El secretario de Estado vaticano, cardenal Pietro Parolin, ha alertado sobre el peligro que supone para la humanidad la ideología de género, en una entrevista concedida a ACI Stampa, agencia en italiano del Grupo ACI.
Parolin transmitió la preocupación de la Santa Sede ante los nuevos “derechos de género” impulsados desde organizaciones internacionales, y aseguró que “traen consigo una nueva visión antropológica que se aleja significativamente, por no decir sustancialmente, de la visión de la propuesta cristiana”.
“Esta nueva antropología priva a la persona de sus tres dimensiones de relación: consigo misma, relación con Dios y relación con los demás”, dijo el secretario de Estado, quien señaló que la Santa Sede concibe estos retos como un riesgo que amenaza con “destruir la dignidad del ser humano” y defendió que “debemos reconocer que existen estos intentos continuos de ‘colonización ideológica’, como los llama el Papa Francisco”.
No es, para el cardenal, “una lucha ideológica de la Iglesia”, sino que “se trata realmente de hablar de derechos, y de hablar de ellos con amor hacia el hombre, porque vemos las derivas que surgen de estas elecciones”.
“Vemos en la sociedad un malestar general, una incapacidad para tener relaciones. Estas derivas provienen de una visión antropológica que se centra exclusivamente en los deseos personales”, señaló. En esta línea, el Cardenal Parolin aseguró que el tema del género se incluye hoy en día en muchos documentos, incluso en algunos que no tienen nada que ver con “el género”, y lamentó que la Santa Sede no es escuchada, sino que “crea molestias”.
“Pero no trabajamos contra alguien. Al contrario, miramos al ser humano. Por tanto, creo que nuestra tarea es también ser fieles al mensaje que debemos transmitir, sin desanimarnos”, dijo el Cardenal al mismo tiempo que explicó que la Santa Sede debe “plantear las cuestiones con respeto, con delicadeza, pero también con gran claridad”.
“Debemos exponer nuestro punto de vista, aunque no se acepte inmediatamente, aunque no se entienda inmediatamente, aunque se rechace y se oponga”, defendió.
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El acuerdo Vaticano con China que ha firmado Parolin, también destruye la dignidad humana y la libertad religiosa.
A ver si te enteras Parolin.
No pocas veces, e importantes, la Iglesia ha llegado a acuerdos con sus enemigos en perjuicio de los buenos en principio. Pero históricamente aquella solución favorable a los malos fue beneficiosa al final para la Iglesia. Por ejemplo, el Concordato con Napoleón perjudicó a los refractarios en beneficio de los constitucionalistas. El «Ralliement» de León XIII perjudicó a los monárquicos franceses. Los Acuerdos de Pio XI con el gobierno mejicano sacrificaron a los mejores cristeros. Pero gracia a la fidelidad y obediencia de los buenos, la Iglesia permaneció unida. Los acuerdos con Pekín han puesto fin a un cisma, aunque los perjudicados sean los buenos, de momento. La Barca, «sub Petrum», atravesará las tempestades.
Me parece vergonzoso justificar la traición. Por principio no se puede pactar permitir el mal.
Pio XI traicionó a los Cristeros y no se obtuvo ningún bien, solo el fusilamiento de muchos católicos.
Los acuerdos con China son una traición a los buenos católicos y tampoco se obtiene ningún bien, sólo que los cismaticos sigan actuando con impunidad y a las órdenes del Partido Comunista.
Muy cierto Fred.
¿Cómo se dice?
‘Pues la Iglesia traicionó, pero fue por
lograr un bien’.
Que no sabe Don Simplicio que el fin no justifica los medios.
Nuestra pobre Iglesia, está a merced de quien la gobierna o desgobierna.
Y de éso darán cuenta a Dios.
Y a mayor rango, mayor cuenta.
Entonces en qué quedamos, ¿hay que obedecer a la ONU (gran promotora de la ideología de género) como pidió el Papa Francisco, o no?
Parolin y/o Francisco harían bien en hacerle unas críticas directas a la ONU y a la UE sobre sus actitudes relativas a la ideología de género. Se abriría con ello una polémica, necesaria, que les pararía un poco los pies a esos organismos internacionales que se entrometen en la ciencia del bien y del mal.
Pues ése comentario debió ser hace muuuuucho tiempo.
El mal ya tiene raíces como de bambú, que se puede uno desencajar los huesos y no puede sacarlas.
La Ideología de género y la teología de la liberación, son cánceres que invadieron el mundo y la Iglesia.
Ahora está la ideología covidiana,
¿Hay tiempo de deshacerse de ella?
No diría que «amenaza» ni aún diplomáticamente al blandengue y avejentado cardenal, sino que la amenaza, corroe y denigra por todos los ángulos. No basta con acallar la conciencia de los tibios, hay que esclarecer a todos.
Si, Parolin se ve como si le hubieran pasado los años de tres en tres. Se ha avejentado demasiado, y no creo que porque se haya inyectado, pues se dice que ya salió ese nuevo efecto qué causan las inyecciones: envejecimiento prematuro.