El pasado domingo, IV de Cuaresma, el Cardenal Arzobispo de Viena, Christoph von Schönborn OP procedió a la solemne consagración del altar de Santa Maria della Rotonda, templo dominico, segundo en importancia después de la catedral de la ciudad. Y al verlo solo tenemos una pregunta: ¿Por qué?
¿Qué atracción ejerce sobre los prelados de hoy lo feo y lo cutre? ¿Cuánto tiempo más va a durar este furor eclesial por el feísmo, que no es mera ‘simplicidad evangélica’ en absoluto, como para compensar los siglos de inefable belleza que ha inspirado nuestra fe? ¿Hay algún vínculo entre este entusiasmo por alejarse de lo bello y la decadencia en todos los órdenes de nuestra iglesia?
El contexto barroco (¿quizá demasiado rígido?) del edificio se da de bofetadas con este engendro aerodinámico que parece un gigantesco caramelo de limón.
La noticia, que recogemos del portal italiano Messa in Latino, es sencillamente la imagen, que reproducimos del original.
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No es un altar para ofrecer el sacrificio de la misa. Es una mesa para celebrar la cena o misterio pascual. En la segunda fotografía se ve al fondo el antiguo altar, que sigue en su sitio.
Gracias a Dios hace pocos meses que otra de las mayores iglesias de Viena, llamada de los italianos, pasó a manos de la Hermandad de San Pío X, y allí se ofrece dignamente el sacrificio de la misa sobre un noble altar antiguo.
Me puede explicar a que se refiere cuando dice lo de «……mesa para celebrar la cena o misterio pascual»??????? es la primera vez que escucho esto, perdone mi ignorancia, pero desearía que me explicase que es eso, tal vez a algún otro lector también le haya surgido la duda.
Eucaristía, cena del Señor o celebración del misterio pascual es como habitualmente llaman a las misas nuevas. No sacrificio de la misa ni sacrificio del altar.
Y mesas son los muebles sobre los que se celebran. A veces con forma de cubos, a veces (como entre los kikos) grandes como piscinas.
Sacerdote mariano ha recordado muy oportunamente las palabras de Pío XII en la encíclica Mediator Dei: «Se sale del recto camino quien desea devolver al altar su antigua forma de mesa».
Si, ya veo, era lo que me temía, eres un nuevo Troll, o tal vez el mismo de siempre con otros nombres……. pero vamos, tú estupidez y arrogancia sigue siendo la misma de siempre, aunque vayas de sabio….. pero porque no os esfumais de una vez a las páginas de vuestra cuerda como religión digital y demás engendros malignos y dejáis de j…r aquí con vuestras chaladuras pedantes???
A Urbel no nos lo toques, alma en pena.
Robustiniano matamoros. La misa no es ninguna cena protestante ni ningun misterio pascual judío. Los altares no son mesas. Las mesas son para comer y los altares para ofrecer sacrificios a Dios.
Seremos pedantes, pero tú eres un ignorante, por eso te han trufado la religión.
Creo que sería oportuna la meditación de hoy de Francisco Fernández Carvajal. Muy interesante.
Más Dios hecho hombre y no hombres hechos dioses
Leete el neo catecismo de Juan Pablo II, no aparece el sacrificio propiciatorio y satisfactorio por ninguna parte. Aparece la cena protestante y el misterio pascual judío. De ofrecer al Hijo sacrificado al Padre, nada de nada. En tu nueva religión el Padre no puede querer sacrificios humanos. Es un sacrificio de amor, de acción de gracias eucarístico… como los protestantes.
Efectivamente, tiene toda la razón, me he precipitado juzgando a Urbel, no he comprendido la intención de sus palabras y estas tienen un sentido totalmente cierto. Mil disculpas, de verdad lo siento pero me he dejado llevar por mi anti-progresismo congenito y he hecho una mala lectura de lo que este buen señor ha querido decir, con lo que estoy totalmente de acuerdo. Perdón nuevamente, procuraré la próxima ser menos impulsivo.
Esto es otra cosa.
Creo que lo que se ve rarísimo, es que no sea una piedra. Y creo que es piedra por su significado con San Pedro, Roca de la Iglesia.
Ése parece un altar minimalista.
Y lo más extraño, es que por lucir su pulida mesa, dejan de lado el mantel, sobre el que se hace el Santo Sacrificio del Altar.
Recuerdo una canción que decía:
Los manteles sobre el Ara, ya derraman resplandor.
¿ Cuáles? Éso es un mantelito individual, poco menos de tela y va a parecer su cubrebocas.
Además ellos hacen planes a futuro. Ésa mesa metálica será ideal para la siguiente religión.
Oh,, Urbel,, ya observo lo que dices. Que el altar sigue en su sitio.
¡ Pues claro! Ni modo que lo quiten. El atar original , debió ser para oficiar la misa frente al altar como es en realidad lo correcto.
Y éste para hacerlo frente a los 3 feligreses que ya irán a misa.
Creo , Creo.
Me hizo recordar, que en mi ciudad hay varios templos así.
El original tiene telarañas.
El que va para que veámos al sacerdote, siempre será el nuevo.
Pablo VI, fue el pésimo pontífice que inició la andadura de este feísmo que está superando los límites de lo imaginable. Es evidente que ese altar, por llamarlo de alguna manera, se separa de la normativa litúrgica, y en vez de dar gloria a Dios sólo engorda la vanidad de quien lo ha diseñado.
Sí Pío XII, en la encíclica Mediator Dei, señalaba: «Se sale del recto camino quien desea devolver al altar su antigua forma de mesa», cuánto más diría al ver el grotesco adefesio que ha consagrado Schönborn.
Erigir un altar así, va contra el segundo mandamiento del Decálogo, y en vez de elevar las almas a Dios, les dificulta su vivencia religiosa.
¿ Tu vivencia religiosa depende de un altar?
¿Y la suya depende de soltar disparates y decir chorradas? Y encima es incapaz de escribir bien una frase interrogativa de tan sólo siete palabras. ¡Es que ni aposta!
Ya salió el manporrero, imagen perfecta de Dios en la tierra. Qué ego tiene usted. No puede opinar, tiene que arrear leña a cada intervención que no diga exactamente lo que piensa usted, que mal le tiene que haber tratado la vida para ser tan energúmeno.
Es es riesgo que tiene trollear: que a uno le den leña (donde las dan, las toman). El alguacil alguacilado: quien viene a reírse de nosotros acaba siendo objeto de mofa (muy merecida, por cierto). Y sabe perfectamente que opino, aunque no le guste a usted lo que opino o le moleste que refute sus disparates, porque ciertamente parece una competición de los mismos entre los «disidentes» que nos visitan (cosa lógica: el no católico inteligente no pierde el tiempo aquí diciendo chorradas o asombrándose falsamente de que los católicos profesemos la fe católica).
Que triste que sus réplicas se limiten a la mofa del prójimo.
Triste fe si el único argumento que encuentra es burlarse de mi.
«Que triste que sus réplicas se limiten a la mofa del prójimo»
En vez de cabrear al personal, hace reír con sus disparates, como que Alemania hacía frontera con Rusia, que China estuviera en la OTAN o la última: los ‘cardenales negros de Fátima’, cuando Sacerdote mariano había escrito «CANDELEROS». Si a usted no le parece cómico, es que tiene muy poco sentido del humor, porque es bastante risible. Y el hecho de que vaya poniendo la guinda a comentarios de otros como si estuvieran equivocados, cuando usted no da una a derechas, m´ás cómico aún. ¿Cómo no quiere que nos lo tomemos a chufla?
Qué poco respeto a sus compañeros
Y además no contesta a la pregunta.
Qué débil es vuestra fe si depende del color o de la forma de la mesa.
La forma era, es y será importante (la del altar del sacrificio) por lo que representaba, pero no por sí misma. A ver si encuentras algún documento pontificio que diga cuáles deben ser su forma y dimensiones.
Desde luego, yo sí voy a responder a la pregunta: no desde luego que no, mi fe no depende del altar: cuando este fin de semana en mi encuentro de Acci´ón Católica General estemos celebrando la Santa Misa no voy a estar pensando en la forma de la mesa, sino en el sacrificio de Cristo por nosotros, en su Amor tan grande derramado en la Cruz por nuestra inmerecida Salvación.
¿Qué forma debe tener ser el altar? La forma de un altar donde se ofrece un sacrificio, no la forma de una mesa donde se celebra un banquete.
Desde el siglo XVI los protestantes, como el inglés Nicholas Ridley, preconizaron remplazar los altares por mesas:
«La forma de mesa alejará mejor a las gentes sencillas de las opiniones supersticiosas de la Misa papista en cuanto al uso correcto de la Cena. Ya que uno se sirve de un altar para ofrecer un sacrificio y de una mesa para dar de comer a los hombres».
(citado por Michael Davies en su libro «Cranmer´s Godley Order: Part I, The Liturgical Revolution, Devon, ed. Augustine, 1976, p. 97).
«A ver si encuentras algún documento pontificio que diga cuáles deben ser su forma y dimensiones.»
Usted siempre porfiando: Código de Derecho Canónico de 1917, promulgado por el Papa San Pío X. En dicho documento papal se establece todo lo relativo al altar en los puntos 1197 a 1202, comenzando por la obligación de que sea de piedra. Le hago un resumen de la Enciclopedia Católica del porqué:
El Liber Pontificalis establece que el Papa S. Félix I decretó que la Misa debía celebrarse sobre las tumbas de los mártires, lo que provocó un cambio de forma, de una simple mesa a un arca o tumba, y la norma de que cada altar debía contener reliquias de mártires. Asimismo, el Breviario romano dice que el Papa S. Silvestre (314-335) fue el primero en decretar que el altar debía ser de piedra. El decreto más temprano de un concilio que prescribe que un altar debe ser de piedra para ser consagrado, es del concilio de Epeaune (Pamiers), Francia, en 517.
No, no depende ni del altar ni de usted.
En el caso del que estamos hablando si está más pendiente de la ornamentación que del sacramento de la Eucaristía…
No está a lo que tiene que estar.
Casualmente, sólo «casualmente», todos los que esgrimen que lo importante no es la forma, sino el interior y bla, bla, bla, precisamente fallan en el interior. Efectivamente, lo importante no es esa birria de mesa, sino que este ‘cardenal’ no profesa la fe católica, lo que no va a suplir el adefesio que han plantado en mitad de esa iglesia.
Para gustos colores.
La Misa cara al pueblo, uno de los aspectos más dramáticos de los cambios posconciliares, hizo su aparición antes incluso del fin del Vaticano II. El 26 de septiembre de 1964, solamente diez meses después de la promulgación de la Constitución del Vaticano II sobre la sagrada liturgia, el Consilium (órgano creado para su aplicación) publicó la instrucción Inter Oecumenici. El capítulo 5, titulado «Concepción de las iglesias y de los altares a fin de facilitar la participación activa de los fieles», contenía la siguiente frase fatídica:
«El altar mayor debe estar preferentemente separado de los muros para que se pueda rodear y para permitir la celebración cara al pueblo.»
Pablo VI destacó el hecho de que la nueva disposición del altar, «en adelante favorable al diálogo con la asamblea», contribuía a hacer de la Misa dominical «ya no una obligación sino un placer, ya no un simple deber que cumplir sino un derecho que reivindicar» (homilía en la parroquia de María Inmaculada en Roma, 27 de marzo de 1966, donde Pablo VI ofició por primera vez la Misa cara al pueblo).
Esta nueva orientación se ha definido oficialmente y promovido como «cara al pueblo» y para fomentar «el diálogo con la asamblea».
Nada extraño pues ni sorprendente que la Misa nueva haya degenerado en diálogos de los sacerdotes con las asambleas, favorecidos también por el uso de las lenguas vulgares, tan banales y desacralizados como los que se sufren en esas celebraciones ¡»ya no una obligación sino un placer»!
Desgraciadamiente, sólo podemos concluir, que tanta falta de gusto, rozando la fealdad, quizás, refleje, el estado del alma de quienes defienden este tipo de Arte…quién no es Dios.
Dios es Belleza, Dios es Armonia, Dios es PERFECCIÓN.
¡Qué pena! Mi único consuelo: que haya prrsonas como usted, querido C.Esteban, que lo expresen tan perfectamente.
Durante años y años, antes de estos blogs, una estaba SOLA – sin poder ni abrir la boca
El Novus Ordo solo le ofrece a Dios el pan y el vino fruto de la tierra y del trabajo de los hombres, qué tendrá que ver eso con la fe católica de ofrecerle al Padre el Sacrificio del Hijo como víctima de propiciación para satisfacción del Padre, que sí que desea y quiere que Cristo sea sacrificado porque hay una deuda con Dios que resarcir. Nada que ver con lo que enseña Benedicto XVI en sus lamentables libros, donde niega toda esta doctrina y la sustituye por en fantasioso «sacrificio de amor» en el que ya creen todos los protestantes.
Tienen tan trufada la religión que son incapaces de entender que el cura en el Novus Ordo está de espaldas al Sagrario, si es que no han quitado el sagrario de su sitio correcto. Si está ofreciendo un sacrificio mirando a la gente significa que el sacrificio se lo ofrece a la gente, porque para ofrecérselo a Dios que está en el Sagrario hay como mínimo que estar mirando al Sagrario. Y tanto es así, que hasta que no levanta la forma delante de la gente, el cura no se arrodilla, lo que viene a significar que es la gente la que consagra con el cura. Y cuando la gente consagra, entonces el cura se arrodilla. Esto es una aberración litúrgica.
¿Se puede saber por qué a la mesa de comedor en la que hacen su Novus Ordo no le ponen sillas para los comensales?
¿Y los cubiertos?
Pero si lo habéis convertido en un cumpleaños, ¿cómo no va a haber payasos con globos?
Ésa mesa es demasiado moderna, si sigue éste papado será obsoleta dentro de poco tiempo.
No tardará en ser una cosa ridícula y la cambiarán por otra más moderna. Y luego otra y así,, han ido cambiando poco a poco la tradición y las cosas santas. Ya quitaron la misa correctamente llevada, sólo falta el centro de nuestra fe: El Cuerpo y la Sangre de Cristo hechos pan y vino.
A ver si el Marxismo no nos sale conque se puede cambiar.