El Vaticano ha publicado esta mañana una carta del Papa Francisco a Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, con motivo del próximo Jubileo de 2025.
«Las cuatro Constituciones del Concilio Ecuménico Vaticano II, junto con el Magisterio de estos decenios, seguirán orientando y guiando al santo pueblo de Dios, para que progrese en la misión de llevar el gozoso anuncio del Evangelio a todos», escribe el Papa en la carta con motivo del Jubileo. Es lo que más ha llamado la atención en la misiva, ya que parece como si la Iglesia hubiera empezado en 1965, como si todo lo anterior al concilio de los sesenta hubiera que desecharlo, una enmienda a la totalidad de la llamada ‘hermenéutica de la continuidad’.
Desde que Bonifacio VIII instituyó el primer Año Santo en 1300, recuerda el Pontífice en la carta, «el pueblo fiel de Dios ha vivido esta celebración como un don especial de gracia, caracterizado por el perdón de los pecados y, en particular, por la indulgencia, expresión plena de la misericordia de Dios». Los fieles acceden «al tesoro espiritual de la Iglesia» atravesando la Puerta Santa y venerando las reliquias de san Pedro y san Pablo.
«Ahora que nos acercamos a los primeros veinticinco años del siglo XXI, estamos llamados a poner en marcha una preparación que permita al pueblo cristiano vivir el Año Santo en todo su significado pastoral. En este sentido una etapa importante ha sido el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, que nos ha permitido redescubrir toda la fuerza y la ternura del amor misericordioso del Padre, para que a su vez podamos ser sus testigos», escribe Su Santidad.
Francisco menciona en su mensaje la pandemia de coronavirus, que ha cambiado «nuestro estilo de vida». «Nuestras iglesias han sido cerradas, así como las escuelas, fábricas, oficinas, tiendas y espacios recreativos. Todos hemos visto limitadas algunas libertades y la pandemia, además del dolor, ha despertado a veces la duda, el miedo y el desconcierto en nuestras almas». señala el Papa. «Los hombres y mujeres de ciencia, con gran rapidez, han encontrado un primer remedio que permite poco a poco volver a la vida cotidiana. Confiamos plenamente en que la epidemia pueda ser superada y el mundo recupere sus ritmos de relaciones personales y de vida social. Esto será más fácil de alcanzar en la medida en que se actúe de forma solidaria, para que las poblaciones más desfavorecidas no queden desatendidas, sino que se pueda compartir con todos los descubrimientos de la ciencia y los medicamentos necesarios», escribe el Sucesor de Pedro.
El próximo Jubileo «puede ayudar mucho a restablecer un clima de esperanza y confianza, como signo de un nuevo renacimiento que todos percibimos como urgente», continúa el Papa, explicando que por ese motivo eligió el lema Peregrinos de la Esperanza. «Todo esto será posible si somos capaces de recuperar el sentido de la fraternidad universal, si no cerramos los ojos ante la tragedia de la pobreza galopante que impide a millones de hombres, mujeres, jóvenes y niños vivir de manera humanamente digna», asegura el Santo Padre, que piensa especialmente en «los numerosos refugiados que se ven obligados a abandonar sus tierras».
«Ojalá que las voces de los pobres sean escuchadas en este tiempo de preparación al Jubileo que, según el mandato bíblico, devuelve a cada uno el acceso a los frutos de la tierra», manifiesta el Pontífice.
«Por lo tanto, la dimensión espiritual del Jubileo, que nos invita a la conversión, debe unirse a estos aspectos fundamentales de la vida social, para formar un conjunto coherente», afirma, instando a no descuidar, a lo largo del camino, «la contemplación de la belleza de la creación y el cuidado de nuestra casa común».
Y es que, el Papa espera que el próximo Año Jubilar se celebre y se viva también con esta intención. «De hecho, un número cada vez mayor de personas, incluidos muchos jóvenes y adolescentes, reconocen que el cuidado de la creación es expresión esencial de la fe en Dios y de la obediencia a su voluntad», escribe el Papa.
«En esta perspectiva, la peregrinación hacia el Jubileo podrá fortificar y manifestar el camino común que la Iglesia está llamada a recorrer para ser cada vez más claramente signo e instrumento de unidad en la armonía de la diversidad. Será importante ayudar a redescubrir las exigencias de la llamada universal a la participación responsable, con la valorización de los carismas y ministerios que el Espíritu Santo no cesa de conceder para la edificación de la única Iglesia. Las cuatro Constituciones del Concilio Ecuménico Vaticano II, junto con el Magisterio de estos decenios, seguirán orientando y guiando al santo pueblo de Dios, para que progrese en la misión de llevar el gozoso anuncio del Evangelio a todos», escribe el Papa desechando, al parecer, el magisterio anterior al Concilio Vaticano II.
Y, finalmente, el Santo Padre anunció que, como preparación, el año 2024 estará dedicado al Padre Nuestro:
«En este tiempo de preparación, me alegra pensar que el año 2024, que precede al acontecimiento del Jubileo, pueda dedicarse a una gran “sinfonía” de oración; ante todo, para recuperar el deseo de estar en la presencia del Señor, de escucharlo y adorarlo. Oración, para agradecer a Dios los múltiples dones de su amor por nosotros y alabar su obra en la creación, que nos compromete a respetarla y a actuar de forma concreta y responsable para salvaguardarla. Oración como voz “de un solo corazón y una sola alma” (cf. Hch 4,32) que se traduce en ser solidarios y en compartir el pan de cada día. Oración que permite a cada hombre y mujer de este mundo dirigirse al único Dios, para expresarle lo que tienen en el secreto del corazón. Oración como vía maestra hacia la santidad, que nos lleva a vivir la contemplación en la acción. En definitiva, un año intenso de oración, en el que los corazones se puedan abrir para recibir la abundancia de la gracia, haciendo del “Padre Nuestro”, la oración que Jesús nos enseñó, el programa de vida de cada uno de sus discípulos».
“Peregrinos de la Esperanza” será el lema del Jubileo de 2025
Les ofrecemos la carta de Francisco, publicada en español por la Oficina de Prensa de la Santa Sede:
Al querido hermano
Monseñor Rino Fisichella
Presidente del Pontificio Consejo
para la Promoción de la Nueva Evangelización
El Jubileo ha sido siempre un acontecimiento de gran importancia espiritual, eclesial y social en la vida de la Iglesia. Desde que Bonifacio VIII instituyó el primer Año Santo en 1300 —con cadencia de cien años, que después pasó a ser según el modelo bíblico, de cincuenta años y ulteriormente fijado en veinticinco—, el pueblo fiel de Dios ha vivido esta celebración como un don especial de gracia, caracterizado por el perdón de los pecados y, en particular, por la indulgencia, expresión plena de la misericordia de Dios. Los fieles, generalmente al final de una larga peregrinación, acceden al tesoro espiritual de la Iglesia atravesando la Puerta Santa y venerando las reliquias de los Apóstoles Pedro y Pablo conservadas en las basílicas romanas. Millones y millones de peregrinos han acudido a estos lugares santos a lo largo de los siglos, dando testimonio vivo de su fe perdurable.
El Gran Jubileo del año 2000 introdujo la Iglesia en el tercer milenio de su historia. San Juan Pablo II lo había esperado y deseado tanto, con la esperanza de que todos los cristianos, superadas sus divisiones históricas, pudieran celebrar juntos los dos mil años del nacimiento de Jesucristo, Salvador de la humanidad. Ahora que nos acercamos a los primeros veinticinco años del siglo XXI, estamos llamados a poner en marcha una preparación que permita al pueblo cristiano vivir el Año Santo en todo su significado pastoral. En este sentido una etapa importante ha sido el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, que nos ha permitido redescubrir toda la fuerza y la ternura del amor misericordioso del Padre, para que a su vez podamos ser sus testigos.
Sin embargo, en los dos últimos años no ha habido país que no haya sido afectado por la inesperada epidemia que, además de hacernos ver el drama de morir en soledad, la incertidumbre y la fugacidad de la existencia, ha cambiado también nuestro estilo de vida. Como cristianos, hemos pasado juntos con nuestros hermanos y hermanas los mismos sufrimientos y limitaciones. Nuestras iglesias han sido cerradas, así como las escuelas, fábricas, oficinas, tiendas y espacios recreativos. Todos hemos visto limitadas algunas libertades y la pandemia, además del dolor, ha despertado a veces la duda, el miedo y el desconcierto en nuestras almas. Los hombres y mujeres de ciencia, con gran rapidez, han encontrado un primer remedio que permite poco a poco volver a la vida cotidiana. Confiamos plenamente en que la epidemia pueda ser superada y el mundo recupere sus ritmos de relaciones personales y de vida social. Esto será más fácil de alcanzar en la medida en que se actúe de forma solidaria, para que las poblaciones más desfavorecidas no queden desatendidas, sino que se pueda compartir con todos los descubrimientos de la ciencia y los medicamentos necesarios.
Debemos mantener encendida la llama de la esperanza que nos ha sido dada, y hacer todo lo posible para que cada uno recupere la fuerza y la certeza de mirar al futuro con mente abierta, corazón confiado y amplitud de miras. El próximo Jubileo puede ayudar mucho a restablecer un clima de esperanza y confianza, como signo de un nuevo renacimiento que todos percibimos como urgente. Por esa razón elegí el lema Peregrinos de la Esperanza. Todo esto será posible si somos capaces de recuperar el sentido de la fraternidad universal, si no cerramos los ojos ante la tragedia de la pobreza galopante que impide a millones de hombres, mujeres, jóvenes y niños vivir de manera humanamente digna. Pienso especialmente en los numerosos refugiados que se ven obligados a abandonar sus tierras. Ojalá que las voces de los pobres sean escuchadas en este tiempo de preparación al Jubileo que, según el mandato bíblico, devuelve a cada uno el acceso a los frutos de la tierra: «podrán comer todo lo que la tierra produzca durante su descanso, tú, tu esclavo, tu esclava y tu jornalero, así como el huésped que resida contigo; y también el ganado y los animales que estén en la tierra, podrán comer todos sus productos» (Lv 25,6-7).
Por lo tanto, la dimensión espiritual del Jubileo, que nos invita a la conversión, debe unirse a estos aspectos fundamentales de la vida social, para formar un conjunto coherente. Sintiéndonos todos peregrinos en la tierra en la que el Señor nos ha puesto para que la cultivemos y la cuidemos (cf. Gn 2,15), no descuidemos, a lo largo del camino, la contemplación de la belleza de la creación y el cuidado de nuestra casa común. Espero que el próximo Año Jubilar se celebre y se viva también con esta intención. De hecho, un número cada vez mayor de personas, incluidos muchos jóvenes y adolescentes, reconocen que el cuidado de la creación es expresión esencial de la fe en Dios y de la obediencia a su voluntad.
Le confío a Usted, querido hermano, la responsabilidad de encontrar las maneras apropiadas para que el Año Santo se prepare y se celebre con fe intensa, esperanza viva y caridad operante. El Dicasterio que promueve la nueva evangelización sabrá hacer de este momento de gracia una etapa significativa para la pastoral de las Iglesias particulares, tanto latinas como orientales, que en estos años están llamadas a intensificar su compromiso sinodal. En esta perspectiva, la peregrinación hacia el Jubileo podrá fortificar y manifestar el camino común que la Iglesia está llamada a recorrer para ser cada vez más claramente signo e instrumento de unidad en la armonía de la diversidad. Será importante ayudar a redescubrir las exigencias de la llamada universal a la participación responsable, con la valorización de los carismas y ministerios que el Espíritu Santo no cesa de conceder para la edificación de la única Iglesia. Las cuatro Constituciones del Concilio Ecuménico Vaticano II, junto con el Magisterio de estos decenios, seguirán orientando y guiando al santo pueblo de Dios, para que progrese en la misión de llevar el gozoso anuncio del Evangelio a todos.
Según la costumbre, la Bula de convocación, que será publicada en su momento, contendrá las indicaciones necesarias para la celebración del Jubileo de 2025. En este tiempo de preparación, me alegra pensar que el año 2024, que precede al acontecimiento del Jubileo, pueda dedicarse a una gran “sinfonía” de oración; ante todo, para recuperar el deseo de estar en la presencia del Señor, de escucharlo y adorarlo. Oración, para agradecer a Dios los múltiples dones de su amor por nosotros y alabar su obra en la creación, que nos compromete a respetarla y a actuar de forma concreta y responsable para salvaguardarla. Oración como voz “de un solo corazón y una sola alma” (cf. Hch 4,32) que se traduce en ser solidarios y en compartir el pan de cada día. Oración que permite a cada hombre y mujer de este mundo dirigirse al único Dios, para expresarle lo que tienen en el secreto del corazón. Oración como vía maestra hacia la santidad, que nos lleva a vivir la contemplación en la acción. En definitiva, un año intenso de oración, en el que los corazones se puedan abrir para recibir la abundancia de la gracia, haciendo del “Padre Nuestro”, la oración que Jesús nos enseñó, el programa de vida de cada uno de sus discípulos.
Pido a la Virgen María que acompañe a la Iglesia en el camino de preparación al acontecimiento de gracia del Jubileo, y con gratitud le envío cordialmente, a Usted y a sus colaboradores, mi Bendición.
Roma, Basílica de San Juan de Letrán, 11 de febrero de 2022, Memoria de la Bienaventurada Virgen María de Lourdes.
FRANCISCO
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Pues no he leído que entierre el Magisterio de la Iglesia.
Yo tampoco.
Ni yo. No sé verlo.
Nos podrían indicar en qué párrafo se encuentra, por favor, he leído toda la carta…
Rectifico: sí lo dice:
«Las cuatro Constituciones del Concilio Ecuménico Vaticano II, junto con el Magisterio de estos decenios, seguirán orientando y guiando al santo pueblo de Dios, para que progrese en la misión de llevar el gozoso anuncio del Evangelio a todos.»
He leído eso y no entiendo que suponga ciscarse en el Magisterio anterior. Refleja que el CVII era un concilio pastoral y más bien lo que hace es depreciar el magisterio posterior al subirlo al carro de la pastoralidad. La chicha de la verdad para el pueblo de Dios sigue siendo la de antes de ese concilio y ese magisterio, se puede interpretar. Lo que es dudoso es que, vistos los resultados, se puedan empeñar en mantener esa línea de distinguir tanto lo pastoral de la dogm´ática y praxis anteriores.
Scintilla,
yo tampoco entiendo que entierre el magisterio anterior pero – sin que esto suponga una crítica, no entro en ese análisis – sí que parece indicar que va a seguir en la linea del Concilio Vaticano II.
Para mí la chicha de la verdad es la del cuerpo de Cristo ,de principio a fin, puesto que Él dijo que estaría con nosotros todos los días desde entonces hasta el fin del mundo, y no creo que se refiriera sólo a la Eucaristia. Pero si fuera así, aún si se hubiera referido sólo a la Eucaristia, esta sigue estando con la Iglesia posterior al CVII, así que Jesús está con esta Iglesia de ahora también. No puede separarse la Iglesia anterior al Concilio de la posterior. Sólo hay Una: cuerpo de Cristo desde entonces hasta el fin del mundo.
Bendiciones
El CV II hay que entenderlo en continuidad con el Magisterio bimiliniario de la Iglesia.
ACS: «parece indicar que va a seguir en la linea del Concilio Vaticano II».
Eso va a ser un poco difícil, pues desde que comenzó su pontificado ha contradicho tropecientas veces, no el magisterio anterior (que también), sino al propio CVII y a todos los Papas posconciliares.
¿Pero cómo va a enterrar Francisco un magisterio que lleva 60 años enterrado?
Ejemplo: los cánones dogmáticos del Concilio de Trento sobre Liturgia, ¿en dónde están ahora sino en la tumba? Ejemplo: «el que dijere que los ritos de los sacramentos recibidos por tradición pueden ser despreciados o sustituidos por otros ritos nuevos, sea anatema». Pablo VI alias el santo, sustituyó los ritos de los sacramentos por otros ritos nuevos y tanto es así que los llamó NOVUS Ordo.
¿Con cuál autoridad lo hizo si la autoridad papal no puede cambiar nada de lo que recibe por Tradición? ¿Para qué cambió la doctrina litúrgica por una cena protestante si Trento condena la cena protestante?
Otro ejemplo de Magisterio bimilenario enterrado y sepultado esta vez por Juan Pablo II: la Mortalium Ánimos de Pío XI, en donde se condena todo lo que hizo Juan Pablo II en Asís. Pío XI no se estaba inventando nada nuevo, eso era lo que la iglesia había hecho siempre por tradición. JPII afirmaba llevar a la práctica lo dispuesto en el cvii, ergo es el cvii la pala con la que se entierra a Pío XI. ¿Pero qué me estáis contando de Francisco? Francisco habrá puesto el epitafio de la lápida, porque los enterradores ya han sido otros. Queda demostrado.
Otro ejemplo aún más claro de magisterio bimilenario enterrado por otros que no son Francisco:
El Syllabus de Pío IX, donde se condena expresamente como error modernista: «la libertad religiosa», esa misma que el Cvii dice que es un derecho que ha puesto Dios en la naturaleza humana. Pío IX no se inventó nada, sino que el magisterio bimilenario enseña que la libertad religiosa es el derecho a profesar la religión verdadera, y no el derecho a profesar lo que te diga tu libertad de conciencia. Es mentira que esto signifique que la iglesia obligaba a ser católico, porque para tapar una mentira la tienen que apuntalar con esa otra mentira.
Es falso que Dios me inserte en mi naturaleza humana el derecho a profesar la religión azteca como el Cvii me enseña. Como mi conciencia me dice que hay que sacrificar gente en un altar azteca, nadie puede coartar mi liberad religiosa siempre que no altere el orden público. Si se hace de tapadillo, la religión azteca no altera el orden público, pues nadie se entera. Está aberración no la ha puesto Francisco que yo sepa, lleva puesta 60 años y entierra la doctrina bimilenaria de la iglesia.
Os cuesta entender…Cada una de esas palabras es una pala de tierra sobre el magisterio anterior. Su conjunto es una losa de mármol que pretende ser su tumba. Pero Bergo lío no lo conseguirá. El magisterio anterior contiene infinidad de semillas que brotarán y triturarán esa pretendida losa.
Pues si. A mi me cuesta entender dónde «se carga» el magisterio de la Iglesia. Y no veo las paladas de tierra en cada palabra. De hecho no veo ninguna palada de tierra.
¡Bravo! Verdad.
¿De verdad le cuesta entenderlo, nb-91? Eso es porque no se ha leído «Amoris laetitia». Léaselo y luego nos cuenta (y si quiere nos miente).
Me sorprende que haya gente que ponga en duda que Francisco entierra el Magisterio anterior al Vaticano II.
Francisco es un demoledor. Sólo mira a partir del último concilio, y por cierto, desde una hermenéutica de discontinuidad. Francisco, como dijo el cardenal Kasper, ha iniciado un camino de cambio, en clara ruptura con sus predecesores.
Ni yo. Ese titular me parece falso, producto de una interpretación muy libre y tendenciosa de las palabras del papa. Harían bien en rectificar.
Scintilla: A mí en cambio me parece que el titular es muy certero.
Sexto párrafo, al fina menciona que guiaran a la Iglesia las cuatro constituciones del VII y el magisterio de estos decenios. Más claro, agua.
Ajo y agua
Este comentario es una suplantación del fatiguitas habitual, ruego se borren todos los comentarios pertenecientes a esa IP.
Noticia creada ex profeso para que los comentaristas odiadores habituales vomiten su rencor hediondo sobre el papa.
El papa Francisco participó en una adoracion satánica en el Vaticano…al pan pan y al vino vino..
Osea…que eso no lo hace un Papa..lo hace en todo caso alguien que sigue otro tipo de ideologia.
Vale, se equivocó, llevado por su ardor de cuidar la Naturaleza para nosotros y nuestros hijos y nietos.
¿Y por ello deja de ser nuestro papa?
No solo por eso, sino porque nunca actúa como Papa, más bien como un político r´igido y totalitario, haciendo gala de la forma en que llegó al poder: mediante un oscuro golpe de estado orquestado por sus jefes del NOM.
Ah, amigo, tiene las Llaves de San Pedro.
Por eso es nuestro Papa.
Las acusaciones hay que demostrarles.
¿Tiene usted las pruebas de dicha herejía?
Como todo amigo de teorías conpiratorias no las tiene salvo en sus fantasías para confirmar sus obsesiones.
¿Cómo usted demuestra las calumnias que suelta en esta página? No estire el chicle, Probe Migue.
Vigia ¿de verdad desea que le haga una enumeración de las aberraciones doctrinales y actos heréticos del llamado Francisco?
¿Acaso no ha estado usted en este mundo en los últimos años?
Por favor, quítese usted esa venda de los ojos que usted misma se ha puesto.
¿Adorar al diablo es equivocarse?
Por cierto ¿Si el piensa que se equivocó? ¿Donde estan sus disculpas?
Te juro que si se disculpa pongo una foto suya en la pared.
Exacto.
Si no hay argumentos para el odio se inventa…
Usted lo sabe bien, ¿verdad? Claro, que en el pecado lleva la penitencia.
Jajajaja. ¡Como se revuelven los trolls anticatólicos! ¿Tanto se aburren en Herejía Digital? Pero si aquí no van a convencer a nadie, y ustedes ya están convencidos… ¿Para qué tanto esfuerzo? ¿Sólo por hacer el ridículo? Tranquilos, que aunque quisiera, no podría anular el magisterio de la Iglesia. No sólo el anterior al CVII, sino tampoco el posterior, al que se pasa la vida contradiciendo («como dijeron mis predecesores…» y cuando uno comprueba las fuentes resulta que sus predecesores habían dicho justo lo opuesto). No, no dice que ha anulado el magisterio anterior al CVII (no puede): simplemente lo ignora o finge que lo desconoce y enseña cosas contrarias al mismo. ¡Casi nada!
«Jajajaja. ¡Como se revuelven los trolls anticatólicos!»
Los únicos que hay así sois los que habéis roto la camión con Roma y la santa iglesia.
Los que permanecemos en comunión con el papa y la Santa iglesia no somos anticatolicos.
Es el momento de que fundeis vuestra propia iglesia y dejéis a los católicos en paz.
Ande, «la camión»: deje de hacer el ridículo y de fingir que le importa otra cosa de la Iglesia que atacarla. Y como no se disculpe con Sacerdote mariano, va a tardar cero coma en desaparecer, como cuando insultaba como el Probe Migue.
Los pecados son personales y no me puedo disculpar por las opiniones ajenas.
¿Se lo volvemos a preguntar a D. Fernando Beltrán? Igual opina diferente que usted…
Pregunte lo que le parezca eso no cambia la verdad.
¿ por que me carga la culpa de otros?
Si la iglesia católica no tiene que cargar con los pecados particulares ¿ por que lo tengo que hacer yo? Nuevamente usted exige lo que niega
De verdad… visite al médico
Cada día se parecen más al partido comunista amenazando y censurando toda opinión que no sea de su agrado.
Sus calumnias no son del agrado de nadie, y pueden ser consideradas, además, constitutivas de delito. Así que, siga con su tomadura de pelo, que igual se lleva una sorpresa.
Como dijo el Cardenal Marx la Iglesia cambia. Pero es mejor decir que profundiza en vez de cambiar.
El papa Francisco se ha fundado en el Magisterio, en las Constituciones del CV II, y en el actual problema del cambio climático que vamos a provocar. No en vano hay pecados morales contra la naturaleza.
No es lo mismo profundizar en el error que cambiar cuando se está en él. Ese cardenal suele profundizar en su error, no cambiar, por desgracia.
¿Lo segundo lo dice de veras? Creo que tiene una grave confusión sobre lo que es un papa y lo que es el magisterio de la Iglesia. Y aun sobre la consistencia científica del cambio climático. En cuanto a los pecados contra la naturaleza, los que tradicionalmente se han llamado así son los que tienen que ver con la perversión de la vida sexual ordinaria del hombre, homose xualidad, besti alismo… es decir, las mastur baciones que utilizan a un tercero o una cosa para obtener satisfacción.
No es lo mismo profundizar en el error que cambiar cuando se está en él. Ese cardenal suele profundizar en su error, no cambiar, por desgracia.
¿Lo segundo lo dice de veras? Creo que tiene una grave confusión sobre lo que es un papa y lo que es el magisterio de la Iglesia. Y aun sobre la consistencia científica del cambio climático. En cuanto a los pecados contra la natura, los que tradicionalmente se han llamado así son de índole sexual, los que utilizan a otros del mismo sexo o cosas para la satisfacción personal.
Para una vez que acierta el cardenal Marx, es cierto la Iglesia cambia, no se lo tenéis en cuenta por haberlo dicho en unas circunstancias de error Doctrinal y Magisterial.
En cuanto a los pecados contra la naturaleza (Naturaleza) es cómo vamos a dejarla a nuestros descendientes; un mundo degradado. Y eso no es moral.
En un mundo cada vez más pequeño, sólo con pequeños gestos de urbanidad, que realicemos cada uno de nosotros, para cuidarla, o grandes gestos mundiales, reducir la contaminación ambiental por eliminar los gases contaminantes de CO2, o evitar el ensuciamiento de derivados del petróleo en el Planeta; creo que son gestos para hacer que nuestros hermanos, del tercer mundo, puedan vivir mejor. Y eso pertenece a la moral, ya que Dios desea lo mejor para todos
No se esfuerce: si el original no convence, imagínese el eco.
ESTE BURRO lleva aparejos, avanza y avanza sin mirar, cita a los esbirros y se siente respaldado, GARGOLA los catolicos ADORAMOS A DIOS trino, No seguimos ciegamente a los hombres, AMAMOS A PEDRO, cuando es Piedra, FIRME.
Cuando con hechos responde, SEÑOR TU LO SABES TODO SABES QUE TE AMO!
Con hechos, SEÑOR CON hechos, ARRODILLADO y defendiendo al señor, no con la espada, con firmeza y con ADORACION, obvio no a la pachamama, o arrodillado besando los pies a hombres, de RODILLAS ADORANDO!
ESO no lo puede decir usted de el PAPA FRANCISCO y nos duele a todos, si eso lo vieramos todos noostros los loquitos RIGIDOS, estariamos como usted dando la cara, la damos sin congruencia total, pecadores actuando con verguenza, esperando que el señor nos perdone como a EL BUEN LADRON, ojala tengamos el valor de derramar nuestra sangre y su gracia nos cubra.
Bueno Toto todos amamos al papa Francisco como persona y como sucesor de San Pedro, es nuestro Papa y a esto no se sigue que neguemos el Misterio de la Santa Trinidad.
¿Entierra? ¡Pero si ya lo enterró y lo sigue enterrando todos los días, hasta el extremos de insultarnos y perseguir a los católicos tachándonos de rígidos! ¿Cuándo habla Bergoglio de la Santísima Trinidad, de la divinidad de Jesucristo, de su condición de Único Salvador, de la Inmaculada Concepción, que negó expresamente, de su Maternidad divina, de que solamente hay una Verdad revelada, la católica, de la Santa Misa como renovación del Sacrificio del Calvario, de la necesidad de la conversión para salvarse con la ayuda de la gracia, de que el infierno es una verdad de Fe, de las almas del purgatorio, de que el matrimonio es de uno con una para siempre y abierto a la vida, de que el adulterio y la homosexualidad son pecados gravísimos, de que la Iglesia es jerárquica y no asamblearia, de que no se puede comulgar en pecado grave?
BURKE ARREMETE CONTRA TRADITIONIS CUSTODES DE BERGOGLIO
Traditionis custodes de Francisco es «confusa», «contradictoria» y «contraria a la razón». Es vinculante sólo en la medida en que es coherente con la doctrina y la disciplina de la Iglesia, porque una ley «no es una herramienta arbitraria en manos de individuos que promueven una ideología o agenda particular», dijo el cardenal Raymond Burke a NcRegister.com.
Como abogado canónico, Burke calificó el documento de aplicación del TC como «confuso» y «contradictorio», explicando que lo que pretende «no sólo es contrario al buen orden de la Iglesia, sino también a la razón».
Burke pone un ejemplo: El documento se arroga derechos a favor de la Congregación de Liturgia que pertenecen al obispo diocesano mientras que TC insiste en que el obispo sabe lo que es mejor para su diócesis.
Un Papa no tiene un «poder absoluto» para eliminar el ejercicio legítimo del poder de los obispos locales, aclara Burke.
Afirma que la TC no es para el bien de las almas en un momento en el que el rito romano tiene una gran vitalidad y atrae grandes asistencias a misa y vocaciones, mientras que el Novus Ordo sufre una «gran ausencia de fieles» y pocas vocaciones.
El cardenal cuestionó la razón aducida para la TC: disciplinar a los fieles que son [insultados colectivamente como] «agentes de división». Explicó que esos casos tendrían que ser tratados individualmente, sin embargo, Burke ha encontrado que los fieles de rito romano son «agentes de unidad en la Iglesia.»
Eso no lo dice Munilla, tan cobarde, ni borracho.
Evidentemente la Carta no dice lo que expresa el titular y lo que, no insinúa, sino que directamente imputa el artículo.
No se encuentra porque no está. es que es m´ás el primer párrafo hace referencia a la institución del Jubileo en el año 1300.
Pero, aunque fuera esa la intención oculta, de la que nuestros avezados compañeros comentaristas siempre parecen estar muy diestros, no se en qué contradice el Magisterio anterior, porque ni el articulista ni los que así lo afirman, manifiestan nada al respecto.
Es decir, otra vez criticando por criticar.
Con mención cum laude al anterior comentario que nos habla de una noticia que, qué raro, absolutamente nada tiene que ver con el artículo y su contenido, con el ánimo, ya nada disimulado de crear una envolvente y confundirlo todo, dando sensación de caos. Una estrategia muy vieja ya…
¿De verdad? ¿Usted le ha leído que «Todos los Concilios Ecuménicos y el Magisterio bimilenario de la Iglesia, seguirán orientando y guiando al santo pueblo de Dios»? Porque yo no lo leo por ninguna parte, siendo esta frase verdadera y no la que ha pronunciado (sobre todo si lo que pretende al decirla es enfrentar el CVII con el magisterio anterior). Eso es lo que realmente no está. Su pregunta sobre «en qué contradice el Magisterio anterior», ¿se refiere a estas afirmaciones, o a todo su pontificado? Porque si es ésto último debe de tratarse de una broma. ¿Se ha leído «Amoris laetitia», sin ir más lejos? Criticar por criticar, dice… ¡usted! Ver para creer.
Siento decir que el carpetazo al magisterio inmemorial de la iglesia, lo empezó a dar Pablo VI, cuando degradó a Cristo y le quitó el título de rey, renunciado a la unidad católica y a la doctrina consolidada del reinado social de Cristo. Al respecto, los siguientes papas no hicieron nada de nada, ni Juan Pablo II, ni Benedicto XVI, por lo que cuando Francisco tomó posesión del papado, Cristo Rey seguía tan derrocado como cuando lo hizo Pablo VI, y hoy en día Cristo sigue siendo degradado todos los días, cada vez importa menos en la iglesia modernista, es un cero a la izquierda donde reina la razón, la ciencia y la soberbia de exigir a Dios mismo una salvación bajo coacción.
No es que falle en uno u otro aspecto la iglesia de hoy, falla en todo, es un cúmulo de disparates donde solo los que tengan unas buenas tragaderas de una conciencia muerta, pueden aceptar esta situación infamante sin vomitar.
Recemos para que Cristo vuelva a reinar en la sociedad, en vuestros corazones y en vuestras familias. Empuñen el arma espiritual del Santo Rosario y recen a la Santísima Virgen, a san Jorge, a santa Ana y a los Santos Mártires canadienses para que protejan vuestra patria.
Quiero concluir mi llamamiento pidiéndoles que recen conmigo, con las palabras que Nuestro Señor nos ha enseñado: que esas palabras sean el sello de este despertar, de esta liberación nacional. Recemos todos juntos, en voz alta, para que nuestra oración se eleve al Cielo, pero también para que resuene con fuerza en estas plazas, en estas calles, hasta los palacios de los poderosos: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Y perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Y no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal. Amén.
Pablo VI ya fue el enterrador y el sepulturero de la Tradición, no le quitéis el título que se ganó a pulso, que no va a colar.
La hermenéutica de la continuidad inventada por Benedicto XVI consiste en admitir que la doctrina se va cambiando con el tiempo de forma continua y sin ruptura del mismo modo que una jirafa evoluciona a un simio sin ruptura. A este proceso evolutivo lo llaman «Tradición Viva». Todo esto significa que la hermenéutica de la ruptura consiste en decir que todo estaba mal y se cambió, y la hermenéutica de la continuidad consiste en decir que cada cosa estaba bien en el momento en el que se dio.
Lamentablemente ninguna de las dos es la postura católica.
¿Qué enseña la Iglesia católica al respecto? Pues para empezar, que ningún Papa tiene autoridad para enseñar nada nuevo ni para inventar nada: ni nuevas doctrinas, ni nuevos cultos, ni nuevos ritos, ni nuevos catecismos. Puesto que toda novedad es de por sí cis matica. La función del Papa sólo es transmitir lo que recibe. Lo que recibe es la Sagrada Tradición, que no está ni viva ni muerta, es siempre la misma, y consiste en la doctrina y el culto, siempre el mismo y siempre igual a lo largo del tiempo. Cuando los papas pasan de esto, pues lo que hacen es traer el desastre sobre la iglesia.
Según la lamentable postura de la hermenéutica de la continuidad, en la Iglesia pasa lo siguiente: un Papa condena la libertad religiosa, otro Papa la descondena, otro la vuelve a condenar, otro pone la pena de muerte en el catecismo, otro la quita, uno se inventa una misa, otro se inventa otra misa, uno condena el ecumenismo, otro reza en la mezquita, otro pone la reencarnación… Y así sucesivamente en un continuo sin ruptura que nada tiene que ver con ser católico. ¿Se capta la idea?
O sea, como el c. la bernarda.
Y este tinglado donde cada uno hace lo que le viene en gana ilegalmente, te lo presentan como la única alternativa a la hermenéutica de la ruptura de los malvados progresistas. Es como los usureros controlando el capitalismo liberal y su contrario el socialismo para que a la hora de elegir elijas a los usureros de todas formas.
¿Me lo podéis explicar? ¿Si cada papa tiene un magisterio diferente y cada uno inventa algo, el papa del futuro qué es lo que recibe para transmitirlo despues? ¿El Pío Xiii del futuro cual magisterio nos tiene que transmitir, que la pena de muerte es legítima o que es ilegítima? ¿Que el ecumenismo está condenado como dice Pío XI o que el ecumenismo es muy bueno como en Asís? ¿Cuál es la Tradición que hay que transmitir, la una o la otra?.
Pues por esa misma regla de tres vendrá un papa que diga: todo lo que habéis construido desde 1965, todo a la basura sin ruptura y en continuidad.
La Tradición no solo se compone del dogma y moral que no pueden cambiar y permanecen idénticos por todos los siglos, pero también se compone de liturgia, disciplina, y la acción pastoral del magisterio. La suma de todos estos elementos, dogma y moral inmutables, liturgia, disciplina, y acción pastoral forman lo que se conoce como Tradición de la Iglesia…
Los inmutables son el dogma y la moral, y los mutables que se adaptan a los tiempos y circunstancias son la liturgia, la disciplina, y la acción pastoral..
Está usted muy equivocado, Gárgola. Usted no describe la Tradición, que el Catecismo Mayor de San Pío X (que es bastante más pedagógico que el actual) describe así:
5 °-De la Tradición
890. ¿Qué es la Tradición? -Tradición es la palabra de Dios no escrita, sino comunicada de viva voz por Jesucristo y por los Apóstoles, transmitida sin alteración de siglo en siglo por medio de la Iglesia hasta nosotros.
891. ¿Dónde se contienen las enseñanzas de la Tradición? – Las enseñanzas de la Tradición se contienen principalmente en los decretos de los Concilios, en los escritos de los Santos Padres, en los documentos de la Santa Sede y en las palabras y usos de la sagrada Liturgia.
892. ¿Qué caso hemos de hacer de la Tradición? – A la Tradición hemos de tener el mismo respeto que a la palabra de Dios contenida en la Sagrada Escritura.
Y la Liturgia forma parte de Tradición Apostólica (a buen entendedor…).
Doctrina y dogma no son cosas idénticas. El dogma sólo es una parte de la doctrina, y es la iglesia la que ha dicho lo que es dogma, pero es la doctrina en su conjunto la que hay que creer y la que no se puede cambiar, no como dicen los neo conservadores: «todo se puede cambiar excepto el dogma». Eso es falso. La doctrina litúrgica tampoco se podía cambiar, los cánones con anatemas de excomunión de concilios dogmáticos tampoco, siguen vigentes porque equivalen a dogmas.
Catholicvs lo que he expuesto está puesto por Catholic. net en un artículo sobre la Tradición.
Da igual de qué página lo haya sacado. ¿Pone en la misma que la definición del catecismo sea falsa? ¿Verdad que no? Porque la verdad no cambia. Y eso es lo que la Iglesia ha enseñado siempre.
Con permiso del respetable, quiero salir en defensa de la citada Bernarda, por que habiendo ejercido la profesión mas vieja del mundo, merece un respeto. Por que, que más quisieran los prelados modernistas y herejes de todo pelaje y condición que infectan la iglesia ser como ella. Por que Bernarda era una católica practicante y acogida a Cristo durante toda su vida, hoy goza del cielo eterno. Os precederán en el Reino de los Cielos. Por contra, los prelados hipócritas, su destino es de todos conocido. Por que Dios es justo.
Gargola:
La iglesia, Cuerpo de Cristo, no puede cambiar en nada esencial o definitorio; una Iglesia insertada en Cristo, y que vive de Cristo y en Cristo, no puede cambiar, porque Cristo es el mismo hoy y ayer y mañana, como intuimos los que indignamente queremos seguirle. Y profundizar (la Iglesia en Cristo) NO es cambiar, ni puede ser otra cosa que insertarse cada vez más en Él para llegar a tener una vida más plena, más verdadera, más reconociblemente cristiana.
Dice usted: «En cuanto a los pecados contra la naturaleza (Naturaleza) es cómo vamos a dejarla a nuestros descendientes; un mundo degradado…»
Mire, no creo que haya una «naturaleza» más importante para el hombre que la suya propia, la naturaleza humana, tal como nos la dio el Señor. Y ésta sí que está hoy en peligro de degradarse por la acción reiterada de los propios hombres. Y de esto apenas nos adviertan muchos de los que deberían ocuparse de ello.
Bendiciones
Catholicvs La Verdad es una Persona Cristo, y este nos dejó un solo mandamiento: «amar a los demás como él nos amó.»
Primero, como dice Perplejo, es nuestra salvación, pero no por ello debemos dejar a la Naturaleza destrozada. Y por supuesto la Liturgia ha ido cambiando con el paso de los años, ahora mismo tenemos el Novus Ordo, que es precioso.
Su afirmación no es cierta: Cristo no dejó sólo un mandamiento. Es un tema que ya se ha tratado muchas veces. Hace medio año lo expliqué en otra noticia, y, como la verdad no cambia, la explicación es la misma: todos, absolutamente todos los mandamientos, se refieren a Dios y al prójimo (unos a Dios y el resto al projimo), y el mismo Cristo establece la jerarquía: los más importantes los que implican amar a Dios, y después los demás. Lo que usted ha entrecomillado, sesgando la primera parte, es simplemente un resumen del Decálogo, no el undécimo mandamiento (no existe tal), ni mucho menos el único: «Los Diez Mandamientos se encierran en dos: amarás a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a ti mismo». Así se enseña a los niños de catequesis de Primera Comunión dicho resumen hecho por Cristo. Eso es lo que significa, no que ya no haya que cumplir el Decálogo (afirmación condenada con excomunión por el Concilio de Trento).
Y en cuanto a su afirmación de que la Liturgia ha ido cambiando con el paso de los años, es hacerse trampas en el solitario, pues además de que apenas hubo cambios, éstos no fueron esenciales. El ‘novus ordo’, en cambio, es un caso único en la historia de la Iglesia, donde no ha habido una evolución orgánica, sino una creación «ex nihilo». ¿Qué se ofrece ahora a Dios en la misa? Porque el Ofertorio del Rito Romano se ha eliminado por completo y se ha sustituido por una oración judía. Y éste es sólo un ejemplo, pues ya hay montones de libros y artículos que tratan del tema a quien sinceramente le interese. Estracto lo que en 1997 escribió el Cardenal Alfons M. Stickler en su ensayo «Die heilige Liturgie» (La Sagrada Liturgia):
La misa viene de Cristo; fue adoptada por los apóstoles y sus sucesores como también por los Padres de la Iglesia. Se desarrolló orgánicamente con el mantenimiento consciente de su substancia. La liturgia se desarrolló conforme a la Fe que está contenida en ella; por esto podemos decir con el Papa Celestino I, en sus escritos a los obispos Galicanos en el año 422: ‘Legem credendi lex statuit supplicandi’: la liturgia contiene y, en formas adecuadas y comprensibles, expresa la Fe. En este sentido, el contenido de la liturgia participa del contenido de la Fe misma y, ciertamente, contribuye a protegerla. Nunca se ha visto, entonces, en ninguno de los ritos cristianos católicos, una ruptura, una creación radicalmente nueva –a excepción de la reforma post-conciliar– . Pero el Concilio pidió, una y otra vez, que la reforma se adhiriera a la tradición. (SIGUE)
Todas las reformas, comenzando con Gregorio I, a lo largo de la Edad Media, durante el ingreso a la Iglesia de los pueblos más dispares con sus variadas costumbres, observaron esta regla básica […] Las reformas efectuadas por los papas y particularmente estimuladas por el Concilio de Trento y llevadas adelante por el Papa San Pío V, como de las de San Pío X, Pío XII y Juan XXIII, no fueron revoluciones, sino meramente correcciones insignificantes, alineamientos y enriquecimientos. No debía introducirse nada nuevo, como el Concilio dice expresamente refiriéndose a la reforma deseada por los Padres Conciliares.
Fe de erratas:
Donde dice «Estracto lo que en 1997…»,
debe decir: «Extracto lo que en 1997…».
La afirmación del título es exagerada.
Quizás cree éso porque no se ha fijado en las comillas…
No sigo a un hereje, a un blasfemo, por mucho que ponga sus carnes sobre la Cátedra. No obedezco a un hereje y blasfemo
«La Tradición de la Iglesia, desde el punto de vista teológico, es una combinación de elementos que se suman para crear un todo inseparable; esto es la esencia misma de la Iglesia fundada por Cristo. Estos elementos se pueden consideran en dos grupos: los inmutables que nunca cambian y siempre permanecen idénticos, y aquellos que si pueden cambiar o son modificables. Es importantísimo entender esta diferencia pues si no se entiende bien se puede caer en gravísimos errores: aquellos que quieren cambiar lo que no se puede cambiar de la Tradición caen en el gravísimo error del modernismo o progresismo, un error condenado por el magisterio en el Syllabus y en tantos otros documentos oficiales. Aquellos que no entienden que la Tradición igualmente se compone de elementos que pueden cambiar siguen una noción, errónea, limitada e incompleta de la Tradición.»
El artículo que transcribe de esa página web comete un error de bulto que salta a la vista: confunde Tradición, con mayúscula (la Apostólica, que es una de las dos fuentes de la Revelación), con las tradiciones, con minúscula, que significa «costumbres». La Tradición no puede cambiar. Lo diga esa página web o el lucero del alba.
Le vuelvo a poner lo que siempre ha creído la Iglesia tal como lo expresa el Catecismo de S. Pío X:
-Tradición es la palabra de Dios no escrita, sino comunicada de viva voz por Jesucristo y por los Apóstoles, transmitida sin alteración de siglo en siglo por medio de la Iglesia hasta nosotros.
-Las enseñanzas de la Tradición se contienen principalmente en los decretos de los Concilios, en los escritos de los Santos Padres, en los documentos de la Santa Sede y en las palabras y usos de la sagrada Liturgia.
-A la Tradición hemos de tener el mismo respeto que a la palabra de Dios contenida en la Sagrada Escritura.
Fijense en las manos, sobre todo la Izquierda. Es la mano del marrano.
Catholicvs totalmente de acuerdo con usted, excepto en que la liturgia no es fija inamovible, sino san Pablo VI no hubiera podido cambiarla, y como San Pío X también es santo.
Ya lo he dicho en otras ocasiones: una canonización sólo supone que esa persona goza de la visión beatífica y que se le puede rendir culto público, no que todo lo que hiciera en vida fuera acertado o siquiera bueno. El valor del Catecismo de San Pío X no se deriva de la canonización de dicho Papa, sino de compendiar la fe católica, lo que siempre ha creído la Iglesia, o lo que es lo mismo: lo que se ha creído siempre, por todos y en todas partes, que es la regla de la fe. Y ya le he dicho: hay magníficos libros y artículos sobre el tema de la reforma litúrgica de Pablo VI, contraria en casi todo a las disposiciones conciliares, por cierto. Debatirlo excedería el espacio de comentarios de esta página, por lo que si honestamente le interesa, le insto a que lo busque en internet, donde hay muchas y muy buenas publicaciones, entre libros y artículos.
Catholicvs, puedes mirarlo por Internet, el papa puede cambiar la liturgia, lo siento por el Catecismo de San Pío X.
Puede cambiar lo que puede cambiar. El resto no y es un abuso. Lo siento. Puede mirarlo por internet o donde quiera, que la verdad no cambia y la cita del catecismo es la fe que la Iglesia siempre ha enseñado, y no las páginas web que a usted le agraden.
¿El papa puede cambiar la liturgia? El papa no puede eliminar la liturgia recibida por tradición y sustituirla por un Ordo nuevo luterano porque cae en la excomunión de Trento por ser una liturgia cisma tica. La liturgia la puso en origen Jesucristo ¿Cómo instituyó entonces los sacramentos si no?. El dogmático Trento lo dice: la misa de San Pío V «es de Tradición apostólica» , es decir, la que le enseñaron a los apóstoles. Ningún santo ha hecho ese daño a la Iglesia.
Gárgola, no sabes lo que dices. Si un Papa puede eliminar la liturgia y poner una liturgia protestante significa que el Papa puede abolir un concilio dogmático e imponer su capricho sin basarse en nada. Porque la Iglesia en Trento se pronuncia DEFINITIVAMENTE sobre la liturgia y condena con el anatema al transgresor. El pastoral Vaticano II no autoriza en ningún momento a Pablo VI a hacer nada de lo que hizo con la misa encargando la a sus seis amigos protestantes.
La Bula Quo Primum Tempore de San Pío V condena a «quien quiera que sea» (en latín: quiscumque= todo pastor sin excepción incluyendo al papa) el pastor de la iglesia que en el futuro impida celebrar la misa Tradicional e imponga otra. ¿Cómo va a ser santo Pablo VI si cayó en todos los anatemas de excomunión de Trento? Si es que algunos no sabéis ya ni lo que creéis ni lo que decis.
Por eso: ¡a estudiar Historia de la Iglesia todo el mundo! ¡Leerse una obra de un Padre de la Iglesia por semestre! Profundizar en el Concilio Vaticano I y en el de Trento! Urgente ya!
Pero si es que se creen que el único concilio vigente es el pastoral Vaticano II y todos los concilios dogmáticos y definitivos anteriores han sido abolidos por «San» Pablo VI en un acto de amor.
Como que para un concilio sólo pastoral va a bajar el Espíritu Santo para evitar el error otorgando infabilidad a los cuatro absurdos doctrinales que se dicen ahí. ¿Pero desde cuando una mera pastoral puede ser infalible?