«Los que quieren cambiar la Humanae Vitae no la han entendido»

Academia Pontificia Vida
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(La Nuova Bussola/Luca Marcolivio)-Durante el congreso celebrado en Roma en respuesta al «nuevo paradigma» sobre la moral sexual y familiar surgió con frecuencia la irreformabilidad de la encíclica de San Pablo VI. Quienes pretenden «actualizarla» no han comprendido que refleja la verdad sobre el hombre, que como tal es inmutable.

Una de las principales tareas de los teólogos de hoy debería ser reafirmar la enseñanza secular de la Iglesia sobre la familia, el amor conyugal y la sexualidad. El congreso A Response to Pontifical Academy for Life, que concluyó en Roma el pasado sábado 10 de diciembre, ofreció muchas pistas en este sentido. Uno de los puntos principales fue la irreformabilidad del mensaje de la encíclica Humanae vitae. Lo subraya en una entrevista Pia De Solenni, teóloga moral, canciller de la diócesis de Orange County (California) y miembro consultor de la Pontificia Academia de Santo Tomás de Aquino.

Profesor De Solenni, ¿cómo surgió la propuesta de una conferencia en respuesta al texto base de la Pontificia Academia para la Vida?

La Academia Pontificia para la Vida había publicado las contribuciones de un congreso en las que surgió la perspectiva de que la enseñanza de la Humanae Vitae podría cambiar. Esto crea un problema, ya que normalmente no se habla de cambiar la doctrina de la Iglesia, especialmente en un tema que concierne tan directamente a la identidad de la persona humana. Durante más de veinte años hemos visto cómo se hacía realidad todo lo que San Pablo VI había dicho. Por eso, en nuestro propio ámbito, como teólogos, sentimos que debíamos responder en la medida en que el Papa Francisco afirmó que los teólogos siempre debemos discutir cómo se sitúa la enseñanza de la Iglesia en el mundo. Al principio, el nuestro iba a ser sólo un pequeño taller privado académico. El tema, sin embargo, despertó tanto interés que se convirtió en un acto público retransmitido en directo.

¿De qué trataba su ponencia en particular?

Abordé la dificultad de poner en práctica los principios de la Humanae Vitae, de vivirlos concretamente en la vida cotidiana: es un documento hermoso, pero desgraciadamente no bien comprendido, ni bien enseñado. Así que creo que aún queda mucho trabajo por hacer. Deberíamos volver a la filosofía y a la teología de San Juan Pablo II y de otros teólogos, para hablar de la relacionalidad entre el hombre y la mujer. Este es el verdadero núcleo del problema: si no se pone esta relacionalidad en el centro, no se puede vivir la enseñanza de la Iglesia. Si esto es realmente lo que propone la Iglesia, como «experta en humanidad», ¿qué hace la Iglesia para ayudarnos a vivirlo? Debemos enseñar a hombres y mujeres a relacionarse. Por todas partes vemos personas que no han comprendido el mensaje de Pablo VI, incluso muchos católicos practicantes llevan heridas interiores dentro de sí, necesitan sanar y, de hecho, comprender lo que significa estar en relación.

Varias veces durante la conferencia usted insistió en que la Humanae vitae es «irreformable»: ¿qué significa esto?

La Humanae vitae trata de la verdad de la persona que, como verdad, no puede cambiarse. Debemos encontrar los medios para enseñar, comunicar y ayudar: queda mucho trabajo por hacer en este sentido. Si observamos el mundo, vemos que las personas, incluidos nosotros, están heridas por el pecado original. Cambiar la doctrina de la Iglesia no curaría estas heridas.

Otro concepto que ha surgido varias veces en sus sesiones es la inseparabilidad del cuerpo y el alma: ¿por qué es tan importante reiterarlo?

Muchas herejías contrarias a la Iglesia han versado sobre el cuerpo. Siempre hay mucha confusión sobre la relación entre el cuerpo y el alma. Una persona no puede existir sin alma ni cuerpo, al menos hasta la muerte. Cada uno de nosotros fue creado en alma y cuerpo simultáneamente. Como explicó Santo Tomás de Aquino y ha reiterado estos días el profesor Paul Gondreau, la persona humana es la obra maestra de Dios. Es una realidad que tiene un gran significado, por lo que ninguno de nosotros puede afirmar que nuestro cuerpo no se corresponde con ninguna realidad, ni podemos decir que «sentimos» algo distinto de nuestro cuerpo.

Como ocurre con la ideología de género…

Esta ideología afecta especialmente a las mujeres, como vemos por lo que ocurre con los movimientos LGBT+. Es muy interesante que, en Estados Unidos, grandes colectivos feministas se hayan opuesto a estos movimientos, recordando que nosotras, como mujeres, somos mucho más que las medidas de nuestros cuerpos. La esencia de una mujer no está en cómo se peina o se maquilla: eso es sólo un signo. Ser mujer es ser una persona identificada con su cuerpo, que determina la forma en que el alma recibe la información. El alma, por tanto, recibe información a través de un cuerpo diferenciado según el sexo masculino o femenino.

Para concluir: a pesar de la irreformabilidad de la enseñanza de la Iglesia sobre el amor conyugal, ¿hasta qué punto se puede dialogar sobre estas cuestiones con quienes no piensan según el Magisterio?

El punto crítico es la introducción del concepto de que la doctrina de la Iglesia puede cambiar. La enseñanza puede profundizarse, pero no modificarse, porque se refiere a la identidad de la persona humana. Espero que podamos entablar un diálogo: las cuestiones que se están debatiendo son muy serias, se refieren a cosas que necesitamos debatir y comprender, y afectan a muchísima gente. Espero que podamos crear una atmósfera de diálogo en la que todos podamos reunirnos para hablar de estas cosas. Después de todo, el Papa Francisco dijo que el trabajo del teólogo también implica esto.

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Comentarios
16 comentarios en “«Los que quieren cambiar la Humanae Vitae no la han entendido»
  1. Pablo VI fue un Papa nefasto porque aprobó errores en el Vaticano II, impulsó la equivocada reforma litúrgica de 1969, permitió la comunión en la mano (con la consecuente pérdida de partículas), promocionó el arte contemporáneo (generalmente vacío de espiritualidad), hostigó al Generalísimo Franco (que era defensor de la Iglesia y por eso había sido honrado por SS Pío XII como caballero de la Orden de Cristo), nombró obispos de mala línea, etc. , pero sin embargo, con la Humanae Vitae acertó.

    1. Como es evidente, la Iglesia no necesita pedirte permiso para llevar a cabo su misión. Te crees en posesión de la Verdad, pero es pura soberbia.

      Personalmente, prefiero que sujetos como el Jefe de Estado que citas estén lejos de la Iglesia. A la Santa Madre Iglesia ya la defiende su Esposi y Señor.

    1. ¡Efectivamente! Me ha recordado usted una viñeta de un periódico en la que se veía la crucifixión de Nuestro Señor. «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen», decía Cristo. «Sí, sí sabemos lo que hacemos», decían sus verdugos.

  2. Es increíble la contradicción mental de todo liberal:
    Pablo VI admitió el derecho natural del hombre puesto por Dios a la libertad religiosa.
    Cada religión tiene sus propios principios morales.
    Admitir la libertad religiosa es por tanto admitir la pluralidad de moralidades.
    De santo no tiene nada. De destructor de la Iglesia tiene mucho.
    El sepulturero de la tradición no es el adalid de la moralidad, sino que la semilla de la inmoralidad ya va inserta en su revolución conciliar. Es difícil de entender, pero no hace falta ser muy listo. Hegel fusiona los contrarios como hace anti-san Pablo VI.

      1. Con que los del derecho al aborto se incriban como religión, ya cumplen con los principios fundamentales del Vaticano II y de Pablo VI.
        Lo único que no se ha entendido todavía es que el liberalismo de muchos católicos consiste en decir una cosa y su contraria y creerse que no se contradicen.
        Todo el mundo entiende la humane vitae perfectamente, pero como los principios del Vaticano II consisten en que cada uno hace lo que quiere con su religión, la humane vitae es papel mojado desde el principio y por lo tanto se puede cambiar pq Pablo VI piensa que la doctrina evoluciona y lo que dice sólo sirve para ese año en que lo dijo.

        1. Hasta que no atacan la moralidad no se dan cuenta de que la atacan precisamente porque ya se habían cambiado los principios en que se basaba la existencia de esa misma moralidad. Como los principios están cambiados, ¿en qué te basas ahora para decirme que la humane vitae no se puede cambiar? . Claro que van a cambiar la moralidad, porque los principios cambiados que los neocones ya admiten, permiten cambiarla. Recuerden: los tradis somos profetas de calamidades, lo único cierto que dijo Juan XXIII, pues se cumplen.

        2. La esperanza de la derecha, la esperanza de España, la señorita Ayuso, dijo el otro día que se siente muy orgullosa de su» alma liberal «. Y todos los tertulianos de Federico J L aplaudieron entusiasmados. Se me heló la sangre. Son tan ignaros que este comentario mío no lograrán entenderlo. Lo cierto es que el primer liberal de la historia del mundo se llamó Lucifer, y la Señorita Ayuso seria una buena candidata para ser la nueva diosa razón. Lo único que la puede salvar, es que su estulticia quizás la libre por no saber lo que dice. Pablo VI, si lo sabia, y a sabiendas metió la revolución en la iglesia. Por eso debe estár bien caliente en el averno.

  3. Hay un refrán en Castilla que dice que «el viejo desvergonzado hace al niño maleducado». Los papas del postconcilio inauguraron en la Iglesia la fea costumbre de enmendar la plana a sus antecesores. Ejemplo: Pío IX, en su encíclica «Mortalium Animos», condena todo lo que hoy en día se está haciendo en ecumenismo, llegando a decir: «Siendo todo esto así, claramente se ve que ni la Sede Apostólica puede en manera alguna tener parte en dichos Congresos (congresos ecuménicos), ni de ningún modo pueden los católicos favorecer ni cooperar a semejantes intentos; y si lo hiciesen, darían autoridad a una falsa religión cristiana, totalmente ajena a la única y verdadera Iglesia de Cristo.». Juan Pablo II, en «Ut unum sint», predica y promueve todo lo que ha condenado Pío IX.
    ¿Cómo extrañarnos ahora de que estos sinvergüenzas hagan lo mismo con la «Humanae Vitae»?

    1. El humo de Satanás no entró en la Iglesia por ninguna grieta, entró por la puerta y las llaves las tenían los que las tenían. No seré tan atrevido que diga que ellos abrieron la puerta, pero, si ellos no la abrieron… alguien les cogió las llaves.

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