Roma ha dicho no al ‘consejo sinodal’ propuesto por el episcopado alemán, y tras la declaración de rebeldía de su presidente llega la de la presidente del Comité Central de Laicos (ZdK), Irme Stetter-Karp, quien deplora el desprecio hacia los laicos que supone la negativa del Vaticano.
Georg Bätzing ya ha declarado su particular “se acata pero no se cumple” ante la carta publicada este lunes y aprobada por el Papa en la que tres cardenales de la Curia «quieren dejar claro que ni el camino sinodal ni ningún organismo designado por él ni una conferencia episcopal tienen competencia para constituir el ‘Consejo sinodal’ a nivel nacional, diocesano o parroquial». Y al presidente de la Conferencia Episcopal Alemana se une ahora la presidente del poderoso comité de laicos ZdK, puntal del precismático ‘camino sinodal’, Irme Stetter-Karp.
En entrevista concedida a Katholisch.de, Stetter-Karp ve en la carta “una nueva prueba del poco aprecio por el compromiso de los laicos”, al tiempo que se siente “aliviada” al ver que la mayoría de los obispos alemanes, empezando por su presidente, se mantienen en el ‘camino sinodal’, es decir, en el proceso de rebeldía contra la autoridad romana.
El consejo sinodal permanente propuesto es para Stetter-Karp un pilar fundamental de la “separación de poderes” que se quiere aplicar en la iglesia alemana “para superar la crisis de los abusos”, que se ha convertido en la coartada perfecta de esta revolución.
Pero la presidente del ZdK aún confía en el Papa y en sus ambiguas señales de apoyo al proceso sinodal alemán, citando sus recientes declaraciones sobre la homosexualidad. En cualquier caso, está tranquila: sabe que el ZdK, al igual que la mayoría de los obispos, “estamos de acuerdo en que nuestro camino es necesario y sensato y solo puedo percibir que muchos católicos nos apoyan y todavía creen en la capacidad de la iglesia para cambiar y están comprometidos con ello”. Los disidentes son los obispos de Colonia, Passau, Augsburgo, Ratisbona y Eichstätt.
En definitiva, la representante de los laicos alemanes, al igual que el líder del episcopado, recibe lo que llega de Roma como quien oye llover y concluye: “Queremos ir más allá e iremos más allá”.
Más allá, no hace falta decirlo, está el cisma.
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Es mejor que lo llame «desprecio a los infieles». Los fieles que amamos la doctrina católica, queremos más de eso
De dónde ha salido esta bollera? Qué asco!
Eso os pasa por despreciar el Catecismo.
Esta, este, esto, ¿de dónde ha salido? ¡Qué sabio era San Pablo!: «Mulieris in ecclesiis taceant». Esta «Laika» es un ejemplo de que el velo nunca debió quitarse de la Iglesia. Que el señor castigue a los obispos progres con varias de estas en sus diócesis.
Conciliaristas al peor modo de los herejes medievales … Si se quieren protestantizar que se vayan de luteranos y listo
Pero que hartazgo de gente, de tanta mugre siniestra. En la cofradía del infierno el diablo lleva la cruz de guía y sus tramos son largos muy muy largos.