En el día en el que se celebra la fiesta de la Sagrada Familia, publicamos un pasaje del libro No anteponer nada a Cristo en el que el cardenal Carlo Caffarra, primer presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para los estudios del matrimonio y la familia, habla sobre la importancia de esta institución:
«Lo que hicieron los monasterios benedictinos en Europa durante la caída del Imperio romano y las invasiones bárbaras, hoy, en el imperio de la nueva barbarie espiritual- antropológica, lo pueden hacer las familias creyentes. Y, gracias a Dios, aún existen.
Para esta reflexión me sirve de estímulo un pequeño poema de Chesterton, escrito a principios del siglo XX, titulado La balada del caballo blanco. Es una gran meditación poética sobre un hecho histórico. Estamos en el año 878. El rey de Inglaterra, Alfredo el Grande, acaba de derrotar al rey de Dinamarca, Guthrum, que había invado el país. Hay, por lo tanto, un momento de paz y serenidad. Pero durante la noche, después de la victoria, el rey Alfredo tiene un sueño terrible: ve a Inglaterra invadida por otro ejército. Lo describe así: «… llegarán con papel y pluma [un extraño ejército que no tiene armas, sino papel y pluma] / y tendrán el aspecto serio e impecable de los clérigos, / por este signo los reconoceréis, / por la ruina y la oscuridad que traen consigo; / por muchedumbres devotas a la Nada /… reconoceréis a los antiguos bárbaros, / sabréis que los bárbaros han vuelto».
Las familias creyentes serán las verdaderas fortalezas. Y el futuro está en manos de Dios.»
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
Pero esas familias creyentes necesitan, necesitamos, de verdaderos pastores y no los encuentran. Sólo encontramos lobos disfrazados de pastores o pastores que se pastorean recíprocamente y que han abandonado el rebaño en manos del pensamiento único o del islam religión de paz. Dios les pedirá cuentas.
Creyente en el sentido de personas que han experimentado lo incognoscible. Eso es ser un verdadero creyente. Lo demás son bagatelas, tonterias, creencias tontas. Lo que llamais ser creyente no es ser creyente, porque no sabéis lo que decís. Quereis creer en cosas absurdos
La Fe hace la creencia. Si esta ha estado confirmada por experiencia, deja de ser Fe para ser evidencia. Curiosa mentalidad la tuya, que solo crees en la Fe cuando la ves confirmada por experiencia. Jesús lo dijo claro:Benditos los que creen sin ver.
Tú te atreves a decir que era tonto lo que decía. ¡Valiente majadero!
Tu post iba bien, pero al final lo has echado todo a perder, y te has perdido la contestación que te hubiese dado, si te la hubieses merecido. Inténtalo de nuevo, y no lo vuelvas a echar a perder.?
Lonely, le recuerdo que Lucifer es creyente. Le invito a que se aleje de él y vuelva su alma a Cristo, que es Dios nacido en la carne, hombre, a través de la Purísima Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra.
Abandone la nada y el vacío y vuelva su rostro hacia Jesucristo. Todavía está usted vivo, luego todavía está usted a tiempo.
Toda la biblia es un cuento, Jorge. Ojo, los cuentos encierran grandes verdades. Lucifer ni Cristo son personajes de cuento, lo mismo que la Virgen etc. Personajes que apuntan a realidades, eso sí. Dentro de nosotros están todos ellos. Cristo es la Luz interior, Dios hecho carne en nosotros. Lucifer es la Luz corrompida, vuelta oscuridad. La Virgen es la pureza compasiva de nuestra verdadera naturaleza. El reino de los cielos es llamado vacío en algunas tradiciones orientales… Volver la cabeza a Cristo (sabio consejo) es lo que hago cada dia durante la oración. Una mirada al vacío, puesto que Cristo no tiene forma. Un vacío oscuro que a veces se torna en Luz. Ora usted tambien??
Claro, todo es un cuento para esconder grandes verdades a través de imágenes que son fabuladas.
Cristo es la luz interior, pero no tiene forma, nunca existió como hombre. La forma que mejor le define es el vacío, no la plenitud.
La Virgen María es una representación de la pureza compasiva de nuestra verdadera naturaleza, la cuál es ¿humano divina?.
El cuento es bonito y bien argumentado, lástima que tenemos historiadores no cristianos que hacen referencia a la figura de Jesús, como Tácito, Suetonio, Flavio Josefo y Plinio el Joven.
Me temo que tras la poesía de mencionas no hay nada más que un cuento de viejas para mentes ingenuas, pero, eso sí, fáciles de halagar.
«bagatelas, tonterias, creencias tontas. Lo que llamais ser creyente no es ser creyente, porque no sabéis lo que decís. Quereis creer en cosas absurdos»
¿De qué te quejas, campeón?
podria ahorrarse lo de campeón la proxima vez.?
Copa para tí.
El mensaje empieza siempre con mayúscula.
¿En realidad qué es lo que quieres decir?
Mande??
LONELYDRIVER… Mucho modernismo leo en sus comentarios. Lea, lea y reflexione sobre la encíclica PASCENDI de San Pío X! Animo!
Lo escribió hace 4 años, por lo que dudo que le conteste.
La verdadera fe se conservará en las familias creyentes que Dios preservará y defenderá. Después la verdadera iglesia resurgirá a partir de ellas. Eso decía Catalina Emmerick.
Lo cierto es que el artículo es un poco desesperanzador, porque afirma que las familias serán «la fortaleza» frente al mundo y sus inmundicias. ¿Pero eso no lo tenía que hacer primero la Iglesia?. Con su afirmación, monseñor Caffara da a entender lo siguiente: «No cuentes con la Iglesia». Terrible. Es como decir que la Iglesia no servirá en absoluto a ese propósito de conservar la fe. No es que me sorprenda, pues veo diariamente la cobardía de Roma para enfrentarse a todas las ideas del mundo, comenzando por el espantoso pecado de la sodomía y la crueldad y saña que exhibe esa misma santa sede para castigar a sacerdotes que, fieles a su conciencia y a Cristo, se enfrentan al mundo y su perversión y son castigados dentro de la propia Iglesia. No me sorprende, pero me aterroriza la idea de que la «fortaleza» final sea la familia, porque, ¿Qué fe conservará la familia si los custodios de la misma traicionan a la doctrina de Cristo?. Si cae la Iglesia, no habrá última fortaleza.
«Conoceréis la Verdad y la Verdad OS hará libres». Juan 8, 32.