. Dijera lo que dijera Francisco y fuera cual fuera su intención aquella mañana, la forma en que lo dijo fue recibida como una intimidación por muchos de los presentes. Y la intimidación no funciona. No funciona con los niños, y menos aún con los adultos.
Francisco es un hombre complejo. Todos los seres humanos lo son. Pero los puntos fuertes y débiles de un papa se centuplican por la importancia de su ministerio y su escenario global, muy público. El amor de Francisco por los pobres y marginados es sincero y convincente. También lo es su énfasis en la misericordia y el acompañamiento. Su calidez y apertura públicas atraen a muchas personas que, de otro modo, se alejarían de la Iglesia. Para muchos, tanto dentro como fuera del mundo católico, su informalidad sirve de saludable contrapeso a sus predecesores, más intelectuales. Y tras una década en el cargo, su exhortación apostólica de 2013, La alegría del Evangelio, sigue siendo una lectura estimulante, llena de contenido inspirador y solo superada por su primera encíclica, Luz de fe.
También puede ser un hombre de temperamento rápido y maneras perentorias. Puede que los papas jesuitas no sean la opción ideal para la Iglesia en el futuro. La estructura de mando de la Compañía de Jesús puede funcionar bien para la misión de la orden. No tanto para la Iglesia en general.
Un matrimonio feliz, por ejemplo, incluye muchas conversaciones francas, desacuerdos y, a veces, una escucha dolorosa. La obediencia mutua de los cónyuges maduros nunca es una forma de servilismo. Siempre implica una crítica sincera, motivada por el amor, pero expresada con franqueza. La negativa de un padre a escuchar críticas razonables y a ajustar su liderazgo en consecuencia es una buena manera de envenenar la relación con su esposa y de endurecer el resentimiento de sus hijos. Sin embargo, hay momentos en que muchos de los partidarios del actual pontificado parecen ignorar Efesios 6,4, especialmente: «Padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos», mejor que «educarlos en la disciplina y la instrucción del Señor».
Los críticos no siempre son enemigos. Algunos hablan por amor, incluso cuando sus palabras son acaloradas.
La aversión del papa Francisco por Estados Unidos no está bien disimulada. Como estadounidense, la encuentro desafortunado, pero también comprensible. Washington tiene un largo y a menudo feo historial de injerencia en los asuntos latinoamericanos. Como católico estadounidense, desearía que tuviera más confianza en nuestros obispos, en su inmensa mayoría hombres fieles, y más sensibilidad hacia los intensos desafíos a los que se enfrenta ahora la Iglesia estadounidense. También creo que la política del papa respecto a China es muy imprudente. Pero la Iglesia ha jugado a menudo a largo plazo con éxito, así que sí, yo podría estar equivocado.
En lo que no me equivoco es en lo curioso de la reciente entrevista del papa con el portal de lengua española Vida Nueva, como se informa aquí. Merece la pena leerlo. Francisco tiene un don, intencionado o no, para las generalidades inútiles. Sugiere que un Vaticano III sería prematuro porque «el Vaticano II todavía no se ha implementado». Eso sería una novedad para sus dos predecesores (tres contando a Pablo VI) que, a diferencia de Francisco, asistieron al concilio y trabajaron mucho -junto con muchas otras personas, no todas ellas aceptablemente «progresistas»- para encarnar sus enseñanzas en la vida de la Iglesia.
A Francisco le preocupan los renovadores corruptos, las «ideologías de derechas» y los curas que van a los barrios a «dogmatizar». Pero no son los problemas más peligrosos a los que se enfrenta la Iglesia. La civilización occidental se ahoga en el cientificismo elitista, las desigualdades económicas, la anarquía sexual, los sueños transhumanistas descabellados y los ataques al matrimonio, la familia y la antropología bíblica. Estas cuestiones merecen cierta prioridad. Y los «profetas de la confusión» sin nombre que el papa menciona en su entrevista y que, según él, socavan la misión de la Iglesia, podrían encontrarse, con bastante generosidad, incluso entre algunos de los partidarios más ruidosos del Santo Padre.
De nuevo: los críticos, reales o percibidos, no siempre son enemigos. A algunos se les provoca injustamente. La fidelidad no es estar de acuerdo de manera automática. La obediencia no es someterse de manera irreflexiva. Y ser una «china en el zapato», como lamentablemente se describe a sí mismo el Santo Padre, no siempre es una virtud. También puede ser, a veces, lo contrario.
Publicado por Francis X. Maier en First Things
Traducido por Verbum Caro para InfoVaticana
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Ellos todo lo llevan a la oración antes de actuar, en los intensos ratos que pasan a solas hablando y rindiendo culto a su padre, el Diablo.
Aunque me cuesta, no tengo mas remedio que decirte , que eres » tonto hasta las tres y después to el día «
Como si esa nimiedad cambiara algo la realidad de las cosas…
Jesus lo que pedía ante todo es oración, antes que nada , por eso lo hacemos, El es nuestro Dios , léete el credo de los Católicos, esto lo cambia todo , aunque para los necios todo siga igual, yo hago oración con Jesus y tú ?
A ver si es que vais llamando tonto al prójimo… porque en el fondo sois vosotros los que no entendéis lo que leéis.
Los enemigos de la Iglesia son el gran embaucador (Lucifer) y los falsos pastores de mala doctrina, ademas de los seguidores del falso Concilio Ecumenico. Menos mal que todavia quedan vigias de la VERDAD que nos señalan a los falsos pastores.
Aunque me cuesta, no tengo mas remedio que decirte , que eres » tonto hasta las tres y después to el día «
«Y tras una década en el cargo, su exhortación apostólica de 2013, La alegría del Evangelio, sigue siendo una lectura estimulante, llena de contenido inspirador y solo superada por su primera encíclica, Luz de fe.»
Amoris laetitia es un documento herético, según diversos análisis, pues autoriza la comunión y absolución de los adúlteros impenitentes en el Capítulo VIII, numeral 305 y notas 336 y 351, de Amoris laetitia y el Rescripto de 5 de junio de 2017 que lo eleva a magisterio auténtico falso (AAS 7 octubre de 2016).
Es sorprendente que la considere de una lectura estimulante, llena de contenido inspirador, cuando todos los capítulos te seducen para conducirte al Capítulo VIII y éste te desplaza fuera de la plena comunión… En fin…
Evangelii Gaudium (La alegría del evangelio) no es Amoris Laetitia (La alegría del amor) Está usted confundiéndolas.
¡Qué texto horrible! ¡Francisco con amor sincero y convincentea los pobres y marginados.! Si eso fuera cierto, no reduciría la evangelización apelando al proselitismo, anulando así Cristo a los pobres. . Francisco es un ideólogo de izquierda que utiliza a los pobres para enmascarar su mezquindad y pretender ser moralmente superior.
Lo más seguro es que esté equivocado pero el amor de bergoglio por los pobres y desfavorecidos, en cierta forma, me recuerda lo que he leído de algunos políticos «a los pobres hay que mantenerlos pobres…pero con esperanza».
En el caso de bergoglio me suena parecido pero con esperanza en la recompensa de la vida eterna.
También me llama la atención la firma de parolin, por orden de bergoglio naturalmente, del pacto de Marrakech uno de los pilares de la agenda venteytrinca comúnmente llamada 2030 En dicho pacto se proponen, entre otros asuntos y sin mencionar expresamente las palabras concretas, tanto la eutanasia como el aborto y por tanto mientras no retiren esa firma, no creo ni creeré lo que diga bergoglio contra el aborto y la eutanasia.
A mi entender resulta lamentable que en el actual catolicismo las homilias mas se parecen a discursos del.che.guevara que a enseñanza religiosa.
Jesus no vino para villeros, borrachos, drogadictos y homosexuales; vino para los Hijos de Dios.
En toda su predica repitió No Peques mas tu Fe te a Salvado. No vine a abolir la ley sino a Cumplirla.
Este payaso del vaticano, parece mas interesado en acompañar a esos que se contraponen palmariamente a las escrituras que educarlos, catequizarlos.
Jesus habla de hambre de Dios, de la Palabra no de otra cosa.
Parece ser que todo el clero es un casta purulenta, que lastima y despide olor fétido dentro de la Iglesia.
Cuando se dignen combatir al Maligno que Ruge en Nuestros Templos y dejen de menospreciar al Laico, volveremos al camino de Emaus
El Papa Francisco propala errores un día y otro, sin parar. La lista de sus yerros es larguísima, y ante tanta equivocación, por amor a Dios, y a la Iglesia (lo cual incluye amor a Francisco), y también por caridad hacia todos los hombres, debemos resistir contra Francisco.
Encuentro a faltar la publicación de las lecturas de este Domingo,en infovaticana,tal vez no se dieron cuenta,son preciosas,como las de todos los Domingos,una manera de anunciar el Evangelio.
«La lista de sus yerros es larguísima»
Fíjese si es larga, y rápido su crecimiento, que el «Denzinger-Bergoglio» lo han tenido que dejar de actualizar, ante la imposibilidad de seguir el ritmo de Francisco, además de porque corría el riesgo de superar en número de volúmenes a la Enciclopedia Británica.