El que fuera ecónomo de la archidiócesis de Madrid hasta 2018, el sacerdote Fernando Martínez, alertó al cardenal Osoro de posibles irregularidades y malas prácticas por parte de Eduardo Pomares, miembro del Consejo Económico de la Archidiócesis de Madrid y director general de Instituciones religiosas del Banco Santander.
Fuentes próximas al antiguo ecónomo han informado a Infovaticana que Fernando Martínez, cuando era ecónomo de la archidiócesis de Madrid se quejó en numerosas ocasiones ante el arzobispo alegando que algo raro pasaba. Al parecer, fuentes cercanas aseguran que el ecónomo informó a Osoro que detectó que se realizaban operaciones de compra-venta en las que, supuestamente, se vendía por debajo del valor real y el resto se repartía.
Osoro, que tenía fe ciega en ellos, alegaba que no era posible que hicieran ese tipo de cosas. De ahí, que el debate sobre el papel del cardenal siga abierto. Mientras algunos insisten en la inocencia de Osoro, asegurando que fue engañado, otros entienden que era conocedor de la situación ya que también fue avisado por otros de sus colaboradores. Fue por ello, que ante el pastel que se estaba destapando y al no querer verse involucrado, el ecónomo le pidió a Osoro ser cesado él de su cargo, mientras que el arzobispo le pedía que dimitiera él. Finalmente, Fernando Martínez logró que Osoro le cesara de su cargo como ecónomo de la archidiócesis de Madrid. El 9 de septiembre de 2018 tomó posesión como párroco de San Fernando, en Madrid, en una misa en la que concelebró el propio cardenal.
Préstamo de 7 millones a la Fundación Pía Autónoma de las Congregaciones Marianas
Uno de los motivos de discordia entre el cardenal y el ecónomo fue el caso del préstamo que debía pedir la Fundación Pía Autónoma de las Congregaciones Marianas, La Inmaculada y San José para la construcción de uno de sus colegios, en concreto el colegio María Inmaculada. Los fines fundamentales de esta Fundación, dice en su página web, son “impulsar la evangelización mediante una formación educativa integral de la persona, inspirada en los valores del evangelio y de acuerdo con el Magisterio de la Iglesia Católica” y desarrollar actividades asistenciales, principalmente de atención socio-sanitaria a los ancianos”.
La Fundación decidió empezar la construcción de un nuevo colegio, el de María Inmaculada. Para ello, era necesario pedir un préstamo al banco. Aquí es cuando aparece Eduardo Pomares quien intentó realizar la operación a través del Santander, banco del cual él forma parte. Ante esta situación, el ecónomo se rebeló y pidió no hacerlo con Pomares alegando un “conflicto de intereses”. Finalmente, le dijeron que no a Pomares con esta operación a cambio de otorgarle todo lo demás en un futuro, de modo que se hizo el préstamo con el banco Sabadell.
Además de colegios, la Fundación cuenta también con una residencia de ancianas “Nuestro Señora del Perpetuo Socorro” y el Colegio Mayor universitario femenino Roncalli, adscrito a la UCM. El presidente del patronato de esta Fundación es el cardenal Carlos Osoro, pero tiene su puesto delegado en Fausto Marín, uno de los hombres de confianza que tiene colocado en varias fundaciones. Otros nombres que figuran como vocales del patronato son José Luis Segovia Bernabé, Vicario Episcopal para el Desarrollo Humano Integral e Innovación y persona de confianza del obispo auxiliar José Cobo, y además, José Luis Bravo Duró, actual ecónomo diocesano, que fue quien sustituyó en el cargo a Fernando Martínez. Por último, como secretario no patrono de la fundación aparece el omnipresente sacerdote Javier Belda Iniesta, a quien Osoro ha ido colocando en varias fundaciones para ejercer de ojo derecho del cardenal, a pesar de todos los escándalos que salpican a Belda. Añadido a todo esto, Infovaticana ha podido confirmar que quien ejerce como gerente de esta fundación es Manuel Camacho, cuñado de Carolina Herrero, abogada de la archidiócesis de Madrid.
Actualmente, debido a la firma del préstamo bancario, Infovaticana ha podido saber que la fundación está “ahogada” económicamente y depende especialmente del Colegio Mayor, su gallina de los huevos de oro.
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Corrupción en Roma, corrupción en Madrid, pero no se van los principales responsables por acción, omisión o ignorancia culpable. Con todo, la por corrupción que estamos padeciendo es la doctrinal, moral y litúrgica. La económica es la consecuencia. Si Dios no existe, todo está permitido.
Si la iglesia anduviera tan lista para evangelizar como para los asuntos inmobiliarios, otro gallo cantaría. Que obsesión con acumular propiedades, total para qué. Luego en esos locales no se evangeliza solo sirven para clases de yoga, cocina, zen, cursos autoestima. Para que cuatro sacristanes y sacristanas pasen el rato organizando eventos varios. Al menos lo que yo conozco en mi entorno, de otros lugares no lo sé pero lo imagino.
Oju Eduardo Pomares otra vez. Que pena penita pena.
«Vos sois oro», bonita frase que con muy buen ingenio y con brevedad podemos dejar en OSORO.