A estas alturas de la película, casi tres años después del Covid, parece que quedan sacerdotes que se han quedado contagiados…pero de miedo.
Escenas de este tipo son más fáciles de ver curiosamente en ciudades más pequeñas que en las grandes metrópolis. En Murcia, en una de las más céntricas parroquias de la ciudad, el sacerdote todavía celebra la Misa con guantes de látex y por supuesto con mascarilla FPP2.
«La escena es cuanto menos chocante y absurda y roza el esperpento», cuentan testigos que asistieron a esa Misa a InfoVaticana. Este sacerdote, lleva celebrando con los guantes de látex desde que comenzó la pandemia y aún no se los ha quitado. «Desde que sale de la sacristía hasta que se va los lleva puestos», narran los feligreses por lo que tanto en el momento de la consagración como a la hora de repartir la comunión los lleva puestos.
A la hora de repartir la comunión llega el momento culmen de la histeria ‘covidiana’. «El monaguillo pone gel hidroalcohólico en los guantes del sacerdote que se lo restriega por todo el látex. Acto seguido, después de haberse embadurnado los guantes con gel, reparte la comunión. Al finalizar, vuelve a ponerse gel en los guantes para desinfectarse no se sabe muy bien de qué», afirman testigos de la escena.
Por su puesto, en esa parroquia, al igual que todavía en muchas otras, el miedo de muchos sacerdotes ha impedido que los fieles besen al niño en las Misas del Gallo y Nochebuena.
La opinión del cardenal Burke sobre celebrar con guantes
En un artículo publicado en este medio en junio del 2020 cuando volvió a permitirse ir a Misa, países como Italia decretaron el uso de guantes desechables a los sacerdotes para celebrar la Santa Misa.
“Hay muchas dificultades con la práctica de los sacerdotes de distribuir la Sagrada Comunión con mascarilla y guantes”, le dijo el cardenal Raymond Burke al Register el 26 de mayo.
“Nuestra fe nos dice que el sacerdote actúa, en virtud de la gracia sacramental, en la persona de Cristo Cabeza y Pastor del rebaño. El sacerdote cumple la misión divina que le ha sido otorgada de la manera más completa y perfecta en la ofrenda del Sacrificio Eucarístico y en la distribución de la Sagrada Comunión, el fruto sublime del Sacrificio Eucarístico. Utilizar mascarilla y guantes mientras cumple con su servicio más importante a los fieles es una forma de validar su uso. Da la impresión de que el sacerdote es un mero funcionario que lleva a cabo la acción de la Santa Misa y distribuye las Sagradas Hostias, en lugar de Cristo mismo que viene a entregarse a sí mismo -Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad- a sus fieles”.
Refiriéndose a la preocupación sobre lo que sucede con las partículas de la Hostia consagrada cuando se usan guantes desechables, el cardenal Burke dijo: “Desde el momento en que el sacerdote consagra el pan y el vino, transformando su sustancia en el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Cristo, toma las mayores precauciones posible para que no se pierda ninguna partícula de la Sagrada Hostia, el Cuerpo de Cristo, y que ninguna pequeña gota de la Preciosa Sangre se pierda, es decir, que no sea recibida en la Sagrada Comunión y, por lo tanto, esté sujeta a la falta del debido respeto y cuidado”.
El cardenal Burke enfatizó que “desde el momento de la consagración, el sacerdote no toca ningún objeto profano, que no sea sagrado, hasta que haya purificado sus manos después de la Sagrada Comunión”. Por esta razón, explicó, que un sacerdote use guantes para tocar el Cuerpo de Cristo y dar el Cuerpo de Cristo a los fieles “es tratar la Sagrada Comunión como algún tipo de agente transmisor de enfermedad”.
El cardenal Burke añadió que “los guantes mismos tendrán, en su parte interna, partículas de quien consagra, de las manos del sacerdote y, en la externa, del contacto con la Sagrada Hostia. Esto es completamente inaceptable”.
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Cuántas partículas eucarísticas se profanan por culpa de las mascarillas y los guantes. El Señor acaba pisoteado y en la basura.
La mayor culpa es de Pablo VI y de Francisco, pero ni San Juan Pablo II ni SS Benedicto XVI se atrevieron a poner orden en este asunto.
Pobre ignorante…..necedad total
Este comentario de este energúmeno de EL PEDU no es censurado y el mío anterior si lo es???? Ya no sé qué pensar. El enfermo de EL PEDU sigue desprestigiando esta página y se le sigue permitiéndo expeler sus ventosidades
Nadie se pone a defender la eucaristía como merece.
Pagaremos caro este pecado.
Actúa así, porque su falta de fe fue sustituida por miedo.
«El monaguillo hecha gel…»
No, echa, de echar no lleva h.
Si; y luego nada de genuflexión, comunión en la boca ni agua bendita. Ya vale!
¿Qué es la FE?
¿Qién tiene FE?
Hay que ser covidiota profundo.
En todas partes se cuecen habas, y hay tontos pa siempre!
Su obispo el permite estas extrencidades
Los sacerdotes le temen a la muerte más que la gente normal. Paradojas.
Si no me equivoco es la parroquia de San Lorenzo.
¿Ha preguntado este medio de comunicación al sacerdote en cuestión?
Que caigan partículas al suelo y que se pisen y tal es probablemente inevitable en cualquier caso. Eso me indica que al Señor no le importa tal cosa con tal de llegar a ser consumido, a la comunión, con los fieles (otra cosa es que se haga adrede).
Han perdido la fe. No hay más que explicar, ni tampoco es necesario perder más tiempo con esta gente. A mi también me niegan la comunión en la boca. Huyen del martirio, del sacrificio. Cómo es posible que prediquen a San Esteban. Pura hipocresía
Curas que hacen lo mismo que el Santo cura de Ars, San Francisco de Sales, San Padre Pío, y todos los sacerdotes por varios siglos.
Si de la abundancia del corazón habla la boca, ¡Qué corazón tan sucio y pervertido tienen algunos!
Me alegra que eliminen los comentarios de EL PEDU, aunque sea acosta de eliminar tambien los mios; lo que sea para que ese degenerado y ridiculo mamarracho no vierta aqui su odio e inmundicia. EL PEDU esfumate de una vez
No sé si será el mismo cura que este verano celebraba misa en La Manga. La iglesia llena, la gente sin mascarilla y el cura ¡con mascarilla! Si está enfermo de terror debería tomarse unas vacaciones e ir al psicólogo. ¿Dónde estará su Fe?