El expadre salesiano Luk Delft, condenado en Bélgica por abuso de menores en un internado y posesión de pornografía infantil, y acusado de violar a niños en la República Centroafricana (RCA), compareció este martes ante el tribunal penal de Lovaina.
El fiscal pide una pena de prisión de cuarenta meses, diez años de vigilancia y la prohibición de ejercer con menores durante 15 años. La defensa pidió la absolución por falta de pruebas.
Ya en 2001, la orden de los Salesianos había oído hablar de problemas relacionados con el comportamiento de Luk Delft. Si bien las primeras denuncias se tramitaron internamente, el Tribunal Penal de Gante condenó al sacerdote a 18 meses de prisión condicional en 2012, junto con la prohibición de tener una relación de autoridad con niños.
Tras la sentencia, la orden religiosa decidió entonces, con el visto bueno de la justicia belga, enviar a Luk Delft a la República Centroafricana en el marco de un trabajo puramente administrativo.
Sin embargo, según un comunicado leído por el fiscal el martes, estuvo las tres cuartas partes del tiempo «en la carretera» y por lo tanto no en la oficina, ocupado con tareas administrativas. Además, justo al lado de su lugar de trabajo había una escuela a la que asistían más de 1.500 niños.
El presunto abuso de Luk Delft en CAR salió a la luz después de una investigación de CNN. Una víctima local dijo en una entrevista con el canal estadounidense que el sacerdote abusó de ella. La fiscalía belga abrió entonces una investigación, llevada a cabo en la República Centroafricana por Caritas Internacional.
En vista de estas revelaciones, otro niño encontró el coraje de testificar contra Luk Delft, quien posteriormente fue enviado de regreso a Bélgica. Esta segunda víctima, que se había alojado de 2005 a 2007 en un internado donde Delft era el educador, dijo que había sido abusado bajo sedación. Se espera una sentencia en este caso el 13 de junio.
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
Qué horror esta gentuza que se mete en la Iglesia y va donde hay niños para cometer sus depravaciones. Entiendo que, de nuevo, es un gay, es decir homosexual, denotando de nuevo, la mayor desviación de esa tendencia anómala hacia la perversión (claro que esto no se cuenta, puesto que no es «políticamente correcto»).