¿Por qué hay tan pocos cristianos en Occidente?

Nuestra Señora de la Cristiandad peregrinación
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(Christophe Geffroy en La Nef)-En Europa, lugar de su influencia, el cristianismo se ha convertido en una religión minoritaria: ¿cómo se ha llegado a esta situación y cuál es el futuro de los cristianos en Occidente? ¿Por qué hay tan pocos cristianos en Occidente?

«Porque —como os decía muchas veces, y ahora lo repito con lágrimas en los ojos— hay muchos que andan como enemigos de la cruz de Cristo: su paradero es la perdición; su Dios, el vientre; su gloria, sus vergüenzas; solo aspiran a cosas terrenas» (Flp 3,18-19). Estas líneas de san Pablo, escritas hace dos mil años, ¿no se aplican a nuestro mundo actual? Añadamos esta pregunta planteada por Cristo: «Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?» (Lc 18,8). Estas palabras nos interpelan, cuando la cuestión de Dios parece interesar poco a los occidentales, cuando son tan pocos los que creen en Dios y menos aún los que practican lo que les prescribe la religión de sus padres, aunque aquí nadie pueda ignorar la existencia del cristianismo, si bien muchos no saben realmente lo que es y lo que enseña.
Se ha escrito mucho sobre las razones de la descristianización de Occidente, su secularización y la disminución del número de católicos practicantes. Suelen aducirse causas externas e internas.

Entre las primeras, cabe citar el largo movimiento de emancipación del hombre de sus dependencias tradicionales (Dios, la naturaleza, la cultura), con la revolución nominalista y la afirmación de la razón soberana a partir del Renacimiento; así, sin negar la fe en un primer momento, Dios fue progresivamente apartado. Por una parte, en el plano personal, el auge del individualismo en detrimento del holismo (en política, el holismo se refiere a una sociedad en la que el grupo, el todo, predomina sobre el individuo, la parte), provocó una disociación entre la vida espiritual, que era asunto de la esfera privada, y la vida pública; por otra, en el plano político, se estableció una clara separación entre el orden temporal y el espiritual, dando primacía total al primero. Con la Revolución francesa y la desaparición de la «cristiandad», el movimiento se aceleró y a veces adquirió un fuerte tono anticristiano, como ocurrió en Francia con las leyes laicas que condujeron a la separación de 1905. En ese momento, la soberanía de Dios sobre la ciudad había sido en gran parte destruida, y aún era necesario destruir la soberanía ejercida por la ley moral natural y el patrimonio de la cultura para que la voluntad del hombre no tuviera ya ningún obstáculo: en eso estamos hoy, con la teoría de género y el wokismo, etapas finales de la deconstrucción de la antropología clásica modelada por el cristianismo.

Por el lado de las causas internas, simplificando al máximo, se enfrentan dos tipos de explicaciones. Los «progresistas», que esperaban que el Concilio Vaticano II (1962-1965) marcara una ruptura limpia con el pasado, consideran que el declive del catolicismo se debe a las posiciones aún reaccionarias de la Iglesia, posiciones que no son comprendidas por nuestros contemporáneos; abogan, pues, por una apertura al mundo y a sus exigencias, sobre todo morales (anticoncepción, aborto, matrimonio entre personas del mismo sexo, abolición del celibato de los sacerdotes y desacralización de la misión de la Iglesia, ordenación de mujeres, etc.). Algunos «tradicionalistas» defienden el punto de vista exactamente opuesto: el Vaticano II provocó una ruptura en el Magisterio y la liturgia de la Iglesia, ruptura causada por un rechazo del pasado y una apertura excesiva al mundo, que se manifestó en una estampida generalizada que explica la fuerte caída de la práctica religiosa y de las vocaciones; el remedio sería, pues, «olvidar» el Vaticano II y volver a la Iglesia preconciliar. Entre estos dos extremos un tanto caricaturescos hay todo tipo de matices, incluso quienes consideran que las causas internas son insignificantes.

Sin duda, las justificaciones externas han desempeñado un papel importante en el declive del cristianismo en Europa. En cuanto a las causas internas, las explicaciones «progresistas» distan mucho de la realidad. Sin embargo, esto no valida la tesis contraria, que responsabiliza al Vaticano II de los males de la Iglesia: en lugar de ver en el Concilio una «ruptura» con el pasado, creemos con Benedicto XVI que marcó una necesaria «renovación en la continuidad». Ciertamente, las derivas posconciliares, reales, han influido sin duda en la crisis de la Iglesia, aunque no bastan para comprender su alcance, ya que las demás confesiones cristianas han experimentado un declive igualmente rápido sin concilio ni reforma litúrgica. Sin embargo, mi propósito aquí no es discutir la corrección o no de estas afirmaciones, sino sugerir otra clave de comprensión, que no es en absoluto contradictoria, sino por el contrario complementaria de las explicaciones que se acaban de mencionar brevemente.

¿Siguen siendo minoritarios los «verdaderos» cristianos?

La pregunta es: ¿por qué Occidente se ha convertido en el único lugar del mundo en el que la religión ha sido expulsada de la esfera pública, en el que la cuestión de Dios ha sido evacuada de los organismos oficiales, en el que el número de católicos practicantes ronda el 1-2%, mientras que antaño existía en Europa, una «cristiandad» en la que el 95% de la población estaba bautizada? La idea a debatir es la siguiente: en cualquier época, las personas que viven real, profunda y libremente la fe cristiana ¿no han sido siempre una pequeña minoría, incluso en la cristiandad? En otras palabras, ¿no sigue la mayoría de ellos los requisitos externos de la religión dominante, por presión social o por costumbre? Esto es lo que parece pensar Pierre Manent en su último ensayo sobre Pascal: «Para los que miran las cosas fríamente, el hecho más significativo no sería la autoridad adquirida por el cristianismo, sino, por el contrario, el ateísmo teórico o práctico de la inmensa mayoría de los seres humanos, cristianos incluidos» (Pierre Manent, Pascal et la proposition chrétienne. Esta es también la idea evocada por el cardenal Joseph Ratzinger en Voici quel est notre Dieu). Si esta intuición es correcta, ello no significa que el cristianismo esté reservado a una «élite», como si se tratara de una gnosis: al contrario, y la historia lo demuestra, se dirige, como afirma el Evangelio, a los que se reconocen «pequeños» y no a los que pretenden ser «sabios» o «inteligentes» (cf. Mt 11,25 y Lc 10,21).

A lo largo de la historia, una religión solo ha podido imponerse a largo plazo mediante el apoyo político y la presión social, en el marco de sociedades holísticas en las que el grupo prima sobre el individuo. En general, el cristianismo no escapa a este patrón. Su vocación, como nos mostró Cristo, es extenderse, no por la fuerza de las armas, sino predicando, sin violar las conciencias, y más aún dando testimonio hasta el martirio. Esta forma «pobre» de actuar conduce a conversiones libres y profundas, pero siempre minoritarias. Ni siquiera el paso de Dios hecho hombre por la tierra suscitó adhesiones masivas: aunque Dios se encarnó en Jesús, la mayoría de sus contemporáneos no abrazaron sus enseñanzas. Algunos teólogos han visto en el episodio de los diez leprosos curados por Cristo, de los que solo uno volvió para darle las gracias (cf. Lc 17,11-19) la imagen de la fe, que solo es compartida por un pequeño porcentaje de hombres (el 10% en este caso). Cuando Constantino promulgó el Edicto de Milán (313), los cristianos representaban el 5% de la población del imperio, una tasa que variaba, sin embargo, según el territorio: Roma, la ciudad más cristianizada de Italia, contaba con cerca de un 10% de cristianos; rondaban el 20% en Egipto, el 10-20% en África y el 30% en Asia Menor. Y siempre que la evangelización se ha llevado a cabo con este espíritu, como en Asia a partir del siglo XVI, es decir, sin ningún apoyo político, los frutos han sido magníficos, revelando una fe admirable y un gran valor entre los conversos, pero siempre han representado una pequeña proporción de las poblaciones.

Se puede argumentar, con razón, que en estos últimos casos de evangelización los cristianos siguieron siendo una minoría debido a la hostilidad de las autoridades políticas hacia la Iglesia, que a menudo llevaron a cabo terribles persecuciones para intentar erradicarla.

En resumen, el cristianismo solo empezó a congregar a amplios sectores de la población cuando la política no lo amenazó, y más aún cuando lo apoyó. Tras el Edicto de Milán, que instituyó una especie de libertad religiosa, el cristianismo se extendió, incluso en las altas esferas del Estado. Como nunca había existido realmente un poder político «neutral» en materia religiosa, el imperio, bajo Teodosio, acabó convirtiendo la religión que se había hecho dominante en religión de Estado (Edicto de Tesalónica del año 380). Así, el cristianismo inauguró un nuevo estatuto, el del Estado cristiano, en el que el poder temporal y el poder espiritual estaban a la vez vinculados y, sin embargo, eran distintos, en un equilibrio de poder que seguiría variando a lo largo de los siglos.

Cristianismo

Así se estableció la «cristiandad» en Europa, con la historia forjando dos sistemas diferentes en Oriente y Occidente. En Oriente, Bizancio, heredera del Imperio romano tras la caída de Roma, perpetuó un régimen «cesaropapista» caracterizado por una Iglesia sometida en gran medida al emperador. En Occidente, las invasiones bárbaras destruyeron el imperio y con él el poder político central, abriendo paso al feudalismo: en el caos que se instaló, la Iglesia fue el único baluarte, la única entidad que salvaguardaba el saber y era capaz de transmitirlo. A diferencia de Oriente, lo espiritual estaba más o menos en pie de igualdad con lo temporal: esto condujo a un régimen en el que cada uno de los dos poderes conservaba su independencia, teniendo que resistir la Iglesia durante mucho tiempo al intento de hacerse con el control de la política, de ahí las interminables disputas que recorrieron la cristiandad occidental. En ambos casos, sin embargo, la fe cristiana fue defendida por príncipes que eran a su vez cristianos: en estas sociedades holísticas, la unidad de la religión era un factor esencial del bien común temporal, razón por la cual el ataque a esta unidad era un delito de derecho común que la autoridad política podía reprimir, al igual que delitos como el robo -hay que recordarlo al referirse a una institución como la Inquisición para evitar cualquier anacronismo-.
En la «cristiandad», el cristianismo es la religión de Estado -lo que no quiere decir que se trate de una «teocracia» (Teocracia en el sentido de autoridad política ejercida por los religiosos. El cardenal Charles Journet ha demostrado que incluso una bula como Unam sanctam (1302) de Bonifacio VIII no entraba en este marco: cf. La juridiction de l’Église sur la Cité)- y la inmensa mayoría de la población solo puede ser cristiana, ya que la presión social se dirige en esa dirección y los no cristianos tienen un estatus inferior que no les permite ejercer responsabilidades políticas dentro de la ciudad. Hasta hace bien poco, todas las civilizaciones funcionaban más o menos así, de forma bastante coercitiva, ignorando la libertad individual y la dignidad de la persona. Esto es especialmente cierto en el caso del islam, que, a diferencia del cristianismo, ha avanzado poco en estos aspectos.

En efecto, existe una diferencia esencial entre el cristianismo y el islam que explica en parte la evolución de las sociedades cristianas y el inmovilismo de las sociedades musulmanas: el cristianismo es una religión de fe mientras que el islam es una religión de derecho (Cf. Rémi Brague, La loi de Dieu. Histoire philosophique d’une alliance). En otras palabras, la adhesión al cristianismo se manifiesta por un acto personal de fe que se supone libre e iluminado, es decir, por un gesto que compromete profundamente a toda la persona, incluida su conciencia, mientras que basta con observar la ley del islam al pie de la letra para ser musulmán. Así pues, la fe cristiana exige un compromiso mucho más fuerte que la obediencia a una ley externa, aunque esta última pueda ser exigente, como durante el Ramadán. Y esto explica dos cosas esenciales: por qué el concepto de libertad individual, con la noción de dignidad personal que lo acompaña, solo pudo surgir en tierras cristianas; y por qué, en cuanto se relajó la presión social y política que imponía la religión de Estado, la práctica religiosa del cristianismo descendió bruscamente.

En otras palabras, la aspiración a la libertad, que no solo es legítima en sí misma, sino que también es el fruto inequívoco del auténtico cristianismo, hizo estallar las sociedades holísticas del Antiguo Régimen, que mantenían la unidad religiosa mediante una cierta presión social incompatible con las nuevas libertades. El pluralismo religioso se hizo así ineludible. Estas transformaciones políticas, que deben mucho al cristianismo y cuyo principio de partida era el derecho, se produjeron en un contexto de gobiernos a menudo anticristianos que tenían una falsa concepción de la libertad. Si el deseo de libertad es un impulso espontáneo y legítimo, debe estar limitado, especialmente por la ley moral natural, y estar al servicio del bien común temporal. Cuando este deseo deja de estar limitado y la voluntad humana queda a su libre albedrío, las derivas son inevitables, como vemos demasiado bien hoy en día.

¿Qué futuro?

Este brevísimo desvío histórico proporciona algunas claves para comprender el considerable declive de la fe cristiana en Occidente y el bajo nivel de la práctica religiosa. Por supuesto, podemos lamentar los aspectos positivos del cristianismo, ya que durante este largo periodo se escribieron muchas páginas hermosas de nuestra historia. Pero, a pesar de las evidentes derivas actuales, nadie querría volver a una sociedad holística que impusiera una unidad religiosa en gran medida artificial, ni renunciar a las aportaciones positivas de la modernidad en términos de libertad, justicia y funcionamiento de un Estado de derecho. Dado que el cristianismo es una religión de fe, la cristiandad se derrumbó porque se había convertido en una «cáscara vacía» (tal vez el cristianismo habría perdurado si el cristianismo hubiera sido una religión de derecho…): cuando la élite gobernante se libera casualmente de la moral común sin ser reprendida por el alto clero (solo dos de los últimos Borbones no multiplicaron sus amantes a los ojos de todos), es el signo de un régimen que es cristiano solo de nombre.
Sin embargo, la Historia demuestra que los pueblos viven mejor su fe cuando la política y la religión trabajan juntas. Hoy, en Europa, lo temporal y lo espiritual están separados y los regímenes occidentales se proclaman «neutrales» con respecto a todas las creencias, relegando el cristianismo, que ha dado forma a nuestra civilización, al mismo nivel que las demás religiones. De hecho, esta neutralidad es en gran medida ilusoria y cada régimen se rige por una filosofía que segrega su propia moral. Hemos llegado así a una situación en la que se rechaza la moral cristiana en favor de un relativismo mortificante que, sin embargo, tiene su propia ética y sus propios dogmas, que son muy rígidos y se resumen en los derechos humanos y el «rechazo de toda discriminación». Las nociones de bien y de bien común han desaparecido y nuestras democracias se han reducido a un sistema procesal que se supone debe garantizar que cada cual pueda perseguir sus propios fines. Un sistema así -sin límites objetivos- conduce inevitablemente a la mayoría, o más exactamente a las minorías activas y organizadas, a imponer su ideología a todos. En este contexto inestable los cristianos no están oprimidos (no obstante, no se respetan los reductos de conciencia), se benefician como todos de una verdadera libertad religiosa, pero si quieren vivir profundamente su fe se ven confrontados a continuas preocupaciones cotidianas, sobre todo por la educación de sus hijos: deben hacer malabarismos constantemente para sortear los múltiples desórdenes generados por esta alteración de la moral, estar la mayoría de las veces a contracorriente y vigilantes para resistir a todo tipo de venenos.

En un contexto tan degradado, se comprende lo importante que es para el orden social beneficiarse de una inspiración cristiana, disponer de una legislación conforme a la ley moral natural, por el bien de todos. Esto solo puede ser obra de los cristianos. Por eso, la «nueva evangelización» de nuestro viejo continente es un reto esencial. En un régimen de libertad, es probable que una religión de fe solo pueda ser minoritaria -mientras que una religión de derecho solo puede sobrevivir limitando la libertad religiosa-, pero es posible que esta minoría cristiana sea lo suficientemente viva y fuerte como para inspirar las leyes y animar el espíritu de un régimen democrático y pluralista.

Publicado por Christophe Geffroy en La Nef

Traducido por Verbum Caro para InfoVaticana

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Comentarios
88 comentarios en “¿Por qué hay tan pocos cristianos en Occidente?
  1. Yo al titular le respondería en dos palabras:
    Porque desde los púlpitos y desde las clases de religión, lo que se ha predicado desde los años 70, 80, 90 es el anti cristianismo. «Más vale ser mu güeno y no ir a misa» ha sido el resumen de toda catequesis durante unos 50 años. No han transmitido ningún contenido religioso

    1. A partir de la década del 60, comenzó otro tipo de adoración: la gente iba a recitales de ídolos (Beatles, Rollings Stones, Bob Dylan, etc.). Y como surgieron estos grupos y cantantes, prefería la juventud imitarlos en todo.
      Ese es un factor que no debiera olvidarse.
      Y al ir a esos recitales, los jóvenes se acostaban muy tarde y se desinteresaron por nuestra religión.

  2. «Entre estos dos extremos un tanto caricaturescos hay todo tipo de matices». Claro que sí.
    Todo el artículo es perfecto excepto esta conclusión propia de tibios. Llama extremos caricaturescos a ser fiel a la iglesia y a ser infiel a la iglesia y equipara a ambas posturas como radicales. En realidad lo único caricaturesco es toda esa amplia gama de matices intermedios más conocida como postura neo conservadora. ¿En qué consiste? En nada, es una caricatura y una parodia de iglesia donde cada uno tiene una opinión diferente. Ser fiel a lo que la iglesia ha dicho y hecho siempre les parece extremo, quieren un poquito de Revolución Francesa y de antisyllabus, pero sólo un poquito sin excesos progresistas.

    1. La amplia gama de matices intermedios y tibios no tiene la culpa de absolutamente nada, como siempre. Ellos trajeron la aconfesionalidad de los Estados en nombre de la libertad religiosa porque no se puede imponer la moral cristiana «por la fuerza» (supuestamente) porque va contra los derechos humanos. Ellos aceptaron el liberalismo que no es otra cosa que la concurrencia libre de moralidades y suprimieron los derechos de Dios. Ellos desde los púlpitos durante sesenta años han predicado que el reino de Dios es sólo espiritual y no es temporal. ¿De qué se quejan? Han perseguido sólo a los tradicionales para parecer que ellos eran los tradicionales y les ha salido mal: El progresista Francisco les quitó lo bailado ¿y ahora qué?

      1. Ellos trajeron la clase de antirreligión y las catequesis basura, y ellos le dieron a los progresistas la patente de corso para hacer lo que quisieran. ¿Quienes? La amplia gama intermedia que no son ni fríos ni calientes. Ellos gobernaron la iglesia 60 años.

      2. Este artículo acierta en algunas cosas y en otras no, pero, como suele ser habitual, sus comentarios son una caricatura. Por eso se ha dado por aludido. Y

        Ante realidades evidentes, usted tira balones fuera para desviar la atención y señalar como causa de los problemas actuales lo que ciertamente no lo es, como pone de manifiesto un hecho incontestable que señala el artículo: «las demás confesiones cristianas han experimentado un declive igualmente rápido sin concilio ni reforma litúrgica». ¡Claro! Porque esa no es en absoluto la causa.

        1. El concilio no fue causa de nada, sino consecuencia del mismo fenómeno que ha producido el mismo resultado en otras confesiones. Y no hay que olvidar que los padres conciliares eran todos… ¡preconciliares! ¿Qué les importaba a la mayoría de los países europeos, que no eran católicos, lo que dijera la Iglesia antes, durante o después de un concilio? Nada. Lo mismo que a los que cortan el bacalao e imponen formas de vida a través del cine y los medios: EEUU y UK. Y los países asiáticos, africanos o Australia tampoco son católicos ni les ha influenciado nada ningún concilio. Pero sí les ha influido el cine y, sobre todo, la revolución sexual resultante del uso de anticonceptivos, que comparten todas las culturas del planeta actualmente (la religión, no).

  3. Se me ocurren muchos cuestionamientos a los planteamientos del autor. Entre otros temas, creo que no analiza suficientemente los efectos de la falsa Reforma Protestante, que ha producido un cristianismo reducido. Aunque en teoría el protestantismo acepta el dogma de la encarnación, en realidad la rechaza. Elimina la práctica totalidad de los sacramentos, excepto uno, el bautismo. A partir del protestantismo llegaron las Monarquías absolutistas, el liberalismo, etc. culminando en la Revolución Francesa. El autor maneja un concepto de la libertad contrario a la de San Pablo en su carta a los Gálatas. No hay libertad sin la verdad.
    En cuanto al Vaticano II, aunque ya Pio X había hecho un gran esfuerzo rechazar lo que llamaba «modernismo», como la síntesis de todas las herejías, entró en pleno derecho en dicho concilio. Juan XXIII convocó el concilio con una idea vaga que llamaba «aggiornamento». Los obispos centro europeos se apoderaron de la agenda del concilio. Manifestó una gran inge

  4. Vaya! Otro tonto como yo que utiliza la expresión » estas palabras nos interpelan» 😂😂 a ver q dice ahora la lumbrera de católicvs q se burló de mí hasta la saciedad por decir q » La Palabra nos interpela» y me trató de todo por utilizarla, y dale q te pego con q la «Palabra no interpela», incluso cuando le mostré q Benedicto XVI también utilizaba esa expresión siguió en sus trece.

    Y ahora infovaticana publica un texto con esa misma expresión.

    Pobre Cristophe, qué torpe! 🤦‍♀️ ¿cómo no le habrà preguntado al Catolicvs antes de escribir?

    🤣🤣🤣🤣 da risa, la verdad.

    De todas maneras tampoco voy a leer lo q diga,si es q dice…pero da risa.

    1. En cuanto al tema q nos ocupa no sé pq hay tan pocos cristianos aunque creo q hay muchos creyentes no practicantes q no hablan. Lo he observado muchas veces pq yo no me callo mi fe y cuando la expreso con satisfacción muchos se abren y dicen: no, si yo…tengo una Virgen en la mesita de noche, o yo…bueno en el fondo…yo estudie en un cole religioso, si yo…claro…bueno…tambien rezo.. etc.

      Por qué se fueron? No lo sé, yo sólo puedo hablar por mí, sólo sé pq me fuí yo.
      Yo me fuí pq la persona q me hizo màs daño en mi vida era una persona impositiva,intransigente, fría, hermética… y no digo màs q luego me siento mal. Pues resulta q vi lo mismo en la Iglesia. No digo q hubiera lo mismo, sólo q por lo q vi asocié una cosa con la otra.

      Y no necesitaba màs de lo mismo. Por eso me fui a primera contradicción del cura. Yo era de los otros, del amor, de la comprensión,de la empatía etc. Igual q ahora.

      1. Y el Cristo q me vino a buscar no tiene nada q ver con lo q ví antaño.

        A mucha gente de mi alrededor les pasó lo mismo. Y muchísimos por el tema de la pederastia y de q la Iglesia lo haya ocultado.

        1. ACS, déjese de trolas, Cristo no fue a buscarla, usted niega a Cristo día si y día también.

          «Si alguno dijere que la revelación divina no puede hacerse creíble por signos exteriores, y que, en consecuencia, sólo por la experiencia individual o por una inspiración privada deben ser movidos los hombres a la fe, sea excomulgado» (Concilio Vaticano I, De fide can.2.)

          Por tanto, estén atentos y aléjense del humo satánico de quienes como ACS pretenden hacer de la catequesis un mero relato de experiencias personales, de quienes desplazan la verdad Revelada en pos de enamoramientos apasionados y sensiblerías humanas (mundanas, de hecho, más que humanas).

          Frente a sensiblerías satánicas, razones de nuestra fe.
          Frente a revelaciones personales, la Verdad objetiva que redime a todos.
          Frente a la fe como experiencia personal, apostolado y evangelización para anunciar a todos la Buena Nueva, esa Buena Nueva que ACS quiere sepultar.

          1. Estimado hidaspes.
            En mi humilde opinión, no debería molestarse en intentar corregir a ACS. Si es un troll no va a conseguir nada y si no lo es, yo conozco católicos como ella, menos todavía.
            No digo que los que piensan así no tengan culpa, pero, para la mayoría de ellos, los dogmas representan una visión rígida del amorcito cristiano. Desgraciadamente, no han tenido buenos ejemplos, y suele pasar que, cuando les hablas de ortodoxia, te pegan en los morros con un texto de quien menos te lo esperas.
            Por ejemplo, y ya que cita el CVI: «Por lo tanto, si alguien dijere que el bienaventurado Apóstol Pedro no fue constituido por Cristo el Señor como príncipe de todos los Apóstoles y cabeza visible de toda la Iglesia militante; o que era éste sólo un primado de honor y no uno de verdadera y propia jurisdicción que recibió directa e inmediatamente de nuestro Señor Jesucristo mismo: sea anatema».

          2. En 1976, en una conferencia pronunciada en Graz (Austria), el sacerdote Joseph Ratzinger expuso lo que pasó a conocerse como la «proposición Ratzinger». Está proposición consiste en considerar tan importante la unión de los cristianos como para que la Iglesia acepte la plena comunión de los cismáticos ortodoxos, respetando las creencias que tenían hace mil años. Podríamos pensar: 1976, era sacerdote… En 1985, siendo Cardenal Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en su libro «Teoría de los principios teológicos «, defiende lo mismo, y con respecto a la no aceptación del primado del Papa dice:

          3. «Quien se halle en el terreno de la teología católica, no puede simplemente declarar que la doctrina del primado no tiene ningún contenido. [¡Es doma de fe!] Y no puede hacerlo sobre todo cuando intenta comprender las objeciones y quiere valorar, con mirada abierta, la cambiante importancia de lo históricamente comprobable [mira la bolita, mira la bolita]. Pero, por otra parte, también le resulta imposible contemplar la figura del primado de los siglos XIX y XX como la única posible y obligatoria para todos los cristianos. Esto es lo que intentan expresar los gestos simbólicos de Pablo VI, incluido el de doblar la rodilla ante el representante del patriarca ecuménico. ( Pág 238).
            Esto tiene un nombre.
            ¿Quién le pone el cascabel al gato?

          4. Un poquito cogido por los pelos ese «por ejemplo», cuando lo que usted pone a continuación es su teoría de siempre, que nada tiene que ver ni con lo dicho por ACS, ni con la respuesta de hidaspes. En cuanto a todo lo que ha dicho, no sé cómo decírselo sin parecer borde, pero no hay nada incorrecto en ello. Se describe la postura de los ortodoxos, siendo la postura católica únicamente de gestos, como lo que describe al final, porque no se puede hacer nada más. De ahí que sigan en cisma y no se hayan incorporado a la Iglesia en los últimos 60 años tampoco.

          5. Quien como Dios,

            Yo no soy ningún troll ni niego los dogmas. Pero tampoco el CVII.

            Sí soy una cristiana con vivencia de Dios y vivo la fe en concordancia con la Iglesia. Soy de Cristo le pese a quien le pese y conozco de cerca la misericordia de Dios pq la derramó en mí a raudales.

            Y ese es el problema q hubo antes aquí, que hay a quien le parezco demasiado misericordiosa y sienten rechazo al «amorcito» pero si lo fuera menos de lo q Dios ha sido conmigo caeria en el pecado del deudor perdonado q no perdona.

            No sé q ha dicho Hidaspes q merezca su respuesta, hace tiempo q no le leo, pero tiempo atras tergiversaron todo lo q dije, descontextualizàndolo y manipulando mis palabras.

            Q sepa q el » amorcito» como usted le llama,q yo pueda sentir no llega, ni con mucho, al amor inmenso q Dios derramó en mí.

            Cuando tengan esa experiencia van a alucinar pepinillos con el » amorcito» de Dios.

          6. Se lo explico, como yo lo entiendo.
            El canon dice: «si alguien dijere que el bienaventurado Apóstol Pedro no fue constituido por Cristo el Señor como príncipe de todos los Apóstoles y cabeza visible de TODA LA IGLESIA MILITANTE…».
            Ratzinger aceptaba que admitidos los ortodoxos en plena comunión (ya estarían en la Iglesia Católica), una parte de la Iglesia Católica negaría el dogma. Y por si fuera poco, afirma, que a «Quien se halle en el terreno de la teología católica… también le resulta imposible contemplar la figura del primado de los siglos XIX y XX [el dogma] como la única posible y obligatoria para todos los cristianos». No solo demuestra que él pensaba así, sino que pontificaba sobre que si los que se hallen en el terreno de la doctrina católica piensan bien, tienen que pensar como él.

          7. Quien como Dios,

            Si no equivoco, lo q quiere decir es q no se puede afirmar q no se niegan los dogmas y al mismo tiempo aceptar el concilio VII ya q los Papas posteriores niegan los dogmas anteriores a este.Es eso?

            Pues, de la misma manera, puedo afirmar q quien niega el CVII y en consecuencia a los papas posteriores también contradice el dogma q usted menciona del CVI en cuanto al Papa.

            Mi fe me dice q al Papa le elige el Espíritu Santo, y nadie me saca de ahi. La pregunta es: si los Papas de hoy niegan dogmas de la tradición,¿ cómo los va a haber elegido el Espíritu Santo?
            Personalmente entiendo las cosas de una forma más profunda pero no me apetece entrar en polémica ni provocar q el trio guadalajara caiga en pecado por ello.Imagino q bastante estarán cayendo ya…

            » yo estaré con vosotros todos los días desde hoy hasta el fin del mundo» confianza!

            » Yo estaré con ustedes desde hoy hasta el fin del mundo»

          8. Quién como Dios: BXVI no hace lo que usted dice. Reléalo, ande.

            Y en cuanto a la inefable ACS, después de ese trabalenguas que no entiende ni ella, suelta:

            «Mi fe me dice q al Papa le elige el Espíritu Santo, y nadie me saca de ahi»

            Clara sí que es: «yo creo lo que me da la gana y ni la verdad me va a mover de mis creencias, aunque sean falsas». La palabra «pertinacia» se inventó por ella. Da igual que un Papa le explique que eso no es cierto y la historia haya demostrado lo mismo (con tan peculiar creencia, más de 35 anti-Papas reconocidos por la Iglesia serían la prueba de que el Espíritu Santo se equivocó o se tomaba vacaciones, lo cual es un disparate).

            Y no: nadie corrige a ACS por parecer «demasiado misericordiosa», como ella dice tratando de manipular la verdad, sino por soltar herejías (además de que la laxitud moral jamás se ha llamado «misericordia»). Ella misma reconoce que sus creencias se basan en alucinaciones.

          9. Muy edificante la lectura de «Quien como Dios».
            No sabía que mi decepción con Ratzinger era aún mucho mayor. Me quedo corto.
            Y lo que me queda por descubrir. Porque como todo se ha ocultado tan bien, cada día se descubre una nueva sorpresa.
            Ahora entiendo por qué actúan como actúan: porque creen que la autoridad papal es otra cosa, llegan a Papa y se dedican a viajar en vez de poner orden. Es siempre el conciliarismo colegial, que ha estado desde que el antipapa Juan XXIII lo legalizó en Constanza. El Vaticano II es una venganza por pistoya y el Vaticano I.

          10. Está claro que si Ratzinger dice eso, el cvii sólo puede ser el retorno de la herejía conciliarista de Constanta. De Juan XXIII a Juan XXIII.
            Es la venganza por el Vaticano I.
            Los alemanes que se levantaron y se fueron del concilio crearon escuela: Por eso volvieron con el mismo proyecto de misa condenada de Pistoya.

          11. Y atando más cabos: Por eso insisten en que el Vaticano II es ecuménico. Ahora entiendo lo que quieren decir: La herejía conciliarista de Constanza consiste en que la máxima autoridad de la iglesia es el concilio ecuménico. Por eso dan por superados los concilios dogmáticos.
            Por eso viajan tanto, porque ya está todo hecho y para poner orden con autoridad que lo ponga la conferencia episcopal colegial.

          12. Si hubo alguna intención o tentación conciliarista en algunos padres conciliares, ya se encargó Pablo VI de cortarla por lo sano añadiendo a los documentos la aclaración «aquí mando yo», y haciendo corregir cualquier afirmación que fuera por otro camino. Debería, ya que su deporte favorito es criticar cualquier cosa del CVII (hasta lo que no pasó ni se escribió nunca), leerse sus documentos, para saber de qué habla y que no le ocurra otra vez lo de poner una afirmación como el colmo de la ortodoxia y la tradición… siendo tal afirmación la cita literal de un texto del CVII (que usted no había leído, claro). Como infiltrado usted no tiene precio: no sólo blanquea a Francisco sin disimulo, sino que va a conseguir hacer bueno al CVII, y también que quienes no lo hayan leído lo hagan (que ya hay que tener ganas), para comprobar que el parecido de cualquier cosa que usted le atribuye, con la realidad, es pura coincidencia.

          13. papi, ¿y eso que dices qué tiene que ver? ¿todos son TransTOC menos nosotros?¿es que somos diferentes?

        2. Eso que nos narras, de que Cristo te ha venido a buscar, será algún tipo de alucinación que has tenido.
          Nunca cuentas cómo fue tu «conversión», ya que atacas y contradices.

          1. Qué busca?… Que se lo cuente para que pisotée la obra de Dios en mí? No majo! a quien se lo tenia q contar ya se lo he contado.La ostra guarda su perla a buen recaudo.

        3. Muy edificante la lectura de «Quien como Dios».
          No sabía que mi decepción con Ratzinger era aún mucho mayor. Me quedo corto.
          Y lo que me queda por descubrir. Porque como todo se ha ocultado tan bien, cada día se descubre una nueva sorpresa.
          Ahora entiendo por qué actúan como actúan: porque creen que la autoridad papal es otra cosa, llegan a Papa y se dedican a viajar en vez de poner orden. Es siempre el puñetero conciliarismo colegial, que ha dado por saco desde que el antipapa Juan XXIII lo legalizó en Constanza. El Vaticano II es una venganza por pistoya y el Vaticano I.

          1. Si hubo alguna intención o tentación conciliarista en algunos padres conciliares, ya se encargó Pablo VI de cortarla por lo sano añadiendo a los documentos la aclaración «aquí mando yo», y haciendo corregir cualquier afirmación que fuera por otro camino. Debería, ya que su deporte favorito es criticar cualquier cosa del CVII (hasta lo que no pasó ni se escribió nunca), leerse sus documentos, para saber de qué habla y que no le ocurra otra vez lo de poner una afirmación como el colmo de la ortodoxia y la tradición… siendo tal afirmación la cita literal de un texto del CVII (que usted no había leído, claro). Como infiltrado usted no tiene precio: no sólo blanquea a Francisco sin disimulo, sino que va a conseguir hacer bueno al CVII, y también que quienes no lo hayan leído lo hagan (que ya hay que tener ganas), para comprobar que el parecido de cualquier cosa que usted le atribuye, con la realidad, es pura coincidencia.

      2. ¿Pero no decía usted que no leía mis comentarios?

        Pues mire, aquí tiene la respuesta que pide y que «no va a leer (por tanto, se quedará con las ganas de saber qué «dice ahora la lumbrera de católicvs»: en este texto el verbo «interpelar» está perfectamente utilizado. En los comentarios de usted, en los que lo emplea a a todas horas como palabra fetiche, sin venir a cuento ni tener en cuenta su significado, no. Y resultaba cómico. ¿Por qué lo hacía y por qué se sorprende ahora? Porque sigue sin enterarse de su significado, con lo fácil que es recurrir al diccionario.

        «Yo me fuí pq…»

        Con independencia de que su vida es anecdótica y no extrapolable al conjunto de la sociedad, la cuestión no es por qué se fue usted, sino por qué no ha vuelto.

        1. ¿Y de qué «pederastia» habla? ¿De los poquísimos casos de abusos homosexuales, mayormente perpetrados contra jóvenes adultos? Eso no es «pederastia», además de constituir una excusa de mal pagador: uno no apostata porque otros cometan pecados. ¿Y la calumnia del «ocultamiento» de la Iglesia? La Iglesia es el conjunto de todos los fieles católicos, vivos y difuntos, con Cristo a la Cabeza. La Iglesia es Santa, como rezamos en el Credo, y los pecados que cometan sus miembros es exclusiva responsabilidad suya. La Iglesia, pues, no ha encubierto nada. Si usted tiene pruebas de algún delito, incluyendo el de encubrimiento, contra alguna persona, presëntelas en un juzgado y que la persona responsable sea sometida a un juicio. Hasta que le condenen, su acusación genérica, «casualmente» alineada con la de todos los enemigos de la Iglesia, no pasa de la categoría de calumnia.

          1. Razonamientos con ese mamarracho del ASCo es perder el tiempo y malgastar energía. Ese cretino del ASCo que además de estar encantado de haberse conocido, solo se conforma con sus soflamas sentimentaloides y ñoñas, exentas de cualquier tipo de racionalidad o raciocinio. En definitiva es un pobre tipo acomplejado que está esperando que otro aún más lerdo que él le diga lo fantástico que es él. ASCo…..das idem

          2. Robustiano,

            Mi experiencia de vida me dice q lo mejor para los vómitos constantes es la hidratación, el descanso y el primperan antes de las comidas.

            Ahora, para los herpes labiales provocados por el asco y las nauseas, ahí ya no puedo ayudarle 🤷‍♀️
            Paciencia y aguantarse hijo…

            🤗🤗

          3. Eres una rata cobarde, deja de escudarte en la marioneta de abajo católico matamoros para insultar a las personas. Aquí el único que da asco eres tu, mamarracho. Por cierto donde la metiste que te salieron herpes genitales. Te recuerdo que eso es pecado, viene en el sexto mandamiento, si ese mandamiento que han suprimido los neocones liberalescos como tú. Sigue dándote golpes de pecho como los fariseos. hipócrita.

          4. Jo jo jo jo jo jo…….el ASCo y el Phoskito…….vaya dos ruedas pa un carro…….jo jo jo jo jo…… ahora vas y lo cascas

      3. ACS, desde luego, usted no se calla su fe, esa es la afirmación más sincera e incuestionable que le hemos leído hasta ahora. Por supuesto, de catolicismo su fe tiene lo que yo de porteador sherpa del Nepal, es decir, nada de nada.

        Usted se fue porque no supo diferenciar entre el trigo y la cizaña, y sigue ida por completo. Aunque por supuesto, oramos por su conversión.

        «Yo me fui», «yo regresé», «el Cristo que ME vino a buscar»… Yo, mi, me, conmigo. ¿En serio no se da cuenta de su yoismo pueril? Salga un poquito del YO, e intente pasar a Dios. El YO desaparece en nuestra fe, y en su lugar debe estar Dios (sus mandamientos) y el prójimo.

    2. ACS, ignoramos si Cristophe incurrió o no en torpeza, pero desde luego la suya es notoria al no diferenciar palabras humanas de la Palabra de Dios. Algo muy, muy básico, pero que por lo visto, tras años de revelaciones privadas y apasionadas, no ha aprendido aún.

      Que lea usted la réplica de Catolicvs o la mía o la del resto de comentaristas que le refutan (que son todos menos el troll del Probe Miguel) nos es absolutamente indiferente. No se crea usted la diva de la pasarela, ande. Nos interesa desmontar su confusión sembrada a propósito, su testimonio ñoño que, a fuer de reincidente, se torna protestante a pasos agigantados. Nada más.

  5. ingenuidad respecto al mundo moderno. La pésima reforma litúrgica fue posiblemente la mayor desgracia debido a Bugnini y sobre todo Pablo VI.
    El Concilio duró demasiado tiempo`. Desde Vaticano II, el «diálogo» parece ser un talismán que ha de solucionar todos los problemas.
    El autor habla de cristianismo, sin distinguir el protestantismo, que es gran medida parte del problema y el catolicismo. Ha habido un abandono de la catequesis, de manera que la mayoría de los que se dicen católicos no tienen idea de lo que significa. En Hispanoamérica, donde la gran mayoría de la gente era católica, se inventó la «Teología de la Liberación», como un esfuerzo de meter el marxismo en la teología. El resultado ha sido la p
    pérdida de millones de católicos que se han ido a las sectas protestantes y pentacostalismo.
    La Iglesia tiene una gran cantidad de «universidades católicas» que en realidad no son católicas ni producen jóvenes educados en la fe y capaces de llegan ser buenos políticos.

  6. El auge del cristianismo en Europa comienza con el espaldarazo del poder político y su declive comienza con la hostilidad del poder político. El auge es la entronización del cristianismo como religión oficial del Imperio Romano. La destrucción del poder político romano a causa de las invasiones germánicas reforzará mucho más a la Iglesia en Occidente, pues se queda como única superestructura en Europa. El declive comienza primero por la división cismática del Protestantismo. En todas las sociedades donde Lutero y sus seguidores triunfan, comienza un lento declinar de la presencia religiosa en la sociedad. El segundo hito que marca el declive del cristianismo en Europa es la aparición de poderes políticos abiertamente enfrentados a la religión, como es el caso de la Revolución Francesa, que quita la soberanía a Dios y afirma que la soberanía es del Pueblo. A este poder político antagonista al cristianismo, le seguirán brotes más virulentos como el Liberalismo o el comunismo.

    1. Pero el declive actual de la Iglesia comienza cuando los enemigos del cristianismo logran la infiltración dentro de la misma y alcanzan el poder con el Concilio Vaticano II, que emprende reformas de tipo protestante, como el abandono de la lengua única por lenguas vernáculas, alteración de la Misa que pasa de ser un sacrificio incruento a una fiesta de celebración presidida por un sacerdote y, lo que realmente es demoledor es la presencia y divulgación de ideas nunca condenadas, pero en abierta oposición a la doctrina bimilenaria de la Iglesia. Ideas que comienzan a circular y nunca son condenadas ni perseguidas. Las tenemos por cientos: «cualquiera es hijo de Dios», «se puede salvar cualquiera sin pertenecer a la Iglesia», «nadie se condena porque un padre bondadoso no tortura a sus hijos» y muchas más. Impactos en la vida de la fe de los fieles que tienen como denominador común lo siguiente: «la religión y la Iglesia no son importantes y no significan nada para la salvación del alma»

    2. Esto sí va buen encaminado … la labor constante de los poderes políticos contra las verdades de la fe y las prácticas de buenas costumbres -pudor, fidelidad, celibato, liturgia común y pública- junto a la falta de catequesis interna -dando por supuesto que todo bautizado ya conservaba la fe para siempre – también han influido …

  7. El artículo hace una reflexión siniestra de la que nadie se ha dado cuenta : «las demás confesiones cristianas han experimentado un declive igualmente rápido sin concilio ni reforma litúrgica».
    Esta frase es siniestra porque delata lo que los liberales tienen en realidad en la cabeza: que no hay religión verdadera.
    Centrándonos en los protestantes, su concilio y nueva liturgia ya fue la Revolución protestante del siglo XVI. Reuniones protestantes ha habido siempre. Reformadores litúrgicos por ejemplo tenemos a Cranmer y Calvino, los inventores de la misa de Pablo VI. Están en declive por rebelarse contra Dios.

    1. ¿Qué le importará a Dios que las religiones falsas estén en declive?
      Que las religiones falsas estén en declive es una bendición de Dios. Y la secta modernista es la religión mas falsa de todas, es la Gran impostura haciéndose pasar por la iglesia católica desde dentro.
      ¿Cómo dicen que no tuvieron concilio ni reforma litúrgica?
      Esta gente o es tonta o se lo hace.

      1. Son unos apóstatas que no creen que la religion verdadera te salva y las religiones falsas no. De ahí la equiparacion constante. Por eso ponen al Papa al mismo nivel del Dalai Lama y el Ayatolá, todos amigos por la paz. La paz de los masones será, la que dice Dios no es.
        Mal de muchos consuelo de tontos, pero en este caso, doblemente tontos, porque siguen sin entender que Dios ha puesto la razón natural en todos los hombres como semilla del Verbo para que busquen la religión verdadera que es la que salva, no para que te salves por la falsa de tu conciencia.

        1. No, esa verdad que a usted no le gusta oír, porque echa por tierra su obsesiva teoría, no es siniestra. La verdad nunca es siniestra. Ocultarla, como hace usted, es lo siniestro.

          «Centrándonos en los protestantes, su concilio y nueva liturgia ya fue la Revolución protestante del siglo XVI»

          En tal caso ya habría desaparecido hace siglos. Pero no fue así: se ha mantenido. El declive acelerado ¡Oh casualidad! se ha producido en el siglo XX y, sobre todo, después de la II Guerra Mundial, y no se debe a nada de lo que pasará en el siglo XVI. Lo de usted, inventándose las teorías más absurdas para sostener lo que no se sostiene, y por más que contradiga la realidad (visible cualquiera) es digno de estudiarse.

          ¿Había «obispas» protestantes, bendición de homosexuales, aceptación del aborto, erc., como resultado de su «concilio del siglo XVI»? No: han tenido que pasar muchos siglos para llegar a ello. Conclusión: ¡Menuda teoría más chorra!

          1. «Dios ha puesto la razón natural en todos los hombres como semilla del Verbo para que busquen la religión verdadera que es la que salva, no para que te salves por la falsa de tu conciencia»

            Vaya, es la primera vez que le leo a usted sostener algo dicho por el CVII (seguramente usted ni lo sabría; como no se ha leído sus documentos y sólo habla de oídas…).

  8. Este señor gabacho que se considera nada menos que Tradicionalista, será por que no es partidario de la diosa razón. Y es que el plantearse el liberarse del liberalismo es un gran avance, solo lo consiguió el régimen de Vichy, pero la criminal connivencia con el holocausto los enterró para siempre. Francia es la cuna de la primera revolución triunfante pura y dura del diablo en la tierra tras su juicio por Cristo y su caída como un rayo al averno. Francia es una república puramente demoníaca, de la cual han copiado su régimen todas las democracias liberales del mundo. El cristianismo está en extinción en Europa por que tiene un régimen confesional donde mandan las filosofías inspiradas por el infierno, así es muy difícil que los niños se hagan cristianos y perseveren. Y ese régimen se llama relativismo y odia a la verdad revelada por Cristo.. La iglesia se sometió ante el maligno en la estafa conciliar y hoy es su vil lacayo de librea.

    1. Que la moral deriva de la doctrina significa que:
      1.De la doctrina modernista de la «evolución progresiva del dogma» se deriva la evolución progresiva de la moral
      2. Se produce la evolución por hermenéutica de la continuidad sin ruptura
      3. En esto veo que estamos todos de acuerdo: la inmoralidad alemana actual deriva de la doctrina modernista del cvii.
      4.Del mismo modo que del Syllabus que condena la libertad religiosa se pasa por hermenéutica de la continuidad a la doctrina de la libertad religiosa del cvii.
      Todo encaja.

      1. Como siempre, usted inventando:

        «De la doctrina modernista de la «evolución progresiva del dogma» se deriva la evolución progresiva de la moral»

        Primero, no existe tal doctrina. Los modernistas pueden inventarse lo que quieran, lo mismo que usted. La Iglesia jamás ha enseñado tal disparate. Y el significado de «moral» no lo define ni usted, ni los modernistas:

        «Doctrina del obrar humano que pretende regular el comportamiento individual y colectivo en relación con el bien y el mal y los deberes que implican» (RAE)

        ¿Lo lee bien? En relación con el bien y el mal (que no cambian, ni evolucionan).

        El punto 2 le queda muy gracioso, como es usted, pero es una de sus chorradas:

        «Se produce la evolución por hermenéutica de la continuidad sin ruptura»

        Podía haber añadido «sin ruptura irrompible seguida de lo anterior» y varios sinónimos y redundancias más. Le habría quedado mucho más gracioso. ¡Qué bien le haría a usted un diccionario!

        1. «En esto veo que estamos todos de acuerdo: la inmoralidad alemana actual deriva de la doctrina modernista del cvii»

          ¿Cómo va a estar de acuerdo alguien con algo que no existe? Dice usted unas cosas más raras…

          «Del mismo modo que del Syllabus que condena la libertad religiosa se pasa por hermenéutica de la continuidad a la doctrina de la libertad religiosa del cvii.
          Todo encaja»

          El Syllabus es una encíclica, no una definición «ex cathedra», además que no existe doctrina alguna de la «libertad religiosa» en los documentos del CVII, por más que lo repita usted y otros que, como usted, no se los han leído (habla de oídas). Ni lo que dice es doctrina, ni dice otra cosa que lo que la Iglesia enseñaba antes: que no se puede coaccionar en materia religiosa (ni es posible: nadie puede conseguir que una persona crea lo que no cree). La Iglesia es sabia; usted no tanto (hasta le parece rara esa obviedad; ni sabía que la Iglesia siempre lo dijo).

  9. Siempre cizaña y trigo han crecido juntos. Mundo, demonio, y carne han estado ahí.
    ¿Cómo hemos llegado a este plus de apostasía?
    Cristo, para llevar su salvación a los hombres instituyó su Iglesia, fuera de la cual no hay salvación, luego, enemigo a batir: la Iglesia. Satanás sabe que destruirla es imposible (promesa divina), que toda persecución es semillero de santos. «El golpe maestro de Satanás» (Lefebvre): desvirtuar la Iglesia, que la sal se vuelva sosa. Algunos, como Ratzinger, fueron abanderados de «la necesidad de reformular la cuestión de la naturaleza y la misión de la Iglesia». El medio, como en el paraíso, la verdad a medias que es más mentira que una mentira y media.
    Si fuera de la Iglesia no hay salvación, si el que cree y se bautiza se salva y el que no, no, ampliemos el concepto de iglesia, y no al proselitismo.

    1. ¿Así de descarado? ¡No! “La Iglesia no hace proselitismo. Ella se desarrolla más bien por la atracción” (Benedicto XVI, y Bergoglio). «que viendo vuestras buenas obras glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos», pero, si no conocen a Dios, la alabanza queda en ti, y tus buenas obras son pura filantropía.
      Hay que adulterar la relación de la criatura con el Creador. Dios es: amorcito, locura de amor, infinita misericordia, da todo sin pedir nada (¡Falso!)… Acentuemos al máximo esta verdad y eclipsemos su justicia y su santidad. Resultado: ausencia de fe, sustituida por sentimentalismo ñoño, pegajoso, de meapilas que engolan la voz y juegan «al santo», que dice «El divino impaciente». Llega la hora de la prueba, la desgracia: no pasa nada, piensan, «pedid y se os dará». Piden y lloran, pero Dios parece sordo. En el vaso de sus lágrimas, se ahoga su poca fe (expectativas / logros = decepciones).

      1. Nadie les ha explicado que el Dios de infinito amor es infinitamente justo, que es necesario pagar nuestras culpas, que a las almas que más quiere las castiga y las corrige para que alcancen mayor santidad, que el camino que lleva al cielo y pasa por la cruz…
        Por otra parte, con papito Dios no cabe el «temor de Dios». Adulteremos la mismísima Escritura, como el Magníficat en las lecturas de la Misa y en la liturgia de las horas: «su misericordia se derrama sobre sus fieles de generación en generación». ¡FALSO! «Cuya misericordia se derrama de generación en generación SOBRE LOS QUE LE TEMEN». Como, además, «El principio de la sabiduría es el temor de Dios» (Proverbios 1:7)… necios todos.
        Sin temor de Dios, ni causa que lo justifique (Dios lo perdona todo y no castiga), «comamos y bebamos que mañana moriremos».
        ¿Quién necesita la religión?
        ¡El círculo está completo!

        1. ¿Tuvo culpa al CVII?
          Cizaña y trigo, mundo, demonio y carne ha habido siempre, pero que el Concilio ha destrozado la Iglesia… «por sus frutos los conoceréis».
          En cuanto a algunos, como Benedicto y su timo del tocomocho de la «hermenéutica de la continuidad»…

          1. «Nadie les ha explicado que…»

            Creo que sólo este fragmento suyo ya da en la clave: nadie ha explicado. Nadie explica nada. El problema es la catequesis: hay que enseñar, cosa que no se hace. Y cuando se hace, se enseñan o bobadas o cosas opuestas a la fe. Así, ¿cómo va a creer nadie lo que ni siquiera conoce? La ignorancia de la propia fe entre los católicos es más que evidente.

  10. Mira que lo repetimos todos los días, son verdades como puños, oye y muchos se agarran al clavo ardiendo de un modernismo que ha creado un Cristo mas falso que Judas. Ese Cristo amanerado, hipi, clemente hasta límites nauseabundos de injusticia, donde se salva hasta el diablo, Donde está ese Dios en los salmos. Lean los salmos y entérense de una vez a donde van, caminito directo al infierno, con pakito a la cabeza.Ay de verdad que asco de renegados conciliares.

      1. La moral es la consecuencia de la doctrina. Y la primera no ha cambiado porque la segunda tampoco lo ha hecho (porque no puede). Allá cada uno si se inventa una doctrina y su inmoralidad correspondiente.

  11. Estos modernistas moralistas no se hacen nunca responsables de nada. Siempre le echan la culpa a la gente o a los que quieren cambiar la doctrina moral.
    Qué casualidad, es la gente que han educado ellos en su nueva iglesia conciliar durante sesenta años, y los que quieren cambios morales son los que han nombrado ellos mismos como obispos y cardenales.
    ¿Se puede ser más cínico y rastrero?
    A mí ya ni me engañan.

    1. «Estos modernistas moralistas no se hacen nunca responsables de nada»

      Qué formas más raras tiene usted de llamar a Paglia, Roche, Marx, McElroy, Hollerich… A mí no me parecen nada moralistas (al contrario).

      «…en su nueva iglesia conciliar durante sesenta años»

      Hombre, son viejos, pero no tanto, además de que antes no tenían el puesto adecuado para hacer lo que usted señala, que obruvieron en la última década.

      «los que quieren cambios morales son los que han nombrado ellos mismos como obispos y cardenales»

      Parece un trabalenguas. Así que, según usted, los obispos y cardenales que quieren cambios morales, ¿se han nombrado ellos mismos? No sé qué le ocurre hoy, pero le encuentro menos coherente de lo que es habitual.

    1. Como telegrama está bien, pero no se le entiende nada. Quizás ayudaría que escribiese oraciones formadas por sujeto, verbo y predicado (es sólo una sugerencia).

  12. No sé por qué el articulista alude a la Cristiandad citándola en minúscula y entre comillas. Me parece una estupidez, francamente.

  13. Renunciar a que Cristo reine en la sociedad trae como consecuencia lo que vivimos actualmente. El artículo es desacertado. Siendo consecuentes con el argumento, la situación actual es perfecta.

    1. Nadie ha renunciado a nada: a los que mandan en la sociedad desde 1789, les importa tres pepinos lo que usted señala. De hecho, para eso hicieron la revolución y se la impusieron a toda la sociedad. Fíjese como se fueron cargando todas las monarquías católicas: Francia, Italia, Portugal, el Imperio Austrohúngaro… Pero es verdad que ciertas partes del artículo no están muy acertadas.

      1. Los católicos no hemos renunciado a nada, pero el articulista felícita los triunfos de la revolución sobre la Iglesia y el reinado social de Cristo Nuestro Señor. A eso me refiero. El artículo no es acertado.

  14. Nadie ha renunciado a nada: a los que mandan en la sociedad desde 1789, les importa tres pepinos lo que usted señala. De hecho, para éso hicieron la revolución y se la impusieron a toda la sociedad. Fíjese como se fueron cargando todas las monarquías católicas: Francia, Italia, Portugal, el Imperio Austrohúngaro… Pero es verdad que ciertas partes del artículo no están muy acertadas.

  15. Muy interesante la lectura de quién como Dios.
    Entonces Ratzinger también pone en duda el primado de Pedro, vamos, que es dogma opcional. Por algo viajaban tanto: no había que poner nada en orden pq estaba todo bien.
    Un punto más en mi decepción.

    1. No, en lo comentado por Quién cómo Dios no aparece tal cosa. Ya sé que usted se lo toma como un insulto, pero no lo es en absoluto: deberia usted preocuparse por esa obsesión. Muy normal no es (ya ni distingue lo real de lo que no lo es).

    2. «Sería, por ejemplo, una exigencia maximalista que occidente exigiera al oriente el pleno reconocimiento del primado del obispo de Roma, entendido con toda la plenitud y amplitud con que fue definido en 1870, de tal suerte que las Iglesias ortodoxas quedarían sujetas a una praxis del primado similar al aceptado por las Iglesias unidas» (Pág 236).
      «Dicho de otro modo: Roma no debe exigir de oriente una doctrina del primado distinta de la que fue formulada y vivida en el primer milenio» (Pág 238).
      «Mi diagnóstico sobre las relaciones entre las Iglesias orientales y Occidentales sería el siguiente: la unión de las Iglesias de oriente y occidente es, desde el punto de vista teológico, básicamente posible, pero no cuenta aún con la suficiente preparación espiritual y, por tanto, en la práctica, aún no ha llegado el tiempo a su sazón…
      Sigue…

      1. Cuando digo que es, desde el punto de vista teológico, básicamente posible, estoy confesando a la vez que, a la luz de un análisis más detallado, se descubren, dentro de esta posibilidad teológica, múltiples dificultades, que van desde el Filioque hasta la cuestión de la indisolubilidad del matrimonio. Pero a través de las dificultades, que unas veces serán más destacadas por oriente y otras por occidente, debemos aprender que la unidad es, por su parte, una verdad cristiana, un elemento esencial del cristianismo, y que ocupa una posición tan alta en la jerarquía de valores que sólo puede ser sacrificada ante cosas total y absolutamente fundamentales, pero no cuando lo que se discute son formulaciones o prácticas que, aunque muy importantes, no destruyen la comunión en la fe de los padres y en su forma eclesial básica».

        1. ¿LA FE ES NEGOCIABLE?
          «Sería necesario pues -dicen-, que, suprimiendo y dejando a un lado las controversias y variaciones rancias de opiniones, que han dividido hasta hoy a la familia cristiana, se formule se proponga con las doctrinas restantes una norma común de fe, con cuya profesión puedan todos no ya reconocerse, sino sentirse hermanos…
          ¿Y habremos Nos de sufrir -cosa que sería por todo extremo injusta que la verdad revelada por Dios, se rindiese y entrase en transacciones? Porque de lo que ahora se trata es de defender la verdad revelada…
          todos los que verdaderamente son de Cristo prestarán la misma fe al dogma de la Madre de Dios concebida sin pecado original como, por ejemplo, al misterio de la augusta Trinidad; creerán con la misma firmeza en el Magisterio infalible del Romano Pontífice…
          Sigue…

          1. en el mismo sentido con que lo definiera el Concilio Ecuménico del Vaticano, como en la Encarnación del Señor. No porque la Iglesia sancionó con solemne decreto y definió las mismas verdades de un modo distinto en diferentes edades o en edades poco anteriores han de tenerse por no igualmente ciertas ni creerse del mismo modo. ¿No las reveló todas Dios?» (Mortalium Animos. Pío XI).

          2. Lamento tener que volver a repetírselo: no hay nada raro ni incorrecto en lo dicho por BXVI, ni nada que contradiga lo afirmado por Pío XI (que no tenía más autoridad que BXVI, y era tan inmune al error, o propenso a él, como BXVI, dicho sea de paso y como apunte). Sí a usted se lo parece, es que o no entiende lo que lee, o sus prejuicios le ciegan. No parece siquiera darse cuenta de las primeras líneas de lo transcrito: «Sería, por ejemplo, una exigencia maximalista…». Es un ejemplo, en el cual ¿no es verdad? Lo sería. Me parece que, además de no querer entender lo que dice BXVI, tampoco quiere aceptar que está especulando sobre posibilidades, no definiendo dogmas (Pío XI tampoco: no definió ni uno solo).

          3. Si se fija, lo de la exigencia maximalista lo dice en la página 236. Si pongo en la cita el libro y la página, lo normal es comprobarlo para entenderlo en el contesto. Después de dedicar dos páginas a las exigencias maximalistas que se imponen de un lado y de otro (católicos y ortodoxos), Ratzinger opina: «Dicho de otro modo: Roma no debe exigir de oriente una doctrina del primado distinta de la que fue formulada y vivida en el primer milenio», y lo hace, si se fija, en la página 238. En está cita, y en la siguiente (pág 239), propone la plena comunión de los ortodoxos, aun cuando no acepten el doma de la primacía y de la infalibilidad papal.
            No me acuse de tergiversar sin comprobar la cita en el contexto. Lo mismo ha ocurrido con otras citas anteriores, como la de S. Anselmo sobre el sacrificio del hijo.

          4. Aunque no se lo crea, no soy fan de BXVI y me he basado en sus citas. En cualquier caso, mucho se ganaría si aceptasen el primado como en el primer milenio. Ha sido en el segundo cuando se han asilvestrado. Y el que no se les deba exigir, viendo lo que tenemos hoy, es puro pragmatismo: no se les exige nada, luego siguen en cisma. El que quiera volver, que vuelva. Co.o siempre, BXVI especulaba sobre mucha cosas, pero no se le puede reprochar que hiciera nada raro en el tema que nos ocupa. Si hubiera querido, podría haberlo hecho durante sus 8 años como Papa. Y no lo hizo. Porque una cosa es plantear cosas y otra ser consciente de los límites que no se pueden transpasar. Me sorprende que con BXVI busque siempre tres pies al gato, habiendo dos temas en los que patinó muuuuucho. Pero sus detractores no parecen haberse enterado, o ya lo habrían sacado. Silencio total.

  16. La entrada pregunta por la escasez de cristianos en Occidente. A mi juicio la causa profunda está en el concepto de verdad del cristianismo.
    Los antiguos dioses griegos y romanos solo pretendieron ser significativos y consoladores, pero nunca verdaderos. Llegó el cristianismo proclamando la verdad, ante la que nadie tiene derecho a permanecer escéptico y por ello los cristianos fueron primeros mártires y luego inquisidores, porque la verdad es una o no es. Por tanto, la fe monopolizó la verdad pero al propio tiempo -casi de modo necesario- fue la verdad la que comenzó a monopolizar la fe al descartar creencias inverificables, lo que dio paso al desarrollo científico y a la modernidad. Por esta razón se ha dicho que el cristianismo encuentra su más acabada consecuencia en el ateísmo. Y no es casualidad que el desarrollo científico y técnico, unido a un creciente desapego de la práctica religiosa, haya prosperado en Occidente.

    1. El ateísmo no guarda relación alguna con la ciencia. De hecho, entre los más eminentes científicos de la historia están, no ya católicos, sino sacerdotes: Roger Bacon (precursor del método científico), Nicolás Copérnico (teoría heliocéntrica), Gregor Mendel (padre de la genética y descubridor de las leyes que llevan su nombre), Georges Lemaître (teoría del Big Bang), entre los más conocidos.

      El desapego social de la práctica religiosa es muy reciente, posterior al mayo del 68, y tiene más que ver con la ingeniería social llevada a cabo por el cine, que influye en la forma de afrontar y aceptar/rechazar determinadas conductas con connotaciones morales, sumado a la revolución sexual con la extensión de los anticonceptivos: modifica la moralidad de la gente, mostrándoles lo malo como bueno, y proporciónales los medios para que pongan en práctica esa vida contraria a la moral cristiana, y saldrán de la Iglesia haciendo fu como el gato.

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