La asamblea plenaria del camino sinodal alemán ha aprobado un documento que contradice en varios puntos (los esperables) la doctrina o la disciplina de la Iglesia universal.
Los alemanes se han pasado por el arco del triunfo las advertencias de Roma y en el contexto del camino sinodal emprendido por su episcopado han aprobado un texto en el que instan al Papa a “clarificar y reevaluar la homosexualidad desde un punto de vista magisterial”.
La negativa a bendecir parejas homosexuales es “despiadada o incluso discriminatoria” en una sociedad que ha alcanzado la dignidad humana y la libre autodeterminación como máxima de normalización moral , dice en el texto sobre las celebraciones de bendición. Tal rechazo no puede justificarse teológicamente de manera convincente.
Según los redactores del documento, aprobado por abrumadora mayoría, los actos homosexuales ya no deben ser condenados como pecado grave en el catecismo. La orientación homosexual es parte de la identidad humana “como creada por Dios” y por lo tanto “éticamente no debe ser juzgada de manera diferente a cualquier otra orientación sexual”.
Un cambio de este tipo exige su inclusión en el Catecismo de la Iglesia Católica, que a este paso será tan cambiante como la Enciclopedia Soviética, pero eso no preocupa al iniciador de este peligroso proceso, el arzobispo de Munich-Frisinga, cardenal Reinhard Marx. “El catecismo no es el Corán”, ha declarado Marx. Por lo tanto, un cambio del catecismo no es un “sacrilegio”.
Marx recordó que el Santo Padre ya ha cambiado la valoración sobre la pena de muerte, que en el antiguo catecismo era una prerrogativa lícita para el poder legítimamente constituido como último recurso en determinados casos; Francisco eliminó este pasaje en 2018 a favor de una prohibición sin excepciones.
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Francisco es el primero que ha cambiado el Catecismo en cuestiones como la pena de muerte, y esta misma semana contradijo la enseñanza del Catecismo de San Pío X en los puntos 225 y 226, al decir que la comunión de los santos llega a los apóstatas.
Y en otras cuestiones el Papa ha refutado la doctrina católica (al decir que todos somos hermanos, que por Jesús corría sangre pagana, que la Virgen no nació santa, que al Cielo iremos todos, que pueden comulgar ciertos pecadores no arrepentidos, etc.)
Luego Marx no hace más que secundar a Francisco.
Un Papa que cambia el Catecismo actúa inválidamente y en eso no debemos obedecerle.
Y además ridiculiza y se niega a admitir como dogma a la Santísima Virgen María Corredentora y Dispensadora de todas las Gracias.
Hey, hey, no ponga la corredención de la Virgen como un dogma que está obligado a admitir, porque ni ha sido admitido como tal, ni se lo encuentra en los más antiguos escritores. Mediadora lo ha sido siempre, abogada también, pero co-rredentora es cosa moderna y, si lo investiga, incluso de uso protestante antes que católico. Co-redentora pone en el mismo plano en la redención al Hijo de Dios y a su santa madre (como cuando se dice co-director de un proyecto), y eso no es teológicamente exacto (en los términos anteriores, más bien le cuadraría la sub-dirección). Sólo Dios podía redimirnos del pecado original. ¿Que la Virgen jugó un papel esencial? Sin duda. Pero Dios podía haberlo hecho de otra manera siempre, aunque haya revelado esta como la más conveniente. Por eso la reverencia que le ofrecemos no es la misma que al Hijo de Dios, recuerde: hiperdulía y no latría.
¿Acaso no hay diferencia entre piloto y co-piloto?
¿Entonces por qué NO CORREDENTORA?
Porque la Virgen no es Dios, a quien pertenece la Redención como acto que alcanza a toda la humanidad, presente, pasada y futura. Por otro lado, el pueblo cristiano, que siempre ha sabido que él colabora con la Redención (en el rescate del tiempo, que diríamos en términos paulinos) desde la Pasión y Resurrección de Nuestro Señor, también ha tenido claro desde siempre que no puede ponerse, por esa condición, en el mismo lugar que en el de la Virgen, a quien ha dedicado los especialísimos títulos de Mediadora (mediatrix) de toda gracia y advocata, es decir, de aquella que canaliza nuestra colaboración en la obra redentora que procede de su Hijo. Me parece una arquitectura finísima que el término corredentora arruinaría como suelen hacerlo todos los pegotes modernos que se adhieren a la vieja teología.
Resumiendo: por imperativo teológico, histórico y estético. «Cooperadora», uf, qué título tan feo, además, para Nuestra Señora. Y no será que no le hemos echado piropos y bonitos. ¿Habrá algo más hermoso que «María Inmaculada»? Pero hasta el Señor nos mostró un límite: Al benditos los pechos… nos respondió: «benditos los que prestan oído a la Palabra de Dios (que es Él) y la cumple». Nunca llevemos a la confusión. Numquam satis… hasta que topamos con la divinidad, la Palabra de Dios hecha carne. Sólo Dios crea y redime verdaderamente.
Sólo un apunte, meramente lingüístico (pues el artículo no va de ésto): el prefijo «co-» indica asociación, compañía, juntar, participar. cooperar… Según la Real Academia española significa ‘reunión’, ‘cooperación’ o ‘agregación’. En ningún caso significa tomar el papel principal del que realiza la acción. En este caso, ser ‘corredentora’ implica cooperar o ayudar en la Redención, no realizarla, pues ésta sólo la realiza Cristo. Igual que ‘cooperar’ significa colaborar o ayudar a quien opera, no ser el sujeto principal que opera o realiza algo.
Cabe recordar que durante siglos muchos teólogos, e incluso órdenes religiosas enteras, negaron el dogma de la Inmaculada Concepción, y no con argumentos baladíes. Sin embargo, tal dogma ha sido verdad siempre, incluso cuando algunos la negaran con muy ‘buenos’ argumentos y tardara 19 siglos en definirse «ex cathedra».
Catholicus: el debate sobre la Inmaculada sí era un debate con un quid. ¿Había nacido o no sin pecado? Pero el de la corredención es un debate sobre la propiedad de un título de cuya realidad nadie discute (que a María le cupo un papel eminente en la redención de Cristo del género humano como no le ha cabido a nadie más y que eso implica un papel esencial también en la canalización de la gracia).
El problema es si ese título aclara o confunde. En mi opinión, esto último: tiende a empequeñecer la obra de la redención, que es una obra sólo divina, como la creación, pero donde Dios ha mostrado aún más su potencia, la de su amor, que en la creación. Es la sangre de Dios sobre la cruz la que nos ha redimido, su sangre por la nuestra, incluida la de su Madre, a la que sólo Dios podría proteger del pecado original: ya sólo por ese especial privilegio hablar de co-redención no parece exacto.
San Pío X en la encíclica Ad Diem (de 2 de febrero de 1904) escribe: “Por esta comunión de dolores y de voluntad entre María y Cristo, mereció ella ser dignísimamente hecha reparadora del orbe perdido, y por tanto dispensadora de todos los dones que nos ganó Jesús con su muerte y su sangre…Puesto que aventaja a todos en santidad y en unión con Cristo y fue asociada por Cristo a la obra de la salvación humana, de congruo, como dicen, nos merece lo que Cristo mereció de condigno y es la ministra principal de la concesión de las gracias.” (Dz 1978).
Benedicto XV en las letras apostólicas Inter Soladicia (de 22 de marzo de 1918) escribe: “De tal modo juntamente con su Hijo paciente y muriente padeció y casi murió; de tal modo, por la salvación de los hombres, abdicó de los derechos maternos sobre su hijo, y le inmoló, en cuanto de ella dependía, para aplacar la justicia de Dios, que puede con razón decirse que ella redimió al género humano juntamente con Cristo.”
Pío XI en la Explorata Res (de 2 de febrero de 1923) en que dice: “La Virgen dolorosa participó juntamente con Cristo en la obra de la Redención.”
Los textos que propone, SM, son todos modernos, como los más explícitos Sunt quos amor (decreto de 1913) o la indulgencia del 1914 para el uso del corredentrix en oración, de menor valor dogmático. Son esos años en los que se gesta el título sobre cuya realidad nadie discute.
El texto clave por su valor dogmático es Ad diem, con cuyos títulos marianos coincido (reparatrix, dispensatrix, con solera), pero cuyo recurso teológico para apoyar el uso del corredentora (que no utiliza) me parece nulo: la diferencia entre los méritos de congruo y de condigno, porque, como sabe mejor que yo, ante Dios todos los hombres merecemos, estrictamente hablando, de congruo. Con lo cual, no dice nada de la excelencia de la Virgen que no haya dicho ya. De hecho, con esa distinción rebuscada, en el fondo hace de menos a la Virgen: hay un quid en su misterio que no alcanza, por mucho que lo persiga. Y confunde.
PArece que si el papa presente puede utilizar todo el rango de los documentos pontificios para ciscarse en verdades que creíamos sólidas en la moral cristiana, que acepte este título de piedad, ¿a quién puede hacer mal? Pues al pueblo cristiano, a quien se acostumbra a recibir una de cal y otra de arena en función de la multitud y el griterío que sea capaz de movilizar. Con el papa como fiel de la balanza. Eso terminaría por democratizar la Iglesia, mediante una especie de proliferación de dogmas y antidogmas que no la hiciesen reconocible en su antigüedad y misterio. Mientras haya contención por parte del pueblo fiel, el mal que quiera engañarlo será identificable. Cuando todo se mezcle y la confusión termine de dominar la Iglesia, ya no servirá de nada. Y ustedes, los sacerdotes y obispos, deberían de ir al frente, con piedad, faltaría más, pero también con virilidad.
«Es la sangre de Dios sobre la cruz la que nos ha redimido, su sangre por la nuestra, incluida la de su Madre, a la que sólo Dios podría proteger del pecado original: ya sólo por ese especial privilegio hablar de co-redención no parece exacto»
Naturalmente, nadie ha discutido que sólo Cristo nos ha redimido. Pero hay algo en una de sus frases que quizás no le he entendido bien: lo de «su sangre por la nuestra, incluida la de su Madre». Cristo derramó su sangre para redimirnos, ciertamente. Pero su Madre no tenía necesidad de Redención, pues Dios la había preservado del pecado original, por lo que Cristo no derramó su sangre por ella (como tampoco la derramó por los ángeles), como sí hizo con el resto de los seres humanos. Así que, tampoco entiendo su frase final, pues no le veo relación con la primera parte.
¿Qué es lo que preserva a la Virgen del pecado original? Ningún mérito, sino la gracia de Cristo. Y es en previsión de su sacrificio redentor que recibe esta especialísima y única gracia. La cruz no es su causa eficiente pero sí su causa final, que diría el clásico.
Cuando la Virgen está ante la Cruz contempla la culminación de su misterio. Es algo, sin duda, incomprensible: el supremo dolor del alma en cuanto una persona puede sentirlo unido al supremo gozo de ver realizada la redención. Ese momento no es redención, sino que se asocia a la redención, es Cristo quien lo incorpora a su propio misterio de un modo especial y único que se pierde con el uso del mismo término, y se burocratiza, juridifica con el prefijo co-.
En la vieja ley es la sangre en ciertos delitos, nunca el dolor, lo que redime (ga’al). Pero Cristo, nuestro go’el, sufre, y asociando a los suyos los de su Madre -no Dios- nos enseña a ofrecerlos cuando no tenemos nada más que ofrecer.
A ver si este también pasa. He tenido que retocar y fragmentar el texto original, pero sea para que no se duerma en la moderación, donde han caído ya un par de mensajes anteriores.
Cuando francisco cambió el catecismo, me lo supuse un ensayo para medir las reacciones con miras a futuros cambios, y en vista de lo que dice Marx. me está dando la razón
La doctrina católica es inmutable. Ahí está la gracia del tema. Por eso me pareció una gran metedura de pata cambiarlo de la pena de muerte. Aunque sea algo menor y que atañe mínimamente a la fe, crea el precedente de que la doctrina se puede cambiar. Terrible error
Efectivamente. De lo que se trataba era de «abrir procesos». Pretenden sentar precedentes para dar validez a futuras aberraciones doctrinales. Creen, erróneamente, que la verdad puede cambiar a golpe de decreto.
“La doctrina católica es inmutable. Ahí está la gracia del tema.” ¿De verdad? Pues ha cambiado innumerables veces, por ejemplo en el tema de la esclavitud.
El santo padre no solo cambio la doctrina de dos mil años de la Iglesia en cuanto a la pens de muerte, todos los papás anteriores no sabían, sino que cambio la moral y doctrina sobre la comunión de los adúlteros, y por ende la doctrina moral de la Iglesia. Entonces cambiar la doctrina sobre la bendición de parejas homo es pecats minuta
Me recuerda a Lutero que cambio toda la doctrina pero era tan tirano que s los pobres campesinos alemanes no les acepto el mismo cambio respecto a sus jefes políticos. Menudo berenjenal ha provocado Bergoglio, eso sí, muy sinodal
Ese sin-vergüenza ni ha cambiado ni puede cambiar nada, `porque es un imp0stor. Será declarado antip@apa por el primer Papa católico que se elija. O por el mismo Jesucristo. Y todos sus decretos, anulados.
Empeñados en que dejemos de ser católicos.
En realidad quienes han dejado de serlo son ellos. Deja de ser algo quien cambia la condición que define ese «algo». Lo que han de tener es la valentía de salir de la Iglesia, no sustituirla a su antojo segun sus subjetivas interpretaciones.
NO. EMPEÑADOS en que seamos CATOLICOS tradicionalistas.
Empeñados en que abandonemos los errores en los que esta incurriendo la PSEUDO-Iglesia Bergogliante,infectada hasta el tuetano de las HEREJIAS MODERNISTAS.
Tengo una pregunta para el cardenal, es un decir, Marx, y para Bergoglio que lo apoya ¿JESUCRISTO CAMBIA CONTINUAMENTE?
«IESUS CHRISTUS, HERI ET HODIE, IPSE ET IN SAECULA!» JESUCRISTO VIVE!, HOY COMO AYER: ES EL MISMO, POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS AMEN.
Esto no les gusta nada a Marx ni a Bergoglio. Quieren acomodar a Jesucristo al pensamiento único, ese no pensamiento que asimila al hombre a las bestias, porque ignoran que la religión es la mayor rebeldía del hombre que no tolera vivir como una bestia, que no se conforma —no se aquieta— si no trata y conoce al Creador.
Os quiero rebeldes, libres de toda atadura, porque os quiero —¡nos quiere Cristo!— hijos de Dios. Esclavitud o filiación divina: he aquí el dilema de nuestra vida. O hijos de Dios o esclavos de la soberbia, de la sensualidad, de ese egoísmo angustioso en el que tantas almas parecen debatirse.
El Amor de Dios marca el camino de la verdad, de la justicia, del bien. Cuando nos decidimos a contestar al Señor: mi libertad para ti, nos encontramos liberados de todas las cadenas que nos habían atado a cosas sin importancia, a preocupaciones ridículas, a ambiciones mezquinas. Y la libertad —tesoro incalculable, perla maravillosa que sería triste arrojar a las bestias- se emplea entera en aprender a hacer el bien.
Esta es la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Los cristianos amilanados —cohibidos o envidiosos— en su conducta, ante el libertinaje de los que no han acogido la Palabra de Dios, demostrarían tener un concepto miserable de nuestra fe. Si cumplimos de verdad la Ley de Cristo —si nos esforzamos por cumplirla, porque no siempre lo conseguiremos—, nos descubriremos dotados de esa maravillosa gallardía de espíritu, que no necesita ir a buscar en otro sitio el sentido de la más plena dignidad humana.
San Josemaría Escrivá. Amigos De Dios, 38.
Es curioso que el Señor Maerx no hace referencia a la Sagrada Escritura, sólo refiere al catecismo, ¿Y que pasa con la Sagrada Escritura? ¿También habrá que cambiarla?¿Hay que cambiar, también, la revelación?
El catecismo puede cambiar en la manera de expresar la verdad, pero no cambiar la verdad del catecismo que está inspirada en la Sagrada Escritura y la Sagrada Tradición. Lo que dice este cardenal en el fondo es que la Sagrada Escritura es cambiante y por lo tanto la concepción del homosexualismo que está tipificado en ella como aborrecible a los ojos de Dios y por lo tanto pecado.
Pero estos jerarcas alemanes ¿que bachiller han hecho que son incapaces de diferenciar lo que es esencial y lo que es acidental, sujeto a la temporalidad?
OTGER
No son necios sino malvados. Saben muy bien lo que hacen.
Ahora se entiende la aparición papal en el programa de televisión de ayer: para que se hable de éso y no del escándalo de los cismáticos ‘sinodales’ alemanes.
Con la alusión al Corán demuestra dos cosas: que cree que la fe católica puede cambiar y que la Revelación no terminó con la muerte del último apóstol (que es lo que debería reflejar el catecismo); y, por otro lado, que la repetida afirmación de que los musulmanes adoran al mismo «dios» que nosotros es hipocrita, pues según la lógica que emplea el Card. Marx, si la verdad cambia y el Corán no, éste es falso y el «dios» que predica también.
El error (de él, del Papa y de muchos), es creer que si se cambia la letra del catecismo automáticamente puede cambiar lo que se cree, cuando es justo al revés: el catecismo refleja la fe de la Iglesia, no que la Iglesia deba creer lo escrito en él por estar escrito (que es precisamente lo que ocurre con el Corán, en cuyo contenido los musulmanes deben creer sólo por éso: por estar escrito en él).
«La orientación homosexual es parte de la identidad humana ‘como creada por Dios’ y por lo tanto ‘éticamente no debe ser juzgada de manera diferente a cualquier otra orientación sexual’”.
La Iglesia no condena ser homosexual, sino los actos homosexuales, como también todos los actos sexuales fuera del matrimonio: fornicar es pecado para todos; los homosexuales no tienen bula para no cumplir el sexto mandamiento del Decálogo.
Surge una pregunta para este cardenal… ¿Quién o quiénes le dijeron que Dios está de acuerdo con la homosexualidad? Que sepamos, Dios creó al hombre y a la mujer para engendrar hijos.
«Marx recordó que el Santo Padre ya ha cambiado la valoración sobre la pena de muerte»
Un error, pues la pena de muerte sigue siendo igual de lícita moralmente que lo ha sido siempre. Pueden cambiar la letra del catecismo, pero la verdad sigue sin cambiar.
Y dice «No es el Corán», o sea admitiendo que el Corán sí es inmutable, y por tanto verdad absoluta …..
La jerarquía no tiene autoridad para cambiar la Escritura y la Tradición, pero tiene a mano el Catecismo para cambiarlo como le parece. Para los modernistas el Magisterio es como el BOE: el último texto deroga a los anteriores.
La cosa no empieza con Francisco. Ya Juan Pablo II aprobó dos enseñanzas distintas sobre la pena de muerte: la primera en 1992 (primera edición del Catecismo) y la segunda, todavía más tendente hacia la abolición, en 1997 (segunda edición del Catecismo).
El problema, Urbel, es que muchos laicos se tragan esto. Tuve un debate con una amiga sobre el tema del cambio de la pena de muerte. Su argumento principal es el de la obedicencia. Pero vamos a ver! Que los primeros que tienen que obedecer son ellos! Deben obedecer a las Escrituras y la Tradición recibidas y custodiarlas! Ese es el problema, que muchos creen que la fe se cambia por mayorías o decretazo limpio. Que Dios nos asista
Ya antes se había abandonado la doctrina católica sobre el reinado social de Cristo y la eventual tolerancia de los cultos acatólicos, y cambiado por la liberal favorable al Estado laico y la libertad religiosa.
Propongo un razonamiento lógico:
La Iglesia verdadera enseña que «Jesucristo es el mismo ayer hoy y siempre» y la doctrina es inmutable.
La «Iglesia de Francisco» cambia la doctrina.
Luego la «Iglesia de Francisco» no es la Iglesia verdadera.
Que no, ni la de Francisco ni la JP2
Oscar, que te has perdido. El cambio lo está realizando Francisco I el Pampero. Juan Pablo II nuncaaaaa se desvío del Magisterio bimilenario.
¿Ah, no? ¿En Asís tampoco? Cuánto cinismo…
TU ES PETRUS…
Resultado, inevitable, de la pretendida «nue va realidad» es esa «nueva verdad».
Pero, cuidado : Ahí están los inmutables «novísimos»
Si esta gente amara a Dios sobre todas las cosas, no se empeñaría en llevarle la contraria; al menos podrían temerle, que es el principio de la sabiduría, pero es probable que ni siquiera crean en Él.
El catecismo no es el Corán, pero «si nosotros mismos o un ángel del cielo les anuncia un evangelio distinto del que les hemos anunciado, ¡que sea expulsado! Ya se lo dijimos antes, y ahora les vuelvo a repetir: el que les predique un evangelio distinto del que ustedes han recibido, ¡que sea expulsado!» (Gal 1, 8-9).
De acuerdo con su comentario, pero, como ya le han dicho otras veces, no sé qué versión de las Sagradas Escrituras usa para traducir «sea expulsado», diciendo ésto el original (pongo la versión en latín, pues el sistema censura los caracteres en griego):
«Sed licet nos aut angelus de caelo evangelizet vobis praeterquam quod evangelizavimus vobis ANATHEMA SIT»
Pero aunque nosotros o un ángel del cielo os anunciase otro evangelio distinto del que os hemos anunciado, SEA ANATEMA.
«Sicut praediximus et nunc iterum dico si quis vobis evangelizaverit praeter id quod accepistis ANATHEMA SIT»
Os lo hemos dicho antes, y ahora de nuevo os lo digo: Si alguno os predica otro evangelio distinto del que habéis recibido, SEA ANATEMA.
«Anatema» (que es la palabra usada tanto en latín como en griego) no sólo expresa «excomunión», sino también «maldición» divina.
Para evitar controversias, utilizo la misma versión en español que se ofrece en el sitio web del Vaticano, «El Libro del Pueblo de Dios», traducción argentina, 1990.
Sin ánimo de ofender, usa una versión mejor que esa, ya que anatema no es lo mismo que expulsión.
El modernismo nos ha invadido, y tiene miedo de usar palabras «tradicionales», no sea que los otros se puedan ofender y hagan lío.
La traducción de esa versión es malísima, además de ser tendenciosa (por algo algunos la denominan «El Libro del Pueblo Comunista») y judaizante (divide los libros según el criterio judío) y en la que los textos deuterocanónicos son arrinconados (ya que los protestantes no los aceptan). Le recomiendo que emplee una buena Biblia católica con notas y comentarios (a ser posible que no sean modernistas, lo que se logra al 100% evitando las ediciones de las últimas cinco décadas).
Nuestra sociedad ha alcanzado la dignidad y la autodeterminación como norma de nuestra moral…. Eso significa que antes la humanidad nunca ha tenido dignidad y que ahora somos mucho mas listos y por eso podemos autodeterminarnos y decidir por qué normal moral podemos regirnos. En otras palabras los obispos alemanos dan carta de naturaleza en lo moral al principio luterano de libre examen o libre ingterpretacion de los principios morales. Es decir, el relativismo absoluto. Quien decide lo que es bueno o malo ? Pues el hombre o la mujer porque ya están capacitados de hacerlo, en resumen ya no hay reglas morales, no hay mandamientos, uno decide lo que es bueno o lo que es malo.Es terrible que un cardenal diga eso, pero mas terrible es que un Papa no diga nada, siendo el guardian de la verdad, porque quien calla otorga.
Ahí ha dado el Cardenal Marx en el clavo. De hecho, los musulmanes cumplen mejor los mandamientos de Jesucristo que los llamados cristianos, PERO, no saben salir de un tiempo y una cultura determinados, por lo que el fallo del Islam es que es una religión sin Espíritu Santo. Los llamados católicos tradicionalistas hacen lo mismo, quedándose encasillados, no en la Ley de Moisés como los musulmanes, sino en la filosofía riega y el derecho romano, o sea, que algo mucho peor.
«los musulmanes cumplen mejor los mandamientos de Jesucristo que los llamados cristianos»
¿Dejará usted de decir sandeces algún día? No responda, que es una pregunta retórica. Si se dedicara a leer y estudiar con el mismo entusiasmo con el que comenta aquí tan alegremente, sería usted un sabio (y no soltaría tanto despropósito).
“«los musulmanes cumplen mejor los mandamientos de Jesucristo que los llamados cristianos»” Voy a poner solo dos ejemplos: 1. Un sirio dijo una vez que venía a “divertirse” a España, porque las sirias solo piensan en casarse. Con esto ya está todo dicho. Pruebe Vd. irse a “divertirse” a un país musulmán. 2. Los países musulmanes ricos tienen toda la enseñanza gratuita e, incluso, se la pagan a sus ciudadanos que quieren cualificarse en las carísimas universidades norteamericanas. Carísimas en un país “cristiano”.
Yo creo que si te das un golpe en la cabeza, suena a hueco. Lo estoy empezando a pensar, de verdad
Tradicionalistas encasillados, Sota de bastos desquiciado.
Sota de Bastos
Resulta evidente que usted desconoce el Islám. Aunque Muhammad realizó un sincretismo entre el judaismo talmúdico, el cristianismo y ciertas herejías cristianas como la monofisista y otra que no recuerdo, no es una especie de cristianismo descafeinado o una religión sin espíritu Santo.
No es que no tenga Espíritu Santo, es que no tiene ni Dios. Si ya se que Alah se propone como una divinidad con todos los atributos. Pero es una divinidad falsa, para sustentar el imperio personal de Muhammad. No hay comparación posible con el cristianismo. Son como el agua y el aceite.
Y el bulo de las religiones del libro solo lo dice Muhammad una temporada, en cuanto domina Medina y Meca se acaba la contemporización, se abrogan las aleyas de buen rollito y solo queda la lucha sin cuartel hasta el fin de los tiempos, contra cristianos, que el llama asociadores, por la Trinidad, y judios. No haga comparaciones ni se meta en jardines que esta claro que desconoce profundamente.
Sigo.
Cuando alguien de fuera del Islam habla de las religiones del libro solo es porque o no tiene ni idea o forma parte de algún chiringuito pagado por la administració para promover el buen rollito y la alianza de civilizaciones de Zapatero.
Ni los mismos musulmanes se lo creen. No se puede hablar de las gentes del libro porque Muhammad con su predicación a pesar de que el afirma que culmina la revelación previa en realidad la abole por completo. La deshace, luego no se puede reclamar un sustrato comun de algo que se aniquila. El Islám es algo completamente nuevo aunque diga provenir de lo antiguo y herede cierta normativa judía. Muhammad reinventa completamente pasajes bíblicos esenciales como la muerte de Cristo, en los que el único punto de contacto con la realidad son los nombres de los personajes.
Si su analisis del islám es deficitario el de los tradicionalistas ni le cuento.
A este paso, para uno ser un sedicente católico, debe profesar una, varias, o todas las herejías.
Y creo que para ser reconocido como tal en los documentos: acta de bautismo, confirmación, matrimonio, orden, deberá profesarlas públicamente.
Lo ‘cool’ es que todo lo que uno lleve al confesionario estará excusado de antemano, y con la extremaunción no tendrá necesidad de abrir la boca.
la comunión, en la mano, ya se sabe.
Total es que le digan a uno católico porque va a la antigua parroquia de tal y tal
El Cardenal Marx y muchos otros obispos alemanes tienen la puerta abierta para dejar la Iglesia Católica, así estarán mejor con los protestantes, y a los católicos nos dejarán en paz.
En cuanto al asunto de «María Corredentora», estoy muy de acuerdo con Scintilla.
«Marx recordó que el Santo Padre ya ha cambiado la valoración sobre la pena de muerte»…Ah, aquellos vientos.
Leyendo los comentarios y leyendo las burradas de estos pobres miserables que se empeñan en decirse católicos y no están dispuestos a obedecer la sana doctrina («doctores tiene la Santa Madre IGLESIA»), es fácil comprender que utilizan las tácticas de Martín Lutero. Quieren adecuar la doctrina y moral católicas a sus prácticas inmorales. O sea, que éstos no viven la CASTIDAD NI DESEAN VIVIR LA PUREZA EN CUERPO Y ESPÍRITU. Y para concreción : ellos quieren cambiar los 1O MANDAMIENTOS!
Leo comentarios sobre que Bergoglio de alguna manera puede creer en las buenas vibraciones, del tipo new age. No creo que sea el caso. Lo dice por quedar simpático. Ojala fuera ese el único problema de Bergoglio. El problema de Bergoglio es que cree que se puede comulgar en pecado y sin arrepentimiento y que el adulterio es pecata minuta y nunca mejor dicho. Así como que las relaciones homosexuales no son un gran problema y que el infierno no existe. Todo eso si que es un problema para ser el obispo de Roma.
Yo cuando me convertí de grande, lo hice en la Catolica por la coherencia de sus creencias, cansado del sincretismo y caprichos humanos de otras religiones, no me vengan con lo del Card. Marx. SOCORRO.