Una nueva herejía recorre el mundo: es la religión ecologista, que tiene sus propios apóstoles en instituciones globales, difunde la llegada del Apocalipsis climático, promueve ritos personales de salvación sostenible y señala la naturaleza diabólica del contaminante ser humano.
Esta secta se extiende a través de todo el arco político, e incluso ha penetrado en las filas de la Iglesia, retorciendo el amor cristiano por la Creación hasta convertirlo en una apología del alarmismo climático y de la Agenda 2030.
Y, como la única forma de combatir una herejía es exponer la falsedad de su doctrina, se hace imprescindible un libro como «La revolución del CO2», del autor Juan Antonio de la Rica (físico y periodista), publicado en la editorial Homo Legens. Sus páginas desmontan el dogma principal de la secta verde: la hipótesis de que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) son las principales culpables del daño a la atmósfera y al medioambiente, causando el supuesto «calentamiento global». En base a dicha hipótesis se ha formado el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (PICC), los líderes de la secta. Este PICC redacta unos mandamientos pseudo-científicos exigiendo a las naciones recortar el bienestar de la población y la productividad de la economía.
Frente a todo ello, este libro señala varias verdades. Que el CO2 es un gas absolutamente natural. Que es especialmente escaso y valioso. Que es, además, crucial para la existencia de la vegetación y el equilibrio planetario. Que las emisiones de CO2 de origen humano no podrían, en modo alguno, provocar un apocalipsis climático. Que, de hecho, un mundo con «cero emisiones» sería el verdadero desencadenante de una catástrofe climática. Que los impuestos a la gasolina o al gasoil son un robo y una injusticia. Y, finalmente, que el buen uso y aprovechamiento del CO2 será crucial para el avance de la humanidad, mal que les pese a los misántropos de la herejía climática.
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Excelente, librando la batalla cultural contra uno de los tres pilares de la santísima trinidad progresista: emergencia climática, multiculturalismo sin fronteras e ideología de género.
Parece un buen libro que habrá que comprar.
Por cierto, sugiero a Homolegens que obsequien a Francisco con un ejemplar, a ver si así se convierte.
Parece un libro interesante que habrá que comprar.
Por cierto, sugiero a Homolegens que envíen un ejemplar a Francisco, a ver si se convierte.
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Pero contra reembolso. No se lo va a leer y se va a reír, al menos que pague el libro y costos de envío, faltaría mas
Reseña en la editorial:
“ …todos los bosques de la Tierra desaparecerían por falta de CO2: los árboles y las plantas simplemente no tendrían qué respirar”
Pero no es cierto:
Las plantas verdes utilizan el CO2 para la fotosíntesis, y expulsan O2.
Respiran utilizando O2 y expulsando CO2
Mal empieza si quiere vender libros.
Por el día los árboles toman CO2 y expulsan oxígeno, por la noche es al revés tomán oxígeno y expulsan CO2.
Hay varios científicos, de los no subvencionados por la ONU, que han escrito sobre esto diciendo todos que es una falacia lo que nos intentan meter en la cabeza los de siempre a cuenta del cambio climático. Seguramente este libro será interesante.
Todo esto es un plan preconcebido, un golpe mundial cuyos intereses desconozco. Recuerdo que en los 90 salió la cantinela del agujero de ozono en los polos, algo terrible de consecuencias alarmantes. Un día el agujero se cerró y hasta hoy y cambiaron al alarmismo climático.En esos años el que les escribe era abogado de la organización Ecologistas en Acción, no recuerdo en esos años una reunión de la junta directiva en la que se denunciara que el cambio climático no fuera natural y mucho menos por obra del hombre. Si luchábamos contra la contaminación, del aire, de los ríos, del campo, de las plantas, por la defensa de los animales, en fin lo normal que es que hubiera un planeta limpio. Y punto. De eso a la secta calentóloga actual que acojona al mundo día y noche con mentiras y amenazas va un abismo. Y hay un pagano integral que se apuntó el primero, e hizo la locura de dar vida al planeta como ser vivo. Ese hereje se llama Francisco.
El Pachapapa.
Lo del CO₂ y la especulación brutal y artificial de este elemento lo pergeñó el sinvergüenza de Gore para intentar salvar Enron y llevarse una buena tajada; pingües beneficios le reportan sus negocios en la City.
Una vez creado como cualquier animista del paleolítico superior un dios planeta llamado Gaia, cuando llegó la pandemia decidió rezarle al nuevo ser que regia el mundo, a Dios ni lo nombró, por que es norma del modernismo eclesial que Dios nunca castiga, así que la pandemia era una venganza del planeta por el maltrato que el ser humano le daba. Aquello del alarmismo climático le venia de perlas para crear ese bodrio. Por lo tanto excluido Dios del problema, cerremos las iglesias, y obliguemos a todo el mundo en el Vaticano a vacunarse por bemoles, y el que no a la puñetara calle, la ciencia, era el nuevo colaborador necesario de la patraña del planeta cabreado. Por eso, se puso manos a la obra, rezar al dios planeta, a su hermana la luna, y vacunarse con los ojos cerrados. Y los moribundos, qué mas da, si todos van al cielo, no les hace falta el Santo Viático. Esto no tiene perdón de Dios.
La teoría del clima forma parte de las estrategias del NOM para promover el gran reinicio. Por eso es de agradecer la iniciativa de publicar un libro que refuta esa falacia.
Cada vez mas cientificos escriben para denunciar el alarmismo climatico.
Senalo dos titulos en francés :
1/François Gervais
Impasses climatiques
ed. L’Artilleur
2/Christian Gerondeau
Les douze mensonges du GIEC
La religion écologiste 2
ed.L’Artilleur