Tres Iglesias, una guerra

Kiril y Putin
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 (Il Foglio)-¿Hasta cuándo la Santa Sede podrá seguir siendo «prudente» y permanecer vinculada a la Declaración firmada con Moscú en La Habana? Los límites del perfil bajo.

«No se puede respirar como cristianos, es más, como católicos, con un solo pulmón; se necesitan dos pulmones, el de Oriente y el de Occidente» (Juan Pablo II, 1983).

¿Y si los rusos, entre la torre de televisión y el monumento al Holocausto de Babi Jar, decidieran golpear la catedral de Santa Sofía, «el santuario más importante del pueblo ucraniano desde los tiempos de la Rus de Kiev»? El efecto sería como la deflagración de una bomba atómica: además de los muertos y los heridos, sería un golpe letal para la moral, reforzada por la fe en los santos y los besos a los iconos, presentes en todas partes, en sótanos y en cuevas, en iglesias improvisadas y en espléndidas catedrales.

La comunidad ortodoxa, fiel a Moscú, está desorientada, ve cómo los tanques con la bandera nacional recorren las calles de Kyiv y Kharkiv, oye el aullido de las sirenas en Mariupol y Odessa, y se pregunta cómo es posible que dos pueblos que beben del mismo cáliz puedan ir a la guerra. Pueblos hermanos, unidos por una fe común que las divisiones internas no pueden socavar. Sin embargo, es precisamente ahí, dentro del conflicto, donde se libra la batalla entre las iglesias cristianas ortodoxas. Viejas heridas y otras más recientes que nunca han cicatrizado, desavenencias irremediables y condenas mutuas. Cismas y capitulaciones.

Hay de todo en la caldera ucraniana, un todo que no puede ayudar a calmar el cielo plomizo que domina las cúpulas doradas de Kyiv y Moscú. Todos los patriarcas hablan. Hablan y piden oraciones; por un lado los rusos, que imploran a Dios que «mantenga unida a nuestra Iglesia» y que proteja «de la guerra fratricida a los pueblos que forman parte de un mismo espacio, el de la Iglesia Ortodoxa Rusa»; y, por el otro, los ucranianos, que se sienten traicionados y piden a la Madre Iglesia que levante el brazo para detener las columnas de blindados enviadas por el Kremlin. Se mira al cielo para reiterar cuáles son las fronteras, cuáles son las jurisdicciones, cuáles son los mástiles en los que izar sus banderas. «No demos a las potencias externas oscuras y hostiles la oportunidad de burlarse de nosotros», dijo Kirill de Moscú, refiriéndose a Ucrania, «un país hermano cercano a nosotros», para pedir que «no permitan que prevalezcan las fuerzas del mal, que siempre han combatido la unidad de la Rus’ y la de la Iglesia rusa». Epifanio de Kiev, patriarca de la Iglesia autocéfala bendecida por Constantinopla y maldecida por Moscú, ha respondido que «mantener el compromiso de Putin es mucho más importante para ti, Kirill, que cuidar del pueblo ucraniano» formado por hombres y mujeres «algunos de los cuales lo consideraban su pastor antes de la guerra». 

Moscú no puede perder a Ucrania, ha dicho don Stefano Caprio, que conoce Rusia como pocos y que ahora enseña en el Pontificio Instituto Oriental: «El Patriarcado representa el setenta por ciento de la Ortodoxia mundial, y de este setenta por ciento, el treinta y cinco por ciento está formado por ucranianos. Si los ucranianos se van, Moscú se convertirá en una minoría». Esto es inaceptable, el apocalipsis para el Patriarcado que desde las cenizas de la Unión Soviética ha construido una narrativa que quiere ser espíritu evangelizador en la tormenta secularizadora que ahora se ha apoderado de todo Occidente, guardián de los «verdaderos» valores, sagrados y morales, transmitidos de generación en generación. Los hombres al mando, las jerarquías, cuentan poco: «Conozco a Kirill desde joven, está enamorado de la Iglesia católica y de los jesuitas, no está de acuerdo en absoluto con la invasión», ha declarado Caprio. Pero «ha inspirado un cierto nacionalismo ortodoxo que ahora se le ha ido de las manos». 

Tal vez él también ha subestimado a Vladimir Putin, sus verdaderos objetivos en el mundo y su mesianismo forjado a partir de una idea particular de la historia y la certeza de que la Gran Rusia está destinada a un destino épico. Vladimir el defensor fidei, el guía firme al que episcopados enteros, ortodoxos y católicos, miraban con devoción filial y esperanza casi mística, mientras las milicias del califa ondeaban sus banderas negras sobre Iraq y Siria hace menos de una década. Obispos y sacerdotes, subordinados al papa o al patriarca, se sentaban juntos escuchando a la orquesta dirigida por Valery Gergiev tocar ante las ruinas de Palmira liberada del Estado islámico. Y escuchaban las palabras de Putin enlazadas con la bandera blanca, roja y azul detrás de él. Francisco escribía al presidente ruso desde Roma en 2013, rogándole que hiciera todo lo posible para detener los cazabombarderos que se preparaban para lanzar bombas sobre Alepo y Damasco desde portaaviones situados frente a la costa de Siria para derrocar al rais Bashar el Assad. Francisco le recibió en Roma, con su habitual cortesía, más veces que a cualquier otro jefe de Estado. Kirill lo bendijo y se alegró de que la confianza concedida al Kremlin desembocara luego en el histórico abrazo en La Habana entre el patriarca y el papa, la primera vez desde el dramático cisma que separó a la Cristiandad en dos según el primitivo Telón de Acero. 

Hoy el Patriarcado no sabe qué hacer: el domingo pasado, en las divinas liturgias en Ucrania, muchos sacerdotes evitaron pronunciar el nombre de Kirill, como si en nuestras latitudes el sacerdote omitiera el nombre del papa o del obispo por elección. La reacción ha sido muy dura: «Dejar de recordar al Primado de la Iglesia no por errores doctrinales o canónicos, sino por incoherencia con determinadas opiniones y preferencias políticas, es un cisma por el que todos los que lo cometen responderán ante Dios y no solo mañana, sino también hoy», anunció el Patriarcado de Moscú en una carta con membrete. Se trata de una ruptura que se hace aún más explícita por las declaraciones públicas, cada vez más numerosas y claras, de Onufri, el jefe de la Iglesia ortodoxa ucraniana dependiente de Moscú, que hace solo unos días pidió a Kirill que hiciera todo lo posible para poner fin al «derramamiento de sangre fratricida».

Una invitación a abandonar el papel de capellán del Kremlin, de escudo religioso de Putin, y abrazar la causa de la paz. Hasta ahora, Kirill nunca ha mencionado el nombre del presidente, y si es cierto que en 2014 no aprobó la ocupación y posterior anexión de Crimea, es igualmente claro que no ha desmentido el impulso nacionalista que distingue cada vez más al patriarcado. Pero la grieta entre las iglesias hermanas de Moscú y Kiev es un pródromo de lo que se viviría como una tragedia en la capital rusa. Por otro lado, a excepción de la posición del patriarca de Belgrado, Porfirij, que lidera una Iglesia que siempre ha sido muy fiel a Moscú, el resto de la ortodoxia eslava se alinea contra la agresión rusa, con denuncias más o menos duras según quien las haga.

Los obispos de la Iglesia ortodoxa griega de Antioquía lamentan los «dolorosos acontecimientos» que rompen «los lazos espirituales entre los pueblos ruso y ucraniano, surgidos de la misma pila bautismal». Por otro lado, el comentario de Bartolomé I de Constantinopla, que declaró en la televisión turca que «el mundo entero está en contra de Rusia», fue significativo aunque previsible. En Moscú no esperaban otra cosa: desde hace años, Bartolomé está sometido a una serie de excomuniones y acusaciones mutuas después de que Constantinopla decidiera en 2018 conceder la autocefalia al Patriarcado de Kiev, al que Kirill no considera más que cismático. Las reuniones restauradoras no sirvieron de nada, las negociaciones concluyeron con Moscú que veía en los movimientos de Bartolomé el más grave de los pecados, a saber, «una cierta tendencia al papismo oriental». Los tonos utilizados entonces sonaban como los de los actuales ultimátums de guerra: los rusos denunciaban «la fuerte e inédita incursión en el territorio canónico del Patriarcado de Moscú»; una acción que «no puede quedar sin respuesta». 

Moscú y Constantinopla se enfrentan incluso en África, después de que Teodoro II de Alejandría reconociera la autocefalia de la Iglesia de Kiev. A finales de 2021, Moscú decidió crear un exarcado para África con dos diócesis, la primera con sede en El Cairo y la segunda en Sudáfrica. ¿Y la sede central? En Moscú, bajo la dirección del arzobispo Leonid de Vladikavkaz, el nuevo exarca de África. La respuesta de Alejandría fue clara: «El antiguo Patriarcado de Alejandría expresa su más profundo dolor por la decisión sinodal del Patriarcado ruso de establecer un exarcado en los territorios canónicos de la jurisdicción de la antigua Iglesia de Alejandría». Crece también la discordia interna. Más de 240 sacerdotes han firmado un llamamiento pidiendo el fin de la guerra: «Lamentamos el calvario al que se han visto sometidos inmerecidamente nuestros hermanos y hermanas de Ucrania. Solo la capacidad de escuchar a los demás puede dar la esperanza de una salida del abismo al que se han visto arrojados nuestros países en pocos días». 

John Allen, en Crux, ha escrito que «si la opinión pública ortodoxa de todo el mundo se endurece con los rusos, el efecto podría ser fortalecer la mano de Constantinopla». Allen cita la tesis de la historiadora del cristianismo Diana Butler Bass: «El conflicto de Ucrania tiene que ver con la religión y con el tipo de ortodoxia que dará forma a Europa del Este y a otras comunidades ortodoxas de todo el mundo, especialmente en África. Se trata de una cruzada para reconquistar la Tierra Santa de la Ortodoxia rusa y derrotar a los herejes occidentalizados y decadentes que no doblan la rodilla ante la autoridad espiritual de Moscú». Según Butler Bass estamos en una encrucijada: «¿Moscú o Constantinopla? ¿Tenderá la ortodoxia mundial hacia un futuro más pluralista y abierto o formará parte de un triunvirato neocristiano autoritario?» 

En el centro, los greco-católicos, con el arzobispo mayor de Kyiv-Halyc, Sviatoslav Shevchuk, que cada día ofrece al mundo la crónica de lo que ocurre en Ucrania. El sótano de la Catedral de la Resurrección se ha transformado en un dormitorio para los desplazados y los temerosos de las bombas, y las liturgias dominicales se celebran en sótanos y garajes con las pocas cosas disponibles. El llamamiento para que la gente del otro lado de la frontera distinga los hechos, quién es el agresor y quién es el agredido. Ayuno, oración y esperanza. Lo que para los cristianos no es simple optimismo, sino algo más: fe en la posibilidad de cambiar el curso de las cosas. 

Tres iglesias en una zona donde persisten los dramas del pasado y los problemas burocráticos no resueltos. Obediencias diferentes, jerarquías complicadas, ritos y calendarios que no se pueden superponer. También por esta razón la Santa Sede, que tanto podría decir en Ucrania -y no solo porque 5-6 millones de creyentes son «romanos»- utiliza la máxima prudencia. No ha habido ninguna denuncia pública del invasor, aunque cada palabra y línea impresa en L’Osservatore Romano y en los medios de comunicación del Vaticano culpan al Kremlin del desastre. Francisco acudió hace una semana a la embajada rusa en Via della Conciliazione, algo inédito en la historia. Si la Santa Sede quiere facilitar la mediación -algo confirmado por el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin- no puede atacar a Rusia. Inmediatamente pasaría a ser irrelevante, catalogado por Putin y por aquellos del clero moscovita que siempre han sido hostiles al abrazo con Roma, nada más que un aliado de la OTAN y de Estados Unidos

En los primeros días de la guerra, además de la prudencia, la Santa Sede ha recordado que la culpa no es solo de un bando, que Occidente tiene su propia responsabilidad, aunque solo sea por haber armado a quien está en la frontera con Rusia, rodeándola y provocándola. Discursos que, hoy, frente a los tanques que avanzan por las carreteras ucranianas, parecen viejos de siglos, superados por los acontecimientos que ven a las fuerzas armadas del Kremlin reducir a escombros todo obstáculo que se interponga en la conquista de Kiyv. Las líneas diplomáticas están hechas para ser cambiadas, siguen la flexibilidad de lo que ocurre en el mundo y más allá del Tíber lo saben muy bien. Mientras el papa recomienda oración y ayuno, envía a las segundas líneas, con sus obispos y cardenales que cada hora denuncian la «agresión rusa» y la «invasión injustificada» de un Estado soberano. El arzobispo de Malta, Charles Scicluna, se emocionó al besar la bandera ucraniana. La prudencia, en definitiva, no es neutralidad, no puede serlo. 

Sin embargo, a la Santa Sede se le pide hora tras hora que dé un paso más, que diga algunas palabras más altas, porque las buenas relaciones con Kirill y la paciente trama tejida en los últimos años con el Patriarcado de Moscú no pueden representar un cerco que impida a Roma moverse y hablar. El riesgo, de hecho, es el de no ser considerado creíble en una futura mediación por los ucranianos, que fácilmente reprocharían al papa el bajo perfil seguido hasta ahora. No se puede quedar prisioneros de la histórica Declaración firmada en La Habana en 2016, en la que el papa y el patriarca invitaban «a todas las partes del conflicto a la prudencia, a la solidaridad social y a la acción para construir la paz» e invitaban «a nuestras iglesias en Ucrania a trabajar para lograr la armonía social, a abstenerse de participar en el enfrentamiento y a no apoyar un mayor desarrollo del conflicto». Como se preguntaba Yves Hamant, uno de los principales eslavistas de Francia, en La Croix: «¿Qué podemos pedir a Ucrania? ¿Renunciar a su existencia como Estado soberano?».

Publicado por Matteo Matzuzzi en Il Foglio

Traducido por Verbum Caro para InfoVaticana

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Comentarios
50 comentarios en “Tres Iglesias, una guerra
  1. Como dijo el nuncio Viganó, es necesario «aliarse con Rusia, la defensora de la civilización cristiana», la mejor defensora contra el globalismo. Por eso la Santa Sede no debe ser neutral, sino apoyar a Vladimir Putin, el defensor fidei de nuestro tiempo.

    1. Si algunos obispos y patriarcas rechazan a Putin, es porque se han contaminado con el relato inventado por los medios de comunicación afines al NOM.
      Es moralmente legítimo que Rusia se defienda y nos defienda, frente al NOM. Quienes condenan al presidente ruso, es porque desconocen la verdadera naturaleza de los hechos que se están dando.

      1. Sin duda. Esto no es una guerra entre Rusia y Ucrania. Es una guerra de Rusia contra el NOM. Lo triste es que la inmensa mayoría de los Ucranianos lo tienen que sufrir en sus carnes.

      2. Rusia no se está defendiendo, sino atacando.
        Acaso los medios se han inventado las bombas y los muertos?
        El fanatismo es muy duro de roer. sin duda.

        1. Como siempre, acaba de rebatir lo que nadie ha sostenido. Es usted el rey de la falacia del hombre de paja. Debe de ser su fanatismo, que es muy duro de roer. Ah, y sí: los medios han tenido la poca vergüenza de hasta poner imágenes de un videojuego y decir que era del ataque ruso a Ucrania. ¡Menuda pillada! Los medios de manipulc… de comunicación de «los buenos» cada día disimulan menos. Al menos en Rusia no van de paladines de la libertad de expresión y de prensa, ni cambian las políticas de las redes sociales para permitir «expresiones de odio», como acaba de hacer Twitter o Facebook con carácter especial si se emplean contra los rusos (vivan donde vivan, aunque sean emigrantes decentes). Menuda panda de hipócritas tarados, que luego censuran cualquier tipo de comentario cristiano o pro-vida, tachándolo de «promotor del odio».

        1. En sólo tres líneas, la ínclita ACS ya ha vuelto a meter de rondón una herejía (como es su costumbre) incluso si se está hablando de algo tan material como una guerra. Es increíble.

          Es dogma de fe que Dios es «absolutamente simple e inmutable» (Constitucion dogmática “Dei Filius”, del Concilio Vaticano I) y, por tanto, impasible (es uno de los atributos divinos). Dios, pues, no sufre: el sufrimiento es un mal y en Dios no cabe mal alguno. Lo que no significa que sea indiferente (que no es lo mismo que impasible). Dios actúa en la historia, pero el único que cambia por la acción de Dios es el mundo, no Él. Su amor no implica sufrimiento (sufrir por amor sólo cabe en sus criaturas). Él nos ama sin sufrimiento alguno. Sólo se puede hablar de sufrimiento al referirse a Cristo, y no como Dios, sino únicamente como hombre. (SIGUE)

          1. Como en Él sólo hay una Persona (la divina) se puede decir que Dios «sufre» o «muere», pero sólo según su naturaleza humana. El Concilio de Calcedonia definió que la unión hipostática en Cristo se da sólo en la Persona divina, no a nivel de las naturalezas divina y humana, por lo que aunque se diga en su caso que Dios «sufrió» la Pasión o la Cruz, no lo hizo como Dios (es imposible), sino únicamente en su naturaleza humana. De la misma forma, cuando se dice que María es «Madre de Dios», es por ser madre de la Persona, que incluye ambas naturalezas, no sólo de una de ellas. Pero el sufrimiento no se da en las dos naturalezas, sino sólo en una (la humana), por lo que no se puede decir que Dios en Sí mismo sufra ni siquiera en la Persona del Verbo encarnado, pues el sufrimiento no afecta a sus dos naturalezas, sino sólo a una, y, por tanto, no a la divinidad.

        1. Será a «su vista» de troll anticatólico. Entre las intervenciones de Tom y las suyas, no hay color (las de usted son patéticas).

  2. Inducir a niños a cambiarse de sexo o a convertirse en gays es una perversión. Ya lo dijo Jesucristo que más les valdría atarse una rueda de molino y echarse al agua. Y eso nos traen nuestros amigos de ultramar.

      1. Lo que es evidente es que se ha confundido de noticia al poner el comentario, que seguramente iba en el de James Martín, dolido de que no se pueda mutilar a niños. De todas formas, esto tampoco va de ninguna masacre, y menos en Rusia (la de chorradas que hay que leer).

  3. Hay un video de un señor smad o algo así,, y platica de la historia de Rusia, siendo el héroe de su formación, un Santo, San Vladimir. Y lo que me parece increíble, es que se escandaliza de que Putin quiera emularlo.
    Emplea la palabra » terrible» varias veces.
    Me hace pensar en los que se burlan de los católicos por querer ser buenos; dice:
    Resulta terrible que un gobernante quiera a su pueblo, terrible que esté contra lo que rige en el mundo
    Terrible que proteja su nación
    Terrible que quiera ser cristiano.
    Terrible su nacionalismo
    Terrible que sean uno su obispo y él.
    Con su crítica, hasta le hace un favor.
    Qué ganas de que a los obispos se les critique por lo mismo:
    Por dar su vida por Cristo,
    Por amar a su grey,
    Por guardar los mandamientos.
    Por llenarse de santa ira cuando se osa ofender a Cristo. ¡ en el propio Templo!
    Que cada obispo tome el mismo actuar de un santo, para que valga la pena la crítica.

  4. Recordemos: Rusia ha invadido Ucrania. Ucrania tiene razón. Rusia es culpable.
    Ucrania es una nación mártir que ha sufrido durante varios siglos la ocupación, la persecución, la deportación y el asesinato de millones de ucranianos, siempre de parte de Rusia, fuera ortodoxa y zarista o fuera ortodoxa y comunista. Y en 2014 y ahora, otra vez.
    La iglesia netamente ucraniana es la greco-católica, junto a la bizantino-católica, que se reintegraron a la unidad católica hace siglos y que fueron disueltas en 1831 por el Zar y con Stalin por el Holomodor y tras la II Guerra Mundial, obligando a sus fieles a entrar en la ortodoxia cismática. La católica tiende a la unidad. La ortodoxa tiende a la fragmentación, como todos los cismáticos.

  5. Ucrania lleva nueve años masacrando civiles en Donetsk y Lugansk, y estas repúblicas han pedido ayuda a Rusia y Putin por solidaridad, se ha decidido a ayudarles. Además Rusia tiene que defenderse de la amenaza de guerra bacteriológica (había 30 laboratorios de armas químicas en Ucrania), y de la amenaza de que les disparen misiles nucleares desde Ucrania.

    1. Soros tiene intereses inconfesables y por ello quería arruinar a Rusia, y las potencias occidentales estaban implementando medidas deshonestas para empobrecer a la población rusa. Por eso es comprensible que Rusia haya reaccionado en legítima defensa.

  6. Sigo.

    Digo que la prueba del algodón es mirar a favor de quién está nuestro amado presidente (y ojo, hablo de gobiernos, no de pueblos), pues esos son los malos. Es así de simple.

  7. No sé si ha desaparecido un comentario contestando a Simplicio.

    No tengo ganas de repetirlo, de todas formas, todos tenemos ideas inamovibles.

    1. Simplicio simplificó el problema tan complicado, que ni los expertos pueden explicar.
      Unos son malos otros son buenos.
      Los buenos son los buenos y los malos los malos.
      Punto.

  8. No es verdad necesaria que el que se opone a un malo sea bueno. Puede ser un malo con intereses opuestos a los del otro malo, como dos jefes narcos que luchan entre si. Lo mismo pasa en las guerras.
    Parece que el sacerdote ruso quiere convencer de que los malos son los ucranianos y Rusia se defiende. Si claro, también Hitler se defendia de esa forma de los que habían ahogado a Alemania.

      1. Claro, esa manera de razonar acabaría por terminar dando la razón a Hitler cuando empezó la Segunda Guerra Mundial: primero con la anexión de los Sudetes checos y por último la invasión de Polonia no habrían sido en realidad más que reacciones en legítima defensa contra el “Diktat” que supuso el tratado de Versalles. Un disparate.

        1. Con independencia de lo que hiciera Hitler, nadie niega la importancia que tuvo el Tratado de Versalles en la posterior crisis económica alemana (y derivada de ésta, la social y la política) y el surgimiento del nazismo (que ni siquiera habría aparecido). ¿Los firmantes del Tratado de Versalles invadieron Polonia? Ciertamente no. Pero no se puede negar su responsabilidad en la situación que se produjo después y que derivó en el nazismo. Sin las abusivas cláusulas del Tratado de Versalles ni siquiera habría habido nazismo, ni, por tanto, Hitler, ni éste habría invadido nada. ¿Que lo de Hitler eran excusas? Puede. Pero excusas reales: nadie reclama un territorio que le han quitado si previamente no se lo quita nadie. Con Putin igual: ¿que sus motivaciones son excusas para otra cosa? Quizás. Pero no se las ha inventado, como pretenden los medios occidentales.

          1. La historiografía moderna lleva escritos ríos de tinta sobre las causas, próximas y remotas, de las dos guerras mundiales. Hay consenso en situar las de la Segunda en gran medida en la mala solución de la Primera. Mi comentario no iba en la dirección de las causas sino en subrayar el disparate que supone calificar una guerra de agresión, como la invasión rusa de Ucrania, como legítima defensa. Porque así se hiciese se legitimaría la invasión de Kuwait por Sadam Husein, la invasión alemana de 1939, etc. Que haya razones que expliquen causalmente un fenómeno no justifica que por definición estas amparen la legítima defensa. Hay un salto lógico y moral muy peligroso ahí.

          2. «…subrayar el disparate que supone calificar una guerra de agresión, como la invasión rusa de Ucrania, como legítima defensa»

            Puede decir, como opinión personal suya, que esta incursión rusa en Ucrania no es legítima defensa (no entro en si lo es o no). Pero insinuara que cualquier intervención armada es incompatible con la legítima defensa y dar la razón automáticamente al que aparentemente se defiende, es un error: a veces tomar las armas es el único recurso para defenderse, aunque se sea el primero en hacerlo, pues las agresiones no siempre comienzan por una guerra declarada: vea el caso de la Guerra Civil Española, guerra justa donde las haya, donde los agresores llevaban más de 5 años haciendo barbaridades, incluso produciendo víctimas mortales, que culminaron en el asesinato del jefe de la oposición por parte de los socialistas. ¿Fueron los «alzados» en julio de 1936 los agresores? Eso fue legítima defensa.

    1. «No es verdad necesaria que el que se opone a un malo sea bueno».

      Cierto. Pero el hecho de oponerse a alguien malo ya es un bien en sí mismo. Lo cual no implica que se posean otras bondades: se pueden tener o no; pero si se tienen previamente no se pierden por no ser necesarias.

      En cuanto a su frase «el sacerdote ruso quiere convencer de que los malos son los ucranianos y Rusia se defiende», ¿a qué sacerdote se refiere y dónde aparece lo que usted dice?

    2. Don Fede: No se puede comparar la acción de Rusia con la de la Alemania de Hitler, puesto que el Führer desarrolló su teoría del espacio vital en su «best selller» titulado «Mein Kampf», en el que manifiesta un nacionalismo expansionista, y cuando tuvo poder, invadió territorios de forma injusta. Y eso no tiene nada que ver con lo que está haciendo Vladimir Putin, que por las razones que ya se han explicado (no voy a volver a argumentar lo mismo), es una acción defensiva moralmente legítima.

  9. Catolicus,

    Es eso lo único q le preocupa Catolicvs, q haya dicho Dios en lugar de Jesús?

    Pues el centro de mi comentario era el dolor q Jesús y María sufren por tanta matanza de inocentes amados por ellos.

    Bucee un poco…

    1. Bucee usted, pero en un libro de teología católica, antes de soltar sus disparates. Su teoría «Cristo es Dios y como Cristo ha sufrido, entonces es que Dios sufre», es una herejía. ¿Si me preocupa que se suelten herejías? Claro. Y más en una página católica. Y encima con cualquier excusa. Opine sobre el tema del artículo, sobre la guerra, pero deje sus elucubraciones heterodoxas para usted misma. Ya es bastante grave que crea lo que cree, para que encima lo difunda y engañe a otros, al tiempo que se hace la «ofendidita» porque alguien la corrija.

      1. Catolicvs,

        Usted dice: «Su teoría «Cristo es Dios y como Cristo ha sufrido, entonces es que Dios sufre»…»

        Yo no he dicho eso.No mienta!

        Y no, no me ofende usted.

        Simplemente digo q Jesús y María sufren con esta matanza de inocentes a los que aman tanto.

        Y a mí eso me importa y me duele.

        Si lo comparte o no, no es cosa mía.

        Que Dios le bendiga y le guarde.Y no permita q nada de lo q pueda decirme turbe la paz q infunde en mi corazón. Y que le de la misma paz a usted, o más. 🙏🙏🙏

        1. «Yo no he dicho eso.No mienta!»

          No haga tantos aspavientos, que cualquiera puede leer lo que ha escrito. Y yo no miento. La que tiene tendencia a hacerlo cuando la pillan en un renuncio es usted (¡Ay, ese insomnio y esos rezos de madrugada…! Ya me entiende).

          Claro que no ha dicho mi frase, que es la deducción lógica de la frase con que usted, que jamás va a permitir que alguien corrija sus herejías, ha replicado: «Es eso lo único q le preocupa Catolicvs, q haya dicho Dios en lugar de Jesús?»

          Lo que había dicho usted es peor que mi frase: «Dios y la Virgen sufren con esta matanza». Y su intento de arreglarlo sin reconocer su error es casi peor, además de que acaba de negarlo: ¿por qué rectifica y dice «Jesús» (tuteando a Nuestro Señor Jesucristo como si fuera su primo, encima) si no? Cristo es Dios y como tal no sufre, y menos estando ya glorioso en el cielo, donde ningún alma tiene sufrimiento alguno (y menos la suya).

          1. Catolicvs,

            Con todo el cariño: no estoy para rollos patateros, de verdad.

            Que Dios le bendiga y le guarde siempre y acaricie su corazón con su amor divino y misericordioso.🙏🙏🙏

          2. Pues deje de soltar rollos patateros (y encima heréticos). Nadie le obliga a hacerlo. Si lo hace, se encontrará con la correspondiente réplica.

          3. Y, por favor, aprenda un poquito sobre la fe católica antes de decir disparates, pretendiendo encima pasar por católica, con esas extrañas creencias que usted tiene:

            Tanto Nuestro señor Jesucristo, como Su Santísima Madre, la Virgen María, están ambos en el cielo, donde no se puede sufrir. Ni siquiera lo hacen los mártires, los santos o los bienaventurados que se han salvado y gozan ya de la visión beatífica; excuso decirle el Señor y Su Madre. Los bienaventurados no sufren por los males de este mundo, ni siquiera por sus seres queridos. Únicamente pueden sentir amor (no sufrimiento) y pedirán a Dios que les alivie el sufrimiento y les dé fuerzas y resignación para sobrellevarlo. Nada más. Si usted creía, erróneamente, que en el cielo se podía sufrir, lo creía mal. De nada (la correción va por cuenta de la casa).

          4. catolicus,

            Diario de StA.Faustina:

            Punto 1447: Oh, cuánto «ME DUELE» que muy rara vez las almas se unan a mí en la Santa comunión…
            …para que `puedas conocer un poco «MI DOLOR» imagina la más tierna de las madres,q ama grandemente a sus hijos mienttras q esos hijos desprecian el amor de la madre. Considera su dolor…

            Punto 1478: las almas elegidas q no poseen Mi espíritu,q viven según la letra,esta letra la han puesto por encima de Mi espíritu,por encima del espíritu del amor.He basado toda mi ley sobre el amor,sin embargo no veo ese amor nii siquiera en los conventos, «POR ESO LA TRISTEZA ME LLENA EL CORAZÓN»
            Punto 1397:la pérdida de cada alma «ME SUMERGE EN UNA TRISTEZA MORTAL»
            Punto 580:»ME HIEREN» más las pequeñas imperfecciones de las almas elegidasq los pecados de las que viven en el mundo…me entristecí mucho por el hecho de q Jesús PADECE SUFRIMIENTOS a causa…

            Sigue…

          5. PD: las mayúsculas son sólo para resaltar, no las tome como signo de enfado ni nada de eso…

            Punto 580: te revelaré el secreto de mi corazón, lo que SUFRO por parte de las almas elegidas…
            Punto 1532: y aún HIERE más mi corazón la desconfianza después de…

            y así todo el diario, hablando de su dolor y de su misericordia. Jesús sufre. La Virgencita también.

            SIGUE…

          6. Catolicus,

            el problema entre usted y yo radica en que usted bucea en la teología y yo en el corazón de Cristo. Somos distintos en Él. Miembros distintos. A mí Dios me llama a hablar de su amor y a pensar siempre en cómo vive Él cada acontecimiento presente. A usted tal vez le llame a enseñar teología. Pero no todos vivimos la fe de la misma manera.

            Usted quiere que yo le reconozca su superioridad teológica y no tengo problema en hacerlo. Usted sabe más en ese aspeccto. Pero a mí Dios me llama a otra cosa: amor ,misericordia, perdón…oración q le consuele de su dolor. A usted esas cosas le tiran para atrás, lo sé, demasiada sensibleria para su gusto…

            Para mi entorno ateo soy demasiado misericordiosa, demasiado paciente, amorosa, perdonadora,compasiva…se irritan conmigo. A algunos de ustedes les sucede lo mismo…

            Pero Jesús me pide eso, y eso hago. Y feliz de hacerlo.

          7. «Diario de StA.Faustina»

            En marzo de 1959, reinando ya el Papa que dio inicio al Concilio Vaticano II, Juan XXIII, la Congregación del Santo Oficio prohibió, con la autorización y firma de dicho Papa, la publicación del ‘Diario de Sor Faustina’ y mandó inscribirlo en el «Índice de libros prohibidos», como puede comprobar fácilmente en las «Acta Apostolicae Sedis», abreviado AAS (Actas de la Sede Apostólica), que es el boletín oficial en el que se promulga la legislación universal de la Santa Sede y los documentos pontificios. Aquí tiene la referencia exacta de la condena pontificia: AAS, 6 de marzo de 1959, página 271.

            Usted parece no entender que la canonización de una persona no canoniza todo lo que ha hecho, dicho o escrito en vida, sino que únicamente se limita a certificar que ya goza de la visión beatífica y permite su culto. Nada más.

          8. Se ponga como se ponga, ni Dios, ni Cristo, ni la Santísima Virgen, ni los santos, ni los mártires, ni ningún bienaventurado sufren, porque en el cielo es IMPOSIBLE sufrir. Cualquier texto católico que hable del ‘sufrimiento’ de alguien que está en el cielo, sólo lo puede hacer en sentido metafórico, no real. No le voy a recomendar que lea el porqué en la Suma Teológica de Santa Tomás de Aquino (Doctor de la Iglesia), porque sería inútil. Pero le digo desde ya: si usted cree que en el cielo cabe cualquier tipo de sufrimiento, por nimio que sea, usted está contradiciendo la fe católica, y si lo sigue sosteniendo, cae usted en herejía por la contumacia.

          9. «el problema entre usted y yo radica en que usted bucea en la teología y yo en el corazón de Cristo»

            El problema es que yo acepto la fe católica y usted cree cosas que se inventa o que malinterpreta. Sus inspiraciones y sentimientos, como le ha dicho muchas veces hidaspes, tienen un tufo a diabólico que tumba de espaldas.

            «Para mi entorno ateo soy demasiado misericordiosa, demasiado paciente, amorosa, perdonadora,compasiva»

            Y para los católicos también lo es: pretende ser más ‘miseriordiosa, paciente amorosa, perdonadora y compasiva’ que el mismo Cristo, y transige con el error y el mal por una malentendida misericordia. Créame: anque le parezca duro, mis correcciones son por su bien y le evitarán sufrimientos futuros.

          10. catolicus,

            si no entiende que Cristo sufre en nosotros apaga y vámonos!

            Tanta letra , tanta letra…y no entiende lo más básico.

            «Te doy gracias, Padre, porque has escondido estas cosas a los sabios y las has revelado a la gente sencilla» · San Mateo (11,25-27) ·

            Jesús a Sta. Faustina: «las almas elegidas q no poseen Mi espíritu,q viven según la letra,esta letra la han puesto por encima de Mi espíritu,por encima del espíritu del amor.He basado toda mi ley sobre el amor,sin embargo no veo ese amor nii siquiera en los conventos, por eso la tristeza me llena el corazón.»

            Por eso no le gusta Sta. Faustina, porque se ve reflejado en estas palabras. Y lo excusa afirmando que es metafórico, ya me dirà què tiene esto de metafórico…

            Yo digo lo mismo que ella y usted me llama hereje, entonces ella también habrá sido hereje, no? pues ya me explicará usted cómo una hereje es santa…y cómo la Iglesia aconseja que leamos su diario…

          11. catolicvs,

            que Dios le de luz a su corazón herido y lo inunde con su amor misericordioso, que le abrace y le sumerja en el misterio del corazón de Cristo para que caiga la piedra donde tiene escrita la ley y sienta latir a Cristo en su corazón de niño, a quien ama y a quien desea amar con su amor Divino.

            Señor te lo ruego, ten misericordia de nosotros, y danos tu luz. Manifiesta tu amor en nuestro corazón para que seas en nosotros, y a través de nosotros puedas amar al prójimo. Que la calidez de tu amor brille por encima de la frialdad de la letra en todos tus hijos en Cristo,

            Por nuestro Señor Jesucristo, amén

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