Después de la tormenta desatada cuando el obispo de Springfield llamó “hereje” (sin nombrarlo) a su colega de San Diego, cardenal Robert McElroy, Thomas Paprocki se explica en el portal católico The Pillar.
Esto ya va más allá de una conversación privada, asegura Paprocki. Aclarar los errores doctrinales defendidos por los prelados de la Iglesia es una responsabilidad «necesaria» de los obispos, señaló el obispo de Springfield a The Pillar, y si no se abordan los errores en la enseñanza católica, se agravarán, no se reducirás.
“Se me ocurrió especular sobre las implicaciones canónicas del hecho de que un cardenal mantenga opiniones heréticas, o proclame y enseñe públicamente puntos de vista heréticos”, explica Paprocki para justificar su explosivo artículo en First Things, “Imagining a Heretical Cardinal”.
“Advertí que la palabra [herejía] aparece en conversaciones privadas… así que pensé que quizá sea hora de mantener una conversación pública sobre el asunto … Y no son solo obispos, sino también teólogos y fieles católicos corrientes los que se plantean la cuestión de la herejía”, dice Paprocki.
“Me animé a escribir porque este debate se ha vuelto público, ya parece haber superado el punto en el que se limita a conversaciones privadas entre obispos”.
El obispo hacía referencia, sin nombrarlo, a un artículo del que dimos cuenta en estas páginas, un texto aparecido en el órgano de los jesuitas estadounidenses, America, en el que el cardenal obispo de San Diego, Robert McElroy, argumentaba que la Iglesia debería “adoptar una teología eucarística que invite efectivamente a todos los bautizados a la mesa del Caballero» y descartar “una teología de coherencia eucarística que multiplica las barreras a la gracia y el don de la eucaristía”.
“La indignidad no puede ser el prisma del acompañamiento de los discípulos del Dios de gracia y misericordia”, escribía McElroy, en un pasaje citado por Paprocki, para quien esas declaraciones son “contrarias a una ‘verdad que debe ser creída por la fe divina y católica’”, y por lo tanto constituyen una herejía material.
Paprocki comparó las conversaciones contemporáneas sobre la herejía con la crisis arriana de la Iglesia del siglo IV. “Si algunos obispos no la hubieran combatido, hoy seríamos arrianos. Si pensaran, ‘no queremos un desacuerdo público, o que se vea ninguna falta de unidad aquí’… si los obispos que se mantenían fieles a la Iglesia se hubieran quedado callados, no estaríamos donde estamos”.
El obispo Paprocki sugiere la excomunión de los cardenales herejes
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Lo que pasa es que ahora los obispos y sacerdotes progres de la Agenda 2030 están secundados por Bergoglio, y eso les da infinitas alas para seguir confundiendo a los católicos y diciendo sandeces y se acalla o aparta a los POCOS que hablan con la VERDAD de la doctrina católica.
Si no hubiera un grupo de valientes que sigueron al Señor hasta la Cruz, seguirían mandando los fariseos y los «maestros de la ley». Este, como otros, por suerte pocos obispos fariseos del siglo XXI, serían los primeros en gritar «crucifícalo». Por suerte, el Espíritu Santo sigue ilunimando a la Iglesia y al Sucesor de Pedro, el Papa Francisco.
Esos valientes que siguieron al Señor hasta la cruz, no eran herejes, el señor condenó el pecado, y murió para salvar al pecador, para liberarle de las consecuencias del pecado, para que no volvamos a pecar. Fueron nuestros pecados los que crucificaron a Cristo.
«Vete y no peques más», si queremos seguir pecando y defender el poder hacerlo, hacemos vano, su inmenso sacrificio en la cruz. El Espiritu Santo no puede inducirnos a rechazar sus propias leyes.
HECHOS HISTÓRICOS DEL GOLPE DE ESTADO DE LA MASONERIA EN LA IGLESIA
1789.- Triunfo de la Revolución Francesa. Triunfo de la razón y de la masonería, se destruye a la infame iglesia en palabras de Voltaire.
1808.- Invasión napoleónica en España, entrada de las ideas revolucionarias, aprobación de la PePa por los afrancesados.
1823 Triunfo de la revolución liberal en España, desamortizaciones, quema de conventos, matanza de frailes.
1833 La Corona se alía con los liberales, con Maria Cristina de Regente de Isabel II menor de edad. Gobiernan los espadones.
1833 El pretendiente Carlos V se subleva contra la usurpación y reclama el trono de su hermano Fernando VII.Alzamiento carlista, al grito de Dios, Patria, Fueros, Rey. Tres guerras carlistas se suceden a los largo del siglo XIX, los papas apoyan la Tradición contra el liberalismo.
Llega la República y el requeté se subleva y gana la guerra con Franco. 1962, ESTAFA CONCILIAR, HASTA AHORA.
Un comentario repugnante como todos los que hace el tal Marcos, que esquizofrenia la de algunos
Debemos resistir contra Francisco para defender a la Iglesia.
A ver si lo entiendo… Algunos obispos se volverán arrianos y Bergoglio es un señor que pasa por ahí y le ha caído la patata caliente por casualidad…🤣
Así se habla!
Ya lo avisó nuestra Señora en Fátima: «Obispos contra obispos y cardenales contra cardenales»
El fin de esta representación del mundo se termina.
Conversión y penitencia
Ven, Señor, Jesús
“adoptar una teología eucarística que invite efectivamente a todos los bautizados a la mesa del Caballero» y descartar “una teología de coherencia eucarística que multiplica las barreras a la gracia y el don de la eucaristía”.
Desde luego, estos obispos ya herejes tienen un lenguaje divertido y colorista… La Mesa del Caballero… Pronto será la Mesa de Don Quijote o la Mesa del Santo Grial… Es para morirse de risa… Esto parece los grados de la masonería… Caballero del Rosacruz…
Bergoglio abrió la Caja de bergoglio. ¡Bergoglio, dimisión!
Por favor, que Bergoglio se vaya ya, y el Cielo nos conceda un auténtico Santo Padre, pastor de pastores y guía de la Única Iglesia. Esto ya no hay quien lo aguante, los detritos protestantes y masones nos llegan hasta las orejas.
Para la progresía es lícito y obligatorio tomar la comunión en toda misa. Por la expresión,«solo una palabra tuya…»
😆😆😆 reconocer y resistir. Ya verán el premio que les dará el Señor, llamado «el patadón cósmico».
Hace falta caradura y una conciencia deformada y retorcida a la enésima potencia para afirmar lo que ha escrito el Cardenal McElroy sobre la administración de la Comunión a quienes realizan actos homosexuales.
¡Pobre hombre! Hoy he rezado por él. ¿No bastan las revelaciones de la Sagrada Escritura, sobre la perversión de ese pecado, y los desastres que atrae; o las advertencias de san Pablo sobre su malicia (cf. Rom 1,27), y a los Corintios (cf. 1 Cor 11,29), sobre quiénes comen y beben su propia condenación? Ese pobre tipo, aunque sea Cardenal y con muchos títulos, lamentablemente, ha perdido la fe. ¿Cómo no recordar las advertencias de san Pedro sobre los falsos doctores (2 Ptr 2, 1 ss), o la de san Judas (Jd 1, 5 ss) en sus Cartas? Verdaderamente esos personajes son árboles secos, dos veces muertos, sin fruto… Se les podría aplicar lo que dice nuestro Señor a los fariseos y a los doctores de la Ley, “he aquí que vuestra casa va a quedar desierta” (Mt 23,38).