Los progresistas alemanes se posicionan como servidores del papa mientras se esfuerzan por revisar radicalmente la doctrina y la práctica católicas.
(R.R. Reno/First Things)- Muchos grandes de la Iglesia católica en Europa están cayendo en el Reich del Arcoíris. El cardenal Jean-Claude Hollerich de Luxemburgo es el presidente del socio de la Iglesia en la burocracia de la UE, la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea. En una reciente entrevista con la Agencia católica de noticias de Alemania, afirmó que la enseñanza actual de la Iglesia sobre los actos homosexuales es «falsa».
Hollerich recurre a la tendenciosa «erudición» histórica introducida por John Boswell en 1980 y popularizada por William Countryman en la década de 1990. Esta obra pretende demostrar que las condenas del Nuevo Testamento a la homosexualidad solo se refieren a su papel en los cultos paganos y no alcanzan el nivel de enseñanza moral. Además, continúa Hollerich, el mundo ha cambiado: «No podemos dar las respuestas del pasado a las preguntas del mañana».
La tendencia en Europa no es buena. Hace más de dos años, la Iglesia alemana se embarcó en el «camino sinodal», un proceso legislativo de obispos, clérigos y representantes laicos. La marca personifica las corrupciones del catolicismo moderno tardío. Destaca una de las palabras favoritas del pontificado de Francisco: «sinodalidad», un término teológico falso inventado para servir como marcador de posición para la trinidad secular de la diversidad, la equidad y la inclusión. De este modo, los progresistas alemanes se posicionan como servidores del papa mientras se esfuerzan por revisar radicalmente la doctrina y la práctica católicas.
El año pasado, los que están en el «camino» aprobaron las bendiciones para los matrimonios del mismo sexo, así como para las parejas no casadas. Más recientemente, los piadosos legisladores del futuro de la Iglesia alemana pidieron la ordenación de hombres casados. También votaron a favor de la ordenación de mujeres al diaconado.
El «camino» en Alemania no está impulsado por los activistas laicos, sino por quienes están en la cima de la jerarquía. El cardenal Reinhard Marx, de Múnich, dijo recientemente a los periodistas que «sería mejor para todos crear la posibilidad de sacerdotes célibes y casados».
El fundador de First Things, el padre Richard John Neuhaus, observaba a menudo que allí donde la ortodoxia se convierte en algo opcional, la ortodoxia pronto será prohibida. Los defensores de la inclusión se convierten rápidamente en policías de la nueva corrección política.
El cardenal Hollerich tiene un argumento diferente para la prohibición. Considera que la enseñanza actual sobre los actos homosexuales es falsa porque «el fundamento sociológico-científico de esta enseñanza ya no es correcto». Hoy sabemos mucho más, y la Iglesia debe estar al día, «de lo contrario, perdemos el contacto y ya no se nos entiende». En estas circunstancias, los católicos recalcitrantes que no están dispuestos a actualizar su enseñanza moral y «seguir la ciencia» son pesos muertos. Dificultan la capacidad de la Iglesia para «relacionarse» con el hombre moderno, es decir, con las personas modernas.
Ya sea con la denuncia oficiosa de los que «niegan la historia», o con la censura más directa de los que «odian», podemos estar seguros de que el cardenal Hollerich y sus aliados serán implacables suprimiendo a la disidencia. El «futuro» es un dios celoso. Y los últimos acontecimientos sugieren que Hollerich está maniobrando para utilizar el escándalo de los abusos clericales para destruir al cardenal Rainer Woelki de Colonia, el más alto y poderoso defensor de la tradición apostólica en la Iglesia católica alemana.
No me sorprende. El cristianismo en el Occidente moderno siempre se ha visto tentado por las alianzas con la cultura burguesa, con las sensibilidades y actitudes de la gente acomodada y respetable más que con las verdades del Evangelio. Karl Barth se horrorizó cuando, al comienzo de la Primera Guerra Mundial, sus maestros, los grandes y buenos del protestantismo alemán, se alinearon en apoyo del nacionalismo considerado «el rumbo de la historia» en aquellos años.
En mis años como episcopaliano, observé cómo los líderes de la Iglesia se ajustaban a la opinión de la élite, siempre con cuidado de mantenerse en el «lado correcto de la historia». En esos años, eso significaba afirmar la revolución sexual, especialmente la homosexualidad. La doctrina cambia, pero el papel social de la Iglesia episcopal permanece constante: ser la capellanía de la cultura blanca de clase media alta.
Hoy en día, la Iglesia católica alemana está haciendo algo parecido, sirviendo de capellanía para el Reich del Arcoíris, el imperio de la diversidad, la equidad y la inclusión que enarbola la bandera del arcoíris. Desde el punto de vista sociológico, esto probablemente tenga sentido. Las iglesias alemanas se están vaciando, y sin un rebaño, ¿qué otro papel puede desempeñar el vasto aparato del catolicismo alemán?
Mientras tanto, en Roma, el papa actual trapichea.
Publicado por R.R. Reno en First Things
Traducido por Verbum Caro para InfoVaticana
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El Gran Reinicio es una expresión del mal porque la matriz ideológica en la que se basa es esencialmente satánica. Todos los protagonistas de este plan global están unidos por pertenecer a la Masonería, a la Comisión Trilateral, al Grupo Bilderberg: estos grupos de poder odian al cristianismo y al mismo Cristo, y no ocultan su adoración a Lucifer». «El culto a Satanás en todas las épocas históricas y en todas las civilizaciones ha sido una dolorosa constante en el misterio de la iniquidad que acompaña a la humanidad desde la expulsión de nuestros antepasados del Paraíso terrenal.
El ecologismo malthusiano, el culto a la Madre Tierra, las pseudo-filosofías orientales de matriz panteísta y no menos importante el “Cristo cósmico” añorado por el herético jesuita Theilard de Chardin son solo declinaciones de la misma desviación teológica».
«Los líderes de la Iglesia han hecho suyas las instancias de la ideología ecologista, ecumenista e inmigracionista que constituyen la versión exotérica del pensamiento masónico, es decir, la traducción para las masas del esoterismo luciferino». «La gran apostasía consiste precisamente en esto: en haber superpuesto, por así decirlo, una iglesia herética ultraprogresista a la verdadera Iglesia de Cristo; una iglesia cuya jerarquía coincide formalmente con la jerarquía católica, y que gracias a ella es capaz de imponer con autoridad propia aquellas desviaciones y errores que, por el contrario, debe combatir y erradicar».
Por todo esto, vemos como hay tantos que piensan que algo hay que hacer y vemos con gozo que ha nacido este 11 de febrero de 2022, el día de la Santísima Virgen María de Lourdes, el comité Liberi in Veritate,
Vinculado a los valores de la Tradición Católica, que ve entre sus fundadores a intelectuales, médicos, filósofos y personalidades del mundo de la comunicación. Esta iniciativa pretende, a través de un estatuto en veinticinco puntos, contrarrestar el leviatán tecnosanitario y todo el programa del Nuevo Orden Mundial, proponiendo un modelo saludable de sociedad, basado en la ley natural querida por Dios y rechazando absolutamente todo lo que atente contra la dignidad de la persona y elimine el libre albedrío.
De católico ya no queda nada en Alemania, por coquetear con los protestantes. El ecumenismo mata al catolicismo. No hay ecumenismo bueno. Hay el que hay, el que mata.
¿Y los neo conservadores que dicen interpretar bien el Vaticano II conforme a la Tradición, qué habeis hecho durante estos 60 años en los que habeis estado dominando la Iglesia? Cuando los tradicionales regían su iglesia, nada de esto pasaba. ¿Es que habéis estado dialogando con esa gente tan progre? ¿Y qué es lo que habéis estado dialogando tanto tiempo para que ahora os echen e impongan lo suyo?
Si no sabes torear, ¿a qué te metes?
Efectivamente, Uno.
No saben torear. Con el toro no se dialoga. Hay que debilitarse y cansarle. En el primer tercio. Y a eso no han llegado los «conservadores».
Pero luego hay que banderillear (2° tercio) y luego matar al toro (3er tercio). A eso ni se han atrevido.
Y el toro, resabiao él, les ha empitonado a ellos como le ha parecido bien.
Yo doy mi más sentido pésame a los señores Obispos, auténticos pastores que sufren con esta situación, también a los muchos y buenos sacerdotes de Dios.
Sobre todo sé que uno dijo que se avergonzaba de ser alemán; no, no debe de apenarse, si es el corazón el que decide su Patria. El que quiere vivir en la Ciudad de Dios tiene de paisanos a los que aman a Cristo y sus mandamientos, nada lo une con los renegados de Cristo,,salvo el anhelo de que ellos también tuvieran la felicidad eterna.
Pero si la rechazan,, ¿?
Se han dado cuenta de dónde se equivocó Lutero: enfrentarse al papa. Camélate al papa y haz lo que quieras, dicen estos peculiares agustinos del demonio. Y así pueden acusar a la iglesia fiel de ser la nueva Babilonia porque ellos se han quedado con el papa. La jugada, hay que reconocerlo, es maestra. Ya han puesto todas las figuras de peso a su favor.
Coincido con usted Scintilla. Lo ha expresado muy certeramente.
De acuerdo con sus teoría, sólo una salvedad. Aunque sean «peculiares», no ponga a los PP Agustinos como si fuese ellos los azuzadores de este desmán. No todos son agustinos.
Lo dice por Lutero, hombre, que era agustino (además de alemás y heresiarca). Al decir «estos peculiares agustinos» está haciendo una analogía.
alemás = alemán
Esta no es la Iglesia de Cristo, sino la nueva que están construyendo para adorar a la Bestia.
En realidad, todo lo que estamos presenciando ha sido profetizado, y lamentablemente se está cumpliendo.
La Sinodalidad me parece que se deviene en un Parlamentarismo como la iglesia anglicana. Lindo camino sinodal se espera. Me lo imagino a Jesús votando con todos sus Discípulos,
Cuando llegue un papa como dios manda, si es que llega, se acabó el compadreo con los modernistas, a la puta calle, mas claro el agua. Nada de diálogo ni componendas, no se puede transigir con el mal, cueste lo que cueste o perderemos a la iglesia. El buenismo de Juan Pablo II y Benedicto XVI debe acabar para siempre. Se acabó también el trapicheo con las religiones del mundo, marginando a Cristo en un rincón de la historia. En definitiva DECLARAR LA GUERRA AL MUNDO con todas sus consecuencias, poniendo a Cristo en el lugar que le corresponde, o nos lamentaremos cuando perdamos a la iglesia de Cristo para siempre.
Con perdón por la expresión cada día se parece más a una casa de p y la madame diciendo a todos los clientes lo que quieren oír.
A ver si la cruz del 0,7 se nos va a olvidar marcarla.
¿Pero…., tan solo nos interesa la cultura homosexual y que los curas se casen?. Que pobres somos en cosas importantes.
Si se aprueban las reformas del Camino Sinodal en Alemania muchos católicos en Alemania se van a hacer la siguiente pregunta:
Si todo da lo mismo,si no existen verdades permanentes ni objetivas que sentido tiene la existencia misma de la Iglesia y de sacerdotes celes o no celibes.
SI hoy las iglesias se están vaciando, van a terminar por vaciarse del todo( por lo menos en lo externo)
Y el diezmo que parece ser el único dogma intocable de la Iglesia en Alemania tampoco entonces va a tener ningún sentido seguir pagandolo
De esta forma los cardenales,obispos sacerdotes y laicos que integran las estructuras de la Iglesia en Alemania , algunos de los cuales el P Santiago Martín acaba de calificar como ATEOS CON SOTANA
están serruchando la sillas dónde están cómodamente sentados…
Cuando la Iglesia vuelva a ser pobre y humilde…y los mercenarios la abandonen,entonces resurgirá…con más fuerza que antes….
Me gusta el título de «reich del arco iris», ya que alude en el recuerdo al Tercer Reich, el cual, aunque sabemos que era la antítesis, pues perseguía la homosexualidad, sin embargo ambos coinciden en su actitud totalitaria.
Sin embargo, mientras la Iglesia se opuso al NSDAP (Partido Nacional Socialista Obrero Alemán), en cambio ahora la jerarquía apoya al «reich del arco iris.»
Pero claro, Su Santidad Pío XI era un pontífice de recta doctrina moral, cosa que no podemos decir de Francisco.
El vínculo entre la pandemia y el Gran Reinicio es instrumental: como han dicho personajes como Jacques Attali o Klaus Schwab, la pandemia ofrece una oportunidad única para la realización del Gran Reinicio, desde el momento que permite presentar como justificadas por la emergencia sanitaria la limitación de los derechos de los ciudadanos, aprovechando el miedo, creando enemigos -como los llamados no-vaxs- sobre los que descargar la tensión de las masas, presentando como una ventaja la enseñanza a distancia y el trabajo inteligente, y, por último, haciendo creer que las muertes y las enfermedades crónicas provocadas por un plan criminal de despoblación están causadas por un virus “mortal” (tasa de mortalidad del 0,07%), cuando sabemos muy bien que el Covid-19 es una forma de gripe que se puede curar, pero para la cual se han prohibido las terapias y se han impuesto protocolos absurdos que han llevado a un número de muertes que podrían haberse evitado.
Incluso la “vacuna” experimental, de cuyo suministro las empresas farmacéuticas obtienen enormes beneficios que se pueden rastrear hasta grupos financieros concretos -empezando por Black Rock-, está causando un número exorbitante de muertes y lesiones graves, a cambio de lo cual la Gran Farmacia se dispone a aumentar sus beneficios, asegurándose las curaciones para las próximas décadas. Si hay algo de grafeno en ese suero, y si se puede utilizar también para otros fines, es una cuestión que tendrán que abordar los expertos y los jueces, si es que queda alguno que no esté al servicio del régimen. Seguramente habrá que pensar en un nuevo Nuremberg, para juzgar y castigar a los responsables de este crimen contra la humanidad.
El culto a Satanás en todas las épocas históricas y en todas las civilizaciones ha sido una constante dolorosa del misterio de la iniquidad que acompaña a la humanidad desde la expulsión de nuestros antepasados del Paraíso Terrenal. El ecologismo maltusiano, el culto a la Madre Tierra, las pseudo filosofías orientales de matriz panteísta, y no menos el “Cristo cósmico” fantaseado por el jesuita herético Theilard de Chardin, no son más que declinaciones de una misma desviación teológica. En definitiva, detrás de la Pachamama está siempre Satanás, su envidia por el destino sobrenatural que el Dios Redentor ha reservado al hombre, su odio a la vida y a la belleza como expresiones de la omnipotencia de Dios Creador, su aversión a todo lo que recuerda la presencia de Jesucristo en la Historia, signo de un amor infinito del que el demonio está eternamente proscrito.
Sin embargo, más allá de estas consideraciones, no hay que subestimar el rol del componente ritual en la dinámica del Gran Reinicio y, en particular, de la llamada emergencia pandémica. En mi opinión hay dos aspectos: uno relacionado con el nuevo credo de la Iglesia Católica, y otro relacionado con la nueva religión globalista. Lo primero constituye una adulteración del Magisterio inmutable, lo segundo una culturización de la ideología globalista.
La cúpula de la Iglesia ha hecho propias las instancias de la ideología ecológica, ecuménica e inmigratoria que constituyen la versión esotérica del pensamiento masónico, es decir, la traducción para las masas del esoterismo luciferino. Esta puesta en común de un pensamiento ajeno y opuesto a la fe católica se ha preparado desde hace décadas, si no desde hace siglos: primero el modernismo y luego la herejía del Concilio prepararon al cuerpo eclesial para considerar aceptables doctrinas heterodoxas.
Seguramente, el cisma que prepara el camino sinodal alemán no se formalizará nunca, pues no parece que Roma se sienta decidida a afrontarlo. En cambio, aquél irá penetrando progresivamente y de modo variable en muchas instituciones católicas (ya lo está haciendo), y sus postulados serán adoptados por muchos jerarcas, clérigos y laicos de la Iglesia, especialmente en las sociedades más enriquecidas y hedonistas acomodadas al mundo. Preparémonos para vivir el catolicismo en una situación de inseguridad doctrinal (o al menos, bajo mensajes doctrinales diversos o incluso contrapuestos), provinientes todos ellos de orígenes no cuestionados por Roma, y sin que nos llegue una confirmación clara de la doctrina moral que está en la verdad de Cristo. Oremos para que el Señor nos ilumine a todos y para que seamos dóciles a su voluntad. Que la Virgen nos auxilie.