En el aniversario de la gran renuncia

Vaticano carta Benedicto XVI Benedicto XVI en el día de su elección como Papa.
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“Non solum propter tres canonizationes ad hoc Consistorium vos convocavi, sed etiam ut vobis decisionem magni momenti pro Ecclesiae vitae communicem”. Es el 11 de febrero de 2013, y el entonces Papa Benedicto XVI, en un terso latín, empieza su discurso en un consistorio que se tenía por rutinario, tiempo ordinario, pero que se convertiría en la ‘bomba’ bajo cuya onda expansiva aún se encuentra la Iglesia. “Conscientia mea iterum atque iterum coram Deo explorata ad cognitionem certam perveni vires meas ingravescente aetate non iam aptas esse ad munus Petrinum aeque administrandum”.

Así empezaba el misterio de la renuncia insólita de un Papa, por primera vez en siglos, tomando luego un título, Papa Emérito, al que los canonistas aún se devanan los sesos para encontrarle sentido y que ha dado pie a cien teorías conspiratorias. Empezaba la cuenta atrás para el cónclave que, con la diligente influencia de los cardenales de la llamada ‘mafia de San Galo’, habría de elegir a un pontífice según su corazón, muy distinto en formas y fondos del Papa dimisionario.

Así empezaba un río de preguntas sin respuestas, sin respuestas satisfactorias y completas, al menos, sobre las causas de este paso trascendental, sobre la naturaleza misma del papado, sobre las sutiles distinciones entre ‘munus’ y ‘ministerium’, sobre presiones en la sombra y manos negras de la geopolítica y los príncipes de este mundo, sobre matices verbales de la propia declaración latina.

Así empezaban años de coexistencia de dos hombres de blanco en el Vaticano, del silencio eremítico e intermitente de Ratzinger, de medidas y declaraciones papales que llevaban a muchos a mirar de reojo al ermitaño de Mater Ecclesiae, esperando alguna reacción a esa desconstrucción acelerada de su pontificado, que culminó en la derogación, a solo 14 años de su promulgación, del Summorum pontificum ratsingeriano con el Traditionis custodes que aún espera nuevas vueltas de tuerca.

Así empezaban mil especulaciones sobre qué tenía Benedicto en la cabeza cuando pronunció esas fatídicas palabras en un idioma que ya desconoce abrumadoramente el clero mundial pero que fue tanto tiempo el común de la Iglesia; sobre qué pensaba que iba a pasar, sobre quién podría ser su sucesor y, cuando fue elegido el arzobispo de Buenos Aires, qué esperaba de él y qué pensaba de sus decisiones.

El aleteo de una mariposa, se suele decir, puede provocar un proceso en cadena que produzca un huracán en el otro extremo del mundo. Pero la renuncia de un Papa no es el aleteo de una mariposa, es un terremoto que alcanza todos los confines y reverbera a lo largo de las décadas. La renuncia de Benedicto trajo a Francisco, trajo sus sínodos, sus motu proprio, sus encíclicas, su magisterio ‘in aereo’, su alud de entrevistas, su renovación, su cambio radical de enfoque.

Hasta el último de nuestros cabellos está contado, y Dios tiene en cuenta a los gorriones que se venden cinco por dos ases; la Providencia gobierna el universo y Cristo es el Señor de la Historia, pero no es fácil para los mortales que peregrinan en la tierra. La última ‘explicación’ sobre la renuncia de Benedicto estaría en el insomnio. Puede ser, pero ese insomnio nos ha quitado el sueño a muchos.

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Comentarios
19 comentarios en “En el aniversario de la gran renuncia
  1. Genial artículo de Don Carlos Esteban.
    Siempre he dicho que Su Santidad Benedicto XVI fue un buen pontífice, pero cometió dos graves errores:
    El primero fue renunciar. No niego que padecía limitaciones de salud, pero éstas no eran muy graves, y no justificaban abandonar la misión que el Espíritu Santo le había confiado, cuando él sabía que había infiltraciones entre el colegio cardenalicio, que ponían en grave riesgo la elección de un sucesor. También el Papa alemán conocía que había fuertes presiones del contubernio judeomasónico contra él, ante las que Ratzinger debió resistir con vocación de mártir.

    1. El segundo error fue callar ante los disparates de Francisco, ya que si el Papa argentino propala ideologías mundanas contrarias a la sabiduría divina, era obligación moral del Papa Benedicto corregirle por el bien de las almas (igual que han hecho valientes como Burke, Grandmuller, Caffarra, Meisner, Schneider, Stryckland, y otros).

      1. De acuerdo con usted. La fidelidad a Cristo es más importante que «la obediencia al nuevo Papa» que afirmó que tendría.
        Leal al siguiente Papa si que fue, ¡y cómo! Pero, ¿era lo que Dios le pedía?

      2. Estimado Sacerdote Mariano, el análisis de los sucesos que refiere son correctos en el sentido de la realidad observable, pero podríamos decir sólo desde una mirada natural, excluyendo lo sobrenatural. Me explico: lo primero es preguntarnos si la renuncia de Benedicto XVI no es algo querido por Dios, querido en el sentido permisivo ya que ningún mal proviene de Dios, pero que si lo permite es por un fin determinado. Esa respuesta, nos la responde Dios mismo en la Sagrada Escritura, pero debemos interpretarla correctamente. A través de los siglos el pasaje donde está indicado ha sido erróneamente interpretado, aunque hayan sido santos quienes lo hayan dicho y esto se entiende con una enseñanza que es propia de nuestra Fe Católica, que la luz dada al entendimiento humano para interpretar una profecía, Bíblica en este caso, se da principalmente en cercanía del tiempo a cumplirse. Indico el pasaje y no lo transcribo pero leanlo. 2Tesalonicenses 2.

        1. El error interpretativo es adjudicar al termino empleado por San Pablo, «inicuo», como referencia al Anticristo, cuando en realidad es referencia al Falso Profeta, ya que es él quien ha de «sentarse» en el Templo de Dios, y no el otro que ejercerá como un emperador. Tenemos muchas prefiguraciones, o sea tipo y antitipo, que refieren que ningún anticristo se haya sentado en el gobierno religioso ni del Templo ni de la Iglesia. Es por ello que este pasaje refiere que sucederá con un katejon, es decir un obstuculizante y obstáculo a la vez, que debe se removido al momento que Dios indique que deba manifestarse dicho inicuo. El motivo que Dios lo permita puede resumirse diciendo: Digo Basta, no han querido seguir los designios de Mi Verdad y Amor, ahora atenganse a lo que el gran Mentiroso de Satanás les transmita. Ello es lo que indica que estamos en pleno desarrollo de la Pasión del Cuerpo Místico de Cristo, y luego, por intervención única de Dios, y nada humana, será la restauración.

        2. El error interpretativo es adjudicar al término «inicuo» como referente del Anticristo, ya que no es este personaje quien ha de «sentarse» en el templo de Dios, sino el Falso Profeta o anticristo religioso, ya que las prefiguraciones o tipo y antitipo, del personaje politico que ha de ejercer como vil emperador, ninguno de ellos gobernó desde el Templo Judío ni desde la Iglesia. Y el pasaje de Tesalonicenses se refiere a un katejon, un obstáculo y también un obstaculizante que será removido, un Papa junto a su Papado. Esto implica desde la perspectiva de Dios en su permision, que podríamos decirlo así: Basta. Como no han querido seguirme en Mi Amor y Verdad, ahora atenganse a las consecuencias del Mentiroso infernal. Esto nos indica que ya estamos transitando la Pasion del Cuerpo Mistico, que es necesaria para purificarla por intervención únicamente Divina, y no por los hombres para ser restaurada a la manera de una resurreccion.

  2. Añadiría el error de ese título de Papa emérito – lo que dice Carlos Esteban- e ir de blanco. Y seguir dejándose ver y, sobre todo, conceder OTRO libro dd entrevistas al dichoso Seewald (qud empezó muy bien, pero acabó envalentonado, comercializando con el Papa), libro sinsentido una vez que había renunciado. Ys para Seewald explotar el filón
    O se retira – que ya es cataclísmico – o no se retira

    1. «libro sinsentido una vez que había renunciado»

      Lo que no tiene sentido es su frase (más bien, su argumento): ¿cuándo renunció Ratzinger a escribir libros? Le recuerdo que entre las funciones de un Papa no está escribir libros. Y ya lo hacía antes de serlo. Así que, no se por qué debería haber dejado de hacerlo tras su renuncia.

  3. Fue un buen pontífice de la «nueva iglesia»
    Quitando las bobadas ecológicas de Bergoglio, que alguien me diga que defiende Bergoglio, de forma zafia, que no defendiera él con finura y guante blanco. Defendió la «locura, que afirma y defiende a toda costa y para todos, la libertad de conciencia» (Mirari Vos, Gregorio XVI); sostuvo que la Antigua Alianza sigue vigente; proclamó que el dios musulmán es el Dios católico y se deshizo en elogios y alabanzas al Islam; defendió que las sectas protestantes son iglesias y, en contra de la doctrina condenada y proscrita por sus predecesores, promovió reuniones promiscuas en las que se debatía de igual a igual con ellos, que dieron lugar a declaraciones como «la declaración conjunta católico luterana sobre la doctrina de la justificación»; editó no pocos libros, que él mismo reconoce están escritos desde el punto de vista del historicismo, condenado por sus predecesores…

    1. y que llevan a error a cuantos los leen, hasta el punto de que manifestaciones contenidas en ellos son alabadas por los luteranos; fue partidario de la Comunión en la mano, según el mismo declaró, y que nunca proscribió; defendió el «novus ordo», celebró siempre con él, y aprobó en parte la Misa Tridentina como el que echa una migajas a los perros, y salvo que Gänswein mienta, aplicando aquello de divide y vencerás…

  4. Vuelvo a decirlo, en todos lados aparece que Benedicto renunció el 28/02/13, el acto jurídico inválido por los errores en latín de fecha 11/02/13 es una declaración de compromiso inválida por los errores en latín de renunciar al futuro al ejercicio del gobierno pero no al papado para fecha 28/02/13 a las 29 hrs. o sea nunca y realizado como persona privada (en primera persona del singular) y no como papa, fue continuada por un ocultamiento de que no es una renuncia por parte de la jerarquía y una simulación de que Benedicto renunció pero en realidad en todos los sitios se habla de la renuncia de Benedicto en fecha 28/02/13 y siendo un acto jurídico puro las renuncias no pudo haberse efectuado en fecha 11/02/13 porque Benedicto siguió ejerciendo el gobierno de la Iglesia hasta la fecha 28/02/13 falta presentar la renuncia de fecha 28/02/13, o sea, Benedicto no renunció y Bergoglio no es papa.

    1. Entonces… se acabó el Papado, ¿no? Porque todos los cardenales creados por Francusco entonces son nulos, y nulo será por tanto el próximo Cónclave, ¿no?

          1. Si vas a realizar un comentario sobre mi comentario y a realizar una pregunta antes de afirmar cualquier coas debes leer todos los comentarios.
            He explicado que es posible realizar un cónclave con los cardenales electos antes de Bergoglio pero que no se va a llevar a cabo porque las personas buscan excusas para no ver ni escuchar.
            Hay un uso político de los comentarios que no condice con la búsqueda de la verdad.

    2. Sí, Benedicto es el último papa.
      Sería posible teóricamente realizar un cónclave con los cardenales anteriores al 2013 pero lo veo muy difícil.
      Desde mi punto de vista se están preparando los tiempos finales.
      Desde la Iglesia adulterada se prepara la mala Mujer o Babilonia la grande que será destruida. La mala Mujer porque sigue siendo mujer no se transforma en Bestia o Imperio bestial y tampoco se transformará en la Iglesia o religión ecuménica bestial o Bestia de la Tierra (la tierra es el terreno de lo religioso, el mar de la política).
      Quedará un resto fiel, buena Mujer o ciudad de Dios y en los últimos tiempos el trigo se separará de la cizaña incluso en la Iglesia.
      Estamos ante la construcción de un imperio global de izquierda masónico cabalista con una Iglesia global ecuménica pero a la Iglesia católica le darán muerte.

  5. Los personas santas, como Benedicto, obviamente cometen errores, pq no son Cristo, sólo Él ,no se equivoca. Lo que sí creo, es que los equivocados, solemos ser nosotros, cuando estemos del otro lado, vamos a entender muchas cosas y en algunos casos, vamos a querer desaparecer, de la verguenza que nos van a dar, los juicios equivocados que hicimos.

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