La ciudad de Roma despertó hoy bajo una capa de niebla que poco a poco se fue disipando durante la Misa exequial por Benedicto XVI.
Autoridades políticas, cardenales, obispos, sacerdotes y fieles de todo el mundo se han dado cita esta mañana en el Vaticano para dar el último adiós a Ratzinger. Se calcula que más de 120 cardenales, cerca de 400 obispos y casi 4.000 sacerdotes el funeral del papa emérito, Benedicto XVI. En la plaza de San Pedro, según la Prefectura de Roma, se han congregado desde primera hora de la mañana más de 60.000 peregrinos.
Un acontecimiento histórico es lo que se ha vivido esta mañana en Roma. De nuevo, un Papa celebrando el funeral de otro Papa, algo que no ocurría desde 1802. A esta cita histórica, como ya contábamos ayer, no ha faltado el cardenal Zen, perseguido por la dictadura comunista china.
En cuanto a la delegación española, además de la representación oficial de la Conferencia Episcopal, formada por Omella, Osoro y García Magán, también se encontraban algunos obispos como Munilla, Demetrio Fernández o el cardenal Cañizares, quien durante en los trayectos a pie iba acompañado de un ayudante debido a su deterioro físico.
En el lugar de las autoridades, se encontraba el arzobispo Georg Gänswein, Prefecto de la Casa Pontificia y secretario particular primero del cardenal Joseph Ratzinger y después de Benedicto XVI, acompañado de las cuatro mujeres que durante estos años han atendido y cuidado de Ratzinger.
La Misa por Benedicto XVI estuvo presidida por el Papa Francisco, quien se limitó a predicar la homilía. Quien llevó el peso de la celebración eucarística, ha sido el cardenal Re, decano del Colegio cardenalicio.
Quizá, el momento más lamentable y triste de toda la Misa por Ratzinger, haya sido el triste episodio que hemos visto a la hora de comulgar, cuando uno de los sacerdotes que repartía la comunión a los fieles le negó a uno de ellos el poder comulgar de rodillas y en la boca.
Insólito:
Un cura niega la comunión en la plaza de San Pedro a un feligrés que se acercó a comulgar de rodillas y en la boca durante la Misa por #BenedictoXVI pic.twitter.com/WshFltLQ0L
— InfoVaticana (@Infovaticana) January 5, 2023
A continuación, les ofrecemos la homilía completa pronunciada por el Papa Francisco:
«Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu» (Lc23,46). Son las últimas palabras que el Señor pronunció en la cruz; su último suspiro —podríamos decir— capaz de confirmar lo que selló toda su vida: un continuo entregarse en las manos de su Padre. Manos de perdón y de compasión, de curación y de misericordia, manos de unción y bendición que lo impulsaron a entregarse también en las manos de sus hermanos. El Señor, abierto a las historias que encontraba en el camino, se dejó cincelar por la voluntad de Dios, cargando sobre sus hombros todas las consecuencias y dificultades del Evangelio, hasta ver sus manos llagadas por amor: «Aquí están mis manos» (Jn20,27), le dijo a Tomás, y lo dice a cada uno de nosotros: “aquí están mis manos”. Manos llagadas que salen al encuentro y no cesan de ofrecerse para que conozcamos el amor que Dios nos tiene y creamos en él (cf.1 Jn4,16).[1]
«Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu» es la invitación y el programa de vida que inspira y quiere moldear como un alfarero (cf.Is29,16) el corazón del pastor, hasta que latan en él los mismos sentimientos de Cristo Jesús (cf.Flp2, 5). Entrega agradecida de servicio al Señor y a su Pueblo, que nace por haber acogido un don totalmente gratuito: “Tú me perteneces… tú les perteneces”, susurra el Señor; “tú estás bajo la protección de mis manos, bajo la protección de mi corazón. Permanece en el hueco de mis manos y dame las tuyas”.[2]Es la condescendencia de Dios y su cercanía, capaz de ponerse en las manos frágiles de sus discípulos para alimentar a su pueblo y decir con Él: tomen y coman, tomen y beban, esto es mi cuerpo, cuerpo que se entrega por ustedes (cf.Lc22,19).
Entrega orante que se forja y acrisola silenciosamente entre las encrucijadas y contradicciones que el pastor debe afrontar (cf.1 P1,6-7) y la confiada invitación a apacentar el rebaño (cf.Jn21,17). Como el Maestro, lleva sobre sus hombros el cansancio de la intercesión y el desgaste de la unción por su pueblo, especialmente allí donde la bondad está en lucha y sus hermanos ven peligrar su dignidad (cf.Hb5,7-9). Encuentro de intercesión donde el Señor va gestando esa mansedumbre capaz de comprender, recibir, esperar y apostar más allá de las incomprensiones que esto puede generar. Fecundidad invisible e inaferrable, que nace de saber en qué manos se ha puesto la confianza (cf.2 Tm1,12). Confianza orante y adoradora, capaz de interpretar las acciones del pastor y ajustar su corazón y sus decisiones a los tiempos de Dios (cf.Jn21,18): «Apacentar quiere decir amar, y amar quiere decir también estar dispuestos a sufrir. Amar significa dar el verdadero bien a las ovejas, el alimento de la verdad de Dios, de la palabra de Dios; el alimento de su presencia».[3]
Y también entrega sostenida por la consolación del Espíritu, que lo espera siempre en la misión: en la búsqueda apasionada por comunicar la hermosura y la alegría el Evangelio (cf. Exhort. ap.Gaudete et exsultate, 57), en el testimonio fecundo de aquellos que, como María, permanecen de muchas maneras al pie de la cruz, en esa dolorosa pero recia paz que no agrede ni avasalla; y en la terca pero paciente esperanza en que el Señor cumplirá su promesa, como lo había prometido a nuestros padres y a su descendencia por siempre (cf.Lc1,54-55).
También nosotros, aferrados a las últimas palabras del Señor y al testimonio que marcó su vida, queremos, como comunidad eclesial, seguir sus huellas y confiar a nuestro hermano en las manos del Padre: que estas manos de misericordia encuentren su lámpara encendida con el aceite del Evangelio, que él esparció y testimonió durante su vida (cf.Mt25,6-7).
San Gregorio Magno, al finalizar la Regla pastoral, invitaba y exhortaba a un amigo a ofrecerle esta compañía espiritual: «En medio de las tempestades de mi vida, me alienta la confianza de que tú me mantendrás a flote en la tabla de tus oraciones, y que, si el peso de mis faltas me abaja y humilla, tú me prestarás el auxilio de tus méritos para levantarme». Es la conciencia del Pastor que no puede llevar solo lo que, en realidad, nunca podría soportar solo y, por eso, es capaz de abandonarse a la oración y al cuidado del pueblo que le fue confiado.[4]Es el Pueblo fiel de Dios que, reunido, acompaña y confía la vida de quien fuera su pastor. Como las mujeres del Evangelio en el sepulcro, estamos aquí con el perfume de la gratitud y el ungüento de la esperanza para demostrarle, una vez más, ese amor que no se pierde; queremos hacerlo con la misma unción, sabiduría, delicadeza y entrega que él supo esparcir a lo largo de los años. Queremos decir juntos: “Padre, en tus manos encomendamos su espíritu”.
Benedicto, fiel amigo del Esposo, que tu gozo sea perfecto al oír definitivamente y para siempre su voz.
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[1] Cf. Benedicto XVI, Carta enc. Deus caritas est, 1.
[2] Cf. Íd., Homilía en la Misa Crismal, 13 de abril de 2006.
[3] Íd., Homilía en la Misa de inicio del pontificado, 24 de abril de 2005.
[4] Cf. ibíd.
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Millones de católicos nos hemos unido a través de los medios, a esta misa exequial en la que hemos rezado para que el Señor lleve pronto al Cielo a su siervo fiel y gran Papa Benedicto XVI.
En cuanto al funeral, no me ha gustado que no lo presidiera el Papa Francisco, como tampoco me ha gustado la ausencia de Felipe VI. En cambio aplaudo la presencia de la Reina Doña Sofía, que es lo mejor de la Casa Real de España.
Amigo sacerdote, el Papa Francisco nunca fue amigo de Benedicto XVI. Amigo es querer las mismas cosas y no querer las mismas cosas. Mejor Papa Francisco lejos. Por lo tanto, no ejerce la hipocresía.
Felipe VI prefería estar con el delincuente Lula Da Silva y con la extrema izquierda vitoreándole. Por su parte, no entiendo la cursilada de Bergoglio, alquien se la habrá preparado.
Pues si, ni el sobradamente preparao, ni campechano, ni la reporterilla. Solo Doña Sofía tiene clase y elegancia real.
Las Misas no se «presiden». No son una junta de negocios, ni una reunión de copropietarios. Se celebran, se ofician. Decía San Josemaría: No «presido nada». ASCIENDO AL ALTAR.
Apreciado amigo Docente Sergista: Antes de la reforma de Pablo VI de 1969 no había concelebración, y por eso no se usaba este término, pero desde entonces, todos los liturgistas hablan de presidencia de la celebración para distinguir el papel respecto a quien concelebra.
Llámele usted como quiera, pero el Papa Francisco ni ha presidido, ni ha celebrado, ni oficiado, ni ascendido al altar.
Entiendo, apreciado Sacerdote Mariano, que el «presidir» es otro de los exabruptos posconciliares.
Además la «concelebración» contradice que el Santo Sacrificio – dirigido a un único Sacerdote, Víctima y Altar- debe ser oficiado por un único consagrado y no por un poco de curas revoloteando alrededor del altar, en vez de ir a atender el confesionario (hoy convertido en una salita para conversar).
Igual, a Bergoglio sólo le interesa el falso calentamiento global y la Pachamama.
¿Es amí solo a quien la homilia del papa Francisco le ha parecido de una pobreza expresiva y una distancia inconmensurables en comparación con la que pronunció Ratzinger en el funeral de san Juan Pablo II?
También a mí me lo ha parecido.
Hasta Lorenzo Milá, que no creo que sea un hombre religioso precisamente, lo ha comentado en la retrasmisión de TVE: que le parecía que le ha faltado alguna palabra cálida al papa.
Martín: llevo todo el día pensando lo mismo. Menuda homilía más pobre y más fría, corta e insulsa.
Ha sido hermoso ver pancartas en la plaza que decían: “danke”, porque merece nuestra gratitud por sus servicios a la Iglesia.
Incluso algunos carteles decían “santo súbito”, lo cual tal vez sea exagerado, pero es cierto que ha sido un cristiano fiel y un buen Papa, que suscita nuestro reconocimiento.
Deploro que Francisco no haya celebrado la misa exequial del Papa Benedicto, lo que me parece un desplante. Y me parece un grave abuso que se niegue la comunión a quien la pide de rodillas y en la boca.
En cuanto a la homilía, detecto aspectos que son chocantes, y de los que sólo por mencionar algunos, destaco estos:
1-Que hable de “misericordia y perdón de Cristo” así como de “condescendía de Dios”, cuando, por poner algún ejemplo, Francisco suspende injustamente a Frank Pavone (presidente de Sacerdotes por la Vida) y acosa a los que él llama “rígidos.”
2- Que hable de “manos llagadas que salen al encuentro” y de “cercanía”, cuando Francisco abandona a los no nacidos que están siendo abortados y a los que se pierden detrás de la ideología de género.
3- Que hable de “dar a las ovejas el alimento del verdadero bien” cuando Francisco incurre en errores y omisiones múltiples.
4- Que diga “Benedicto, fiel amigo del Esposo”, cuando Francisco está en clara oposición a Benedicto, con lo cual Francisco demuestra que es infiel en muchas cosas.
Padre por favor, no sea injusto con el Papa: el Santo Padre «no abandona a los no nacidos que está siendo abortados» El está de modo RADICAL Y ABSOLUTO – hasta está en contra de la pena de muerte – de la Vida. En su tan mencionada y que ha calado en no pocos católicos «teoría del descarte» comenta, afirma, sostiene que la sociedad descarta, aparta, a los extremos de la cadena: los ancianos y los no nacidos. No podemos sembrar dudas en este tema tan grave sobre el Papa entre el pueblo cristiano….porque no son justas, no se atienen a la verdad.
El papa Francisco está en clara oposición a Benedicto en temas litúrgicos, cierto, pero en temas doctrinales….no sé yo…tendríamos que ir caso por caso. Son dos Papas del postconcilio y aplauden al CVII. Siguen doctrinalmente una línea, hay un hilo conductor que empieza en el CVII y que finaliza en Francisco y pasa por Benedicto…Ésto es así.
«hasta está en contra de la pena de muerte»
Eso no demuestra lo que usted pretende: un número considerable de abortistas declarados están en contra de la pena de muerte.
«El papa Francisco está en clara oposición a Benedicto en temas litúrgicos, cierto, pero en temas doctrinales….no sé yo…»
Usted no sabe porque no quiere saber, metiendo la cabeza bajo tierra como las avestruces. Sólo en «Amoris laetitia» (y no es el único ejemplo), ya contradice la doctrina de la Iglesia y a todos sus predecesores, no sólo a BXVI, tergiversando y retorciendo tanto las Sagradas Escrituras como el magisterio de los Papas, para decir justo lo contrario de lo que ellos, de acuerdo a la doctrina católica, enseñaron. Seguramente por eso le gusta a usted tanto (ser hereje y defender a Francisco va en el mismo lote; lo sorprendente sería que no lo hiciera o que alabase a S. S. León XIII, a San Pío X o a su temido Pío XI -que condena su falso ecumenismo-).
Apreciado MD Renovado: El Papa calla sistemáticamente ante el aborto, al cual no quiere dedicar una parte significativa de sus discursos. Y cuando habla de él, lo hace de pasada y sin dar argumentos, como para disimular.
Además, mientras mantiene una actitud pasiva en el tema pro vida, encima actúa de forma contradictoria cuando por ejemplo nombra a la abortista Mazzucato para la Pontificia Academia para la Vida, aplaude a Biden, impide que el episcopado estadounidense presione contra la comunión de los políticos abortistas, promueve la Agenda 2030 que es abortista, exhorta a obedecer a la ONU que es abortista, etc.
Y en cuanto a la pena de muerte, la auténtica doctrina moral de la Iglesia defiende la vida inocente, pero la pena de muerte se aplica a los culpables y por tanto es un asunto diferente. Y de hecho, la doctrina de la Iglesia defiende la licitud de la pena de muerte, igual que la Biblia en la que vemos que en varias ocasiones Dios ordenó que se aplicara la pena de muerte.
Yo también he visto que negaban la comunión a un hombre que se ha puesto de rodillas.
Qué nos espera, Señor?
Ha sido a un señor y señora, porque detrás de él venía otra señora que se ha dado la vuelta… Lamentable. Estoy harto de dictadorzuelos del tres al cuarto.
Los sacerdotes que niegan la comunión en la boca ejercen abuso de autoridad y deben ser denunciados.
Los dos fieles que ante la negativa del sacerdote dictador se han retirado, han sido demasiado dóciles. Hubiera sido mejor que le insistieran para exigirle su derecho a comulgar en la boca y de rodillas, y si no lo conseguían, haber buscado otro sacerdote que se la diera. Hay que resistir y hacer frente a estos totalitarios.
La culpa de todo esto la tiene Francisco, que con su actitud, envalentona a los abusadores.
Ese señor al que aluden tenía una pinta muy rara, no era normal. No me extraña que el sacedote no se haya atrevido a darle la Comunión. Ni en la mano, ni en la boca.
Blanca, entonces, segun tu, si un pobre se acerca a comulgar y no va muy bien vestido (cosa logica) hay que negarle la comunion por que tiene una pinta rara ! Desde cuando la apariencia fisica es motivo para negarle a alguien el Pan de Vida ? Me lo explicas ?
Es la primera vez que un Papa preside una misa exequias de otro Papa. El 18 de febrero 1802, Pío VII acogió los restos mortales de Pío VI, que murió exiliado en Francia en 1799, y cuyo sucesor quiso que regresasen a Roma. Pero fue distinto: habían pasado más de dos años.
Muy bien EL PEDU, ya vemos que eres un Lerdo capaz de hacer un corta y pega de la wikipedia, tu máxima lectura, EL PEDU, ventosidades mal expelidas
Las Misas no se «presiden». No son una junta de negocios, ni una reunión de copropietarios. Se celebran, se ofician. Decía San Josemaría: No «presido nada». ASCIENDO AL ALTAR.
«uno de los sacerdotes que repartía la comunión a los fieles le negó a uno de ellos el poder comulgar de rodillas y en la boca».
Dentro de las iglesias se pueden observar gestos que denotan una falta total y absoluta de conciencia de lo que se hace. Por ejemplo: entra la señora en la iglesia como un abanto, pasa por delante del Santísimo sin mirarlo (por supuesto sin genuflexión) y se va a un Cristo de madera a besuquearle y sobarle los pies. Otros comulgan y apenas se separan del sacerdote para regresar a su sitio, al pasar delante del altar le hacen una reverencia con el Santísimo en la boca (???). Y lo que es de traca: el sacerdote que después de repartir la comunión en la pezuña a cuarenta, purifica los vasos sagrados con el máximo cuidado para que no quede una partícula (???) ¡¿Tendrás que poner un barreño para que se laven la pezuña los cuarenta que la han puesto y beberte el agua?!
En fin… » donde no hay mata, no hay patata».
¡Yo sostengo que el que lo autoriza y el que comulga en la mano, pecan! Dejando de lado otras muchas consideraciones, que las hay, decía Santo Tomás de Aquino que cuando hay que elegir entre dos males debe elegirse el menor porque, como sostenía Aristóteles, es el que lleva mayor carga de bien. A contrario sensu, a la hora de elegir entre dos bienes es absolutamente obligatorio optar por el mayor de ellos («sed perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto», nos dice el Señor, y «el que sabe hacer el bien y no lo hace, peca» ( Santiago 4:17). Si como el mismo Pablo VI reconoce en Memoriale Domini es mejor comulgar en la boca ya que, entre otras cosas, el hacerlo en la mano podría tener consecuencias negativas como la pérdida de partículas, o incluso facilitar el robo de la Santa Forma, ya no estamos en elegir entre dos bienes sino entre un bien y un posible mal.
No dudamos en reconocer que el que voluntariamente se coloca en ocasión de pecar, peca; luego el que voluntariamente asume que comulgando en la mano puede provocar un perjuicio, como es la pérdida de partículas de la Santa Hostia, peca. El que lo autoriza y el que da la comunión en la mano también pecan, porque aplicando la doctrina jurídica sobre la equiparación de la omisión a la acción, esta tiene lugar «cuando el omitente haya creado una ocasión de riesgo para el bien jurídicamente protegido mediante una acción u omisión precedente».
Lo malo no es eso, lo malo son dos cosas:
A saber lo que la gente entiende por Comunión y a saber lo que piensan que hay en el Sagrario
La falta de conocimiento del acto de comulgar, con todos sus aditamentos, como es lo de las partículas, a las que ya nadie hace caso.
Pero eso hasta viene de arriba, no hay más que ver la forma de purificar el Cáliz. Antes era una vez vino y otra, incluido el lavado de dedos del celebrante, con agua.
Ahora sólo agua y sin lavado de dedos. Y eso es de arriba, no una genialidad de algún cura creativo.
Curiosamente, dicen de Pablo VI que durante toda su vida siguió manteniendo el pulgar y el índice unidos desde la consagración hasta el lavado de dedos. Después de liarla parda, no lo entiendo.
¡Que tiempos aquellos en los que el sacerdote, nada más terminar la Misa, pasaba a lavarse las manos y se secaba con una toalla que no podía lavarse con el resto de la ropa! Y pretenden vendernos la moto de que lo de ahora es lo maravilloso y que quienes nos han traído esta basura son santos súbitos todos.
Añada Ud. la pésima Reserva del Santísmo que realizan los sacerdotes. En cualquier catedral, basília o Iglesia de España.
Desde que falleció el santo monje benedictino Fray Julio Iglesias Grande, el Santísmo «no tiene quien lo reserve». Al santisimo lo portaba el alto junto a su frente, recitandole alabanzas, susurrándoselas, pero eran audibles y envueltas de la Adoración que merece.
Verlo realizar tal Rerva era elevarte al cielo.
No dudamos en reconocer que el que voluntariamente se coloca en ocasión de pecar, peca; luego el que voluntariamente asume que comulgando en la mano puede provocar un perjuicio, como es la pérdida de partículas de la Santa Hostia, peca. El que lo autoriza y el que da la comunión en la mano también pecan, porque aplicando la doctrina jurídica sobre la equiparación de la omisión a la acción, esta tiene lugar «cuando el omitente haya creado una ocasión de riesgo para el bien jurídicamente protegido mediante una acción u omisión precedente».
Perdón por el comentario duplicado, ha habido problemas a la hora de enviarlo como suele pasar a veces.
Aunque no es el momento, Lo de la única comunión en la boca es una restricción que para nada garantiza la pureza del alma que la recibe ni tan siquiera la higiene al contactar con la mano la lengua etc … ( no voy a entrar en casuística ). Teológicamente no se sostiene en cuanto impuesta solo a partir de Trento y sin base alguna en la tradición apostólica y mucho menos en los evangelios …
Hoy lo importante es ver que la homilía tiene otro cariz porque cita al propio Benedicto ! Bendito sea in aeternum
“Excomúlguese a cualquiera que ose recibir la Sagrada Comunión en la mano”
Concilio de Zaragoza a. 380.
No hay nada más que decir
» Lo de la única comunión en la boca es una restricción que para nada garantiza la pureza del alma que la recibe..» .
¡Su argumento es de traca! ¿Recibirla en la mano sí garantiza la pureza del alma?
» ni tan siquiera la higiene al contactar con la mano la lengua».
Claro, por eso de paso quitan el agua bendita de las iglesias. ¿Pero como se le ocurrió a nuestro Señor Jesucristo untar su dedo en su saliva y tocar la lengua del sordomudo? Los billetes suelen ir de mano en mano y seguro que no le hace usted ascos, querido Cristiano.
«Teológicamente no se sostiene en cuanto impuesta solo a partir de Trento y sin base alguna en la tradición apostólica y mucho menos en los evangelios …».
Perdóneme pero, documéntese un poco, y luego debatimos. Le reto a que me cite usted un solo texto antiguo, quitando a San Cirilo de Jerusalén, donde hable de la comunión en la mano.
En cuanto a que no se sostiene en los evangelios, dígame usted donde hablan los evangelios de la gloriosa Asunción de Nuestra Señora a los cielos. O mejor, explíqueme usted porque no se sostiene, teniendo en cuenta que todos los que participaron en la última cena eran obispos. Dígame cuantos laicos comulgaron en esa cena.
No me vaya usted a argumentar para justificar la comunión en la mano que todo cristiano bautizado es sacerdote, rey y profeta que me parto el pecho de risa.
Donde dice «explíqueme usted porque», quise decir «explícame usted porqué».
Perdón: explíqueme, no explícame.
Para no creer:
http://caminante-wanderer.blogspot.com/2023/01/el-mezquino-corazon-del-papa-francisco.html?m=1
Reitero: Para no creer.
http://caminante-wanderer.blogspot.com/2023/01/el-mezquino-corazon-del-papa-francisco.html?m=1
Que manera de tirar mie.da ….
Bergoglio, ¿Has echado la bronca al sacerdote que ha negado la comunión a un fiel que quiso comulgar de rodillas y en la boca?
«29.Al que te golpea en una mejilla, preséntale también la otra. Al que te arrebata el manto, entrégale también el vestido. 30.Da al que te pide, y al que te quita lo tuyo, no se lo reclames»
Evangelio según San Lucas, 6 –
con el auxilio de la Grecia Divina Joseph Ratzinger como quiera que le quiera llamar o vestir, cumplió al pie de la letra ese que su eterno amor le enseño…es para mi insignificante cualquier desprecio que aplique…
Ya lo que enseño lo dejo escrito como Dios manda y en vida real su testimonio como Dios manda… contra esto no cabe objeción alguna y menos que la envida pueda hacer o deshacer..nada de eso cambiara el destino de los necios.Para siempre para siempre EL GRAN JOSEPH RATZINGER! grande para mi de todos los tiempos…único por gracia de Dios hemos presenciado al mas grande y luminoso revelador de la palabra, Es infantil pretender ocultar esa lumbrera…y cada día veremos mas impostores develarse públicamente y caer uno tras otro a los ojos ante sana doctri