El obispo de Córdoba recuerda la importancia de vivir la castidad en el noviazgo

Demetrio Fernández, obispo de Córdoba Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba
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La Conferencia Episcopal Española, a través de la Subcomisión para la Familia y la Defensa de la vida, invita a celebrar la Semana del Matrimonio, del 14 al 20 de febrero, en todas las diócesis españolas. Con el lema “Matrimonio es +” contará con numerosas actividades y tiene como objetivo ser una oportunidad para que los matrimonios católicos renueven su compromiso, así como mostrar a la sociedad la belleza del matrimonio.

Con motivo de este próximo acontecimiento, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha centrado su carta pastoral de esta semana en el noviazgo y matrimonio cristiano.

El obispo comienza alertando de una cuestión predominante en estos momentos, «muchos jóvenes hoy tienen miedo a casarse» y detalla que «en el fondo es miedo al compromiso, es miedo al fracaso, al ver tantos matrimonios rotos por el divorcio». Por eso, pide a «la comunidad cristiana, desde las familias ya constituidas hasta las parroquias y los movimientos han de tener en cuenta esta situación para acompañar a los novios en algo que les parece imposible, pero que está al alcance de todos con la gracia de Dios».

Demetrio Fernández incide en que la fiesta de san Valentín «es una ocasión para profundizar en estas dificultades y sobre todo abrirse al horizonte de Dios en este tema, del que Jesucristo ha tratado, elevando la alianza de amor de los esposos a la categoría de sacramento. La encíclica Amoris laetitia (nn. 205ss) trata de este aspecto, señalando la urgencia actual de acompañar a los novios en su camino al matrimonio».

Así mismo, el prelado incide en que «aprender a amar no se hace en cuatro días, es tarea de toda la vida. Porque en el fondo se trata de crecer en la vivencia cristiana, que nos va sacando de nuestros egoísmos para hacer de nuestra vida una donación. La relación de amor no puede instalarse en la posesión, sino que ha de crecer en la donación al otro. Y esa es tarea de la gracia, que mueve a colaborar con un corazón generoso».

El obispo también ha destacado la necesidad de recordar la importancia de las virtudes dentro de esta etapa. «La castidad resulta condición preciosa para el crecimiento genuino del amor interpersonal” (AL 206). Si los novios se preparan para el don pleno de sí mismo al otro, incluso para la donación corporal y sexual, esto solo es posible cuando se recibe al otro como un don de Dios, y cuando uno se entrega al otro en el Señor (1Co 7,39)», ha recordado el obispo de Córdoba.

Fernández sostiene que «aquí reside el secreto del sacramento del matrimonio». El prelado afirma que «hay quienes dicen qué añade el sacramento del matrimonio, si ya nos conocemos, nos queremos, estamos comprometidos el uno con el otro. Qué más da que la entrega sea antes o después de la boda, cuando ya hay un compromiso firme por parte de ambos. O cuando no puede celebrarse la boda por el motivo que sea». El prelado cordobés, mantiene que «la Iglesia, apoyada en la enseñanza de Jesucristo, te dice: No es lo mismo y ahí está el secreto, para mirarlo con ojos de fe. El sacramento del matrimonio consagra el amor de los novios y consagra a cada uno convirtiéndole en esposo/a del otro. No le es lícito al hombre o a la mujer tomar al otro sin que Dios te lo dé.Y Dios te lo da cuando lo consagra en el sacramento del matrimonio y en la bendición por parte de Dios de ese amor que los convierte en esposos».

«Evidentemente, para el que no tiene fe eso le suena a música celestial, sobre todo cuando tiene en sus brazos a quien es carne de su carne, palpable, visible, apetecible. He aquí el camino a recorrer por los novios cristianos: dejar que todo eso visible y palpable sea iluminado e inundado por la gracia de Dios, para transformarlo, para elevarlo, para hacerlo duradero en Dios. Cuando el amor de los novios se queda sólo en el deseo y no arraiga en el corazón, será un amor pasajero, que deja una frustración tremenda en el corazón humano. El amor de los novios es un amor que viene de Dios y quiere ser eterno. Educarse en ese amor es tarea de toda la vida, y lo es especialmente del noviazgo», apunta el prelado.

Es por ello, que finalmente Demetrio Fernández pide a los novios en la fiesta de san Valentín, que «vivan el amor humano transfigurado, elevado, purificado por la gracia de Dios. Ese será un amor duradero que satisfará para siempre el corazón humano de quienes son llamados al matrimonio», concluye el obispo de Córdoba.

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Comentarios
4 comentarios en “El obispo de Córdoba recuerda la importancia de vivir la castidad en el noviazgo
  1. ¿Y pretende invitar a la castidad con la Amoris Laetitia 303, que califica el pecado como respuesta generosa a la voluntad divina, la bomba según el filósofo Josef Seifert, que fue destituido por el arzobispo de Granada por decir la Verdad, que nos hace libres? ¿Son cortos o son malvados? ¿Ciegos que guían a otros ciegos? Decir Amoris Laetitia es decir comunión sacrílega. Para eso la redactó y publicó Bergoglio, con la ayuda de Victor Manuel Fernandez, Kasper y demás impresentables anti católicos, otorgando incluso valor auténtico interpretativo al documento bonaerense, devastador, como el de Malta. Un pastel con veneno se tira entero a la letrina, no se disecciona.

  2. El Sr. Obispo hace muy bien en recordar una doctrina que, en nuestros días, es tan «políticamente incorrecta» como necesaria. Gracias, Ilustrísima.

  3. Citan la herética AL porque quieren decir que están en comunión con el tal b. Cuando se aclara, se oscurece.
    El resto fue sana doctrina.
    En la realidad de las comunidades cristianas corren otras aguas, no por criticar, pero la idea es como que todo vale, con buena intención. Un relativismo moral aplastante y anclado en los cerebros.
    No quieren escuchar correcciones.

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