Cardenal Ouellet: «¿No somos a veces tentados a interpretar la Palabra de Dios de una manera contraria a lo que realmente dice?»

Cardenal Ouellet durante la Misa en la asamblea sinodal continental europea El cardenal Ouellet durante la Misa en la asamblea sinodal continental europea
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Durante esta semana se está celebrando el Praga la Asamblea sinodal continental europea.

El encargado de celebrar la Misa esta mañana para todos los participantes ha sido el cardenal Ouellte, recientemente cesado como Prefecto del Dicasterio de los Obispos. La homilía del purpurado ha girado sobre el versículo del evangelio “creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Gn 1, 27).

El cardenal canadiense ha afirmado que «la dimensión espiritual del hombre y de la mujer incluye una semejanza con Dios y conviene señalar que la el ser humano es creado por Dios como varón y mujer, para una relación espiritual y corporal de amor entre el hombre y la mujer que los hace una sola carne: «Sed fecundos y fecundos, llenad la tierra y dominadla».

«El ser humano creado hombre y mujer, fue creado en vista de Cristo y de la Iglesia, en vista del sacramento del matrimonio que bendice a la pareja hasta hacerla sacramental, es decir, portadora de un amor mayor, el de Cristo por su Esposa la Iglesia. La Constitución pastoral Gaudium et spes nos enseña que «el auténtico amor conyugal se asume en el amor divino» (GS 48, § 2) y se hace fecundo por él de muchas maneras que dan gloria a Dios», ha añadido el cardenal en su predicación.

El ex prefecto del Dicasterio de los Obispos subraya que «este es un gran misterio, dice san Pablo, pensando en Cristo y en la Iglesia. Los hombres y las mujeres no deben ignorarlo, traicionarlo o manipularlo egoístamente. Porque el Amor de Dios que se casa con el amor humano le confiere una participación en sus propiedades divinas: unidad, fecundidad, indisolubilidad. Esta participación fortalece, purifica y santifica amor humano, multiplicando sus posibilidades de felicidad. Desafortunadamente, el hombre pecador rehúye a menudo esta gracia y prefiere sus propias elecciones autónomas que lo desvían de los caminos de Dios».

Además, el cardenal Ouellet apunta como «Jesús condena a los fariseos por su hipocresía en cuanto al mandamiento de Dios: Honra a tu padre ya tu madre. Los fariseos practican una interpretación que les permite despreciar la palabra de Dios por sus propios intereses egoístas».

«El Señor se opone a esta mentalidad que afirma obedecer a Dios mientras actúa en contra de Su Palabra. Esta advertencia también nos preocupa y nos interpela en nuestro trabajo para lograr una Iglesia más sinodal. ¿No somos a veces tentados a interpretar la Palabra de Dios de una manera que es contrario a lo que realmente dice?», añade el cardenal en clara alusión a aquellos que están intentando manipular y adaptar el evangelio a sus intereses personales.

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