por redaccioninfovaticana | 01 diciembre, 2022(Paolo Ondarza – Vatican News)–La contribución de la obra y el pensamiento teológico de Benedicto XVI sigue siendo fecunda y activa, todos sentimos su presencia espiritual. Así lo afirmó el Papa Francisco esta mañana, en la Sala Clementina, durante la ceremonia de entrega del Premio Ratzinger 2022, conferido este año al padre Michel Fédou y, por primera vez, a una personalidad de la religión judía: el profesor Joseph Halevi Horowitz Weiler.
«Todos sentimos la presencia espiritual y el acompañamiento en la oración por toda la Iglesia» por parte del Papa emérito. Al presidir la ceremonia de entrega del Premio Ratzinger 2022, Francisco citó los momentos de encuentro personal, fraterno y afectivo que vivió en estos años de pontificado con Benedicto XVI y destacó la fuerza, fecundidad y actualidad del pensamiento de su predecesor.
“Para mí no faltan los momentos de encuentro personal, fraterno y afectuoso con el Papa emérito. Pero esta ocasión es importante para reafirmar que la contribución de su obra teológica y, en general, de su pensamiento sigue siendo fecunda y activa”, dijo el Pontífice.
Reforma y continuidad
Sesenta años después de la apertura del Concilio Vaticano II, el Papa recordó el papel que desempeñó Joseph Ratzinger, primero como experto durante los trabajos, y luego como guía de la comunidad eclesial en la realización de aquel acontecimiento fundamental:
«Nos ayudó a leer en profundidad los documentos conciliares”, proponiendo una “hermenéutica de la reforma y de la continuidad» y mostrando su función crucial en la «reformulación de la cuestión central de la naturaleza y de la misión de la Iglesia en nuestro tiempo».
Las aportaciones teológicas de Benedicto XVI siguen siendo una referencia actual, «no dirigida al pasado, sino fecunda para el futuro, para la aplicación del Concilio y para el diálogo entre la Iglesia y el mundo de hoy»:
“Estas aportaciones nos ofrecen una sólida base teológica para el camino de la Iglesia: una Iglesia ‘viva’, que él nos enseñó a ver y vivir como comunión, y que está en movimiento – en ‘sínodos’ – guiada por el Espíritu del Señor, siempre abierta a la misión de anunciar el Evangelio y servir al mundo en el que vive”.
Pensamiento vivo
Un servicio en los campos más actuales y debatidos: ecología integral, derechos humanos, encuentros entre diferentes culturas. Así lo demuestran los perfiles de las dos personalidades galardonadas con el Premio Ratzinger 2022: el padre Michel Fédou y el profesor Joseph Halevi Horowitz Weiler. La mirada del primero «no se cierra al pasado». El Obispo de Roma describe al sacerdote como un «maestro de la teología cristiana», un «valiente heredero de la gran teología francesa» que, desde Henri De Lubac hasta las Sources Chrétiennnes, alimentó el Concilio Vaticano II y que, se espera, siga dando frutos:
“El conocimiento de la tradición de la fe alimentó en él un pensamiento vivo, que también supo abordar temas actuales en el ámbito del ecumenismo y las relaciones con otras religiones”
En el signo del diálogo interreligioso
La primera personalidad de religión judía en recibir el Premio Ratzinger, el profesor Weiler, por su parte, investigó, en sintonía con Benedicto XVI, temas que según el Papa Francisco son de «importancia sustancial»: desde la relación entre la fe y la razón jurídica en el mundo contemporáneo hasta la crisis del positivismo jurídico y los conflictos generados por la extensión ilimitada de los derechos subjetivos; pasando por la «justa comprensión del ejercicio de la libertad religiosa en una cultura que tiende a relegar la religión al ámbito privado».
“El Papa Benedicto siempre ha considerado que estas cuestiones son fundamentales para el diálogo de la fe con la sociedad contemporánea. Y el profesor Weiler no sólo ha realizado estudios en profundidad sobre ellos, sino que también ha adoptado posturas valientes en la búsqueda de consensos sobre los valores fundamentales y la superación de conflictos por el bien común. Que en esto los creyentes judíos y cristianos puedan encontrarse unidos es un signo de gran esperanza”
Los dos premiados
Conocido por haber defendido a Italia ante el Tribunal de Justicia de Europa en el caso de los crucifijos en las escuelas, Weiler, nacido en 1951, es doctor honoris causa por la Catholic University of America y enseña Derecho en numerosas universidades e institutos de estudios jurídicos de Estados Unidos, Gran Bretaña y diversas partes del mundo. Ex presidente del Instituto Universitario Europeo de Florencia, ha escrito numerosas obras sobre derecho constitucional, internacional, europeo y de los derechos humanos.
El padre Michel Fédou, jesuita francés, nació en Lyon en 1952. Desde 1987 es profesor de Teología Dogmática y Patrística en el Centro Sèvres de París donde, posteriormente, fue decano de la Facultad de Teología y presidente. Miembro de las juntas directivas de varias asociaciones teológicas y de comisiones para el diálogo ecuménico con luteranos y ortodoxos, es también autor de numerosas obras, especialmente en el campo de la patrística y de la cristología.
26 reconocimientos desde el 2011
El Premio Ratzinger, principal iniciativa de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, instituida en el 2011, se concede anualmente a dos o tres «estudiosos que se hayan distinguido por méritos particulares en la publicación y la investigación científica». Los nombramientos son propuestos al Papa por el Comité Científico de la Fundación, compuesto por cinco miembros de designación pontificia.
Con la edición del 2022, el número total de premiados asciende a 26: las personalidades que han sido reconocidas hasta ahora han sido principalmente estudiosos de Teología Dogmática o Fundamental, de Sagrada Escritura, de Patrología, de Filosofía, y eminentes artistas de la música y de la arquitectura procedentes de 16 países, son sólo católicos, pero también pertenecen a otras confesiones cristianas.
Colaboración
Durante la ceremonia en la Sala Clementina, el Papa Francisco alentó la colaboración entre la Fundación Ratzinger y las Fundaciones vaticanas que llevan el nombre del Beato Juan Pablo I y de San Juan Pablo II, para que «la memoria y la vitalidad del mensaje de estos tres Pontífices sean promovidas en unión de propósitos en la comunidad eclesial».
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Hoy vino la de cal, mañana esperemos la de arena. Parafraseando al dicho argentino, una de cal y otra de arena.
Y a mí que no me extraña.
La teología de Benedicto es tan errónea que Francisco la alaba.
La hipocresía sería alabar la teología de Pío XII, pues condena la «Nueva Teología» de Benedicto.
En la teología de Benedicto:
Se niega la resurrección de la carne.
Se niega que el derramamiento de sangre en la cruz sea el sacrificio redentor.
Se niega la satisfacción del Padre con la muerte sangrienta del Hijo.
Se niega la historicidad y autenticidad de ciertos pasajes evangélicos continuamente.
La falsa teología de Benedicto sustituye lo anterior por:
Resurrección de la persona pero no de la carne pues consiste en una luz.
El Padre no puede querer la muerte del Hijo porque es crueldad.
El derramamiento de sangre no salva, salva la entrega por amor.
La doctrina católica de la satisfacción se la inventó el mentiroso de San Anselmo.
Trento miente cuando condena decir que los evangelios tienen añadidos posteriores, pues los tienen según Benedicto.
Y quien me contradiga es un necio, pues no ha leído las barbaridades que aparecen en «introducción al cristianismo» y en «Jesus de nazaret». Libros q se siguen editando y de los cuales nadie se ha retractado.
Claro está que si no se conoce la doctrina tradicional es imposible ver los errores teológicos de Benedicto. Sólo un necio sería capaz de contradecirme.
No seas ridículo. ¿Vas a saber más tú de teología que un futuro doctor de la Iglesia como es S.S.Benedicto XVI?. Algunos no sabéis que hacer más para justificar las tropelías del sr. Bergoglio aunque sea a costa de denigrar a la Iglesia y a sus Papas. Y si vas de buena fe, te sugiero que aprendas a leer con serenidad y sin prejuicios al Santo Padre alemán. El tal Francisco no puede decir que alaba la teología de J. Ratzinger/S.S. Benedicto XVI cuando en la Traditiones Custodes descalifica sin argumentos la defensa razonada y argumentada de la Santa Misa Tradicional que hace el Santo Padre en la Summorum Pontificum.
El argumento de que existe una forma ordinaria y otra extraordinaria del rito romano es esencialmente un argumento falso, sin fundamento y totalmente irracional. No se basa en absolutamente nada, su base teológica es nula. Es una mentira histórica y un bulo. Es imposible equiparar el rito romano con un falso rito inventado por protestantes y decir que ambos son iguales de legítimos y verdaderos. Sólo una mente Hegeliana puede hacer tal cosa.
¿Y va a saber Bxvi más teología que todos los papas tradicionales que condenaron toda esa doctrina modernista de sus libros? Condenaron incluso ser ambiguo. Condenaron la Nueva Teología y condenaron toda misa nueva habida y por haber.
El mito de que todos los papas fueron ágrafos, mudos y analfabetos hasta que Juan Pablo y Benedicto escribieron algo y dijeron algo, no se sostiene. Por mucho que se oculte, la verdadera doctrina sigue estando vigente.
Resulta muy cínico que el Papa Francisco felicite la obra teologica del Papa Benedicto XVI, cuando son diametralmente opuestas.
Su Santidad Benedicto XVI es fiel a la doctrina católica, de una teología impecable, de una coherencia incuestionable, de una línea pastoral sensata, atento a todos, y libre de las imposiciones del pensamiento global. En cambio la línea de Francisco, en varios aspectos es contraria a las Escrituras y a la Tradición, errática en las exposiciones teologicas, incoherente, pastoralmente inadecuada, cerrada a quienes no pensamos como él, y servil al pensamiento único del NOM.
El des-calificativo de cínico creo que sobra, cuando la línea en «varios aspectos es contraria….» según tu parecer por supuesto, pues se critica. Pero como quieres dar a entender que habrá otros «varios aspectos…» no tan contrarios, pues uno se felicita y no descalifica.
A veces parece que los que hablamos «ex-cátedra» somos nosotros.
Un poco de humildad no nos vendría mal
No veo descalificativo alguno en describir una actitud, que en este caso es claramente cínica (ver DRAE para cualquier duda). Y aunque lo hubiera: ser cínico merece desaprovación o reprobación. Yo no veo «varios aspectos contrarios», sino una enmienda a la totalidad, contradiciendo claramente el magisterio de TODOS sus predecesores. No sé qué tiene que ver la humildad con llamar al pan, pan, y al vino, vino.
Gracias amigo Catholicvs. Usted siempre está muy acertado en sus comentarios.
Pues te decimos a ti Probe Migue, lo de siempre…….pierdete de una vez, mamarracho
Está claro por qué no ves lo que significa insultar: los que os habéis autoproclamado defensores de la Verdad os dedicáis a injuriar a todo aquél que ose contradeciros no ya en el contenido de lo que afirmáis sino en las meras expresiones formales. Este blog está lleno de ejemplos.
Cínico es un insulto. Cristo nunca despreció a las personas, sino al pecado.
Cínico será insulto si se le llama a quien no lo es con ánimo de ofenderle. Si no, ¿de dónde se ha sacado usted que sea un insulto? A ver si ahora va a haber que retirar del diccionario cualquier adjetivo calificativo que describa algo negativo porque los palmeros de quien es merecedor de ello (voluntariamente) se sienten «ofendidos» o fingen estarlo (muchas veces la verdad ofende, es cierto, pero no deja de ser verdad). Y vuelva a repasar el Evangelio: Cristo no sólo sí despreció a personas (a los malos impenitentes), sino que les amenazó en 15 ocasiones con las penas eternas del infierno, que es lo peor que existe. Claro, que Él es Dios y conocía los corazones, también el de los malvados. Por eso la Iglesia no pone nombres y apellidos condenando a pecadores concretos, pero, ¿sus pecados, si son públicos y se muestra pertinaz? Ya lo creo que sí, como es su obligación, por el bien de las almas (de esos pecadores y de los escandalizados).
Este es la.clave de Franciscosu cinismo. Ojo habla de la hermenéutica de la reforma y la continuidad y Benedicto habla de la continuidad y wl ajuste a las reformas fuera.del Concilio por eso que se llama el espiritu, como ahora se le quiere atribuir.al.Paraclito todas las estupideces de mitrados (incluido el Papa reinante) y curas y laicos (no los llamo seglares porque son laicos en todas sus formas promotores del laicismo eclesiastico)
Por tus palabras te retratas, Sacerdote mariano. No dices más que generalidades vagas tratando de defender a Benedicto XVI, pero no rebates ni un solo punto de los aportados por Uno. A eso se pude llamar papo-latría de BXVI. Sé más concreto y aporta argumentos.
Admiro la obra teologica de Joseph Ratzinger.
No tienen nada en común. Benedicto odia el relativismo y Francisco es su defensor.
Pues sin tan buen teólogo es SS Benedicto, ¿por qué se apresuró a desautorizar lo que hizo con la Misa?
Si es un gran teólogo el motu proprio sobre la Misa Tradicional tiene solidísimos fundamentos teológicos y por tanto debió respetarlos. Así que menos dorar la píldora y más respetar, que las palabras cuesta poco decirlas.
A ver, estúpido. S.S. Benedicto XVI es quien recuperó la Santa Misa Tradicional, razón por la cual bergoglio y su camarilla le dieron la patada, después de recibir instrucciones de sus jefes del NOM.
A ver, haya paz. El insulto sobra. Parece que no ha entendido usted lo dicho por vanlop: si tan buen teólogo es BXVI para Francisco, ¿por qué le lleva la contraria y decreta contra lo dispuesto por él? (Y pone el ejemplo de la Santa Misa). Están diciendo ustedes lo mismo y destacando la actitud cínica de quien alaba algo que, en realidad, desprecia, lo cual se ve en las medidas posteriores tomadas por él (obras son amores y no buenas razones).
Alábalo menos y estúdialo más, Francisco
Pero esto es una incongruencia descarada. Si tan buena te parece su obra, ¿ a qué esperas? ¡¡Ponla ya mismo en practica!!
Otra cualidad de bergoglio: hipocresia
Cualidad fundamental, me atrevería adecir.
Aunque también la contrapesa con fuertes dosis de cinismo.
¿Y cómo se puede conjugar el ser cínico con hipócrita? Facil, siendo peronista (y/o jesuita……)
“El entonces teólogo Josef Ratzinger lo definió (el documento Constitución Gaudium et Spes) como el verdadero y propio “testamento” del Concilio:
Cuando se busca un diagnóstico global del texto, puede afirmarse que constituye (en conjunto con los textos con la libertad religiosa y sobre las religiones del mundo) una revisión del Syllabus de Pío IX, una especie de anti-Syllabus, (…) en la medida en que representa un intento de una reconciliación oficial de la Iglesia con el mundo, tal como éste ha evolucionado a partir de 1789.
También para el Cardenal König el documento “supuso un cambio en la concepción de la Iglesia ante la Historia que cierra la era del Syllabus y de la Pascendi”. Un ilustre teólogo como Mons. Brunero Gherardini emite, sin embargo, un severo juicio sobre esta Constitución:
“Invirtiendo el pensamiento del Aquinate, según el cual Dios no puede crear para fines extraños a la propia realidad, el Vaticano II hizo del hombre, ‘la única criatura querida por Dios par sí misma? (GS, n. 24) (…) He ahí que ahora se habían alcanzado los confines extremos del antropocentrismo idolátrico. No estaba en cuestión si el hombre creía o no, bastaba con que fuese ‘el centro y el vértice’ (GS, n. 12) de todos los valores de la Creación, queridos y ordenados por Dios a su servicio, ‘subordinados al desarrollo global de su persona?.
Roberto de Mattei. Concilio Vaticano II. Una historia nunca escrita, pp. 427-428.
Así se ve más claro que Francisco es el culpable de todo. Cuando Dios lo llame a su presencia habrán terminado los dos o tres problemillas que tiene la Iglesia.