Un miembro de la Comunidad de Lanceros de España preguntó no hace mucho por monseñor Raúl Berzosa, el que fue obispo auxiliar de Oviedo y de Ciudad Rodrigo. Durante las últimas semanas, señalaba, hay mucho comentario sobre su vuelta inminente a España. Parece ser que el cardenal Juan José Omella ha dado su visto bueno y está buscándole un sitio adecuado.
El 15 de junio de 2018 la Santa Sede hizo público que el papa Francisco había concedido a Raúl Berzosa un tiempo fuera de su diócesis por motivos personales. El 16 de enero de 2019 el Santo Padre aceptó la renuncia de Berzosa al gobierno pastoral de la diócesis de Ciudad Rodrigo.
La pregunta es a qué diócesis y en calidad de qué. Hay quien le coloca como obispo auxiliar en Valencia con el cardenal Antonio Cañizares, el último favor que “el cardenal acogedor” haría al Vaticano. Otros le llevan a Sevilla, incluso a Toledo con monseñor Francisco Cerro. Incluso hay quien le sitúa en un nueva oportunidad como titular en Menorca. A cualquier sitio menos a Madrid, al menos hasta que se marche Osoro.
Hay quien apuesta que dada su experiencia misionera en América podría ser nombrado Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias.
¿Qué ha pasado con monseñor Berzosa en los últimos años? Según nuestras informaciones está ejerciendo el ministerio sacerdotal en la capital de la República Dominicana, en una de las parroquias más importantes de la ciudad. Allí, de forma ejemplar, se ha convertido en una ayuda para monseñor Francisco Ozoria Acosta, arzobispo de Santo Domingo, que valora mucho sus servicios.
Después de su experiencia de seis meses en el monasterio En Calcat, de la Occitania francesa, y en una parroquia en Bogotá, ahora está en esta etapa de Santo Domingo como misionero de esperanza.
Gran parte de lo que ha vivido en su travesía del desierto ha sido publicado en un libro titulado “Creo, amo, espero, luego existo. Del hogar monacal a las periferias urbanas”. “A veces, -escribe don Raúl Berzosa- por no herir a personas o no ser firme con ellas, he cedido ante el mal y la maldad, nunca en máxima gravedad, incluso tapándolo con medias verdades o falsas argumentaciones”. “La Iglesia, en algunas de sus instituciones visibles, perdona pero difícilmente olvida; y el mundo, ni perdona ni olvida”, concluye.
Monseñor Raúl Berzosa nació en Aranda de Duero (Burgos) el 22 de noviembre de 1957. Le queda mucho tiempo de servicio ejemplar a la Iglesia.
La comunidad de Lanceros
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
A mí me parece que el Sr. Obispo emérito de Ciudad Rodrigo está ya amortizado y quemado para cualquier encargo episcopal. Que disfrute de su condición de emeritaje y se dedique a la plegaria.
Mons. Raul Berzosa, desde que salió de España ha estado, primero, en Francia. Después, en Bogotá. Más tarde en Roma. Y, ahora, en Santo Domingo. Cómo el repite: «dejando el pasado a la misericordia de Dios; el futuro, a la Providencia. Y solo viviendo el presente, amando, sirviendo y aprendiendo».
Santander sería un buen destino
Pero si a Toledo le acaban de nombrar un auxiliar…
Debería volver, pero como residencial. Además, a Cañizares le quedan tres Ave Marías. Como director nacional de las OMP, ya está el P. Calderón, que es muy bueno.
Pregunto… ¿Y palencia?
Ya sonó hace años pero Osoro paralizó el nombramiento y colocó a su amigo agustino. Para Palencia hablan de Jesús Vidal, auxiliar de Madrid.
¿Y qué tal es Vidal?
No ni de los peor ni de lo mejor
Es un gran y valioso obispo, que tuvo la mala suerte de encontrarse con un superior artero y falso, que desde entonces le hizo la vida imposible porque era más brillante que él y la feligresía le queríamos también más que al ordinario
Desde luego que debe volver a un puesto acorde con su valía, experiencia y méritos. Desde luego que a Santander como se dice en un comentario, va a ser difícil, pero en Asturias sería muy bien acogido si a D. Jesús le promocionasen como se merece. Es además una excelente persona, canta muy bien, y pronuncia unas homilías excelentes y cortas, y acoge a todo el mundo con cariño y cercanía. A ver si es verdad que ya se acabaron las «bolas negras» injustas, para él, y para todos.
«…dada su experiencia misionera en América..»
Con todos mis respetos hacia D. Raúl por quien siento un gran respeto, este comentario es para descojonarse.
¿Qué «experiencia misionera» supone haber estado en dos parroquias, colombiana una y dominicana la otra? Yo también he estado en alguna parroquia de América y no me considero misionero. Creo que ser misionero es otra cosa muy distinta y, desde luego, mucho más sacrificada.