Con motivo del inicio de los Juegos Olímpicos de Invierno esta semana, los líderes de la iglesia en Pekín dicen que se están preparando para mantener un perfil bajo para evitar entrar en conflicto con las autoridades chinas, según la organización benéfica que defiende a los cristianos que sufren persecución, Puertas Abiertas, una organización protestante.
«Sabemos que no debemos estar activos durante este tipo de eventos», dice el pastor Huang* de Pekín. «Sabemos cómo debemos comportarnos durante este tiempo. Y eso es pasar desapercibidos».
Según Zhang Wei*, un contacto local de Puertas Abiertas, «en momentos de grandes acontecimientos como éste, se advierte a los ministros que se comporten, guarden silencio y permanezcan invisibles en el ámbito público. Si las iglesias no cumplen, sus reuniones corren el riesgo de ser detenidas. A estas alturas, las iglesias de Pekín ya saben lo que tienen que hacer», afirma.
Durante las celebraciones del Día Nacional de la República Popular China del año pasado, hubo informes de que las autoridades llamaban regularmente a los pastores de las iglesias en las casas para reiterar sus «límites».
«Básicamente se esperaba que pasaran desapercibidos y que hicieran muy poco», dice Zhang Wei. «Se tolera que se reúnan en grupos más pequeños, pero los eventos eclesiásticos más grandes están mal vistos».
Los pastores sospechosos de llevar a cabo actividades eclesiásticas no relacionadas con los cultos dominicales regulares de bajo perfil pueden ser obligados a celebrar lo que se conoce como «reuniones de té» con los funcionarios locales del partido.
«Para los creyentes de a pie, las consecuencias pueden ser sólo advertencias o el registro de su documento de identidad», dice Zhang Wei. «Para los líderes y pastores, pueden ser interrogados durante horas, detenidos durante la noche y multados. Puede haber consecuencias más graves si las iglesias se resisten a las autoridades y causan disturbios. Si alguna vez se descubre que el pastor o el líder de la iglesia se empeñó en celebrar reuniones especiales, puede recibir una detención administrativa de unos días a dos semanas».
«Hasta el momento, no hemos recibido ninguna invitación a una ‘reunión de té’ ni ninguna advertencia», explica el pastor Huang. «Sin embargo, está claro lo que se espera de nosotros», y añade que cumplirá con los requisitos tal y como los entiende.
Como el gobierno considera que el cristianismo es de origen occidental, ve en él una amenaza de infiltración extranjera. Por ello, las autoridades advierten a las iglesias de que minimicen sus actividades.
Mientras tanto, la presión sobre los cristianos es cada vez mayor, y las iglesias oficialmente autorizadas tienen que exhibir la bandera china junto a la cruz e integrar sus enseñanzas en los «principios socialistas chinos». Se informa de la demolición de iglesias y del derribo de cientos de cruces de los edificios religiosos sin apenas aviso.
Según Ted Blake, de Puertas Abiertas España, «las autoridades no pueden hacer mucho, debido al tamaño de la iglesia en China, tanto la iglesia oficialmente sancionada como las iglesias en casas no oficiales. Así que el gobierno intenta adaptar el cristianismo a su mentalidad y creencias políticas».
China ocupa el número 17 en la Lista de Mundial de la Persecución de Puertas Abiertas, que recoge los 50 países en los que los cristianos se enfrentan a la persecución más extrema.
Durante la audiencia general de ayer, el Papa Francisco tuvo unas palabras para los Juegos Olímpicos que mañna se inauguran:
«Están a punto de inaugurarse en Pekín los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno, respectivamente el 4 de febrero y el 4 de marzo. Dirijo de corazón mi saludo a todos los participantes; deseo a los organizadores el mejor éxito y a los atletas dar lo mejor de sí. El deporte, con su lenguaje universal, puede construir puentes de amistad y de solidaridad entre personas y pueblos de cualquier cultura y religión. He apreciado, por tanto, que al histórico lema olímpico Citius, Altius, Fortius —Más rápido, más alto, más fuerte— el Comité Olímpico Internacional haya añadido la palabra Communiter, es decir Juntos, para que los Juegos Olímpicos hagan crecer un mundo más fraterno.
Con un pensamiento particular abrazo a todo el mundo paralímpico. La medalla más importante la venceremos juntos si el ejemplo de los atletas con discapacidad ayudará a todos a superar prejuicios y temores y hacer que nuestras comunidades se vuelvan más acogedoras e inclusivas. ¡Esta es la verdadera medalla de oro! Además, sigo con atención y emoción las historias personales de atletas refugiados. Que sus testimonios contribuyan a animar a las sociedades civiles a abrirse cada vez con más confianza en todos, sin dejar a nadie atrás. A la gran familia olímpica y paralímpica deseo vivir una experiencia única de fraternidad humana y de paz. ¡Bienaventurados los que trabajan por la paz! (Mt 5,9)».
Ayuda a Infovaticana a seguir informando