El purpurado nonagenario ha conseguido permiso del gobierno comunista chino de Xi Jinping para poder viajar a la Ciudad Eterna a despedir a Benedicto XVI.
De este modo, el cardenal chino volverá a exponerse públicamente con libertad, alejado del foco opresor chino. Todo esto se produce casi mes y medio después de que Zen fuera condenado por la justicia china acusado de no haber registrado a tiempo un fondo de defensa legal constituido para ayudar a los manifestantes en las protestas antigubernamentales de 2019.
Zen, y otros cinco activistas de Hong Kong fueron declarados culpables de no haber registrado a tiempo un fondo de defensa legal constituido para ayudar a los manifestantes en las protestas antigubernamentales de 2019. La entidad, denominada “Fondo de Ayuda Humanitaria 612″, no fue registrada ante las autoridades de acuerdo a la Ordenanza de Sociedades de la región semiautónoma, según el dictamen del tribunal.
El purpurado estará presente en Roma donde seguramente coincidirá con muchos colegas de la curia vaticana y del colegio cardenalicio. Esos mismos, que durante este tiempo han estado callados para no entorpecer los pactos secretos entre el Vaticano y China, cuyas negociaciones por parte del Vaticano fueron lideradas por el cardenal Parolin. Unos acuerdos que precisamente han sido muy criticados por el cardenal Zen quien conoce de primera mano y mejor que cualquier otro burócrata vaticano lo que ocurre en su país de origen.
El Cardenal Zen es un abierto defensor de la libertad religiosa y la democracia. Asumió el gobierno pastoral de la Diócesis de Hong Kong en 2002, tras seis años como Obispo Coadjutor.
En 2006, el Papa Benedicto XVI lo creó Cardenal. En 2009, aceptó su renuncia por límite de edad, a los 77 años.
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El cardenal Zen podría aprovechar, y una vez en Roma, solicitar asilo a la Santa Sede en calidad de refugiado, argumentando ser perseguido por la dictadura china, pero dudo que el Papa Francisco (a pesar de que tanto habla de acoger inmigrantes) aceptara tal petición.
No creo que el cardenal Zen quiera abandonar a los suyos en estos tiempos tan difíciles para los católicos chinos. Por otra parte no creo que el Papa Francisco admitiera su solicitud en caso de que lo hiciera, sería un bofetón imperdonable al gobierno chino, y no creo que el Papa quiera contrariarlo.
Seguro que no lo aceptaría pero también podría aprovechar su visita y pedirle a Bergo…o que le responda al dubia que le mandó y nunca respondió.
No creo que el cardenal Zen quiera abandonar a los suyos en estos tiempos tan difíciles para los católicos chinos. Por otro lado aunque el cardenal lo solicitara, no creo que Francisco lo aceptara, sería como darle un bofetón al gobierno chino, cosa que va en contra de los deseos del Papa.
No creo que el cardenal Zen quiera abandonar a los suyos en estos tiempos tan difíciles para los católicos chinos. Por otra parte no creo que el Papa Francisco admitiera su solicitud en caso de que lo hiciera, sería un bofetón imperdonable al gobierno chino, y no creo que el Papa quiera contrariarlo.